Palestina
Gaza y el agujero de la desesperación geopolítica radical

Las muertes y los secuestros de personas no combatientes están prohibidas por el derecho internacional en cualquier circunstancia, pero esta cuestión no puede ocultar el enorme desequilibrio de poder y la asimetría moral entre ocupante y ocupado, que lleva décadas sufriendo una colonización cada vez más asfixiante.
Gaza Activestills - 5
Palestinos inspeccionan la destrucción de un edificio tras un ataque aéreo israelí contra la ciudad de Gaza, 11 de octubre de 2023. Mohammed Zaanoun/ ActiveStills

Analista internacional y coordinador para el Mashreq en Novact

19 oct 2023 06:00

En apenas una semana y media, los ataques de varios grupos palestinos desde Gaza y los bombardeos del ejército israelí han dejado un reguero de muerte con, al menos, 3.400 personas civiles muertas en Gaza (más que las personas fallecidas en 2014 en casi dos meses de bombardeos con la masacre de las 471 personas del hospital al-Shifa) y 65 en Cisjordania; 1.400 muertos israelíes, entre ellos centenares de civiles y entre 200 y 250 personas secuestradas; así como al menos una persona fallecida en Líbano, un periodista que se une a otros en Gaza, como recuerda Isabel Pérez. Además, se suman cerca de 12.000 personas heridas en Gaza, casi 1.000.000 desplazadas forzosamente en la franja.

Además, se suman cerca de 10.000 personas heridas en Gaza, casi 600.000 desplazadas forzosamente en la franja. Son fríos números muy alejados de las historias de personas conocidas y aquellas que cuentan sus historias en las redes sociales. Son terribles los mensajes de despedida de personas en Gaza, las muertes de familias de civiles enteras, los asesinatos y linchamientos en Cisjordania, Jerusalén Este y las historias de civiles israelíes muertos en un festival de música y en ciudades cercanas. 

Las estadísticas también están muy alejadas de los impactos en Palestina, construidos sobre décadas de ocupación colonial y apartheid, y en las dinámicas regionales y mundiales de esta era de desesperación geopolítica radical, como la calificaba en un reciente artículo Santiago Alba Rico.

Constante deterioro y violencia tras décadas de ocupación colonial y apartheid

Sin embargo, el desastre de hoy no puede desligarse de las causas profundas de hace décadas. La población palestina está cada vez más fragmentada con dos gobiernos separados y sin apenas funciones desde hace 16 años; vive bajo un sistema de apartheid con una ocupación creciente en Cisjordania y Jerusalén Este y más de dos millones de personas encerradas en la cárcel a cielo abierto de Gaza desde 2007; y está aislada de la población refugiada que vive en otros países árabes.

Desde 2006, 6.407 muertes palestinas, el 95% de todas las muertes frente a un 5% israelí, según OCHA

También ha crecido la violencia. Desde 2006, 6.407 muertes palestinas, el 95% de todas las muertes frente a un 5% israelí, según OCHA. Muchas víctimas fallecieron en los cinco cruentos ataques militares contra la franja, pero no sólo. En 2018, 300 manifestantes muertos murieron en Gaza por disparos de francotiradores israelíes solo por exigir pacíficamente el fin del asedio, así como centenares en Cisjordania y Jerusalén, como sucedió en 2021 y sucede cada día.

Israel está dirigido por el gobierno más ultraderechista de su historia, con partidos que habían sido declarados terroristas por EE UU, dirigido por colonos que ansían la expropiación del máximo de tierras sin personas en Jerusalén Este y Cisjordania. En los últimos años, este Gobierno ha incrementado la segregación con leyes supremacistas y prácticas cada vez más racistas, ha permitido que los colonos en Cisjordania y Gaza se organicen como una fuerza casi paramilitar, tolerada y violenta. También ha tensionado a una etnocracia israelí, que nunca fue democracia para la población palestina, con el intento de repartir derecho sólo a una parte de su población con el control judicial por parte del Gobierno, contestado en las calles. 

Como colofón, la alianza de Trump y Netanyahu, apenas modificada por la administración Biden, allanó el camino para legalizar por la fuerza violaciones del derecho internacional toleradas por décadas. Además, sumó acuerdos de normalización de Israel, los llamados acuerdos de Abraham, con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán, Marruecos y en los que estaba a punto de entrar Arabia Saudí. En todos ellos, cualquier demanda a favor de la población palestina simplemente dejaba de existir. Además, hace años de cualquier conversación de paz según un modelo de Acuerdos de Oslo, hoy criticado por las voces palestinas por desigual, pero nunca implementado al dejar la mediación que Israel los incumpliera sistemáticamente.

Impactos regionales y mundiales

El agujero de desesperación geopolítica radical no ha dejado de crecer en el mundo árabe-musulmán sumido en la última década en un intento de cambio económico y democrático con las revueltas árabes como punto de inflexión popular contra décadas de autoritarismo. La suma de conflictos internos, la confrontación regional, mundial y el caos aprovechado por grupos como el Estado Islámico ha  destrozado Siria, Libia, Yemen, aún más Irak y ha reforzado aún más el despotismo  en el resto de países árabes. Pese a una segunda oleada popular de cambio en 2018 —como explican  Ignacino Álvarez-Ossorio, Isaías Barreñada y Laura Mijares—, las consecuencias han sido enormes en términos de vidas humanas, personas forzadas a moverse (dentro de sus países, a otros de la región y algunos a Europa) y han tenido enormes impactos en las mujeres.

Es más, cualquier intento de resolución negociada de conflictos —como el acuerdo nuclear con Irán de EE UU y la UE— ha sido contestado, en este caso, por los gobiernos de Israel y Arabia Saudí

Es más, cualquier intento de resolución negociada de conflictos —como el acuerdo nuclear con Irán de EE UU y la UE— ha sido contestado, en este caso, por los gobiernos de Israel y Arabia Saudí. La competición regional ha sucedido en varios episodios como la confrontación entre Arabia Saudí e Irán o de varios países del Golfo con Catar. Ahora, está en riesgo de darse si se abre un nuevo conflicto armado entre Israel y Hizbulá en un Líbano con heridas aún sin cicatrizar de sus guerras civiles, crisis económica rampante y un  precario equilibrio interno.

Pero no olvidemos que también vivimos en tiempos de policrisis “donde todo es aún más peligroso que la suma de las partes”, según Adam Tooze. Esta era de desesperación geopolítica radical está marcada por otro intento de ocupación, el de las tropas rusas de Ucrania; guerras y conflictos abiertos en el Sahel, tras décadas de problemas económicos, políticos y sociales ignorados; reactivación de conflictos irresueltos, como el conflicto armado entre Marruecos y el Sáhara Occidental, otro país en proceso de descolonización y la invasión de Nagorno Karabaj por Azerbayán.

También, lo sabemos porque lo leemos casi a diario, hay un profundo enfrentamiento entre Rusia y EE UU, con la UE como aliada, y una acrecentada competición con China. En estos conflictos no ha dejado de crecer la brecha entre el Norte y Sur Global tras décadas de relaciones internacionales asimétricas, intercambios comerciales extractivos y destructivos. Además, vivimos en emergencia climática, esquinada en beneficio de la confrontación mundial, que duele aún más en el año más caluroso de la historia conocida y con graves impactos en el Mediterráneo. Tampoco ha cesado de crecer un auge del extremismo, reacción y las amenazas a los derechos humanos que, usando este contexto de caos, que avanza en todo el mundo, Europa incluida.

Consecuencias mundiales: un grito en favor del derecho internacional

En medio de acontecimientos que se suceden rápidamente uno detrás de otros, no debemos dejar que el “polvo que deja en el camino el acontecimiento nos impida analizar los cambios reales que está provocando y las respuestas políticas que provoca”, como explica Itziar Ruiz-Giménez recordando a Francisco Peñas.

Porque, digámoslo claro, en los debates a los que hemos asistido esta última semana no deberían hacernos olvidar cuestiones básicas. En primer lugar, que las muertes y los secuestros de personas no combatientes están prohibidas por el derecho internacional en cualquier circunstancia. Pero sobre todo, que esta cuestión no puede ocultar el enorme desequilibrio de poder y la asimetría moral entre ocupante y ocupado, que lleva décadas sufriendo una colonización cada vez más asfixiante.

Todas y cada una de las precarias soluciones por la paz y la justicia para Palestina han sido machacadas una y otra vez por la fuerza de los sectores más extremistas

Tampoco puede encubrir que todas y cada una de las precarias soluciones por la paz y la justicia para Palestina han sido machacadas una y otra vez por la fuerza de los sectores más extremistas. Primero, con el incumplimiento sistemático del derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas gracias a la alianza de Israel con EEUU y también por la connivencia de la Unión Europea. Segundo, con la persecución de cualquier solución en favor de la justicia de Palestina —fuera local, judía o intencional— como recordó recientemente Mustafa Barghouti.

En los últimos días han arreciado los debates sobre el derecho a la defensa y  sobre los crímenes de guerra y el derecho internacional, como recordaba Lurdes Vidal. En esta semana ha crecido la deshumanización palestina, con declaraciones en favor de una segunda expulsión masiva palestina y equiparaciones con animales de la población civil. A la vez, las violaciones sistemáticas, el corte de suministros básicos a una población asediada, bombardeada y forzada a desplazamientos masivos puede acercarnos al inicio de un genocidio, según el ex-fiscal de la Corte Penal Internacional,  Luis Moreno Ocampo. Además, los tímidos llamados de EE UU y la UE a que Israel a actuar dentro de los límites del derecho internacional humanitario palidecen ante lo que debería ser una exigencia mundial para defender una norma violada y una otra vez en Ucrania, Sudán, Nagorno Karabaj, Siria y ahora sistemática y masivamente en Gaza ahora y en Palestina durante décadas.

Hoy, más que nunca nos encontramos ante el abismo de un mundo sin más reglas que el uso de la brutalidad y la destrucción. Por esa razón, es tiempo de exigir parar las masacres hoy con petición de alto el fuego, apertura de corredores humanitarios, atender necesidades de emergencia, liberación de personas secuestradas y actuación de la Corte Penal Internacional en Gaza. Pero no solo, volver al status quo en Palestina e Israel será volver a una situación de apartheid basada en la seguridad de la fuerza cada vez más despiadada, en lugar de buscar soluciones políticas justas, basadas en el sistema de derecho internacional y, por tanto, duraderas. Si no lo hacemos, corremos el riesgo no sólo de ser cómplices de los crímenes que se cometen hoy en Gaza y tantos lugares del mundo sino de no frenar la ola reaccionaria mundial.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Palestina
Marcha a Gaza Cuando tienes que parecer indiferente (o turista) para poder mostrar tu humanidad
Breve crónica de una participante extremeña en la Marcha a Gaza, realizada desde las emociones y el compromiso militante contra el genocidio.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.

Últimas

Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Más noticias
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.