Antifascismo
Fascismos y Antifascismos en el siglo XXI

Just like the Pied Piper
Led rats through the streets
We dance like marionettes
Swaying to the symphony
Of destruction.
Megadeth, Symphony of destruction

Antifascismo en Italia


Miembro del Instituto DM
11 jun 2018 10:16

2017 será recordado como el año de la derechización de Europa. Si alguien asaltó las instituciones no fueron las izquierdas, sino las fuerzas de extrema derecha a lo largo y ancho de todo el continente. Una tendencia que parece haberse consolidado en 2018 tras las elecciones húngaras e italianas. Las primeras han dado una sólida mayoría al ultra-conservador Víktor Orbán (casi el 50%), consagrando a FIDESZ como fuerza política de gobierno. Seguidos por el neofascismo de Jobbik (20%) -ahora algo más moderado en las formas-, señalan el triunfo de la ultraderecha en todo el arco parlamentario de Hungría. El caso italiano está llenando portadas gracias al vicepresidente del tándem Liga Norte – Movimiento 5 Estrellas, Matteo Salvini, cuya política migratoria podría resumirse en dos eslóganes: "Se acabó la buena vida; empiecen a hacer las maletas", refiriéndose a los migrantes sin papeles, e "Italia no puede convertirse en un campo de refugiados". Con estas frases sus próximas medidas son más que previsibles: más centros de internamiento, más expulsiones y un incremento de la vigilancia fronteriza para evitar las entradas.


Por otro lado, el Frente Nacional (FN) francés y Alternativa por Alemania (AfD) -junto con otras fuerzas, como el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) o su homónimo neerlandés (PVV), liderado por Geert Wilders- han irrumpido en la arena mediática y parlamentaria con fuerza. Si bien la líder del FN, Marine Le Pen, no consiguió sus objetivos -sólo dispone de 8 sillas en el parlamento francés-, su figura ha marcado el estilo de los nuevos liderazgos de la extrema derecha: un discurso populista pero presentable, capaz de interpelar a la vieja clase obrera de cuello azul, euroescéptico, soberanista y crítico con la "casta" financiera. Su proyecto se ha centrado en la restitución de un orden político que salvaguarde los derechos del pueblo nacional: un Estado de bienestar cubierto por la bandera francesa, islamófobo y estructuralmente racista. Paradojas, Marine Le Pen ha hecho valer también la carta del feminismo ante la opinión pública: un "feminismo" blanco dirigido como un proyectil contra el uso del velo, que separaría la Francia europea de otras culturas consideradas "atrasadas". Algo parecido sucede con Alice Weidel (AfD), una de las protagonistas de la derechización del Reichstag (94 diputados). Abiertamente lesbiana, ha declarado la guerra al "Islam político" por contravenir la constitución alemana y la igualdad de género -obsesión compartida por Heinz-Christian Strache del FPÖ y Wilders del PVV-. Su solución: expulsar imanes, cerrar mezquitas y cortar cualquier tipo de "financiación extranjera" a las mismas. No está de más señalar que eso del Islam político no deja de ser un constructo ideológico diseñado para estigmatizar a la población musulmana.


La crisis de los refugiados ha servido como un catalizador para construir un frente común entre estas fuerzas, azuzando el miedo colectivo por la "pérdida de la identidad europea" acompañado de la perversa consigna del "no hay para todos". Para justificar estas posiciones, construyen un otro racializado que sirve como chivo expiatorio de la crisis y la incertidumbre económica. Porque, realmente, lo que late en el fondo de toda esta situación son los efectos de la Gran Recesión de 2008. La creciente polarización social, unida a la incapacidad del neoliberalismo para desarrollar una arquitectura institucional mínimamente integradora, ha reavivado una serie de discursos cuya matriz ideológica parece inspirarse en los años 20 y 30 del siglo pasado -si bien su raigambre es colonial-. De algún modo, la emergencia de la extrema derecha en Europa puede verse -al decir de Wolfgang Streeck- como un momento avanzado de la guerra entre el pueblo del Estado (Staatsvolk) y el pueblo del mercado (Marktvolk): sería una consecuencia de la erosión de las democracias occidentales, los derechos civiles y los servicios públicos de las diferentes naciones frente a la capacidad depredadora de inversores, acreedores y finanzas, cuyo juego se produce a escala internacional. De hecho, los Estados son meros "consolidadores de deuda", siempre solícitos ante el humor cambiante de los mercados. En un contexto como este, la renacionalización de la política -en forma de repliegue identitario, racista y soberanista- plantea una alternativa que seduce a una parte importante de los sectores populares en los países del norte. ¿La historia se repite?


Posfacismos: partidos y movimientos


Más que de fascismos al uso, cabría calificar estas nuevas apuestas políticas reaccionarias de "posfacismos". Siguiendo a Enzo Traverso, podríamos decir que los nuevos partidos y movimientos han perdido el lustre utópico de los fascismos clásicos, su mirada hacia el futuro. A través de una revolución conservadora, Mussolini o Hitler prometían un tiempo nuevo caracterizado por la modernización, el industrialismo y un proyecto imperial para sus sociedades -este último constituía la propia mitología de la que se alimentaba el fascismo en todas sus formas de expresión-. Hoy nos encontramos con una ultradrecha defensiva, nostálgica y vuelta hacia un pasado "glorioso" más imaginario que real. Se trata de una serie de partidos autoritarios que -sobre todo- prometen orden, seguridad e identidad más allá de las convulsiones económicas y los conflictos políticos de la época. En cierto sentido, está claro por qué las viejas clases trabajadoras del cinturón del óxido francés y norteamericano -si nos acercamos al fenómeno Trump- han apostado por estas alternativas: tras décadas de empobrecimeinto y relegación, estas formaciones ofrecen un promesa de restauración del honor en clave simbólica y material. La llamada "prioridad nacional" es eso, un Estado benefactor sólo para los hijos de la patria -nunca para quienes vienen de fuera-.


Por otro lado, la emergencia de estas fuerzas políticas se alimenta tanto del vacío dejado por la administración neoliberal como por las izquierdas. Éstas últimas, oscilando cada vez más en torno a las clases medias, han perdido el pie en sectores enteros de las clases trabajadoras. Y además casi con su propio discurso, pues si dejásemos a un lado la xenofobia, el racismo y el autoritarismo, las críticas contra las finanzas, contra lo antidemocrático de la arquitectura de la UE o los tratados comerciales, los discursos serían muy similares. Pero la irrupción de estos partidos no se debe sin más a una indignación que en el norte de Europa se habría decantado electoralmente hacia la derecha. Generación identitaria en Francia, la Casa Pound en Italia o PEGIDA en Alemania han abonado el terreno para que estas formaciones de ultraderecha adquieran relevancia institucional. A través de dinámicas de movimiento en red, movilizaciones, agitación social y estrategias de okupación, estos movimientos han impulsado una tenaz transformación del sentido común en las calles de la vieja Europa. De hecho, el modelo de la Casa Pound se ha exportado a otros países y ciudades, como Madrid. Hogar Social Madrid (HSM), siguiendo de cerca a los italianos y a Amanecer Dorado, sostienen una okupa en el centro de la ciudad que interviene en el tejido barrial haciendo sindicalismo social "sólo para españoles": banco de alimentos, derechos habitacionales sólo para nacionales y otro tipo de apoyos. El plan es adquirir suficiente fuerza como para dar el salto a la política.


En el contexto español, en medio de una recesión que anuncia un recrudecimiento de la crisis, y con una "nueva política" progre, alejada del tejido social que insiste en hablar de orden y patria, existe un campo abonado para que movimientos como el HSM se repliquen y ganen adeptos. Sobre todo en un momento en el que partidos como Ciudadanos experimentan con nuevos discursos de estigmatización de la pobreza -su campaña anti-okupas- y el PP se ve obligado a reestructurarse tras su particular debacle. ¿Será la oportunidad para la emergencia de una fuerza de extrema derecha en España? Hasta ahora todos los intentos han tenido el mismo resultado: el fracaso. Pero es difícil descartar un nuevo impulso.


Pensar el Antifascismo hoy


Si al final de la Segunda Guerra Mundial los términos "democracia" y "antifascismo" estaban soldados en una unidad, y no podía entenderse el uno sin el otro, hoy día esa vieja alianza se ha quebrado. El hecho de que formaciones abiertamente neofascistas estén en los parlamentos es una buena muestra de ello. La cuestión es si los movimientos antifascistas -depositarios de toda una memoria de luchas- son capaces de desplegar una agenda social y política con los valores que derrotaron por vez primera al Leviatán. Lo cierto es que la sociedad actual dista mucho de aquella que vio emerger al antifascismo español en los 80, en los 90 y 2000, está atravesada de otras variables sociales y de movimiento. No sólo hemos tenido un 15M en España, sino que tras el último 8M, el movimiento feminista ha señalado, en gran medida, el camino a seguir. En este sentido, hoy día es impensable un antifascismo que no sea capaz de estar estructurado en torno a claves feministas. ¿Significa esto abandonar las estrategias de autodefensa? En absoluto, pero implica replantear el sujeto del antifascismo con verdadera radicalidad y sus repertorios de intervención. Además, el antifascismo ya no puede ser mayoritariamente blanco, si quiere ser una fuerza social representativa debe ser mestizo, pues así son las calles y los barrios reales, desde el centro a la periferias de las ciudades. ¿Es posible construir un antifascismo social y político que impulse una agenda propia desde los barrios hasta las instituciones? ¿Es posible establecer un dique de este tipo contra la derechización social y ganar terreno? Y es que vincular de nuevo las palabras democracia y antifascismo es una tarea que sólo podrá hacerse desde una alianza amplia, en común y a la ofensiva.


De estas y otras cuestiones hablaremos en el #Mac4Madrid en el taller Antifascismos: estrategias colectivas y movilización social


Este artículo es una síntesis de la ponencia que articulará las discusiones. Puedes leerla aquí El retorno del Leviatán: fascismos y antifascismos en el siglo XXI. Una discusión abierta

Sobre este blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio ¡Viva el mal!
Proyecto UNA, presentan “La viralidad del mal. Quién ha roto internet, a quién beneficia y cómo vamos a arreglarlo” en Señales de Humo.
Memoria histórica
No olvidamos ¿Pistola o papel? Hoy toca papel
Un vistazo al aparato clandestino del MLE en Francia durante los años 40. Para empezar, la rama dedicada a la falsificación de moneda y documentos.
Opinión
Opinión Quan isc a buscar l'alegria (carta de amor a València)
Muchas aprendimos a amar València a kilómetros de distancia gracias a una cultura musical y antifascista llena de luz y de sal, de ardor y de dulzaina, de voces que pusieron letra y sonido a nuestros malestares.
Sobre este blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas las entradas
Ibex 35
Ibex 35 Las retribuciones de los grandes empresarios multiplican por 118 lo que ganan sus trabajadores
Los directores y ejecutivos de Inditex, Banco Santander, Iberdrola, Indra, CIE Automotive y otras empresas del Ibex 35 multiplican por cientos de veces los sueldos medios de sus empleados.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Catalunya
Derecho a la vivienda La “revuelta de las llaves” echa a andar con tres huelgas de alquileres en Catalunya
Tres promociones de vivienda deciden ir a la huelga de inquilinos, una de las medidas defendidas por las manifestaciones del 13 de octubre y el 23 de noviembre en Madrid y Barcelona para hacer frente a los alquileres impagables.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Inteligencia artificial
Inteligencia artificial Los creadores rechazan las licencias ampliadas para el uso de sus obras en la IA: “Es un genocidio cultural”
El Real Decreto para regular la concesión de licencias colectivas ampliadas para la explotación masiva de obras protegidas por derechos de propiedad intelectual para el desarrollo de modelos de Inteligencia Artificial recibe un rechazo generalizado.

Últimas

Personas sin hogar
Personas sin hogar Encierro en el Ayuntamiento de Granada para reclamar albergues para las personas sin hogar
Decenas de activistas exigen tratar, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, con la alcaldesa de la ciudad sobre la necesidad de medidas urgentes ante la gravísima situación de las personas sin hogar en plena ola de frío.
Opinión
Tratados UE-Mercosur, el acuerdo que acabará con el modelo de agricultura europeo
Toda la producción agroalimentaria familiar, de pequeña escala y que desarrollan la economía local va a salir perdiendo, sea en Europa o los cuatro países latinoamericanos.
Siria
Siria Israel bombardea la transición siria
Mientras el nuevo gobierno del país intenta proyectar legitimidad dentro y fuera de sus fronteras, el ejército sionista expande su control del territorio en los Altos del Golán, y Europa congela miles de solicitudes de asilo de personas sirias.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La moratoria del ‘escudo social’ no ha servido para impedir tres de cada cuatro desahucios
Un redactado poco claro, que deja libertad a los jueces para saltarse la moratoria, limita su alcance. A pocas semanas de su fin, organizaciones de vivienda piden que sea mejorada, ampliada y convertida en permanente.
Baleares
Memoria histórica Acuerdo en Baleares entre la izquierda y el PP para no derogar la ley de memoria histórica
El Govern ya no buscará los apoyos de la ultraderecha en los presupuestos ni cumplirá con uno de los puntos más calientes del programa, como era la derogación de la ley de memoria democrática.
Más noticias
Tribuna
Tribuna El día después del derrocamiento de Al Asad en Siria
El pueblo sirio ha sufrido lo indecible en los últimos años en sus aspiraciones de soberanía y de liberación. La pregunta ahora es ¿cómo se va a reconfigurar el reparto de poder en Siria y en la región?
Tren de alta velocidad
Explotación laboral Huelga en Iryo para los días clave de Navidad: “Solo queremos que respeten el Estatuto de los Trabajadores”
CGT convoca paros los días fuertes de estas vacaciones para, antes de comenzar a negociar un convenio propio, conseguir el abono de dietas a la plantilla de tripulación y el cobro del plus de nocturnidad.
Estados Unidos
Estados Unidos Detenido el presunto autor del asesinato de un CEO: “Parece que tiene mala voluntad hacia las corporaciones”
El presunto asesino del director ejecutivo de UnitedHealth, Brian Thompson, ha elogiado en un manifiesto a Unabomber, el terrorista de la derecha estadounidense que en los 80 cometió varios atentados con fines políticos.

Recomendadas

Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.
Cine
Ramón Lluis Bande “Asturies tiene sin construir el relato de su tiempo revolucionario”
El cineasta Ramón Lluis Bande entiende la memoria histórica como un “camino de exploración formal infinito” y de reflexión sobre el propio lenguaje cinematográfico “en relación con la realidad, la historia, el arte y la política”.
Fondos buitre
Madrid Ecosol, la cooperativa agroecológica que lucha por sobrevivir al desalojo del fondo buitre Élix Rent
Este gigante inmobiliario, que ya ha logrado hacerse con la práctica totalidad del edificio que alberga el proyecto, se niega a renovar su contrato de alquiler ya que busca rehabilitar el inmueble y alquilarlo a precios desorbitados.
Siria
Siria Cuando el miedo a la deportación es real: obligados a volver a Siria
Turquía lleva mucho tiempo deportando a los refugiados sirios. Aunque intenta justificar sus prácticas ante la comunidad mundial, estas vulneran el derecho internacional.