Feminismos
Por qué las abolicionistas no son nuestra manada

Y por qué preferimos organizarnos en sindicatos, ateneos y organizaciones de colectivos en lucha que en grupos de lobas o ministerios.
Contra la criminalización del trabajo sexual
Acto de protesta en el Raval (Barcelona), organizado por Putas Libertarias del Raval, Putas Indignadas y LasGenera, el 17 de diciembre 2023
Colectivo Genera @las_genera
15 jun 2023 12:23

En los ataques discursivos por parte del abolicionismo prohibicionista de la prostitución viene siendo frecuente un alto nivel de beligerancia y descalificación hacia las trabajadoras sexuales y hacia todas aquellas activistas que nos posicionamos a favor de la despenalización y el reconocimiento de derechos del trabajo sexual. Lo más preocupante no son las formas en sí, particularmente vengo de una generación militante a la que eso nos la suda bastante. Lo más preocupante es cómo todo ello suele servir de parapeto emotivo para compensar la falta de argumentos sólidos y de datos fiables que sostengan sus posturas intentando generar un clima de desconocimiento e ignorancia que favorece los estallidos punitivos.

De hecho, hace unos días que leemos, en ese gran escenario opinador que es Twitter, una serie de hilos en los que, mediante un debate irresoluble y hasta cierto punto ininteresante, se pretende deslegitimar a los movimientos proderechos del trabajo sexual afirmando que sus argumentos se basan en “escuchar las voces de las trabajadoras sexuales en sus reivindicaciones”. Reducir el argumentario proderechos a esta cuestión nos parece un error malintencionado que muestra una tremenda ignorancia respecto a las elaboraciones teórico-políticas que han desarrollado los feminismos históricamente y que son de una gran profundidad y complejidad.

Escuchar las reivindicaciones de las trabajadoras sexuales activistas o recoger las necesidades que nos transmiten las mujeres que, debido al estigma, no disponen de la posibilidad de tener una voz pública nos aporta informaciones que constituyen un elemento importante para sostener la convicción respecto a la necesidad de la despenalización y el reconocimiento de derechos laborales al trabajo sexual. Ahora bien, esto no es lo mismo que escuchar sus reivindicaciones con el fin de asumirlas sin discusión, más que nada porque entre las propias trabajadoras sexuales, al igual que entre las trabajadoras de cualquier sector o entre las mujeres de cualquier colectivo vulnerabilizado, hay diversidad de miradas y opiniones. Y esto es porque ser trabajadora sexual no es una esencia, sino una posición cruzada por muchos factores, entre ellos, el de los posicionamientos políticos o éticos (las trabajadoras sexuales también gastan de eso, por si no lo sabíais). Por supuesto, estaremos del lado de las mujeres que luchan por unos objetivos políticos que sean mínimamente coherentes con nuestros principios básicos. Por ejemplo, estaremos siempre a favor de aquellas activistas que defiendan los intereses de las trabajadoras y las mujeres precarizadas, pero no de aquellas que defiendan una regulación que beneficie a los empresarios del sexo o al Estado como mecanismo regulador de la sexualidad de las mujeres y su uso monetarizado. Las escucharemos, por qué no, pero no compartiremos la lucha a grandes rasgos. Por tanto, no, este argumento no está en el centro de las posturas proderechos.

Estaremos siempre a favor de aquellas activistas que defiendan los intereses de las trabajadoras y las mujeres precarizadas, pero no de aquellas que defiendan una regulación que beneficie a los empresarios del sexo o al Estado como mecanismo regulador de la sexualidad de las mujeres y su uso monetarizado

Ahora bien, no está de más aprovechar la insignificancia real de los insultos y las difamaciones para aportar algunas ideas breves que sí están en el centro de las posturas proderechos.

Para empezar, una idea clave es distinguir entre prostitución voluntaria, trata y tráfico. Entendemos que el trabajo sexual voluntario existe, dando por hecho que la voluntad no es lo mismo que la libre elección y mucho menos que el deseo. No trabajamos sobre la hipótesis de que las mujeres escogen libres de condicionamientos o que desean ejercer el trabajo sexual. Trabajamos sobre la hipótesis de que para muchas de ellas el trabajo sexual es una vía de acceso a su propia supervivencia en un contexto muy limitado de elección debido a los marcos que jerarquizan nuestras existencias en base a la clase social, la racialización, la procedencia geográfica y la salud, entre otros factores. Una gran parte de nuestro activismo se centra en luchar en paralelo para derrocar las instituciones que promueven políticas económicas, legislaciones y modelos socio-culturales que limitan las opciones y violentan las vidas de todas las personas, todo ello con la finalidad de ampliar los marcos de negociación de los colectivos más vulnerabilizados.

Una idea clave es distinguir entre prostitución voluntaria, trata y tráfico y entendemos que la voluntad no es lo mismo que la libre elección y mucho menos que el deseo

En esta confusión interesada de los discursos neoabolicionistas entre trabajo sexual, trata y tráfico se incorporan también otros elementos que empujan a la desorientación como es el uso de conceptos como la explotación sexual y el proxenetismo. Ambos conceptos tienen una carga moral inmensa y dificultan la detección de la verdadera prostitución forzada, la trata, que implica un trabajo esclavo y forzado, que afecta aproximadamente a una de cada siete mujeres que ejercen la prostitución en el mundo según organismos como la ONU, la OIT o la GAATW. Estos mismos organismos desaconsejan el uso del concepto de explotación sexual que muchas veces se confunde con el mero ejercicio en situaciones de vulnerabilidad (como si no la hubiera en otros sectores) y con situaciones de explotación laboral en el ejercicio de la prostitución.

Además, las asociaciones y colectivos proderechos denunciamos desde hace años que el concepto de “explotación sexual” es impreciso y constituye un gran cajón de sastre que está siendo utilizado para justificar las redadas en los espacios de ejercicio de la prostitución, la detención de las mujeres racializadas y migradas y las expulsiones. De hecho, desde Genera detectamos un aumento de las redadas y las detenciones a mujeres desde que los discursos abolicionistas disponen de mayor altavoz y están articulando las políticas ministeriales supuestamente feministas. Sabemos con certeza que los empresarios del sexo (evitamos el uso de proxenetas que parece volver buenos a los empresarios de otros sectores económicos) cometen abusos hacia las trabajadoras en forma de exceso de horas, malas condiciones de trabajo, etc. y esto en nuestro mundo se combate con organización obrera, sindicalismo y apoyo mutuo.

La reivindicación del trabajo sexual como trabajo es el primer paso para abolir el trabajo sexual y todo trabajo asalariado. Como ha apuntado Morgaine Merteuil en su libro “El trabajo sexual contra el trabajo” reclamar un salario para el trabajo sexual no es algo que solo favorezca a los intereses capitalistas de la industria sexual. Reclamar un salario para el trabajo sexual es un paso necesario para desidentificar a las mujeres con el sexo, una imposición patriarcal que en el marco capitalista siempre produce beneficios. Estos beneficios se producen tanto en el marco del sexo de pago como en el del sexo gratuito que también produce directamente beneficios para el capitalismo como bien han apuntado las economistas marxistas feministas. Convertir el sexo en trabajo implica poder desidentificarse del sexo con el fin de explorarlo en otras dimensiones, convertirlo en actividad laboral, poder rechazarla como tal e incorporar estas miradas en las luchas más amplias contra el trabajo.

Reclamar un salario para el trabajo sexual es un paso necesario para desidentificar a las mujeres con el sexo, una imposición patriarcal que en el marco capitalista siempre produce beneficios

Pero para entender todo esto hay que sacudir otro prejuicio del que adolecen las posturas abolicionistas, vengan de donde vengan: el del esencialismo. Si algo han hecho bien los feminismos de la tercera ola ha sido cuestionar la idea de que los significados que otorgamos a los cuerpos son algo esencial, inherente y biológicamente predeterminado. La significación distinta en clave binaria de las partes del cuerpo, su jerarquía y la división del mundo en base a la observación supuestamente objetiva de los órganos que participan directamente en la reproducción son constructos socio-históricos y no propiedades inherentes de los cuerpos. Con esta idea podemos entender que efectivamente no, no todas las mujeres otorgamos el mismo valor a nuestra vagina, ni la tenemos apartada como un bien que se entrega solo en contextos de seguridad y afecto. Algunas podemos hacer usos instrumentales o económicos con ella o con cualquier otra parte del cuerpo significada sexualmente. Por este motivo todos estos chous discursivos altamente emotivos, afectados, airados y conmovidos pero basados en escasas o nulas evidencias adolecen también de un tremendo puritanismo y moralismo. Herederos de las premisas católicas y victorianas parecen significar el sexo como algo impuro y a las mujeres como las garantes de la moral y la reproducción social, algo muy poco marxista, por cierto.

No, no todas las mujeres otorgamos el mismo valor a nuestra vagina, ni la tenemos apartada como un bien que se entrega solo en contextos de seguridad y afecto

En cualquier caso, ni las putas, ni las violadas, ni las pobres, ni las madres, ni las proletarias aceptamos ser utilizadas para machacar a otras compañeras que están en lucha por su subsistencia. Y eso no tiene que ver con las formas ni con la superioridad moral o epistémica de ningún sujeto revolucionario. Esto tiene que ver con la solidaridad entre comunidades en lucha.

Archivado en: Feminismos
Sobre este blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.
Feminismos
Feminismo Dous anos sen reparación tras sufrir lesbofobia nun Rexistro Civil de Pontevedra cando ían inscribir a seu fillo
Un funcionario negouse a inscribir ao fillo de Antía e a súa parella. Un erro de redacción na lei trans está detrás dos argumentos que o funcionario esgrime para defender a súa actuación.
Agus
17/6/2023 9:21

Aquí un boceto de proyecto formativo sindical prostituyente:
https://bit.ly/3AQeRFL

0
0
gabrielfdpb
16/6/2023 9:55

Gracias, muy bueno.

0
0
Agus
16/6/2023 8:50

Vaya discurso más reaccionario y plagado de mentiras y demagogia. Precisamente lo primero que protege cualquier ley abolicionista son los derechos de las putas.
Dudo que Amelia Tiganus en su revuelta de las putas ignore las cuestiones de derechos y de libertad expuestas en este panfleto.

1
0
Sirianta
Sirianta
16/6/2023 17:35

Pensaba en Amelia mientras leía el artículo, el cual desprende un odio sorprendente hacia mujeres feministas que no comparten su opinión en cuanto a la regulación de la prostitución, una actividad que, para mí, es contraria a la igualdad de género y a la defensa de los derechos humanos.
Otros trabajos son basura, lo sé, muchas mujeres son explotadas y humilladas sin tener que mantener sexo, lo sé. Pero eso no justifica que la prostitución deba regularizarse. Lo que hay que hacer es combatir la explotación en todas las esferas.
En cuanto a lo de llamar "empresarios del sexo" a los proxenetas... Uf... Me dan arcadas.

0
0
Sobre este blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas las entradas
PSOE
Crisis de Gobierno “El Gobierno está en la UCI”: los aliados de Sánchez afilan el discurso en clave electoral
A la espera de nuevas pruebas que puedan afectar directamente al presidente del Gobierno o algún indicio de financiación ilegal del PSOE, Podemos radicaliza su crítica al bipartidismo y Sumar habla de “un cambio de 180 grados”.
Alicante
Alacant Martín Villa y el expolicía Daniel Aroca irán a juicio por un asesinato político durante la transición
El exministro y empresario será investigado por crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista. Se trata del primer caso de estas características dirigido desde un juzgado español.
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Consumo
David Sánchez “Shein está diseñado para crear adicción a través de patrones muy oscuros”
David Sánchez Carpio es director de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), una de las organizaciones que han denunciado al gigante chino de venta de ropa por internet ante la Comisión Europea. “No hay que culpabilizar a los consumidores".
Opinión
Opinión Amor, alienación y nostalgia en la obra de Wong Kar Wai
El cine de Wong Kar Wai logró captar la avalancha de nostalgia que florecía en el capitalismo tardío frente a la desorientación y la enajenación de los propios sujetos sociales.

Últimas

Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Portugal
Antifascismo Concentraciones en varias ciudades de Portugal en repulsa a la agresión a un actor por un grupo neonazi
Cientos de personas se concentran en distintas ciudades portuguesas en repulsa a la agresión al actor Adérito Lopes por parte de un grupo de neonazis el pasado 10 de junio.
Navarra
Navarra Denuncian la criminalización de menores y falta de recursos en Marcilla
Trabajadoras del COA de Marcilla denuncian criminalización de menores, falta de recursos y condiciones indignas, mientras el Gobierno de Navarra traslada a 23 menores y refuerza la seguridad tras el brote racista.

Recomendadas

Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Rap
Los Chikos del Maíz “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en el que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.