Opinión
Hormigas

Qué pasaría si un día todas las hormigas decidieran no coger ese vagón de metro, no comprimir sus cuerpos entre parada y parada, y soltar todas las mochilas llenas de ordenadores en el andén y salir a la superficie vía escalera mecánica.
Vagón de Metro de Madrid
Vagón atestado de gente en el Metro. David F. Sabadell
20 mar 2024 06:00

Éramos como hormigas avanzando por los pasillos del metro. Cuando una de nosotras se paraba, el resto, más que nada por obligación, debía pararse y esperar. Filas interminables de personas sudorosas, en verano y en invierno, progresaban despacio hasta llegar al andén y esperar el turno para subir a su vagón. Torrente humano, laberinto de cuerpos, mar de miradas que se pierden y anhelan la superficie.

En el interior mecánico del tren que las lleva al trabajo, las hormigas piensan en el día que les queda por delante. Documentación que rellenar, casas por limpiar, noticias sin escribir. Los rostros plomizos aguantan los tirones de cada acelerón y los empujones tras cada frenazo. Las hormigas se apoyan unas sobre otras porque no hay asientos ni barrotes metálicos para todas y no queda más remedio que sentir otros cuerpos y oler otros sudores.

Temprano, en los primeros viajes, todavía hay espacio para el sosiego, los pensamientos amables y las ideas ilusionantes. Pero en ciertas líneas y en algunas horas concretas, las ocho o las nueve de la mañana, todo cambia. Las hormigas se apretujan para no perder el tren que las lleva directas al trabajo. Cuesta respirar. Los cuerpos se comprimen para llegar a tiempo y, donde parece imposible que quepa ni una sola hormiga más, todavía logran traspasar la puerta otras cinco o seis que piden perdón, pero se hacen con un espacio desplazando al resto, que protesta, pero lo hace en voz baja, porque de qué serviría gritar o ser la díscola del vagón, si lo único que quieres es que pasen las paradas y avanzar.

Porque si una hormiga protesta cuando la empujan, la pisan, le respiran en la nuca o le clavan un codo, tiene todas las papeletas para salir perdiendo y agitada del vagón. Por eso, no resulta extraño ver hormigas prácticamente dislocadas sujetando su bolso, agarrándose al único espacio de un asidero que queda libre y haciendo fuerza con las piernas para no caerse tras cada frenazo. Aquí un pie, aquí un brazo y un poco más allá su corazón. Las hormigas son plásticas y pacientes, y se recomponen, miembro a miembro, cuando por fin atisban su parada final.

Las hormigas llegan al trabajo exhaustas y aprovechan los viajes para hablar por teléfono. Las conversaciones se cruzan entre las que no han hecho la compra, las que no tendrán un día libre hasta dentro de ocho días y las que prepararon un táper que olvidaron en la encimera y, ese día, lo tendrán muy complicado para comer algo porque no hay tiendas cerca del trabajo y no pueden permitirse mucho más.

Cómo sería dejarlo todo y no por vacaciones, sino por una silenciosa rebelión entre hormigas que se han cansado las unas de las otras y que no quieren verse ni una sola mañana más

Qué pasaría si un día todas las hormigas decidieran no coger ese vagón de metro, no comprimir sus cuerpos entre parada y parada, y soltar todas las mochilas llenas de ordenadores en el andén y salir a la superficie vía escalera mecánica. Cómo sería todo si, por un día, los cuerpos que se oprimen y resudan unos contra otros decidieran no hacerlo más, quitarse los pesados abrigos de invierno, que de nada sirven dentro del metro, y salir a dar una vuelta al Retiro en martes y no volver a esa oficina, a esa redacción o a esa casa que está sucia esperando a que la limpien. Cómo sería dejarlo todo y no por vacaciones, sino por una silenciosa rebelión entre hormigas que se han cansado las unas de las otras y que no quieren verse ni una sola mañana más para llegar a la misma parada y ascender por el mismo pasillo, con las mismas prisas y los mismos empujones.

Pero las hormigas saben que eso no pueden permitírselo. Quizá en otra vida, en otra ciudad, con otro trabajo y con otro monedero. Por ahora las hormigas, una por una, salen solícitas cuando el mecanismo automático de la puerta se acciona y se abre. A borbotones, despejan el andén, que seguirá ahí a la mañana siguiente esperándonos a todas.

Archivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Lo raro es estar viva
¿De qué sirve agobiarse por ciertas pequeñeces si somos un punto mínimo, una huella desdibujada, un puntito sobre un folio en blanco con un boli bic que casi no pinta?
Opinión
Tratados UE-Mercosur, el acuerdo que acabará con el modelo de agricultura europeo
Toda la producción agroalimentaria familiar, de pequeña escala y que desarrollan la economía local va a salir perdiendo, sea en Europa o los cuatro países latinoamericanos.
Opinión
Opinión Ante la bancarrota política de la izquierda
Una derecha cada vez más reaccionaria, una izquierda cada vez más débil y desorientada. Este podría ser un buen titular para describir la situación política que se vive en gran parte del mundo, también en Europa y en España.
emeteriolei2013
26/3/2024 9:29

Como hormigas" a trabajar!
Como hormigas" de vacaciones!
Como hormigas" al fútbol! etc....
Eso somos para 🤑🤑

0
0
derROTista
21/3/2024 18:46

No entiendo cuál es el punto de este artículo...
¿Una diatriba contra el transporte público? En los tiempos actuales sería hasta irresponsable
¿Un manifiesto post-izquierdista para lumpenizarnos masivamente? A la larga no tendríamos donde caer muertæs (si no nos liquidan los maderos o los milicos antes).

0
0
Paco Caro
20/3/2024 14:32

Las hormigas existen porque alguien se hace rico con ellas. Si dejan de servirle para eso, las hormigas sobran.

0
0
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Vecindario y trabajadoras se plantan contra la privatización de los servicios en el Doce de Octubre
Denuncian la suspensión de intervenciones quirúrgicas desde que la empresa Croma Gio. Batta gestiona la esterilización del material. Una concentración el próximo sábado 14 de diciembre a las 12 horas se opondrá a esta deriva privatizadora.

Últimas

Opinión
Opinión Lo raro es estar viva
¿De qué sirve agobiarse por ciertas pequeñeces si somos un punto mínimo, una huella desdibujada, un puntito sobre un folio en blanco con un boli bic que casi no pinta?
Ibex 35
Ibex 35 Las retribuciones de los grandes empresarios multiplican por 118 lo que ganan sus trabajadores
Los directores y ejecutivos de Inditex, Banco Santander, Iberdrola, Indra, CIE Automotive y otras empresas del Ibex 35 multiplican por cientos de veces los sueldos medios de sus empleados.
Personas sin hogar
Personas sin hogar El Ayuntamiento de Granada, APDHA y ‘La Calle Mata’ acuerdan un Plan de urgencia para las personas sin hogar
Después del encierro de decenas de activistas en el consistorio y la muerte de dos personas sin hogar en la calle en menos de 24 horas, el Ayuntamiento y las organizaciones civiles acuerdan un Plan de Urgencia para el frío de aplicación inmediata
Memoria histórica
Memoria histórica La parte oculta de las exhumaciones: la recuperación paso a paso del Fossar d’Alzira
Una exhumación va más allá de desenterrar huesos. Se necesita un equipo de expertos y meses de trabajo para identificar las víctimas del franquismo.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.
Cine
Ramón Lluis Bande “Asturies tiene sin construir el relato de su tiempo revolucionario”
El cineasta Ramón Lluis Bande entiende la memoria histórica como un “camino de exploración formal infinito” y de reflexión sobre el propio lenguaje cinematográfico “en relación con la realidad, la historia, el arte y la política”.