Opinión
Habitar en el hoy como persona no binaria

Las personas no binarias no existimos ante la ley, pero tampoco en el imaginario de la mayor parte de la sociedad. Crear redes y sentarnos es la única forma de conocernos, algo que intentará facilitar el Encuentro Estatal Enebé* de diciembre.

Activista trans nobinarie, integrante de Sexualiarte.
@alanaqueer

Integrante del colectivo Une Para Todes

@celifdevelasco

3 nov 2025 06:00

La Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, más conocida como ley trans, entró en vigor en marzo de 2023, hace ya más de dos años y medio. Mientras la mayoría de las organizaciones trans unidas en la Plataforma Transcelebraron los avances de la ley —y no vamos a discutir que la ley incluye avances como la despatologización y la autodeterminación— nosotres nos quedamos fuera con nuestras heridas pues la celebrada ley trans no nos incluye a las personas no binarias: la autodeterminación se queda limitada a “hombre” y “mujer”. Las organizaciones trans y LGBTI que antes insistieron en que nadie se quedaría atrás, ahora solo nos mostraron la espalda, ya no importábamos.

Para ser honestes, no somos el único colectivo que se quedó fuera de la ley. También se quedaron fuera les migrantes trans y las infancias trans menores de 12 años, esto último significa un paso atrás respecto a la sentencia del Tribunal Constitucional 99/2019, que permitió a personas trans menores de 12 años “con suficiente madurez y que se encuentren en una situación estable de transexualidad” cambiar su sexo registral. Ahora, con la ley 4/2023, solo pueden cambiar su nombre, pero no su sexo. 

Desde la aprobación de la ley trans, nosotres, las personas no binarias, nos sentimos abandonades por el movimiento trans mainstream

Respecto a les migrantes trans, la ley solo permite a aquelles migrantes trans cambiar su sexo en España que pueden demostrar que no pueden hacerlo en su país de origen. Además, dos años y medio después de la aprobación de la ley, todavía no existe un reglamento que determine la “autoridad competente” para este procedimiento, dejando a les migrantes trans en un limbo legal.

Sobre personas con discapacidad, la Ley Trans solo dice que “podrán solicitar, con las medidas de apoyo que en su caso precisen, la rectificación registral de la mención relativa al sexo”. Sigue la infantilización de las personas disca.

Desde la aprobación de la ley trans, nosotres, las personas no binarias, nos sentimos abandonades por el movimiento trans mainstream. No solo no existimos para la sociedad en general, parece que tampoco existimos para la Plataforma Trans. Hemos aprendido la lección: necesitamos organizarnos para hacernos visible y tener una voz propia.

Las vidas no binarias: discriminación y múltiples violencias

En verano de este año, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el comité de personas expertas encargado con supervisar el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, recogió en sus Observaciones Finales sobre el informe del Estado Español: “con preocupación que la Ley 4/2023 limita el reconocimiento legal de la identidad de género a las categorías de “hombre” y “mujer”, lo que implica en la práctica, que las identidades no binarias no se reflejan en los documentos oficiales de identidad ni en otros registros administrativos del Estado.” Y expresó “su preocupación por el hecho de que esta falta de reconocimiento expone a las personas no binarias a situaciones de discriminación en diversos ámbitos, incluidos los espacios públicos y de ocio, el sistema educativo, los servicios de salud y el empleo, entre otros (arts. 2, 7, 17, 24 y 26).” Estos artículos refieren a la prohibición de un trato inhumano o degradante, el derecho a la privacidad e intimidad, el derecho de les niñes a la no discriminación, y la no discriminación en general. Es decir, el Comité de Derechos Humanos dice que la violencia y la discriminación que sufrimos en muchos ámbitos de nuestra vida constituyen una violación de nuestros derechos humanos, en concreto, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Las personas no binarias no existimos ante la ley, pero tampoco en el imaginario de la mayor parte de la sociedad. Esto va más allá de la transfobia o la enebefobia, se trata más bien de una experiencia casi permanente de invalidación de nuestra existencia

Lo primero es nuestra invisibilidad. No existimos ante la ley, pero tampoco en el imaginario de la mayor parte de la sociedad. Esto va más allá de la transfobia o la enebefobia, se trata más bien de una experiencia casi permanente de invalidación de nuestra existencia, la negativa a aceptar nuestra identidad como real o verdadera. Esto se expresa visiblemente en que en cualquier interacción con una persona desconocida: esa persona nos va a asignar un género binario y va a tratarnos o en masculino o en femenino, en una terraza de un bar, en una tienda, en la calle o en el trabajo. Tenemos la opción de pasar por alto permanentemente ser malgenerizade, o salir del armario como persona no binaria equis veces al día. Experimentamos innumerables formas de invalidación en múltiples contextos sociales, lo que contribuye a procesos afectivos y cognitivos negativos, como confusión, dudas sobre une misme, rumiación y vergüenza internalizada.

Aquí no tenemos el espacio para exponer en detalle todas las violencias que sufrimos. El informe de Sexualiarte al Comité de Derechos Humanos de mayo de 2025 resume a tres investigaciones sobre el tema. Un tema recurrente es que muches de nosotres practicamos el cis-passing, ocultando nuestra identidad, en muchos ámbitos de nuestra vida, para protegernos de violencias. También evitamos ciertos espacios, que significa una limitación de nuestra libertad de movimiento, o no participar en actividades.

Por ejemplo, muchas personas no binarias evitamos ir a gimnasios o piscinas por el problema del vestuario. Como personas trans —binarias o no binarias— a menudo sentimos que no pertenecemos a este espacio, a este vestuario que usamos. Tenemos que navegar la “no pertenencia”, con todas las emociones y miedos que esto nos causa. Y tenemos que elegir, si el personal del gimnasio nos deja elegir, donde nos sentimos menos en peligro. Según la investigación Transaludes 2024 un 45,8% de las personas trans y no binarias han dejado de usar instalaciones deportivas por discriminación o miedo a discriminación.

Ser no binarie significa a menudo que tu mundo se reduce. Según una encuesta de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, el 81% de las personas no binarias evitan espacios por miedo a ser discriminadas, acosadas o a sufrir violencias: un 12% siempre, 24% a menudo y 45% a veces. Tenemos que añadir a esto que un 81% de las personas no binarias practica el cis-passing en los espacios públicos, la mitad de manera frecuente. Vivir escondiéndote. Y, a pesar de los elevados niveles de cis-passing, seis de cada diez personas no binarias han experimentado discriminación en actividades y espacios de ocio y descanso.

En la población general, el 85,3% considera su salud como muy buena o buena, en comparación con solo el 44,2% de las personas no binarias

Estos patrones de violencia y discriminación, de practicar el cis-passing y escondernos para protegernos – sin éxito -, se repite en todos los ámbitos de nuestra vida: la educación, el sistema de salud, el trabajo, e, incluso, en las relaciones interpersonales. Para más información, os animamos a leer el informe de Sexualiarte de mayo de 2025. 

Como una de las consecuencias, el porcentaje de las personas no binarias que considera su salud como mala o muy mala es muy elevada. En la población general, el 85,3% considera su salud como muy buena o buena, en comparación con solo el 44,2% de las personas no binarias. Más del 70% de los problemas de salud tienen que ver con la salud mental: ansiedad, depresión, trastornos de conducta alimentaria y otros problemas de salud mental. Por ejemplo, en la población general solo el 6,0% ha acudido a una consulta de psicología, psicoterapia o psiquiatría en los últimos 12 meses, mientras que en la población trans y no binaria asciende a un 66,0%. La discriminación, invisibilización, evitación de espacios públicos, la falta de redes y la violencia social supone unas muy malas consecuencias en las personas no binarias, que adicionalmente tendrán más dificultades para el acceso a servicios de atención sociosanitarios. 

Activismo enebé*: encontrarnos para organizarnos

La única forma de salvarnos un poco y poder existir en el amplio sentido de la palabra, sin ocultar nada, y siendo viste por la persona que tenemos delante es juntarnos con iguales y poder hacer redes. La familia elegida, les amigues, los vínculos y las relaciones que establecemos con otras personas trans y/o enebés son muchas veces lo que nos da fuerzas para intentar habitar en el mundo hostil de fuera.

Se siente como coger aire porque es tan necesario como respirar. Puede parecer exagerado pero la lucha constante por sentirte válide agota demasiado y solo nos deja fuerzas para buscar dónde guarecernos y, en ocasiones, ni a eso nos llega el cuerpo. Incluso podríamos decir que “hacer piña” y buscar el encuentro con le otre es una forma de activismo porque ponemos el cuerpo en esa búsqueda y nos enfrentamos a ella, muchas veces con una mochila de situaciones vividas difíciles y tristes. A su vez ese encuentro nos ayuda a juntarnos y ser visibles en manifestaciones y colectivos pero también en las calles y espacios públicos como cuerpos disidentes y eso es muy necesario. Necesitamos que se nos vea para que borremos esa imagen que tiene la gente demonizada de nosotres y también para luchar contra nuestro borrado sistemático.

La desconexión que tenemos las personas no binarias entre nosotres nos lleva a veces a no saber qué es lo que queremos para que nuestras vidas sean mejores

Crear redes y sentarnos es la única forma de conocernos y, algo muy importante, conocer cómo son nuestras situaciones y vivencias, qué necesitamos y cuáles son nuestras demandas. La desconexión que tenemos las personas no binarias entre nosotres nos lleva a veces a no saber qué es lo que queremos para que nuestras vidas sean mejores. En espacios de activismo y de política se ha hablado de posibles propuestas para que existamos a nivel legal y que en nuestras identificaciones de identidad podamos poner una tercera opción, la llamada tercera casilla; pero, también se ha hablado de que se deje la opción de no indicar un género porque hay quien se siente mejor así. Otro de los temas que surgen es qué necesitamos del sistema de salud porque nos encontramos grandes barreras y problemas al acceder a él: gente desinformada, personas que ponen mil trabas a las que hay que enseñar leyes para que nos atiendan o nos permitan acceder a diferentes tratamientos, procedimientos desactualizados, y un largo etc. O también surgen demandas en el deporte de élite o a nivel profesional, tema complicado. Por esto y por más cosas es importante juntarse, hablar, escuchar, comprender, valorar y llegar a conclusiones porque si cada une rema en una dirección diferente, será inútil y nunca llegaremos a puerto. Crear redes nos salvará individualmente y colectivamente.

Buscar ese encuentro no siempre es fácil pues el contexto en el que vivimos puede dificultar tanto el salir a buscar esos espacios y eses amigues como también el poder encontrarlos. Quienes vivimos en ciudades o cerca de ellas tenemos el privilegio de que si buscas, seguramente encuentres un colectivo o varios a los que poder unirte o incluso podrás ir a lugares en los que poder relacionarte con personas enebé. En algunas ciudades incluso podrás elegir entre varias posibilidades: colectivos dedicados a los cuidados, colectivos centrados en el activismo, grupos políticos, asociaciones ... e incluso grupos de gente trans o enebé que hace deporte, teatro, ha creado un club de lectura o juega al rol. No es tan fácil, claro, cuando hablamos de ciudades más pequeñas, porque no hay tanta oferta ni mucho menos, quizá se reduce a 2 o 3 opciones o ni siquiera, y aquí ya entramos a hablar de que muchas ya no serán exclusivas para personas no binarias sino que incluirán a personas trans binarias y por lo tanto podemos caer en el desmitificar las luchas internas de cada letra; o, habrá un grupo para todo el colectivo entero, lo cual reduce las posibilidades de establecer diálogo con otres iguales. Y bueno, ya no hablemos de cuando vives en un pueblo, sin posibilidad de estar en una ciudad, porque en lo rural también hay personas enebé y a elles solo les queda lo virtual o tener suerte de que en su pueblo o en el de al lado haya alguna persona del colectivo con la que poder compartir aunque sea algo.

Encuentro Estatal Enebé*

A raíz de ese encuentro, superando todas las barreras y habiendo hablado y concretado nuestras demandas, podremos organizarnos y tener voz propia, sin dejar que otras letras hablen por nosotres. No es nuestra intención separarnos de las personas trans binarias, de las lesbianas, de las personas bisexuales, de los gays o de las personas intersex. El objetivo no es hacer un movimiento aparte, sino trabajar a nivel interno para conocernos y ser más fuertes para poder conseguir mejorar nuestras vidas y lograr obtener los derechos que merecemos para existir en paz. Muchas veces escuchamos discursos de personas del colectivo que no son no binarias y nos mencionan o hablan de nosotres y eso no está mal cuando en la sala no hay personas enebés, es importante que se nos tenga en cuenta y que se refieran a nosotres, pero a veces, esto no se hace bien o directamente se hace muy mal. En un tiempo en el que las personas trans y/o no binarias estamos en el punto de mira todo el rato, en el que se debate de nuestros derechos y de si deberíamos existir todas las semanas -y a veces cada día- hay que tener cuidado. Estos meses hemos tenido que leer como, mientras países sufrían diferentes problemas nada relacionados con nosotres, nos cargaban con la culpa de la situación económica y social del país, porque sí, es más fácil para las personas de política actuales decir “esto es culpa de los trans” que asumir las consecuencias de sus actos o inacciones. Pero lo peor es que la gente que le vota pues efectivamente se une a ese odio y dice: “Claro, es culpa de los trans”. Por eso debemos tener cuidado cuando hablamos en discursos sobre nosotres y no caer en usarnos como arma política. Y sobre todo, no pisar espacios: si hay una persona enebé en la sala, en tu colectivo, en la manifestación o donde estés, pásale el micro, necesitamos que se nos escuche directamente, no a través de otres.

Estas reflexiones nos han llevado a un grupito de personas enebé de toda España organizar un Encuentro Estatal Enebé*, que tendría lugar del 5 al 8 de diciembre

Todas estas reflexiones nos han llevado a un grupito de personas enebé de toda España a organizar un Encuentro Estatal Enebé*. Sucederá en diciembre durante el puente de la Constitución, del 5 al 8. Tendrá lugar en un albergue en Cercedilla, el norte de Madrid. Bajo el lema “Creando redes”, pasaremos unos días de convivencia para conocernos, debatir, cuidarnos y hablar sobre nuestras vivencias y necesidades vitales. Serán unos días provechosos y enriquecedores, estamos segures. Las inscripciones ya están abiertas y estamos muy felices porque ya hemos recibido las primeras de ellas. Pensamos que este encuentro puede ser muy importante para nuestro colectivo, es una gran oportunidad de hacer comunidad y unir fuerzas y por supuesto, de pasar unos días juntes y disfrutar.

Os animamos a todas las personas no binarias que estéis leyendo esto a venir, y, a las demás personas, a apoyarlo de la forma en que podáis, desde dándole difusión hasta aportando de manera económica a través de nuestro crowdfunding. Cualquier donación es muy bienvenida, pues queremos reducir todos los costes posibles del encuentro.

Más información sobre el Encuentro Estatal Enebé*
El Encuentro Estatal Enebé* tendrá lugar del 5 al 8 de diciembre. Puedes inscribirte en este link hasta el 19 de noviembre. Para apoyar la organización del encuentro, la organización tiene activo un crowdfunding.

Los artículos de opinión no reflejan necesariamente la visión del medio.

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