We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Opinión
Una estrella en la calle Venus de la Mina
Cuando digo que trabajo en la Mina suelen pensar en ese oficio, igual de tosco que digno, basado en la extracción de minerales. Pero no, hablo del barrio de la Mina de Sant Adrià de Besòs. Tras el matiz, suelen asentir, porque esa otra mina también es conocida. Resuenan muchos mitos que la han hecho mediática a través de narrativas en las que se destacan la marginalidad, de la delincuencia y de lo subalterno.
Últimamente se ha hablado del barrio para hacer referencia a tiroteos, al absentismo escolar y a las plantaciones de marihuana. Sin embargo, hoy me gustaría compartir una historia de resiliencia y perseverancia.
En la Mina hay un bloque de pisos situado en la calle Venus. El Consorcio de la Mina (administración del barrio conformada por la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación de Barcelona), acordó derruirlo en el Plan de Transformación del barrio del año 2002. Hace veinte años.
Venus es un rincón olvidado en un barrio construido como “cuarto de despejo” de Barcelona, donde destinaron a cerca de 15.000 personas que vivían en asentamientos de barracas para embellecer la Ciudad Condal
Parte de los fondos del proyecto europeo Urban II debían ir destinados a acciones como esta, pero el dinero se acabó y parece que no ha vuelto ha vuelto a haber recursos para retomar el acuerdo.
Era una acción acordada con los vecinos y vecinas del barrio, que debía servir para reducir la densidad de población de uno de los barrios más masificados y con mayores índices históricos de vulnerabilidad social. Aun así, veinte años más tarde sigue en pie.
Imaginad vivir en un edificio que, al tener previsto un derribo supuestamente inminente, no ha tenido ningún tipo de mantenimiento durante cincuenta años. Imaginad vuestro día a día con cortes constantes de suministros eléctricos, sin ascensores, sin buzones y con bajantes y fachadas que se rompen.
Allí es donde viven personas como Paqui Jiménez, que han tenido el coraje de llevar el caso hasta las últimas consecuencias. Dándole la razón, en junio de 2020 el TSJC sentenció que el edificio debía derribarse, que se realojaría a las familias que vivían allí y que habría indemnizaciones.
Paqui Jiménez es una de las más de 200 personas afectadas del bloque. Lleva años combinando su trabajo en hostelería, como propietaria del bar San Martiño 2, con el activismo social en el barrio. Ella es la portavoz de los vecinos y vecinas del bloque. En un principio representaba a los propietarios, pero ahora atiende las necesidades de todas las personas que le piden orientación. Es la persona que más se ha significado en el embate contra las administraciones.
¿Por qué ha sido necesaria la intervención de un juez en este caso? El tema tardaba tanto en resolverse que la Generalitat de Catalunya decidió paralizar el proceso en el año 2014. No obstante, parece que tras la insistencia de personas como Paqui y las organizaciones vecinales (fundamentalmente la Plataforma de Entidades y Vecinos/as y de la Asociación de Vecinos de la Mina), el proceso sigue su curso y definitivamente hay una empresa encargada de gestionar y de poner en marcha las oficinas para el realojo de las familias de Venus. Esta debía iniciar su labor en el mes de abril de este año, pero de nuevo la tarea se dilata más de lo previsto y teóricamente se pondrá en funcionamiento durante el mes de mayo.
No es justo que la Mina únicamente sea mediática cuando hay dramas. Insistir en mitificar este barrio como un lugar embrutecido es estigmatizar a personas maravillosas
Por mucho que suene a novela de ficción, todo esto no ha ocurrido en otro planeta. Lleva pasando desde hace años muy cerca de Barcelona, a orillas de una costa donde se han construido macro complejos como el del Fórum, el puerto deportivo, el campus de la Universidad Politécnica de Cataluña EEBE; detrás de unos bloques de lujo que en el barrio conocen como la “Mina pija” y al lado de la Ronda del Litoral, desde la que pueden observarse colosales edificios con nombres intergalácticos. Intuyo que el desconocimiento sobre lo que cuento es compartido por la mayoría... y que sorprende.
Con todo, se hace necesario reivindicar el reconocimiento que merecen personas como Paqui Jiménez. Ella es una mujer con carácter, trabajadora, humilde, resiliente y luchadora. Estos adjetivos son los que mejor la describen, y quienes la conocen seguramente estarán de acuerdo.
No es justo que la Mina únicamente sea mediática cuando hay dramas. Insistir en mitificar este barrio como un lugar embrutecido es estigmatizar a personas maravillosas. Han sido centenares de personas del barrio las que, durante décadas, han luchado por la dignificación de los espacios públicos con asambleas y movilizaciones. Las que han elaborado proyectos que han ayudado a las administraciones a paliar problemáticas cotidianas como el derribo de Venus. Esas personas siguen siendo necesarias para convertir el territorio en un lugar más fácil de habitar. Sin personas como Paqui, sería mucho más sencillo ocultarlo.
Venus es un rincón olvidado en un barrio construido como “cuarto de despejo” de Barcelona, donde destinaron a cerca de 15.000 personas que vivían en asentamientos de barracas para embellecer la Ciudad Condal y, de paso, construir viviendas con las que algunos ganarían importantes cantidades de dinero.
En ese rincón, personas privilegiadas como yo hemos podido apreciar que hasta en la inmensidad de la oscuridad hay estrellas que brillan e iluminan, sirviendo de ejemplo e irradiando solidaridad y fuerza. Esta realidad merece ser compartida, pues si miramos de cerca aquello que solo imaginamos a partir de lo que se nos dice, nos damos cuenta de que nunca nada es “lo que parece”.
Relacionadas
Opinión
Opinión El conflicto de la vivienda frente al consenso rentista
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Una manifestación histórica contra los precios inalcanzables del alquiler colapsa Barcelona
Barcelona
Derecho a la vivienda El hartazgo por la vivienda impagable se da cita este 23 de noviembre en Barcelona
Estupendo artículo que además puede servir de base para reivindicar y recordar otros tantos barrios de las periferias de las zonas y ciudades antes industrializadas, y hoy dedicadas a los servicios, cuyos vecinos y vecinas con su fuerza de trabajo y el pago de impuestos siempre ha sostenido y sostiene nuestro Estado.