Opinión
Cuatro lecciones que aprender de la victoria de Zohran Mamdani en Nueva York

Se ha hablado mucho de los videos de Zohran Mamdani y su papel para ganar la alcaldía. Pero, ¿qué hay más allá de esta esperanzadora victoria?
Zohran Mamdani
Zohran Mamdani en la manifestación "Resistir el Fascismo" en Bryant Park el 27 de octubre de 2024. Foto: Bingjiefu He CC BY-NC

Doctorando en Sociología en la UNED e investigador del proyecto Likealocal

5 nov 2025 08:50

Este martes, un candidato de 34 años, musulmán y abiertamente socialista ha ganado las elecciones a la alcaldía de Nueva York. Se abre así un nuevo periodo político cuyo desenlace nadie puede prever, pero que, sin duda, ya ha transformado de forma radical la tendencia política de Estados Unidos, y que está cargado de esperanza y ambición.

Cuando Donald Trump regresaba a la Casa Blanca tras imponerse nuevamente en las presidenciales en 2024, un chaval llamado Zohran Mamdani comenzaba su camino en las primarias demócratas para convertirse en candidato a la alcaldía de Nueva York. Casi un año después, Zohran Mamdani, un candidato que hasta hace poco era un completo desconocido, se ha convertido en el nuevo alcalde de la ciudad.

Existe una gran distancia entre ser progresista, como puede serlo Kamala Harris, y lo que propone la candidatura de Zohran Mamdani para esta ciudad

La pregunta inevitablemente es: ¿cómo, en un momento de creciente autoritarismo en las instituciones del país, y cuando la retórica dominante sostiene que la clase trabajadora respalda las políticas de extrema derecha, puede surgir la posibilidad de que un tipo como Mamdani gane la alcaldía de la ciudad más importante de Estados Unidos? La respuesta rápida podría ser que Nueva York es, en su mayoría, una ciudad progresista. Y eso es cierto. Pero existe una gran distancia entre ser progresista, como puede serlo Kamala Harris, y lo que propone la candidatura de Zohran Mamdani para esta ciudad.

¿Pero, entonces, cómo ha llegado el progresismo radical al despacho del ayuntamiento de la capital del capitalismo? Hay cuatro ideas fundamentales que han llevado a Zohran Mamdani hasta una victoria sin precedentes, provocando además un terremoto político en el mejor de los sentidos.

1.- Un partido que hace gimnasia

Nada de lo que ha pasado en Nueva York habría sido posible sin el papel del Democratic Socialists of America (DSA). Zohran Mamdani forma parte de esta organización, independiente del Partido Demócrata, aunque sus candidatos —como él— se presentan bajo sus siglas. El papel del DSA ha sido decisivo para llegar hasta aquí: lograr que un candidato de una organización que se declara abiertamente socialista y ambiciosamente revolucionaria entre hasta la cocina del Ayuntamiento de Nueva York.

No es nuevo que exista un partido o movimiento de este tipo, pero sí lo es que, en Estados Unidos, reúna a más de 80.000 afiliadas y afiliados, lo que la convierte en la mayor organización socialista del país. Lo verdaderamente distintivo del DSA y del DSA en Nueva York, es su capacidad de hacer gimnasia política: una flexibilidad que le permite articular múltiples formas de discurso, sabiendo adaptarse a distintos públicos sin perder coherencia ideológica.

El DSA ha entendido que existe un espacio todavía en disputa entre lo woke y la working class: un terreno común que necesita otra manera de hacer y de comunicar la política

En el DSA conviven muchas contradicciones internas, pero esa tensión, lejos de debilitarlo, parece hacerlo más fuerte. Gracias a ello, tanto el DSA como la candidatura de Zohran Mamdani han sabido mostrarse radical cuando la situación lo requiere. Al mismo tiempo, la organización ha entendido que existe un espacio todavía en disputa entre lo woke y la working class: un terreno común que necesita otra manera de hacer y de comunicar la política.

Esa estrategia ha logrado movilizar a más de 90.000 personas voluntarias, que a lo largo de la ciudad, han llamado puerta a puerta, hasta 3 millones de casas. Esta gente, hasta hace poco, apenas se interesaban por la política. Ahora salen dos veces por semana a recorrer las calles y tocar las puertas de todos los barrios para hacer campaña.

2.  Una nueva esperanza 

La izquierda —y ahí sí que da igual en qué contexto occidental te encuentres— se desenvuelve mejor en el catastrofismo que en la proyección ilusionante de que la vida digna (en su sentido más ambicioso) no es un proyecto agotado, y que la política no va de esperar a que todo salte por los aires para que llegue “nuestro momento”.

Esta idea de esperanza política conecta a su vez con un espíritu de la resistencia: el de la aldea gala que desafía al imperio o el de la princesa Leia enfrentándose al lado oscuro

Eso es precisamente lo que la campaña de Mamdani ha sabido transmitir: no hace falta que más niños se queden sin sanidad, que sigan los desahucios o que el coste de la vida continúe disparándose para empezar a ganar y, sobre todo, para empezar a vivir mejor

Esta idea de esperanza política conecta a su vez con un espíritu de la resistencia: el de la aldea gala que desafía al imperio o el de la princesa Leia enfrentándose al lado oscuro de un gobierno que, a través de una fuerza paramilitar como es el ICE, hace desaparecer a migrantes. Estos elementos hacen que por las calles veas a seguidores, fans, voluntarios y militantes de la campaña de Zohran, del DSA o de sindicatos y organizaciones de base completamente orgullosos de su momento histórico.

3.- Lo woke es clase trabajadora 

El establishment demócrata no se ha cansado de repetir que la derrota ante Trump fue culpa de la “radicalidad woke”. Pero, lejos de temer esa etiqueta, la campaña de Zohran ha sabido explicar que lo woke tiene mucho más de clase trabajadora que de la caricatura que se ha construido en torno a ese término.

La cuestión trans, el feminismo, el ecologismo, las luchas migrantes no suben el precio del desayuno, ni del alquiler, ni se niegan a la sanidad y educación pública. Casualmente, las estructuras que niegan todo aquello que denominan “lo woke”, son los que están haciendo de Nueva York una ciudad cada vez más inhabitable.

4.- Sindicatos y organizaciones de base muy presentes

Hay dos convicciones que han guiado tanto al DSA como a la campaña de Zohran Mamdani. La primera: que cualquier victoria de un candidato marginal, no podía alcanzarse sin el fortalecimiento de los sindicatos y las organizaciones de base. La segunda: que el primer día de su mandato necesitará un músculo social sólido para resistir los ataques, más que anunciados, de la administración Trump.

Se ha entendido que “ganar la ciudad”, en el sentido profundo del término, implica fortalecer la organización y la sindicalización hasta de los sectores menos familiarizados con esto

Estos factores combinados han creado un ambiente de fortaleza y de verdadero contrapoder: pese a las diferencias internas, se ha consolidado la idea de “cerrar filas” ante la posibilidad real de ganar en uno de los momentos más oscuros de la historia reciente de Estados Unidos.

Se ha entendido que “ganar la ciudad”, en el sentido profundo del término, implica fortalecer la organización y la sindicalización hasta de los sectores menos familiarizados con esto. Y eso se nota no solo entre los militantes más convencidos, sino también entre quienes nunca antes habían participado en política.

La victoria de Zohran Mamdani no solo supone una victoria institucional. En primer lugar, es la primera bofetada, de muchas que seguro vendrán, al autoritarismo fascista de Trump. Un punto de inflexión que no estaba en la hoja de ruta de la extrema derecha estadounidense (ni global), que abre camino para que la construcción de nuevas formas de contrapoder, con una ambición de mayoría, vayan despertando y plantando cara.

En segundo lugar, es una bocanada de aire de esperanza: la prueba de que los retratos sociales monolíticos son contra-transformadores y que abrazar la complejidad de la sociedad y sus relaciones es la única vía posible para disputar una vida verdaderamente digna.

La rabia, si no se acompaña de un proyecto que le dé sentido, esperanza y en una clave “alegre”, no sirve de nada

En tercer lugar, esta victoria redefine las formas de articulación entre los movimientos de base, los sindicatos y las organizaciones políticas. Por último, una importante lección: movilizar desde el constante señalamiento de que todo es una auténtica mierda y que nada vale, tiene un recorrido muy corto. La rabia, si no se acompaña de un proyecto que le dé sentido, esperanza y en una clave “alegre”, no sirve de nada.

En definitiva, esta victoria, además de que debe ponernos muy contentos porque da muchas nuevas coordenadas para repensar el hacer político, también abre una oportunidad de que mejoren las condiciones de vida de la clase trabajadora, que en definitiva, ese debe de ser el punto de partido de cualquier proyecto emancipador.

Estados Unidos
La victoria de la esperanza: Zohran Mamdani se alza como nuevo alcalde de Nueva York
La exitosa campaña del nuevo alcalde se centró en tres ejes fundamentales: el acceso a una vivienda digna, autobuses gratuitos y supermercados y tiendas de alimentación con precios regulados por el ayuntamiento.

Los artículos de opinión no reflejan necesariamente la visión del medio.

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