Opinión
Antes, durante y después del 8M

Si los feminismos quieren mantener su potencial transformador, tienen que asumir las críticas internas, e insistir, porque el enemigo ahí afuera es el mismo, el que concentra todas las violencias.

Cacerolada de inicio a la huelga feminista del 8M en la Puerta del Sol de Madrid
Cacerolada de inicio a la huelga feminista del 8M en la Puerta del Sol de Madrid.
Gabriela Wiener
29 may 2018 06:41

Quiero hablar de todas esas sensaciones previas acerca de dónde colocarnos, qué bloque, qué espacio de suelo, al lado de quiénes queríamos, podíamos, debíamos estar, y de por qué estábamos llenecitas de preguntas. ¿Iría con mis amigas bolleras aunque muchas fueran blancas y yo no, o con mis compas racializadas, aunque muchos fueran tíos; o con la pandilla de mi barrio con la que he hecho muchas cosas y en la que hay de todo; o con mis hermanas migrantes, aunque yo no limpie las casas ajenas como ellas; o si iba con mis colegas de profesión, las periodistas, para pedir menos sexismo en los medios, aunque fueran más pijas que yo; o en el bloque no mixto para estar con mis amigos gays de toda la vida? ¿Me representaba el bloque no mixto, aunque muches de nosotres no se vieran bajo el rótulo excluyente de mujer? ¿Vendrían las mujeres trans con nosotras aunque el movimiento feminista teóricamente las incluye (gracias a que precisamente ellas llevan años dando la batalla), de verdad este 8M iban a sentirse seguras y acompañadas y menos solas, evitaríamos mirarlas fijamente, seríamos causantes de su miedo? ¿Dónde se iban a poner les no binaries, mis amigues trans, bolleros, queer, que nunca se verán como tíos? ¿Quería estar en un lugar del que podían echar a las personas? ¿Venir a la mani por las que no pueden venir o no venir en solidaridad con las que no podían venir?

Qué importante para el feminismo blanco asumir la crítica antirracista, porque los privilegios del primer mundo se sostienen sobre esos cuerpos

Antes, también, algunos colectivos se descolgaron como estrategia política y así nos interpelaron, porque era mucho más significativo no asistir que perderse en la masa. Y a nadie en esta huelga se le ocurriría gritarle “esquirola” a otra mujer, precisamente porque en su razón de ser está desmarcarse de la típica huelga obrera de sesgo machuno. Las ausencias eran un cuestionamiento hacia dentro, necesario, a la falta de interseccionalidad y de mayor mención a las personas racializadas en la agenda común. Qué importante para el feminismo blanco asumir la crítica antirracista, porque los privilegios del primer mundo se sostienen sobre esos cuerpos, los de ellas y ellos, sobre ese racismo bestial.

La gran mayoría de mujeres, aunque quisiera, no puede parar, mucho menos las migrantes que vienen de países expoliados por el Occidente rico, como las mujeres andinas y amazónicas, que vienen a España a hacer trabajo feminizado, sin papeles, sin contratos, sometidas a un sistema migratorio implacable. Me cuestionaron pero decidí asistir, porque como migrante peruana casi privilegiada me parece importante seguir okupando estos espacios para desblanquizarlos y porque me parece importante tomarlos, acordarlos, no allanándolos, sin que me los den o sin pedir permiso por ello.

Y cuando llegó el momento, ese río lila desbordándose por todas las troncales y las callejuelas, las largas esperas para encajar, para avanzar. Los picos de velocidad para no quedarse atrás, para no dejar atrás, para estar, para no perdernos. Calcular hasta el milímetro los lemas para no ofender a nadie, no querer ocultar nuestros ovarios y nuestros coños pero mucho menos cometer transfobia, procurar que nuestra identidad y existencia, su expresión, no anule la de nadie. Una manifestación enorme, dura, extrema, que de tan diversa hasta el bloque no mixto se llenaba de tíos cada dos por tres. Y pese a la memorizada inclusión, no pudo habilitarse el carril para las personas con diversidad funcional. Tantos sujetos políticos nuevos respirando juntos, dando un toque de atención al feminismo hegemónico.

Hablar con tus amigas, y descubrir que muchas lloran lo que no lloraron el día anterior

Al día siguiente, verlo desde fuera, llorar con pequeñas anécdotas, con las imágenes de las manifestaciones en cada provincia del Estado, en cada ciudad de Latinoamérica, hablar con tus amigas, y descubrir que muchas lloran lo que no lloraron el día anterior, porque estábamos demasiado duras, demasiado tensas, sosteniéndolo, queriendo llegar hasta el final.

¿Y después qué? ¿En qué lugar del debate me pongo para seguir soñando con el año que viene, con un 8M grande para afuera, como fue, pero también con la misma grandeza hacia adentro? Si a veces no me encuentro cómoda ni entre las virulentas ni entre las ofendidas, pero tampoco puedo ni quiero ser equidistante. Será que hay que llevarnos la crítica al cuerpo. Pensar en la importancia de construir una teoría y una práctica feminista que sean capaces de ver más allá de su propia tradición, más allá de sus propias narices, más allá de Virginia, de Simone, de Judith, de categorías construidas en un pasado colonial, ilustrado, en una modernidad, en una universidad de Nueva York, en un doctorado en la Autónoma. Una revisión del feminismo hegemónico, blanco, europeo, gringo, de clase media y alta, el del capital cultural, intelectual, urbano. ¿Seremos capaces de articularnos más allá de mis privilegios, de mis sufrimientos, más allá de la guerra de opresiones, de las etiquetas?

Si los feminismos quieren mantener su potencial transformador, tienen que asumir las críticas internas, e insistir, porque el enemigo ahí afuera es el mismo, el que concentra todas las violencias. Nuestras ideas, certezas y conquistas corren el riesgo de anquilosarse si no somos capaces de transformarlas a través de la mirada de la otra. Si no nos reflejamos, si no tendemos puentes, seguiremos imponiendo nuestra mirada. Sororidad sí, pero también solidaridad. Llámenme romántica, pero nos imagino el año que viene sin bloques, desbloqueadas, en una sola superficie, ancha, horizontal, circular, en una plaza, ampliando la red con cuerpos presentes, ampliando la idea de huelga, acampando, asentándonos, escuchándonos de cerca.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
14 - D 14D: Por el derecho a la vivienda y contra la mercantilización de nuestras vidas
En Euskal Herria, hoy, sábado 14 de diciembre, la red de sindicatos de vivienda Euskal Herriko Etxebizitza Sindikatuen Sarea (EHESS) y el Sindicato de Vivienda Socialista han convocado una movilización masiva contra la mercantilización de la vivienda.
Opinión
Tribuna Tódalas razóns para dicir ‘Altri non’
Aquí van unhas cantas razóns para xuntarnos este domingo en Compostela e deixar clara a nosa postura fronte a un espolio que nos están tratando de impoñer disfrazado de progreso, pero que só trae beneficio económico a uns cantos indesexables.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando no Álvaro Cunqueiro
Unha das vitorias ideolóxicas do PP de Feijóo en Galiza foi facernos crer que pagar por servizos esenciais nos hospitais durante o coidado dos nosos enfermos é o natural, que non hai outra maneira de abordalo, pero é mentira.
#31557
12/3/2019 23:49

Hola

0
0
#31556
12/3/2019 23:49

Hola a todos y si leen esto les deseo yn buen dia

0
0
Kalergi
7/11/2018 19:12

todas locas

0
1
#17642
30/5/2018 15:39

Yo votaba izquierda, he dejado de hacerlo por su apoyo a este feminismo.

2
2
Hamilton
29/5/2018 19:17

ojalá unidad y llorar todes juntes en 2019 recordando lo que han hecho muches y gozando de los pasitos que se van dando. Todes juntes somos más fuertes. FEMENINO, DURO, MARAVILLA

2
1
#17589
29/5/2018 20:22

Cada vez que alguien usa la "E" como plural un gatito muere en Extremadura

0
4
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.

Últimas

Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.

Recomendadas

Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.