Opinión
Una breve radiografía crítica de las elecciones gallegas

Si todo sigue el guión previsto, Feijóo volverá a ser presidente de la Xunta de Galicia. Si hay carambola y gobierna la izquierda, tampoco se esperan grandes innovaciones.

Alberto Núñez Feijóo 2018
Alberto Núñez Feijóo. Foto del PP de Galicia.

Es militante de anticapitalistas y de la redacción de Viento Sur.

8 jul 2020 11:06

Este domingo se celebran las elecciones gallegas, en medio de una polémica provocada por el rebrote de coronavirus en A Mariña (Lugo) y las medidas adoptadas por el presidente Feijóo. El tema tiene su importancia, pero no puede ocultar el ambiente de rutina, desasosiego y falta imaginación que impregna toda la campaña electoral, tras años en los que Galicia actuó como “vanguardia” en los procesos políticos del Estado.

En primer lugar, porque, a pesar de todos los intentos de la izquierda por “inflaccionar” al indestructible Partido Popular de Feijóo, nos encontramos con un proyecto políticamente aburrido y sin épica, capaz de sobrevivir más por la total bancarrota de la izquierda política que por sus propios méritos. Lejos de aquel regional-populismo del schmittiano Fraga, el PP de Feijóo es un proyecto tecnocrático y sin capacidad agonista, que simplemente surfea nervioso una inercia, que, a falta de oponentes, le favorece irremediablemente.

Feijóo es un pragmático sin escrúpulos capaz de fingir que se cree el personaje que la izquierda ha construido de él y aprovecharlo en su propio beneficio

El PP de Feijóo es un partido de burócratas grises; articula más su hegemonía encarnando la neutralidad de la Administración Pública que a una derecha militante. Aunque sigue presente en cada pueblo y cada comisión de fiestas, la idea de un PP gramsciano y popular funciona muchas veces más como una disculpa de una izquierda incapaz de hacerle frente que como análisis de la realidad. Lo mismo ocurre también con el mito madrileño en torno a la presunta moderación de Feijóo. Tan neoliberal como Albert Rivera, tan turbio como cualquier político de la derecha española, Feijóo es un pragmático sin escrúpulos capaz de fingir que se cree el personaje que la izquierda ha construido de él y aprovecharlo en su propio beneficio.

El segundo puesto en estas elecciones se lo disputan el PSdG y el BNG. El PSG presenta un candidato desconocido y particularmente mediocre, un tal Gonzalo Caballero, más conocido por ser el sobrino del excéntrico alcalde de Vigo (al que por cierto, está enfrentado), que por sus propios méritos. Nada se espera del PSdG: quizás que aproveche un poco el hecho de que su partido encabece el gobierno del Estado para mejorar sus resultados, pero da la impresión de que ni siquiera se plantean la posibilidad de una carambola que les permita gobernar.

El BNG ha renacido tras su crisis. Sin duda, tiene la mejor candidata. Ana Pontón es una militante de toda la vida de la Unión do Pobo Galego (UPG). Este partido marxista-leninista, independentista y patriótico, como ellos mismos se definen, ha recompuesto el BNG por deméritos ajenos, pero también por méritos propios. La razón más obvia es su renovación discursiva. Tras una etapa fuertemente reactiva y sectaria, el BNG ha renunciado a ser el Partido Comunista Portugués y ha mirado más hacia experiencias como Bildu en Euskal Herria. Pero la segunda razón de su revitalización es mas anómala y meritoria. El BNG tiene una enorme fuerza en el terreno de la organización: tiene militantes comprometidos, serios y preparados en cada pueblo y ciudad, domina la poderosa central sindical CIG y sobre todo, tiene una voluntad y una convicción en su política que parece sacada de otra época.

La política del BNG en Madrid es radical, pero en Galicia su política es muy posibilista y pragmática, dispuesta a llegar siempre a todo tipo de acuerdos con el PSOE

A pesar de haber quedado reducidos y mermados por las escisiones de Anova y Compromiso por Galicia, han sido capaces de mantener su presencia en todas las movilizaciones y luchas que hay en Galicia. Políticamente, el BNG no es ni mucho menos una organización rupturista. Su política en Madrid es radical, pero en Galicia su política es muy posibilista y pragmática, dispuesta a llegar siempre a todo tipo de acuerdos con el PSOE. Siempre busca ampliar su base social hacia la derecha, con guiños a una inexistente burguesía gallega, en la mejor tradición frente-populista. Jamás explorarían ningún tipo de apertura orgánica hacia fórmulas de la izquierda alternativa y su relación con los movimientos sociales peca de instrumentalismo. Pero lo cierto es que también han sido capaces de abrirse a un votante de izquierdas no nacionalista que encuentra en ellos lo que es incapaz de encontrar en otras fuerzas: seriedad y fiabilidad. En caso de sobrepasar al PSOE como segunda fuerza, es posible que aguanten la posición y se solidifiquen como la fuerza hegemónica de la izquierda.

Por ultimo, Unidas Podemos se presenta en Galicia bajo la marca Galicia en Común, en la cual también participan Anova y la Marea Atlantica coruñesa. Este espacio político ha estado en fuerte crisis durante los últimos años y ha sufrido todo tipo de bajas y salidas. Nos tememos, siendo sinceros, que su única batalla en estas elecciones sea sobrevivir para no desaparecer. Su tendencia es hacia una caída libre en la intención de voto y es posible que, en el último momento, su resultado sea incluso peor que el que vaticinan las encuestas.

Además de arrastrar problemas internos que repercuten en su imagen pública (de los cuales los actuales candidatos no son los únicos responsables, ni siquiera los principales), su relación servil con el gobierno de Madrid, su discurso exagerado y poco creíble en torno al cambio progresista, su débil implantación y el agotamiento de las bases sociales que impulsaron este espacio en la etapa anterior los convierten en el eslabón débil de la geografía política gallega. Mientras que Podemos e IU pueden sobrevivir sin prácticamente existir en Galicia, para Anova la situación sería dramática. El partido fundado por Xosé Manuel Beiras no tenía muchas más opciones que jugar la carta de esta candidatura, pero no hay duda de que su antiguo rol de principal catalizador de las innovaciones en la izquierda gallega está completamente agotado. Sea cual sea su resultado, tendrán que repensarse si quieren sobrevivir.

Si todo sigue el guión previsto, Feijóo volverá a ser presidente de la Xunta de Galicia. Si hay carambola y gobierna la izquierda, tampoco se esperan grandes innovaciones. El renacimiento del BNG no significa una revolución en la política gallega. Significa la vuelta a las posiciones políticas existentes antes del 15M, es decir, un tablero ordenado, en el que la inercia institucional se combina con la existencia de un pueblo luchador y movilizado. Porque quizás ese es el factor más interesante de la política gallega. Frente a esa imagen de pueblo aletargado, estamos ante una de las naciones en donde más conflictos sociales, movilizaciones y formas de asociación podemos encontrar en el Estado español.

A veces con sus flujos, a veces con sus reflujos, pero la autonomía de lo político juega en Galicia un papel inverso al que juega en otras partes del Estado español: no amplía los procesos, más bien, tiende a estrecharlos. Para la gente de izquierdas, quizás lo más interesante en esta etapa que viene sea intentar reconectarse a lo que vendrá, intentado aportar ideas y prácticas que preparen nuevas oportunidades. En nuestra opinión, la apuesta por impulsar una política anticapitalista (rojo, verde y violeta), cuyo centro de gravedad esté en las luchas y en la renovación estratégica, y no en lo electoral, que se esfuerce por vincular a la clase trabajadora y a las luchas territoriales, sería una contribución modesta pero necesaria en una Galicia, que, gobierne quién gobierne, afrontará el triple efecto de una catástrofe ecológica, una crisis económica brutal, y una desindustrialización acelerada. Pero eso ya es otra historia. Otra historia que llega ya.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Nacionalismo galego
A pesar das opinións de ‘The Economist’, Galiza é un sitio distinto
Os autores contestan un recente artigo publicado en ‘The Economist’ no que, na súa opinión, se gababa a xestión de Alberto Núñez Feijoo e se negaban os graves problemas polos que atravesa a lingua galega.
Opinión
Apuñalar a un cadáver (¿debió dimitir toda la dirección de Podemos Galicia?)

La desafección ciudadana con respecto al espacio que representaban las mareas era un clamor, un letrero luminoso en letras colosales que solo aquellos que únicamente tenían ojos para sí mismos podían no ver.

Partido Popular
Apontamentos de etnografia eleitoral
A doxa democrática fai pensar as eleiçons só como juízos políticos, mas também som o momento dumha divisom trabalhosamente conjurada, onde o PP soube hegemonizar isso que é percebido como “apolítico”.
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.