Coronavirus
Un contacto en el descampado

Puede que el futuro sea un comercial de Durex en Tinder y una distopía japonesa en la calle o al revés. Sin embargo, debería preocuparnos que las distinciones de clase y nuestro racismo exacerben la regulación del contacto, de la distancia, de los espacios que consideramos “propios”.
Descampado Madrid
Descampado en un barrio del sur de Madrid. No CC David F. Sabadell
6 sep 2021 16:47

Tras otra ronda de confinamientos y nuevas normalidades (que antes llamábamos año), recordé una pequeña anécdota sobre lo que antes escondía para nosotros el contacto con los otros. Hace un par de años, sin saber muy bien por qué, Lucia y yo íbamos a interrumpir a un hombre que trabajaba en un descampado amontonando materiales reciclables y algún que otro juguete, electrodoméstico, bicicleta o aparato viejo. Nuestra intención era humanitaria, sociológica, histórica, periodística. Gitanos rumanos en Barcelona, los pobres con pasaporte europeo entre los pobres. Intuíamos que la estigmatización hacia ellos era particular, una especie de pavor, un tipo de “otredad” diferente a la que experimentamos hacia los chatarreros africanos.

Desde la entrada al centro del descampado, donde estaba trabajando el señor, habría unos 30 metros, espacio suficiente para que fuese eterno el tiempo desde que nos vio hasta que llegamos a él. Sabía mientras avanzaba, o por lo menos me hacía consciente tras cada paso, que lo que estábamos haciendo era un ejercicio de distracción. Ella concentraba todas las horas de trabajo en la mañana y por las tardes cumplía con un compromiso moral. Yo estaba tratando de escribir una tesis para doctorarme de sociólogo, lo que consistía en no hacer nada productivo o casi nada.

Buscar una explicación entre castellano, italiano y rumano para estar allí no fue fácil. Al final nos la ahorró el señor contando lo que queríamos que contara, que había gente muy pobre viviendo muy mal, en parte porque estaban un poco alejados de la mano de Dios. No alejados del camino del bien, que en algunos casos también, sino alejados de todo lo que se consideraba “correcto” de acuerdo con el contexto en el que se encontraban.

Como no tenía otro medio para demostrarle mi humildad extendí la mano, recta, hacia su abdomen. Recta, orgullosa, humanista. En ese instante Lucia me empezó a hablar con los ojos. No le des la mano, me decía. No. No. No.

Antes de partir, consideré oportuno brindarle una cortesía, desclasarme para hermanarnos durante unos segundos. Como no tenía otro medio para demostrarle mi humildad extendí la mano, recta, hacia su abdomen. Recta, orgullosa, humanista. En ese instante Lucia me empezó a hablar con los ojos. No le des la mano, me decía. No. No. No. Gritaban sus grandes ojos por milésimas de segundo cada vez más abiertos. Estrechamos las manos, tendimos un puente entre la sociología que yo creía crítica y la realidad de los oprimidos de Barcelona.

Salimos tan lentamente como entramos. Sin saber si nos miraba aquel señor, pero con su presencia en la nuca. Nunca más, me repetí con vergüenza en ese momento. Nunca más vuelvo a hacer estos ejercicios de investigación/salvación. En ese largo trance Lucia me dijo, no te toques la nariz o la boca, muchos de ellos tienen Hepatitis y te la puedes contagiar. Me asusté un poco, pero no entendía lo que me pedía Lucia. Cómo voy a no tocarme la nariz o la boca, es lo que hago todo el tiempo, tengo que tocar mi nariz y mi bigote por minutos, tengo que cambiar el sentido del flequillo, tengo que restregarme los ojos, tengo que rozarme los pelillos de la nariz con la yema de los dedos. No puedo no tocarme la cara. Tenía que rascarme la nariz. No se lo dije a Lucia, pero lo hice. Me toqué un par de veces la cara hasta que llegamos al Museo del Diseño a un par de calles de distancia. Fuimos directo al baño y nos lavamos las manos. La suerte ya estaba echada, si me convertía en un enfermo crónico habría sido por una razón sociológica.

Dicen algunos que cuando se acabe la pandemia vamos a entrar en una vorágine de relaciones, dicen que será como un comercial eterno de condones Durex. Todos bajo faros rosas y morados, medio aceitosos y rozándonos, de la privación de contacto a la exuberancia.

Ahora viene la reflexión sobre nuestra situación actual, sobre el contacto, sobre la clase social y las enfermedades. El Covid nos ha enseñado… No lo sé. Dicen algunos que cuando se acabe la pandemia vamos a entrar en una vorágine de relaciones, dicen que será como un comercial eterno de condones Durex. Todos bajo faros rosas y morados, medio aceitosos y rozándonos, de la privación de contacto a la exuberancia. Otros dicen que nos convertiremos en japoneses —en la idea que tenemos de los japoneses—, tendremos la conducta más cívica del sistema solar, un mundo de reverencias, seremos los mimos de la cortesía, actores de películas mudas, pase usted con un capote imaginario de torero, dos manos para señalar una silla, una retirada imaginaria de sombrero. Puede que el futuro sea un comercial de Durex en Tinder y una distopía japonesa en la calle o al revés. Sin embargo, debería preocuparnos que las distinciones de clase y nuestro racismo exacerben la regulación del contacto, de la distancia, de los espacios que consideramos “propios”.

Por estos días, en el centro del debate está el surgimiento de nuevas clases de ciudadanía debido a el o los pasaportes Covid. Por ahora, las protestas se diseminan por el centro de Europa, protestas de anti-vacunas, pero también de vacunados. Pero no sólo debería preocupar el surgimiento de mecanismos institucionales de acceso a derechos y privilegios, sino también todas las prácticas urbanas, cotidianas, comerciales, policiales que se verán modificadas por el Covid, ¿quién podrá entrar a ciertos espacios? ¿quién podrá tocar los productos? ¿quién será identificado por acercarse, pasar, hablar, etc.? Antes de la pandemia, en el 2017, según Sos Racisme Cataluña por cada persona con nacionalidad española identificada policialmente se identificaba a 7.4 personas con nacionalidad extranjera ¿aumentarán las identificaciones policiales para colectivos de extranjeros o para colectivos racializados? Esperemos que no, o que creemos mecanismos colectivos para denunciarlo.

Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Deportes
Deporte Quiero que seas como Beckham
Sobre los Premios Diputación Contigoy las consecuencias de premiar la “excelencia” en el deporte infantil y juvenil.
Análisis
Desigualdad ¿Millennials Vs boomers? ¡No, es lucha de clases, amigo!
Aunque el discurso habitual enfrenta a los millennials con los baby boomers, este panorama general oculta la disparidad económica dentro de la generación de los millennials.
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Represión
Represión La Policía detiene por segunda vez en 2024 al portavoz del SAT, Óscar Reina
La Policía Nacional ha detenido al Portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, Óscar Reina, durante la mañana del jueves en Navarra. El líder del SAT es uno de los sindicalistas que más detenciones acumula dentro del Estado español.
Sindicatos
1 de mayo Cargas policiales mandan a una persona de 70 años al hospital en el 1 de mayo de Castelló
Desde CGT Castelló anuncian que tomarán medidas legales por las provocaciones y agresiones sufridas por los diferentes cuerpos policiales que han actuado en las cargas.
Francia
1 de mayo La policía carga violentamente contra la manifestación de CGT en París y detiene a 45 personas
Las cargas policiales extremadamente violentas, de la unidad BRV-M, dejaron decenas de heridos. Según CGT en la manifestación participaron más de 50.000 personas.
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
PNV
CLIENTELISMO El Ayuntamiento de Bilbao coloca como interventor al cuñado de Josu Erkoreka por libre designación
Juan Mari Aburto explicó que Mikel Astorkiza, pareja de una hermana del vicelehendakari, “es el único candidato que cumple con los requisitos del puesto” para el control y fiscalización interna de la gestión económico-financiera.
Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
1 de mayo
1 de mayo “Nuestro mundo, en el que cabemos todas, es la única alternativa”, reivindican desde el 1M Interseccional
Por cuarto año consecutivo marchan, de manera festiva y sin incidentes, colectivos del sindicalismo social de toda la región madrileña en el Día Internacional de las y los trabajadores.

Recomendadas

Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.
Genocidio
Fairouz Qasrawi “En Alemania, si eres pro-palestino, harán todo lo posible por intimidarte”
Aliada incondicional de Israel, Alemania es uno de los países donde más se están persiguiendo las protestas contra el genocidio en Gaza. La palestina Fairouz Qasrawi, aporta una panorámica de cómo se vive la represión y la censura en el país.