Bolivia
Revertir el dolor: un nuevo amanecer para Bolivia

La capacidad de revertir la presión fascista y convertirla en su contrario ha sido en el escenario de las elecciones bolivianas un acto colectivo gigante. Calcularon mal la represión y el fascismo, calcularon mal el miedo, calcularon mal porque nos llevaron al extremo.

Manifestación en La Paz el 12 de noviembre en defensa de la wiphala y contra el racismo del gobierno de facto.
Manifestación en La Paz el 12 de noviembre en defensa de la wiphala y contra el racismo del gobierno de Añez. Marta Molina
Intergrante de Mujeres Creando
27 oct 2020 07:00

Lo que ha sucedido en Bolivia en las ultimas elecciones es un mecanismo social por demás interesante que vale la pena y la alegría compartirlo con ustedes no importa el lugar donde estén. La lectura triunfalista del Movimiento al Socialismo y de la izquierda internacional de una ratificación de que su proyecto es una lectura casi neurótica de autoengaño, tanto como lo es, en sentido inverso, la lectura de los grupos fascistas derrotados que aun insisten en denunciar fraude. Grupos fascistas que han pasado de ser amenazantes a ser ridículos.

Suspiro hondo y aun siento entremedio de las costillas un cuerpo no sólo cansado sino adolorido: musculo por musculo, cavidad por cavidad, vena por vena, es el cuerpo de la sociedad boliviana.

Frente a la papeleta no fuimos individuo, fuimos multitud[1]

Las papeletas electorales se han venido convirtiendo en una especie de set experimental para ratas de laboratorio que somos l@s votantes donde se calcula nuestro comportamiento en base al miedo, al odio, a la manipulación mediática, en base a las fakenews en redes y un largo etcétera que forma parte de un aparato que se mal llama “marketing electoral”. Al mismo tiempo las opciones de votación no son lo que anuncian “formas de representación” política de voluntades colectivas, programas o planes de gobierno, sino opciones dentro un tablero cerrado donde tu voto suma o resta, pero no cuenta en sí mismo.

En ese contexto nada puede fallar: todo voto parece ser un voto contra las luchas. Parece que estuvieras ante un juego de mesa imposible de revertir, en Bolivia lo hicimos y quiero contarte cómo, porque quiero creer que el mismo método puede funcionar en otras latitudes e inclusive en los EEUU frente a Trump.

El voto destinado a estar vacío de contenido adquirió un sentido: el sentido de veto colectivo. Aunque circunstancialmente el MAS aparezca como ganador, su triunfo es un espejismo porque el contenido no es la adhesión a su proyecto sino el veto

El voto destinado a estar vacío de contenido adquirió un sentido: el sentido de veto colectivo, por eso es que afirmo que no ha ganado el MAS, aunque circunstancialmente el MAS aparezca como ganador. Su triunfo es un espejismo porque el contenido no es la adhesión a su proyecto sino el veto.

Para que me entiendan traslado este razonamiento a otras latitudes, en los EEUU no se está disputando el triunfo de los demócratas, sino únicamente la derrota de Trump, derrota en la que los demócratas se convierten en un mecanismo circunstancial.

La multitud se reconoció a sí misma como diferente y distinta de la oligarquía; la papeleta nos colocó casi geográficamente entre un nosotr@s complejo frente a un ellos nítidamente establecido como ajeno, como repudiable, como patronal.

El voto dejo de ser voto y se convirtió en pancarta con contenido propio

El voto fue un veto al racismo.
El voto fue un veto a la corrupción.
El voto fue un veto a la quema de la whiphala[2].
El voto fue un veto a la extorsión y abuso policial
Votaron l@s muert@s por coronavirus porque en su nombre dijimos no
Votaron l@s asesinad@s por el gobierno de Añez en Senkata y Sacaba porque en su nombre dijimos no
Votar fue una forma de botar al gobierno del Palacio y mostrar un repudio total y generalizado.

No es que el MAS es el gran proyecto de los pueblos indígenas; es el partido que encorsetó la representación política indígena directa y que violó la constitución política del estado plurinacional cientos de veces, pero frente al fascismo en un tablero de laboratorio es la salida que escogemos como paliativo, como algo transitorio, como posibilidad práctica, pero no como sueño, no como adhesión eso es bien diferente.

Ustedes dirán que estoy proyectando sobre la masa mis sentimientos personales, a eso respondo que no es así porque si esta masa gigante de mas del 50% de los votos extendida en todo el país fuese una adhesión al proyecto del partido, Evo Morales y Álvaro García Linera no hubieran tenido que salir huyendo y no hubieran sido derrocados como se aplasta una mosca en la pared como de hecho sucedió en octubre y noviembre del 2019.

El voto se desplegó también como voto castigo contra todos quienes fueron participes de la construcción del gobierno de Añez, por eso perdieron Mesa, Camacho y Quiroga y recibieron lo que popularmente en Bolivia se llama paliza

El voto se desplegó también como voto castigo contra todos quienes fueron participes de la construcción del gobierno de Añez, por eso perdieron Mesa, Camacho y Quiroga y recibieron lo que popularmente en Bolivia se llama paliza. Es más, dos candidaturas tuvieron que bajarse de las elecciones antes de llegar a la mesa de votación porque la sociedad boliviana ya había dado señales de ese castigo, de ese veto, de ese repudio colectivo y se retiraron por borrar la evidencia y no pasar por la humillación pública.

Inteligencia colectiva

Frente a la papeleta electoral no fuimos individuos sino multitud, y esa multitud construyo un voto colectivo gigante, una suerte de consenso grande construido gracias a lo que se llama inteligencia colectiva. Las sociedades hiperinsdustrializadas del norte colonial tienen eso que se llama inteligencia artificial, les cuento que acá en el sur gozamos de eso que se llama inteligencia colectiva. Esa capacidad de construir un nosotr@s efímero, frágil, instantáneo pero que por ejemplo en el evento electoral ha tenido la capacidad de emerger. Una inteligencia colectiva capaz de emerger en circunstancias límite, entender eso es muy importante.

No es que estoy idealizando a la sociedad boliviana, la sufro y vivo cada día. No es que la inteligencia colectiva es algo tangible que opera de forma continua, es más los seres humanos la hemos perdido, así como venimos perdiendo otras formas de percepción y sensibilidad como son el instinto y la intuición. Pero por mucho que esas otras formas de sensibilidad y comportamiento estén perdidas reaparecen en momentos concretos, hipotizo que reaparecen en momentos de dolor, en momentos de presión extrema. Las ciudades principales fueron militarizadas una vez más la noche antes de las elecciones y las calles parecían nuevamente escenarios de guerra con tropas en uniforme de guerra desplegadas especialmente en las zonas periféricas, ese gesto fascista activo la inteligencia colectiva.

Revertir el dolor y convertirlo en otra cosa

Si hay algo que constato cada día es la capacidad de transformar las cosas en su reverso, es algo que las mujeres estamos haciendo como acto cotidiano de insubordinación frente al patriarcado, como acto de desobediencia al sometimiento y como acto de respuesta esperanzada e irreverente frente a la negación de nuestra libertad. Esa capacidad de revertir la presión fascista y convertirla en su contrario ha sido en el escenario de las elecciones bolivianas un acto colectivo gigante. Calcularon mal la represión y el fascismo, calcularon mal el miedo, calcularon mal porque nos llevaron al extremo un extremo leído socialmente como el fin de algo. Ese lugar donde el oscuro se vuelve claro y donde el dolor se vuelve rebeldía.

Esa capacidad de reversión de los sentidos es lo que ha acontecido en Bolivia frente a las papeletas electorales. Se abre por eso mismo un espacio de sueños, un espacio de construcciones y de luchas porque lo que ha sucedido es una reapropiación de nuestros destinos justo en el momento en el que parecía que nos lo habían arrebatado todo.

El MAS en ese juego, es solo una circunstancia.


[1] Me presto de Toni Negri el fabuloso concepto que trasciende sin duda el análisis de clase en su sentido más ortodoxo 
[2] Whipala es la bandera ajedrezada multicolor que se usa en todo el continente como bandera de los pueblos indígenas. Esa bandera fue incorporada en Bolivia a rango de símbolo nacional y se adhirió inclusive al uniforme policial. Durante el derrocamiento de Evo Morales un policía con pasamontaña la saco del frontis de la Asamblea Legislativa la quemo y además la corto de su uniforme, gestos que se quedaron inscritos como actos de odio en el imaginario social.  

 * Este artículo fue publicado originalmente en Radio Deseo


Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

América Latina
Leandro Morgenfeld “El triunfo de Trump va a empoderar a los Milei y los Bukele”
El historiador e investigador argentino especializado en la relación entre Estados Unidos y América Latina, analiza el triunfo electoral de Donald Trump y el impacto que tendrá en una región que Washington sigue considerando su “patio trasero”.
Bolivia
Ruth Alipaz “La minería es una de las armas más letales para extinguir a los pueblos indígenas”
La portavoz de la CONTIOCAP, Ruth Alipaz, denuncia las agresiones a territorios indígenas en Bolivia por el plan IIRSA y cómo la figura de Estado plurinacional ha servido para justificar invasiones.
Bolivia
América Latina Bolivia: voces y claves de un proceso que terminó de implosionar
La confrontación entre el sector del líder histórico del proceso, Evo Morales, y el de su sucesor, Luis Arce, parecen haber llegado a un punto de no retorno. ¿Cómo se llegó a esta situación? ¿Qué sigue?
#72955
30/10/2020 0:59

Hermoso artículo, me encantó. Y muy informativo al mismo tiempo, gracias :) <3

1
0
#72766
27/10/2020 18:50

Yo no creo que esta señora sea feminista ni anarcofeminista ni minimamente de izquierdas. Pero si que tiene un gazpacho mental colosal. He leido su articulo y ha sido una perdida de tiempo

1
2
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en este espacio.
Ver todas las entradas
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
Más noticias
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.