Securitización
Privatización de las fronteras y de la seguridad en un mundo postcovid

La privatización de la gestión de las migraciones, la militarización de la policía o la intervención del ejército en cuestiones de seguridad ciudadana, dibujan una sombría perspectiva para los derechos humanos.
Frontex
18 dic 2021 09:43

La actual situación internacional de pandemia, unida al auge de los populismos de extrema derecha que llevan gestándose los últimos años, está generando un mensaje de “necesidad de seguridad” clásico dentro de estas ideas filofascistas. La irrupción del Covid, como elemento facilitador de políticas de control, está favoreciendo la implantación progresiva —más rápida, pues no es un fenómeno en absoluto nuevo— de dinámicas de gestión de la seguridad civil, cuanto menos preocupantes.

Esto se enmarca en dos campos clave. En primer lugar, la externalización del control de fronteras por parte de los Estados, con el consecuente problema de la dudosa gestión de empresas privadas cuya prioridad no son ni las fronteras ni los derechos humanos, sino el beneficio. En segundo lugar, la progresiva militarización de la policía, ajustando las dinámicas y lógicas de la policía, asi como los equipamientos policiales, al campo castrense, en respuesta a la máxima de ofrecer seguridad cuando no se está dispuesto a ofrecer bienestar. El máximo exponente de este contexto es EEUU, cuyo caso conviene analizar pues, lo que ahí se gesta no tarda en llegar a Europa.

El control fronterizo externalizado a las compañías privadas es un fenómeno en alza en EEUU. La Corrections Corporation of America (CCA) es la empresa privada más grande de EEUU en la gestión de las fronteras, y hay un fuerte negocio en dicha gestión. De hecho, la complejidad de lo que está empezando a ser un negocio indisociable a una cuestión estructural como la inmigración irregular y su control de fronteras, viene a caracterizarse por tres puntos; la detención y el transporte de inmigrantes por un lado, y la monitorización y rastreo fronterizo —por medios electrónicos—. Esto lleva a elaborar una definición del fenómeno lucrativo que se ha venido a llamar complejo industrial de inmigración (inmigration industrial complex).

El control fronterizo externalizado a las compañías privadas es un fenómeno en alza en EEUU. La Corrections Corporation of America (CCA) es la empresa privada más grande de EEUU en la gestión de las fronteras, y hay un fuerte negocio en dicha gestión

Este paralelismo no es baladí, sino una prueba de que es parte de un fenómeno generalizado de privatización de la seguridad, algo que a su vez presenta interrogantes que se aparecen inherentemente a este proceso, como el emborronamiento de la línea de las relaciones entre lo público y lo privado, la alteración de los roles del Estado-Nación y las maneras en que gestiona su seguridad interna.

Precisamente Naomi Klein explica que estos procesos se llevan a cabo bajo la aceptación de los propios estados, los cuales están renunciando voluntariamente a sus responsabilidades empoderando al sector privado, algo siempre peligroso. Y es que hay sectores en los que anteponiendo el utilitarismo se puede abocar a que estas empresas acaben haciendo de su dinámica de control de fronteras (detenciones sumarias y transporte a cárceles) un modus operandi, conteniendo un problema que los estados podrían dejar de considerar como propio, y haciendo que se deje de pensar soluciones que confronten los razones estructurales que generan esas migraciones (vimos, al menos, que durante el boom mediático de los refugiados sirios, al considerarse el control de fronteras una cuestión nacional y problema colectivo, se analizaba debido a ello las causas que llevaban a esas personas a huir a Europa, porque si un problema es nuestro, intentamos entenderlo).

Los derechos de los propios inmigrantes pueden ponerse en duda también pues, junto a la priorización del beneficio y la creación del negocio fronterizo, también hay que destacar que estas empresas normalmente poseen su propia gestión de cárceles privadas, también sujeta a priori a la reducción de gastos, y cuyos beneficios mejoran en la medida en que sus presos aumentan (ejemplo eminente es el sistema carcelario estadounidense, razón de la obscena cantidad de presos en el país, cuyas cárceles privadas obtienen inversión del estado a mayor cantidad de presidiarios, siempre bajo la lógica de que la gestión privada será mejor), siendo de hecho los presos inmigrantes la población más claramente creciente bajo custodia federal estadounidense así como la más ubicada en cárceles privadas.

Desde Europa tendemos a ver los excesos del país neoliberal con soberbia, al creernos amparados por un estado social de derecho y unos valores democráticos y humanos que, en cambio, hace tiempo que hemos dejado caer consciente o inconscientemente. En suelo comunitario tenemos nuestra propia agencia privada de control de fronteras, con los mismos problemas que genera cualquier empresa privada, cuya labor se basa en pasar bajo el filtro del economicismo de mercado, las tareas humanitarias.

Frontex, la empresa europea de control marítimo y terrestre, lleva camino de dos décadas de estar gestionando los flujos de migración que llegan a Europa. Parte de su labor de contención, además de la desarrollada por Turquía, se lleva a cabo en el mar: es ahí donde se mueve la fuerza de contención de Frontex, encargada de salvaguardar las fronteras de los países del acuerdo Schengen. Esta agencia, que cuesta a la unión 250 millones de euros fue creada en 2004 para poder detener los flujos migratorios, en la línea europea de dar soluciones simplistas y cortoplacistas a problemas estructurales como los factores que llevan a la inmigración.

Parte de las funciones de esta organización, residen en la lucha contra las mafias que se enriquecen cobrando a los refugiados por llevarlos a Europa en precarias circunstancias. Si bien desarrolla esta función, también se encarga de interceptar los barcos de refugiados y de “soltarlos” en los países de los que salían, llevando a cabo una suerte de devoluciones en caliente, totalmente prohibidas de acuerdo a la legislación internacional, o enviándolos directamente a Turquía (famosa ya por ser el muro de Europa), la cual les devuelve también tarde o temprano de vuelta a su territorio en conflicto.

Así, nos encontramos con que problemas sociales que requieren de un enfoque social (ayuda humanitaria) y estructural (analizar a qué se debe y cómo cambiarlo), y para el que hace falta inversión y defensa de medidas públicas, se resuelve —o más bien se ignora— externalizando esas funciones a empresas privadas, que miran el problema bajo el filtro del beneficio monetario, y que en última instancia salen más caras a los estados que un plan público y conjunto. No hay que olvidar que toda empresa privada busca conseguir la mayor cantidad de beneficios de su trabajo, lógica que no se sigue desde el sector público, y menos en cuestiones humanitarias.

Esta privatización fronteriza que ya está implantada en Europa, viene a su vez acompañada de un fenómeno más asentado en el continente americano, complementando otra de las caras de la seguridad nacional y bélica; la militarización de la policía

Esta privatización fronteriza que ya está implantada en Europa, viene a su vez acompañada de un fenómeno más asentado en el continente americano, complementando otra de las caras de la seguridad nacional y bélica; la militarización de la policía. La conversión progresiva de los cuerpos de seguridad policial a un hibrido policial-militar responde también a la intromisión del CIM en áreas no militares, y la paranoia de la seguridad nacional como ente desvirtuador de las funciones policiales en favor de una lógica militarista.

De igual manera que el CIM precisa de nuevos objetivos en esta nueva era sin bipolaridad, el ejército se encuentra en una realidad en la que el peligro de conflicto armado directo tal como se entendía en el siglo XX ha desaparecido, lo que le ha llevado a buscar nuevas funciones dentro de la sociedad. Esto pasa, en primer lugar, por labores de ayuda humanitaria en catástrofes naturales, lucha antiterrorista con fuertes toques de inteligencia militar o funciones policiales en zonas de conflicto ya bajo control, es decir, un cambio en parte de las funciones del ejército.

De esta forma, así como el ejército sufre una policización, la policía sufre una militarización, en tanto que ambas instituciones ven sus líneas difuminadas, y se equipa a la policía con nuevas armas y se le instruye en nuevas tácticas y dinámicas a fin de convertirla en un cuerpo “civil” de acuerdo a los rigores requeridos en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la criminalidad (una expresión clara de la radicalización de la idea de seguridad y de la necesidad del CIM de expandirse a nuevas áreas). La militarización policial que requiere esta nueva visión de la seguridad también es apoyada por los gobiernos por simple comodidad dentro de los intereses electorales.

Esto se debe a que los partidos en el poder precisan de resultados rápidos a problemas como la criminalidad, buscando generar una necesaria imagen de eficacia inmediata, en vez de hacer frente a un proceso de cambios a largo plazo que podrían generar resultados en un futuro lejano, posiblemente en otra legislatura, algo que los partidos no tienen en cuenta si no va a tener repercusiones electorales positivas. Y cuando un gobierno no puede ofrecer bienestar, ofrece seguridad. Así, se endurecen las penas de cárcel y se construyen prisiones —o como vemos se deja eso a las empresas privadas— a la par que se equipa a la policía con armamento industrial de tipo militar.

Cuando un gobierno no puede ofrecer bienestar, ofrece seguridad. Así, se endurecen las penas de cárcel y se construyen prisiones a la par que se equipa a la policía con armamento industrial de tipo militar

El problema de esto reside en la incompatibilidad de intentar introducir las dinámicas de funcionamiento militares a un cuerpo civil que poco tiene que ver, a fin de endurecer la seguridad nacional. Esto puede traer más problemas a nivel interno que soluciones, básicamente porque “La formación castrense pone énfasis en la jerarquía, la disciplina y las estructuras de mando. Se cultiva un sentido de espíritu de cuerpo desligado de la sociedad, lo cual refuerza sus niveles de autonomía política y profesional. Además, el entrenamiento militar hace hincapié en el uso de las armas, temas de logística, movilización y transporte de tropas, la importancia del secreto, así como estrategias y tácticas diseñadas para aniquilar al enemigo. En contraste, la función policial busca prevenir y controlar la delincuencia dentro del marco legal con estrategias de disuasión y control que involucren el menor uso de la fuerza necesaria para solucionar problemas y preservar el orden público. Si bien muchas instituciones policiales de la región tienen estructura militar, no deberían consolidarse como un cuerpo que observa de lejos a la sociedad. Por el contrario, las policías profesionales deben establecer una relación cercana y colaboradora con la ciudadanía”(1).

Además, y lo más importante de ello, implica que militarizar la policía —o utilizar directamente al ejército como ocurre en América latina— con tácticas militares contra la población, directa o indirectamente supone tratar a los estratos poblacionales contra los que se usa como “enemigos” internos bajo lenguaje militar. Esto desemboca, como ya se ha visto en Latinoamérica —y no pocas veces en EEUU— en un mayor papel del ejército, mayor influencia de sus actuaciones, por lo que no es descabellado argüir que la militarización de la policía o el uso civil del ejército beneficia a este último como actor gubernamental indirecto.

Este caso, que a priori se puede presentar también como extremo, es de hecho un tema que en su momento estalló en Francia, donde Macron intentó implantar una ley que otorgaba nuevas potestades de actuación a la policía (mayor capacidad de actuación con menores obligaciones de dar cuenta de dichos actos, en suma) y la prohibición de mostrar la cara de los agentes de policía. Esta ley, recientemente echada atrás, fue repelida por la ciudadanía tras la grabación de cuatro agentes agrediendo a un ciudadano negro en un claro acto de brutalidad policial con tintes racistas, que no hubiera sido posible perseguir con la implantación de esa ley.

Es posible comprender por tanto, el porqué del auge de este tipo de modelo de seguridad. En primer lugar, es debido al incontestable triunfo cultural del liberalismo económico en su relato de que el sector privado es el mejor garante de los servicios y que bajo la regulación de la mano invisible, gestiona de manera competitiva y mejor de lo que el Estado es capaz de conseguir mediante la planificación. El segundo, viene marcado por el problema de que, al no poder ofrecer bienestar a la ciudadanía precisamente por el desmantelamiento de la red pública, se intenta disfrazar ese bienestar con seguridad. Queda por ver si este avance a la hegemonía del control privado, amparado por la actual excusa de vigilancia pandémica, se convierte en norma o en paréntesis en los estados, cuya ciudadanía somos nosotros y nosotras.

Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. Un espacio abierto a la participación. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en los blogs.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Grecia
Grecia Las familias de los ahogados en el naufragio de Pylos en 2023 continúan buscando respuestas
Se cumplen dos años de uno de los peores naufragios en las costas griegas. La madrugada del 14 de junio de 2023, un pesquero en el que viajaban unas 750 personas, colapsó. Solo hubo 104 supervivientes.
Estados Unidos
Estados Unidos “Provocación”: Trump despliega 700 marines en Los Ángeles
El gobierno estadounidense sigue tensando la cuerda en California. A las redadas masivas se le suma el despliegue de soldados, sin precedentes desde 1992. Los sindicatos de trabajadores migrantes llaman a la resistencia no violenta.
Estados Unidos
Estados Unidos Miles de personas se rebelan contra las redadas racistas y el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles
El Gobierno de Donald Trump echa gasolina al fuego con el envío de tropas a la ciudad californiana. Trabajadores de origen migrante se manifiestan contra las políticas de la agencia ICE.
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. Un espacio abierto a la participación. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en los blogs.
Ver todas las entradas
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones pueden violentar a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Más noticias
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.