Empresas recuperadas
Andrés Ruggeri: “Macri dejó un desastre difícil de imaginar, las empresas recuperadas sufrieron mucho”

Andrés Ruggeri es uno de los investigadores que ha documentado de forma más extensa y profunda el fenómeno de las empresas recuperadas en Argentina. 

Andrés Ruggeri, investigador del fenómeno de las empresas recuperadas en Argentina.
Andrés Ruggeri, investigador del fenómeno de las empresas recuperadas en Argentina.
@paucoar
7 mar 2020 06:00

La tradición de autogestión y toma —término referido a la ocupación del lugar de trabajo en Argentina viene de lejos. Los inmigrantes anarquistas europeos, sobre todo españoles e italianos, influyeron notoriamente en el ambiente ideológico del país latinoamericano durante la primera mitad del pasado siglo XX. Aún resuenan los ecos de las insurrecciones populares y tomas de los 70, los conocidos como cordobazo y mendozazo (Azzelini y Ness, 2017. Poder Obrero. La Oveja Roja. Madrid).

Hijo de estos movimientos, inseparables del peronismo, tras la turbulenta crisis del corralito, se sucedió un nuevo fenómeno de tomas. Es aquí donde nacen las Empresas Recuperadas por sus Trabajadores (ERT). En constante amenaza, estas cooperativas de trabajadores tratan de dar una solución a un problema que ni el mercado ni el Estado logran solventar: la precariedad y la pobreza.

Uno de los mayores entendidos en la materia es el profesor Andrés Ruggeri, que lleva años trabajando estrechamente con las ERT. Su trabajo de recopilación en la Capital Federal se antoja fundamental. ¿Qué son las empresas recuperadas?, escrito por Ruggeri en 2017, es imprescindible para aquellos que quieran aproximarse a estas iniciativas.

En Europa existen pequeñas iniciativas autogestionadas, prácticamente de subsistencia, sin embargo, en Argentina hay empresas recuperadas de todos los tamaños, desde pequeños restaurantes en el barrio de Palermo a fábricas enormes como FaSinPat-Zanón. ¿Cómo son las ERT? 
Las ERT son muy diversas y heterogéneas, pero, aunque hay pequeñas, no se tratan de iniciativas de subsistencia, sino de empresas, unidades económicas que los colectivos de trabajo mantienen en funcionamiento a través de la autogestión. Si hay niveles de subsistencia es por las enormes dificultades que el capitalismo actual le pone a todo lo que no respete el molde de la economía del fundamentalismo de mercado.

Muchas de estas cooperativas están al borde de la desaparición porque nunca pudieron superar obstáculos jurídicos, falta de financiamiento o políticas macro que destruyen la industria. Pero en la mayoría de los casos, se trata de empresas que tienen un promedio de 40 trabajadores, en muy diversos rubros productivos o de servicios, incluyendo fábricas relativamente grandes como FaSinPat-Zanón o Textiles Pigüé.

El Hotel Bauen se encuentra en una posición complicada. ¿Cuál es la situación actual?
Creo que es difícil de explicar fuera del contexto argentino. Ahora no pasa nada, a pesar de que el hotel tiene una orden de desalojo vigente y sin posibilidad de apelación porque pasó por todas las instancias —aunque hay un recurso presentado a la Corte Suprema y varias clausuras por distintas causas. A pesar de todo esto la cooperativa no fue desalojada y el hotel está funcionando bajo gestión obrera.

“En el caso del Hotel Bauen, los trabajadores se dieron una estrategia de legitimación social y política que hace que un desalojo sea un costo político que nadie quiere asumir, empezando por la jueza”

Lo que sucede es que los trabajadores se dieron una estrategia de legitimación social y política que hace que un desalojo sea un costo político que nadie quiere asumir, empezando por la jueza. Es como si los gobiernos y jueces se pasaran la pelota para ver quién lo hace, y finalmente no lo hace nadie. Ahora se supone que hay un Gobierno que no va a avalar una acción violenta contra el Bauen, y por lo tanto todo está parado. 

Ahora bien, esa situación de impasse tampoco es buena para la cooperativa porque no puede desarrollar una estrategia de consolidación del Bauen, que al final de cuentas es un hotel y vive de tener clientes. Es muy difícil alojarse en un lugar donde no se hacen inversiones porque no se sabe cuánto va a durar y que puede ser desalojado en cualquier momento. Ese es un gran costo para la cooperativa.

Tras 2001 hubo una gran oleada de tomas y parece que se produjo un repunte en los últimos años. ¿Qué lleva a un grupo de trabajadores a decidir dar este complicado paso? ¿Cómo son los trabajadores de las ERT?
Los trabajadores recuperan empresas cuando no ven otra opción para seguir trabajando. La legislación en seguridad social en Argentina se ha ido debilitando desde los años 80, no hay seguros de paro dignos de ese nombre, por lo tanto, la pérdida del trabajo es un salto a la precariedad estructural.

La ocupación generalmente se hace como forma de protesta y de llamado de atención, esperando la resolución del problema por intervención del Estado, pero al no haber soluciones, y si logran conservar la empresa en su poder, el camino de la autogestión aparece como una opción válida y posible. 

“La defensa del trabajo es un valor social ampliamente aceptado y hace que los trabajadores que recuperan fábricas y empresas sean bien vistos por la sociedad”   

Otro aspecto importante es que la defensa del trabajo es un valor social ampliamente aceptado y hace que los trabajadores que recuperan fábricas y empresas sean bien vistos por la sociedad.

Digamos que principalmente logran mantener la fuente de ingresos, frente a la alternativa del desempleo, pero ¿en qué cambia su situación laboral tras la toma?
En muchas cosas. Para bien se sacan de encima al patrón, se autoorganizan, definen por sí mismos muchos aspectos del trabajo: cuánto ganan, el reparto de excedentes, fines sociales, etc. Pero al mismo tiempo pierden derechos laborales de los asalariados porque la legislación argentina para las cooperativas no contempla a los trabajadores de la autogestión como tales, sino como miembros de una sociedad empresaria. Eso tiene costos en cuanto a derechos ganados por el movimiento obrero. 

Empresas recuperadas en Argentina
En la crisis argentina iniciada en 2001 las empresas recuperadas se convirtieron un válvula de escape para miles y miles de personas que se quedaron sin trabajo. En las siguientes dos décadas, no han dejado de crecer.

Digamos que es un poco la paradoja de la autogestión, en cierta manera, siguen necesitando el mercado y la mediación del Estado. 
Porque son islas de autogestión dentro del capitalismo, no hay forma de que no se desempeñen en el mercado, por lo menos para mantener salarios para cierto número de trabajadores que sostienen familias, viviendas, con necesidades de salud, educación. Esa es la gran diferencia con los ejemplos de experiencias de autogestión de subsistencia que mencionabas al principio, o con experimentos radicales conformados por militantes que están dispuestos al sacrificio o que tienen una familia con una casa cómoda en que respaldarse cuando la cosa se pone dura. 

Aquí también nos encontramos con los límites de la herramienta estatal. ¿Qué puede hacer el Estado por las ERT?
Como mínimo no atacarlas. Y desde esa base hay muchas cosas que puede hacer para, por ejemplo, devolver derechos laborales, reparar injusticias de la legislación que solo está pensada para las empresas de capital. Lo ideal es que la herramienta estatal esté disponible para asegurar el traspaso de la empresa a los trabajadores, brindar herramientas de inversión y de tecnología que de otro modo serían inalcanzables para un grupo de trabajadores que estuvo meses o años sin salario, pero no intervenir en el desarrollo de la autogestión, solo ser palanca para su desarrollo. Esto, por supuesto, solo se puede dar en circunstancias políticas muy particulares.

La etapa de Macri desde 2015 fue dura en este aspecto: el tarifazo, desalojos violentos, etc. Sin embargo, el kirchnerismo se mostró históricamente más permisible. ¿Qué escenario se abre tras la llegada al poder de Alberto Fernández?
Hay esperanzas de que la situación mejore, pero el escenario es muy complejo, Macri dejó un desastre difícil de imaginar, las empresas recuperadas sufrieron mucho en ese período. Llegan con deudas enormes, capacidad productiva mínima, nula capacidad financiera, etc. Se espera que mejore la macroeconomía y se recupere el mercado interno, pero sobre todo hay expectativa en que aparezcan esas herramientas de apoyo que hablábamos antes. 

“Especialmente en temas de género, hay mucho campo para avanzar porque la autogestión permite introducir el problema de una manera que sería imposible en empresas bajo patrón”    

Por otro lado, vemos como en todo el mundo proliferan los nuevos movimientos sociales como el feminismo o el ecologismo. ¿Hay cabida para ello en las ERT?
Sí, por supuesto, pero siempre que tengamos en cuenta las particularidades del movimiento y la situación que atravesaron, que no se trata de sectores medios universitarios sino de trabajadores y trabajadoras que en muchos casos están al borde de la supervivencia y en graves problemas sociales. Eso no significa que no se pueda avanzar, sino que no siempre se van a tratar de la misma manera que en otros ambientes sociales. 

Especialmente en temas de género, hay mucho campo para avanzar porque la autogestión permite introducir el problema de una manera que sería imposible en empresas bajo patrón. En muchas fábricas hay comisiones de mujeres, y las líderes femeninas son frecuentes. 

Existen movimientos de un carácter similar o, que al menos, buscan poner en duda la propiedad de los medios de producción, por una cuestión de supervivencia; como bien podría ser el Movimiento Campesino de Santiago del Estero. ¿Qué similitudes encuentras?
Hay algunas cuestiones similares porque el origen y la razón de ser de los movimientos tienen que ver con la resolución de necesidades como el acceso al trabajo o a la tierra, pero también grandes diferencias. La lucha en ambientes urbanos y fabriles es más típica del viejo movimiento obrero que de los llamados nuevos movimientos sociales. Las ERT se pueden pensar en una suerte de combinación de ambos, pero con una perspectiva futura de creación de una alternativa a la economía capitalista en la propia práctica colectiva. 

De alguna forma las ERT contribuyen a crear comunidad allí donde se encuentran. ¿Qué rol desempeñan?
Un rol activo, porque para recuperar una empresa hace falta la comunidad, y después es la empresa autogestionada la que debe volcarse a la comunidad. Esto se manifiesta en muchas instancias de lo que se llama la fábrica abierta: actividades culturales, educativas, solidarias, en los espacios de la ERT, y también la participación junto con otros movimientos.

universidad y activismo
Eres antropólogo, has escrito varios libros, ¿cuál es tu trayectoria?
Soy antropólogo de la Universidad de Buenos Aires, empecé a trabajar con las empresas recuperadas a principios de 2002, a través de lo que en Argentina se llama extensión universitaria, algo así como un departamento de relaciones comunitarias, para trabajar con sectores no universitarios. Ese año creamos en la Facultad de Filosofía y Letras el programa Facultad Abierta, con la idea una acción amplia con movimientos sociales. Pronto nos concentramos en la autogestión, en lo que sigo hasta hoy.

Desde ese programa de la UBA desarrollé un trabajo que no es investigación pura, sino en articulación con el movimiento de trabajadores de empresas recuperadas. Hacemos investigaciones, informes, todo lo que se puede ver en la página web del programa, incluidos los encuentros internacionales de la “economía de los trabajadores y trabajadoras”. Antes fue militante y dirigente estudiantil, también hice viajes en bicicleta por América Latina y una vuelta al mundo en bicicleta tándem con mi compañera, pero es otro tema…

¿Qué supone para las recuperadas este trabajo desde la Universidad?
Al principio éramos uno de tantos grupos que íbamos a visitarlas o a intentar ayudar. En la crisis de 2001 y los años siguientes, las recuperadas como otros movimientos sociales despertaron mucho interés y solidaridad, pero también se convirtieron en una especie de moda académica.Después, con el correr de los años, nos fuimos quedando solos, y nuestra relación con la organización se estrechó porque nos empezaron a ver más como pares. Creo que es mucho más lo que nos dieron estas experiencias a nosotros que al revés: un campo de estudio y reflexión, de aprendizaje, incluso de organización y de militancia. Lo que les damos es visibilidad, incluso internacional, apoyo cuando podemos, herramientas de formación y asesoramiento, etc.

En la actualidad, creo que soy más parte del mundo del trabajo autogestionado que del mundo académico, no tengo mucho en común con los investigadores “puros”, de carrera, no me siento cómodo ahí, tengo un lugar que los propios trabajadores me han ido otorgando y lo mismo mis compañeros de equipo. Sin duda, vuestra labor actúa como un diagnóstico, digamos, que como bien has dicho articula el movimiento de una forma muy clara. Es un aporte que intentamos hacer.

De hecho, con el cambio de gobierno se empieza a buscar una forma de articular el sector desde una política pública y nos convocan para consultas, opinión, etc., pero sobre todo porque somos los únicos que tenemos una base confiable de empresas recuperadas.

¿Qué cambiarías del programa Facultad Abierta de cara al futuro?
Si tuviéramos más recursos, podríamos hacer mucho más, la situación de la universidad pública fue critica durante el macrismo y nuestro programa casi no tiene fondos. Más allá de eso, ampliaría la base de trabajo con profesionales de disciplinas más técnicas para poder colaborar en cuestiones de tecnología y economía con más especificidad.En relación con lo ambiental, en general implica reconversión industrial y tecnológica que está fueras del alcance de las inversiones posibles, por eso vuelve a ser importante que haya una política pública que asista.
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. Un espacio abierto a la participación. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en los blogs.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Argentina
Argentina La oposición a Milei tacha de decisión política la condena contra la expresidenta Cristina Fernández
La ratificación de la condena a la expresidenta argentina de seis años de prisión domiciliaria e inhabilitación de por vida sacude la vida política argentina. Una condena leída por la oposición peronista como un nuevo episodio de ‘lawfare’.
Argentina
Argentina Diez años de Ni Una Menos, el movimiento que desbordó el feminismo para hacerlo enorme
El 3 de junio de 2015 se produjo la primera convocaría de Ni Una Menos en Argentina. El llamamiento contra la violencia machista traspasó el nicho feminista y la respuesta fue masiva. Hoy, se enfrenta a las políticas reaccionarias de Milei.
#48788
9/3/2020 8:27

Excelente artículo y trabajo.
Solo me gustaría puntualizar que el concepto "toma" es más amplio, que va desde okupaciones permanentes, en cuanto a lo laboral, como a temporales como las tomas de sedes univerisitarias o colegios. Y lo temporal es entrecomillado porque es temporal en cuanto a lo edilicio pero permanente en cuanto a activimo político.

0
0
Sobre este blog
El blog de luchas sociales a lo largo del planeta, conflictos internacionales y propuestas desde abajo para cambiar el mundo. Un espacio abierto a la participación. El Salto no comparte necesariamente las opiniones volcadas en los blogs.
Ver todas las entradas
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.