Sin respuestas cinco años después de la explosión del puerto de Beirut

La ciudadanía libanesa sigue sin saber exactamente qué sucedió aquél fatídico 4 de agosto de 2020, en el que más de 200 personas perdieron la vida.
Aniversario explosión en el puerto de Beirut
Marcha en conmemoración del aniversario de la explosión en el puerto de Beirut, en 2024. Foto: Víctor Gallardo
Beirut, Líbano.
5 ago 2025 13:12

Un coloso yace inerte a pocos metros del mar. Rodeado por montañas de chatarra, un gran silo de grano muestra sus entrañas en el puerto de Beirut. A pocos metros de la solitaria estructura, un cráter invadido por el mar señala la zona donde se encontraba el hangar 12.

Al otro lado del muelle, el caparazón volcado del crucero Orient Queen reposa medio hundido. El barco, construido en 1989 en Valencia, acompaña al gigante caído en un paisaje desolador a la vista de toda la ciudad. Un recordatorio permanente de la explosión que el 4 de agosto de 2020 sacudió Beirut.

Una de las mayores explosiones no-nucleares de la historia

“Noté como todo el edificio temblaba. Creí que habían bombardeado los cimientos del edificio y estaba a punto de colapsar’’, explica Robert, nombre ficticio. “Cinco segundos después, noté la onda expansiva’’, continúa el residente en la zona céntrica de Acrafieh. El joven libanés prefiere mantener su anonimato y explica que se encontraba en su apartamento en el momento de la explosión.

Más de 2.750 toneladas de nitrato de amonio acumuladas de manera irresponsable durante 6 años en el hangar 12 del puerto estallaron. Unas 219 personas murieron y 7.000 quedaron heridas, según Human Rights Watch

Durante aquella tarde de verano, una larga columna de humo se alzaba del puerto y captaba la atención de las personas que miraban al mar. A las 18:07 de la tarde, el suelo tembló. Segundos después, una cortina blanca peinó la ciudad. Tras la onda expansiva, una gigantesca bola de fuego y humo rojo anaranjado empequeñeció los edificios más altos de la capital libanesa. Finalmente, una larga columna de humo negro ocultó el contorno de la urbe. “Recuerdo el sonido del cristal rompiéndose, las puertas cerrándose de golpe. Vi los pedazos de pintura del baño volar desde las esquinas de la pared’’, recuerda Robert mientras gesticula enérgicamente.

Más de 2.750 toneladas de nitrato de amonio acumuladas de manera irresponsable durante 6 años en el hangar 12 del puerto estallaron durante un incendio. Unas 219 personas murieron y 7.000 quedaron heridas, según Human Rights Watch. La organización afirma que “la explosión afectó a 163 escuelas públicas y privadas, dejó fuera de servicio la mitad de los centros de salud de Beirut y afectó al 56% de las empresas privadas de la ciudad’’.

El informe de evaluación de daños realizado por Naciones Unidas un mes después del acontecimiento reveló que un total de 10.000 edificios resultaron dañados en un radio de 3 kilómetros; unas 300.000 personas quedaron afectadas. Según el Banco Mundial, la catástrofe causó daños materiales estimados entre 3.800 y 4.600 millones de dólares.

“Si hubiésemos sabido la realidad de la situación, no hubiésemos enviado a nadie”

“Recibimos una llamada que nos alertó de un incendio en el puerto hacia las 17:40 o 17:41 de la tarde’’, explica el capitán de bomberos, Ali Najem. Una primera brigada compuesta por 9 bomberos y una enfermera pidió refuerzos ante la intensidad de los fuegos en el hangar 12. Cuando los refuerzos del cuartel se dirigían a los vehículos, el puerto estalló.

“Tras la explosión nos quedamos con una estación de bomberos destruida, con los vehículos y los equipos dañados y algunos bomberos con cortes. Muchos tuvieron que ir al puerto en motocicleta o corriendo’’. El capitán relata que tardaron 13 días en encontrar los cuerpos del equipo de bomberos que respondió en primer lugar.

“Si hubiésemos sabido la realidad de la situación, no hubiésemos enviado a nadie. Nos hubiéramos limitado a cortar la carretera y evacuar la zona’’, expone Najem. Según el capitán, los bomberos no fueron informados del material que se almacenaba en el hangar 12.

La búsqueda de la verdad

Paul Najjar escucha como mencionan el nombre de su hija de 3 años, Alexandra, por los megáfonos desplegados por organizaciones de la sociedad civil a pocos metros del puerto. Para los asistentes que se aglomeran cada 4 de agosto en recuerdo de las víctimas, la zona portuaria es la escena de un crimen no resuelto. “Lo recuerdo todo, excepto los 2 minutos que estuvimos inconscientes’’, explica Paul. Según cuenta, él vivía junto a su familia a 800 metros del hangar 12, muy cerca de la zona donde se originó la explosión.

Paul rememora que al despertarse encontró a su hija Alexandra debajo de una pila de escombros y pedazos del aparato de aire acondicionado. Tras liberarla , Paul salió a la calle en busca de ayuda. “Todo estaba destruido, hablo de destrucción masiva, gente sufriendo por la calle, nadie vino a ayudarnos’’, explica Paul. Alexandra Najjar murió en el hospital Hotel Diew tres días después.

Hasta el momento, no existe una explicación oficial de las causas del desastre ni el Gobierno libanés ha rendido cuentas

Tras la explosión, Paul y su esposa, Tracy, fueron de los primeros miembros del Colectivo 4 de Agosto, formado por víctimas y familiares en busca de verdad y justicia. Junto con el Comité de Víctimas y Mártires y la asociación de las familias de los bomberos fallecidos, el colectivo es una de las tres organizaciones que organiza una protesta cada aniversario de la explosión para evitar que caiga en el olvido.

Hasta el momento, no existe una explicación oficial de las causas del desastre ni el Gobierno libanés ha rendido cuentas. “Los partidos políticos tradicionales tuvieron un rol directo o indirecto en la explosión del 4 de agosto’’, defiende con convicción Paul Najjar.

Formaciones como Hezbolá, el Movimiento Patriótico Libre, el Movimiento Futuro, las Fuerzas Libanesas y al Movimiento Amal fueron acusadas por Human Rights Watch de haberse beneficiado “del estatus ambiguo del puerto y de las deficientes estructuras de gobernanza y de rendición de cuentas’’. La organización humanitaria recalca que el diseño de gestión del puerto se articuló para “compartir el poder entre las élites políticas, lo que maximizó la opacidad y permitió que florecieran la corrupción y la mala gestión’’.

La guerra judicial

Entre 2021 y 2023, múltiples altos cargos como el ex-primer ministro Hassan Diab, o los exministros Ghazi Zeaiter, Youssef Fenianos y Ali Hassan Khalil fueron imputados por homicidio y negligencia dolosa por el juez a cargo, Tarek Bitar. No obstante, la investigación fue constantemente boicoteada por la clase política. “El historial del Líbano en evitar descubrir la verdad sobre los crímenes más graves y hacer que los responsables rindan cuentas es abismal’’, afirma la directora regional adjunta de Amnistía Internacional, Aya Majzoub.

Según Majzoub, florece una cultura de impunidad en el país. “Es intencional’’, dice tajante. “El sistema en el Líbano está diseñado para proteger a la clase política y para que ésta no rinda cuentas, para perpetuar la cultura de impunidad. Lamentablemente, esto es exactamente lo que vimos en el caso de la explosión del puerto de Beirut’’, defiende Majzoub. “Cuando se hizo evidente que el juez Bitar quería acusar a altos funcionarios, incluidos ministros, parlamentarios y el ex primer ministro, todo el establishment político se unió contra él en una campaña coordinada para desacreditarlo’’.

 “El sistema en el Líbano está diseñado para proteger a la clase política y para que ésta no rinda cuentas, para perpetuar la cultura de impunidad"

En la actualidad, con el nuevo gobierno formado el pasado febrero por el primer ministro Nawaf Salam , antiguo juez del Tribunal de Justicia de la ONU, se prometen respuestas y justicia. “No estamos limitados por el tiempo, continuaremos en la lucha por la verdad y la justicia hasta el fin de nuestras vidas’’, defiende Najjar convencido.

Los efectos psicológicos en la población tras el desastre

Motivados a encontrar respuestas, los psiquiatras del Departamento de psiquiatría de la Universidad Americana de Beirut (AUB, por sus siglas en inglés), Farid Talih y Chadi Antoun, investigan los efectos psicológicos que la explosión de 2020 ha tenido en la población libanesa.

“Estudios realizados tras desastres de gran envergadura como el de Chernóbil, los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos o los terremotos en el este de Japón mostraron que existen largos y duraderos efectos mentales tras estos eventos. Y el sueño es uno de los componentes afectados en todos estos casos’’, afirma Antoun.

Un futuro incierto, los traumas de la turbulenta historia libanesa y el ruido son factores que en Beirut despiertan la ansiedad de muchas personas que allí residen

Con 200 participantes, la investigación que se ha llevado a cabo desde la universidad, demuestra que el insomnio es el problema más persistente a largo plazo tras la explosión de 2020. “La investigación también ha revelado la correlación entre la proximidad de la explosión y el incremento de consumo de alcohol y nicotina’’, expone el Dr. Chadi Antoun. El consumo de tales sustancias provocan un empeoramiento del insomnio, la ansiedad o la depresión, según los investigadores.

También un futuro incierto, los traumas de la turbulenta historia libanesa y el ruido son factores que en Beirut despiertan la ansiedad de muchas personas que allí residen. “Tenemos muchos casos de personas con trastorno de estrés postraumático reprimido’’, afirma Talih. El experto, además, asegura que el país no tiene los recursos para tener un programa nacional de salud mental. Según los psiquiatras, esto, junto a la falta de verdad sobre los hechos de aquel 2020, agrava el problema.

“La gente se frustra, hay una ausencia de responsabilidad política, no hay transparencia, no hay cierre. La gente no sabe qué ha ocurrido, por qué fueron heridos, por qué perdieron su casa, por qué perdieron a un ser querido’’, concluye el investigador.

Las consecuencias económicas aún visibles

La explosión del puerto supuso un paso más en la degradación económica del Líbano. La caída en picado de la libra libanesa en 2019 había provocado ya la pérdida generalizada de los ahorros de la población. La aparición de la pandemia del COVID-19 no hizo más que agravar los niveles de pobreza, también una hiperinflación de más del 80% y la dificultad para obtener materias primas.

Conectado con otros 300 puertos, el puerto de Beirut permitía la gran mayoría de importaciones y exportaciones del país y generaba más de 250 millones de dólares anuales en tarifas. Tras la explosión de 2020, los únicos silos de grano del Líbano fueron destruidos, lo que afectó a la cadena de suministro de alimentos del país y agravó considerablemente el impacto social de la ya existente crisis económica.

Para hacer frente a las dificultades económicas, muchas empresas y negocios optaron por reducir los salarios de sus plantillas, lo que tuvo un efecto inmediato en la reducción del poder adquisitivo de los consumidores

Según la Organización Internacional del Trabajo, un 85% de empresas operaba con pérdidas tras la explosión. Para hacer frente a las dificultades económicas, muchas empresas y negocios optaron por reducir los salarios de sus plantillas, lo que tuvo un efecto inmediato en la reducción del poder adquisitivo de los consumidores.

Además, la falta de transparencia y la elevada corrupción institucional dificultó en mayor medida las ayudas financieras de instituciones internacionales, como el Banco Mundial, que catalogó la crisis libanesa como una de las peores vistas desde la Revolución Industrial. La resistencia del entonces Gobierno libanés a realizar reformas del sistema bancario agravó la desconfianza entre el Estado árabe y las instituciones financieras internacionales.

El Banco Mundial, que catalogó la crisis libanesa como una de las peores vistas desde la Revolución Industrial

Tras las elecciones de 2022, Hezbolá y sus aliados perdieron la mayoría en el Parlamento, lo que provocó una fragmentación institucional y una parálisis política de un débil Gobierno interino con escasa capacidad de realizar reformas.

Asegurar la transparencia institucional, la independencia judicial y la reforma del sistema financiero serán los grandes retos del nuevo Ejecutivo de Nawaf Salam. Con el genocidio en Gaza y los enfrentamientos armados entre Israel y Hezbolá, serán tareas difíciles en un país donde la división política y sectaria es la norma y no la excepción.

Líbano
Un nuevo incendio en el puerto atemoriza Beirut

La zona portuaria ardía anoche por segunda vez desde la tragedia del pasado 4 de agosto cubriendo la capital libanesa de tóxico humo negro, en una tarde en la que muchos residentes traumatizados temieron una nueva explosión ante la ausencia de explicaciones y disculpas por parte de las autoridades.

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