Italia
¿Son los medios los principales aliados de Salvini?
Salvini cuelga fotos en las que ve Amici, en las que comenta noticias futbolísticas, en las que está viajando como turista, en las que se hace, y hace a sus seguidores, preguntas comunes sobre el sentido de la vida, todo ello para parecer “más cercano al pueblo”.

Censar a la población gitana. Evitar la entrada de migrantes. Poner en duda la utilidad de las vacunas. La “fiesta que se ha acabado” para los clandestinos. La Unión Europea. Las ONG financiadas por Soros. Roberto Saviano [escritor antimafia al cual Salvini amenazó con retirarle la escolta oficial, N. del T.]. Los que realizan salvamentos humanitarios en el mar, cómplices de las mafias de las pateras. Los centros sociales. La táctica de comunicación política de Matteo Salvini [nuevo líder del partido Liga Norte, N. del E.] se puede resumir en la construcción cotidiana de un enemigo contra el cual arremeter. Pero la auténtica cuestión es cómo consigue difundir sus mensajes tan vastamente.
Se trata de una innovación en la relación entre política y comunicación. Salvini parece haber entendido mejor que los demás, incluso que sus compañeros del Movimiento 5 Estrellas, que en ese terreno parecían estar en la vanguardia, la naturaleza superficial y volátil de la comunicación política contemporánea, así como el modo de relacionarse con ella. Salvini se dedica constantemente a producir novedades, noticias, dictando con sus salidas de tono contra el enemigo de turno la agenda de los periódicos y, sobre todo, de los medios web, intentado así dominar la escena política a través de una suerte de ubicuidad.
Salvini actúa de un modo decididamente lineal. En líneas generales, suelta perlas de gran calibre, de modo parecido a como hace Trump en EE UU
Salvini actúa de un modo decididamente lineal. En líneas generales, suelta perlas de gran calibre, de modo parecido a como hace Trump en EE UU. Luego observa “el efecto que producen” y, más tarde, una vez que los ánimos se han calentado, que se ha desencadenado la polémica, se mantiene en sus trece, mostrándose decidido e implacable, uno que no se frena ante nada, reforzándose así su imagen de hombre fuerte al mando. De ese modo, impide que se construyan auténticos razonamientos acerca de los temas que propone, dado que con una nueva declaración polémica la atención se traslada inmediatamente hacia otro tema, y así en un bucle infinito.
La centralidad de la comunicación política contemporánea se ejerce, por tanto, a un nivel mucho más acelerado que en el pasado. No existe ningún tipo de comunicación que no esté orientado a buscar un consenso inmediato y visceral, y la idea misma de gobierno resulta ya inseparable de la de campaña electoral, que se ha transformado en un fenómeno permanente.
Se trata de una lectura que integra un análisis inteligente de las nuevas relaciones entre economía y medios de comunicación. La consagración de las redes sociales ha generado una disminución en los ingresos de la prensa. Así, se ha impuesto la lógica del clickbait en la economía política de la prensa contemporánea, es decir, la exigencia constante por parte de los editores de publicar en sus medios artículos capaces de atraer visitas de forma continua. Y, por tanto, capaces de atraer las inversiones de los anunciantes, que se están convirtiendo en elementos cada vez más decisivos para asegurar el mantenimiento económico de los periódicos.
Cada vez que Salvini hace una declaración, incluye en ella una frase rimbombante, que permite a la prensa atraer clics simplemente reproduciéndola en el titular
Ese sistema ha permitido a Salvini transformar la prensa en su propio megáfono. Sus frases se diseñan con el fin de aparecer en los periódicos. Cada vez que Salvini hace una declaración, incluye en ella una frase rimbombante, que permite a la prensa atraer clics simplemente reproduciéndola en el titular. El efecto-repetición en miles y miles de páginas y grupos Facebook permite a Salvini difundirse en la red a una profundidad que ninguna campaña online podría conseguir, y sin tener que mover ni un dedo.
De igual modo, se ha producido un cambio también en las tribunas televisivas: de la regla más o menos obligatoria del debate entre posiciones distintas, se ha pasado a invitar a los políticos para que hagan monólogos de facto, construidos aposta para poder colgar, ágilmente, uno o más vídeos cortos “significativos” en las redes sociales.
La ironía es que, mientras tanto, el propio Salvini arremete contra el sistema de los medios de comunicación tradicionales, describiéndolo como un “todos contra él”. Hay que destacar que, incluso si su descripción fuese cierta (que no lo es, visto que en los últimos años ha estado perennemente en televisión), no sería relevante, ya que el ejército de comentadores a sueldo que la Lega tiene en Facebook crea la impresión de que “la gente” está en contra de unas declaraciones de Saviano, por ejemplo, o en contra de narración “buenista” de las migraciones a través del Mediterráneo.
La táctica de Salvini es la misma utilizada por Trump en su vencedora campaña electoral de 2016. Citando a Giovanni De Mauro en el número 1261 de la revista Internazionale, que recupera a su vez estudios del lingüista estadounidense Lakoff: “Los tuits de Trump se pueden clasificar en unas pocas categorías y, en cualquier caso, no son nunca casuales. Un primer tipo de tuits es el de ‘encuadramiento preventivo’, que se usa para dar una interpretación de los hechos antes de que lo hagan los demás. Otros tuits son ‘diversivos’, que permiten distraer la atención de cuestiones delicadas. Existen los de ‘cambio de dirección’, que descargan la responsabilidad sobre los demás. Y están los tuits del tipo ‘globo sonda’, para poder ver cómo las personas reaccionan a una determinada idea”.
La táctica comunicativa tiene como único objetivo saltarse el papel de los medios de comunicación como elemento de verificación, para dirigirse directamente al público, a través, no obstante, de los mismos medios de comunicación
En resumen, una táctica comunicativa que tiene como único objetivo saltarse el papel de los medios de comunicación como elemento de verificación, para dirigirse directamente al público, a través, no obstante, de los mismos medios de comunicación, que quedan reducidos a meros transportadores de agua. Además, precisamente el hecho que Salvini haya remolcado al Partido y no viceversa, es símbolo de cómo la nueva economía política mediática es también un factor decisivo para la personalización de la política, para el ascenso de partidos personalistas y para la redefinición, en sentido “populista’, del sistema de partidos.
Nos encontramos en un sistema mediático híbrido, multimedia, donde lo analógico y lo digital se cruzan constantemente. Analizar la figura de Salvini da buena cuenta de cómo han cambiado las cosas, de cómo con técnicas muy poco refinadas se puede explotar ese sistema híbrido. Como ha destacado Leonardo Bianchi, Salvini proviene de Radio Padania [emisora oficial de la Lega, N. del T.], por lo que está habituado a pensar en la comunicación. Por otro lado, Luca Morisi, su Casaleggio particular [empresario cofundador del Movimiento 5 Estrellas junto a Beppe Grillo, N. del T.], ha sido una figura fundamental, el megáfono de Salvini en las redes sociales, el hombre que le ha construido parte de su éxito.
En 2012, Morisi ve a Salvini en televisión y decide construir a su alrededor un personaje para las redes sociales, concentrándose en Facebook, considerado más popular que Twitter. Morisi se mueve en tres planos diferentes: bombeo constante del ‘personaje Salvini’ en su página personal, con comentarios sobre las noticias del día, a menudo en tiempo real, y spamming con los mejores momentos de las intervenciones televisivas del actual ministro del Interior.
No se trata solo de “aburrida política”. Salvini cuelga fotos en las que ve Amici [Amigos, un talent show que se emite desde 2001, N. del T.], en las que comenta noticias futbolísticas, en las que está viajando como turista, en las que se hace, y hace a sus seguidores, preguntas comunes sobre el sentido de la vida, todo ello para parecer “más cercano al pueblo”. De hecho, según el propio Morisi, uno de los errores de Renzi fue crear demasiada distancia entre el Renzi jovial, "desguazador" de la vieja política, y el Renzi jefe de gobierno, que se alejó lentamente de la gente y que, por ese motivo, cayó tan rápidamente desde las estrellas hasta lo más bajo.
La estrategia de Salvini no es ingenua ni casual. La utilización de la red es la base de lo que Morisi denomina “circuito televisión-red-territorio”
La estrategia de Salvini no es ingenua ni casual. La utilización de la red es la base de lo que Morisi denomina “circuito televisión-red-territorio”, y funciona más o menos así: Salvini se da un paseo por la tele, cuyos fragmentos más exaltantes son colgados en todas las redes sociales, tras lo cual se anuncia un mitin de ‘El Capitán’ aquí o allá, invitando a todos sus seguidores a participar. Y funciona. Por ejemplo, según un estudio llevado a cabo por Mediamonitor.it, de un total de 1.500 fuentes de información durante el periodo decisivo de negociaciones para formar gobierno (entre el 14 y el 28 de mayo), Salvini recogió 9140 citaciones, un 32% más que Matarella [actual presidente de la República italiana, N. del T.].
Resulta improbable que esas dinámicas cambien de rumbo. Los motivos son múltiples, y principalmente tienen que ver con el sistema de los medios de comunicación, que son, de hecho, dependientes de las provocaciones de Salvini, a través del clickbait. Estos evitan la contextualización por su propio interés, y continúan, de ese modo, amplificando los mensajes del ministro del Interior.
El actual tipo de relación economía-medios hace difícil imaginar que se pueda producir un cambio en esas dinámicas, puesto que los editores difícilmente renunciarían a los beneficios que Salvini les regala indirectamente. A fin de cuentas, sucedió lo mismo con Berlusconi, que se convirtió en el principal patrocinador del periódico Republica, haciendo que pareciese el Pravda. Con la diferencia que ‘Il Cavaliere’ no contaba con el enorme megáfono de las redes sociales, ni con un sistema de los medios tradicionales profundamente en crisis, como el existente hoy día, para el cual Salvini es, tristemente, un auténtico maná caído del cielo.
En realidad, el sistema comunicativo de Salvini es simple y para nada complicado de analizar y desmontar. Resulta eficaz porque el propio sistema mediático italiano se basa en la charlatanería y se orienta únicamente al beneficio económico. Una nota al margen: ¿recordáis la odiosa letanía del “si os enfrentáis a Salvini, lo único que hacéis es darle visibilidad”? Al final, parece que han sido precisamente los juntaletras de la “estabilidad” y de la “paz social” a toda costa los que no han entendido su propio papel de idiotas útiles.
Por otro lado, las tomas de las calles que se han producido en los últimos años han resultado muy útiles para que irrumpiese, en los jueguecitos mediáticos de Salvini, la única oposición concreta que necesitamos en Italia: una oposición social y de calle. Y es precisamente a quien está abajo, al antagonismo social que se organiza en los territorios, a quien le toca volver a experimentar formas de asalto mediático, reapropiándose de instrumentos y habilidades capaces de enfrentarse cara a cara también a ese nivel.
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