Israel
Parálisis política en Israel y bombardeos en Gaza: Netanyahu y Gantz alcanzan los 100 días

Tel Aviv podría terminar el 2020 sin presupuestos y encarando nuevas elecciones mientras los dos líderes del gobierno israelí se disputan el rédito político de la ofensiva militar en Gaza, que se une ante el bloqueo.
Demsey Netanyahu y Gantz
Dempsey, Netanyahu y Gantz en 2014. Foto: U.S. Embassy Jerusalem

Los dirigentes israelíes evitan las cuartas elecciones desde abril de 2019, pero no el estancamiento político. El gobierno, liderado por Benjamin Netanyahu y facilitado por Benny Gantz, cumplía los 100 días y llegaba el lunes a la fecha límite para presentar un presupuesto y salvar la legislatura, pero el parlamento aprobó una prórroga de 120 días para pactar las cuentas estatales.

En el centro del desacuerdo entre Netanyahu, Gantz y sus respectivos partidos —Likud y Azul y Blanco— se encontrarían las exigencias del primero de aumentar su poder sobre el nombramiento de cargos vinculados al aplicamiento de la ley, lo que contradice el acuerdo de coalición entre ambas formaciones. La pugna, que tiene lugar mientras avanza en los tribunales el juicio contra Netanyahu por tres casos de corrupción cometidos cuando ya ejercía de primer ministro, gira en torno a la elección del jefe de la policía, el fiscal del estado o el fiscal general, cargos que no pueden retirar la imputación que pesa sobre Netanyahu pero que podrían ser determinantes a la hora de decidir si el líder del Likud debe terminar en prisión en caso de sentencia condenatoria. Además, estos cargos también tendrían autoridad sobre otros asuntos que afectan a aliados políticos de Netanyahu y al propio Gantz.

La prórroga retrasa la fecha límite para acordar las cuentas estatales hasta el 23 de diciembre, posibilitando que Israel termine el 2020 sin presupuestos y alargando un estancamiento político que dura desde hace una veintena de meses

La prórroga retrasa la fecha límite para acordar las cuentas estatales hasta el 23 de diciembre, posibilitando que Israel termine el 2020 sin presupuestos y alargando un estancamiento político que dura desde hace una veintena de meses; primero, con los 500 días de gobierno en funciones a través de tres procesos electorales inconcluyentes; ahora, mediante un ejecutivo de coalición bicéfalo e inoperante construido el pasado mayo a partir de la desconfianza mutua.

El pacto de gobierno divide el liderazgo de la legislatura entre Netanyahu y Gantz, que se tienen el uno al otro como máximos rivales políticos, y plantea una serie de mecanismos que protegen los poderes de cada uno de ellos en un ejecutivo con poco margen de maniobra. Ambos ocupan durante toda la legislatura el cargo de 'primeros ministros alternantes', un concepto legal que beneficia al líder del Likud, protegiéndolo con la única posición en el país que le exime de dimitir mientras va a juicio, incluso cuando supuestamente pase el relevo a Gantz en noviembre de 2021. Sin embargo, llegar a diciembre sin unos presupuestos mandaría el país a elecciones sin que Gantz pueda llegar a arrebatarle el poder a Netanyahu.

Azul y Blanco acusa a Netanyahu, que suma 15 años capitaneando Israel, de fabricar una crisis presupuestaria para evitar que Gantz ejerza su cuota de liderazgo. Por su parte, Gantz declara que ya tiene bastante con permanecer silenciado ante los ataques del Likud, denuncia que Netanyahu se preocupa más de su supervivencia política que del bien de la ciudadanía y advierte que no permitirá que nadie erosione la democracia israelí, pero ya hizo promesas similares durante varias campañas electorales en las que se presentaba como el hombre que echaría a Netanyahu del poder.

Deterioro de la democracia y falta de estrategia

En Israel, las protestas que piden que Netanyahu abandone el cargo de primer ministro mientras tenga lugar el juicio contra él no pierden fuerza tras meses de actividad. El pasado fin de semana se concentraron 10.000 personas enfrente de la residencia oficial del líder del Likud, en Jerusalén, donde los fuerzas de seguridad detuvieron a 30 personas y los asistentes denunciaron violencia policial. El autodenominado movimiento Bandera Negra, que percibe la figura de Netanyahu y el gobierno que lidera como un ataque a la democracia israelí, concentró manifestantes en 300 intersecciones y puentes por todo el país.

En Israel, las protestas que piden que Netanyahu abandone el cargo de primer ministro mientras  tenga lugar el juicio contra él no pierden fuerza tras meses de actividad

Una grabación filtrada el mes pasado revelaba a Amir Ohana, ministro de Seguridad Pública y encargado de la aplicación de la ley, declarando al jefe de la policía de Jerusalén su voluntad de contradecir la Justicia y de prohibir las manifestaciones contrarias a Netanyahu. Fue el mismo Ohana, persona muy próxima al jefe del Likud y ministro de Justicia en el anterior gobierno en funciones, quien cerró los tribunales en medio de la pandemia en un movimiento que fue visto como una estrategia para retrasar el juicio contra Netanyahu. Altos cargos policiales mostraron preocupación por el hecho de que Ohana se hiciera con la cartera de Seguridad Pública después de liderar la Justicia mientras criticaba las acusaciones e imputaciones contra Netanyahu, temiendo que utilice su nueva posición para impedir que se presenten nuevas pruebas contra el líder de su partido.

A las protestas se unen quienes critican la gestión de Netanyahu ante la pandemia. Después de que el desempleo en el país escalara del 4 al 25% durante los meses de confinamiento, el gobierno se apresuró a reabrir la economía en mayo, mandando la gente a trabajar y abriendo los colegios. Pocas semanas después, se demostraba cómo algunos de estos centros educativos fueron clave en el surgimiento de importantes rebrotes, clausurándolos de nuevo después de que 2.000 profesores y estudiantes contrajeran el virus. Hoy, Israel registra unos 1.500 casos de contagio diarios, diversos sectores de la sociedad piden un mayor apoyo económico por parte del estado, Netanyahu reconoce que la reapertura fue precipitada y expertos en economía y salud acusan al gobierno de carecer de estrategia y de transparencia.

Después de que el desempleo en el país escalara del 4 al 25% durante los meses de confinamiento, el gobierno se apresuró a reabrir la economía en mayo

“Los que erosionan el país y violentan el orden público no somos los manifestantes —afirmaban organizadores de las protestas el pasado sábado en declaraciones a prensa israelí—, sino este gobierno desconectado de la realidad que se ocupa a sí mismo con asuntos políticos absurdos mientras nosotros, el pueblo, afrontamos la peor crisis de la historia de nuestro país”.

La Franja de Gaza, un juguete con rédito político

“Tel Aviv ataca Gaza cuando Israel tiene crisis internas para distraer la atención”, cuenta Wafa desde la Franja de Gaza, donde vive y ejerce de periodista. “Esto es lo que afirman varios analistas aquí en la Franja. Cuando hay elecciones en Israel, el que más nos haya atacado más votos obtendrá”, añade en declaraciones a El Salto Diario.

Israel bombardea la Franja de Gaza todas las noches desde hace más de dos semanas mediante aviones de guerra, tanques y drones. Según las fuerzas de seguridad israelíes, lo hace apuntando las posiciones subterráneas donde supuestamente se esconden dirigentes de Hamas, partido que dirige este territorio, después de que tanto Netanyahu como Gantz hayan mencionado la posibilidad de iniciar asesinatos selectivos.

Israel bombardea la Franja de Gaza todas las noches desde hace más de dos semanas mediante aviones de guerra, tanques y drones

Tel Aviv aumenta la presión sobre este territorio que mantiene bloqueado desde hace 13 años por tierra, mar y aire, argumentando que lo hace como respuesta a los globos con material inflamable que individuos palestinos de la Franja de Gaza proyectan hacia el sur de Israel, aprovechándose de las corrientes del viento. No se conocen heridos graves en ningún lado del muro, pero sí infraestructuras afectadas.

Los dos millones de residentes de la Franja de Gaza cuentan con tres horas de electricidad al día, después de que Israel cortara, el pasado 11 de agosto, el paso de Karam Abu Salem, impidiendo el flujo de combustible a la Franja y provocando el cierre de la única central eléctrica del territorio. Este semi apagón afecta infraestructuras clave como los hospitales, en mitad de una pandemia que ha llevado a la Franja a decretar el primer confinamiento total: aunque los positivos registrados la tarde del lunes fueron cuatro, el riesgo de un brote entre una población que vive en condición de hacinamiento y que cuenta con un sistema sanitario frágil no hizo dudar a las autoridades palestinas. Según advirtió el doctor gazatí Nabil Al-Baraqoun, la falta de corriente pone en peligro las vidas de 120 bebés que necesitan estar enchufados a incubadoras. Las familias que se lo pueden permitir usan generadores, añadiendo presión económica sobre un territorio que tiene el 34% de la población hundida por debajo del umbral de la extrema pobreza.

Según advirtió el doctor gazatí Nabil Al-Baraqoun, la falta de corriente pone en peligro las vidas de 120 bebés que necesitan estar enchufados a incubadoras

El cierre del paso por donde las autoridades israelíes canalizan los productos a los que permiten la entrada a Gaza también ha bloqueado el abastecimiento de otros bienes básicos como medicinas. Las fuerzas de seguridad judías también han cerrado la zona de pesca como castigo ante los “ataques incendiarios“ de los “terroristas palestinos”, pero Wafa afirma que quienes lanzan los globos son “jóvenes ordinarios”: “Usan esta técnica para expresar su condena y hacer presión a las autoridades israelíes después de que éstas no hayan cumplido lo acordado con la resistencia palestina”. Según la reportera gazatí, los globos “no causan daño humano ni económico”, pero el gobierno israelí “exagera su impacto y responde con misiles”. “Aquí casi todo el mundo apoya el lanzamiento de globos inflamables. Lo ven como parte de la resistencia popular”, añade.

El acuerdo al que Wafa hace referencia se gestó con la mediación de Egipto, Catar y las Naciones Unidas e implicaba a varias facciones palestinas y a Israel. El pacto emplazaba a Hamás a garantizar la seguridad a lo largo de la frontera con Israel, mientras que el estado judío debía rebajar el cerco sobre el territorio palestino. Pero en Gaza, donde la mayoría de adolescentes no ha tenido nunca la ocasión de salir de un territorio que la ONU califica de “inhabitable”, acusan a Israel de no cumplir con su parte del trato y aseguran que la situación sobre el terreno no hace más que ir a peor.

En Gaza, donde la mayoría de adolescentes no ha tenido nunca la ocasión de salir de un territorio que la ONU califica de “inhabitable”, acusan a Israel de no cumplir con su parte del trato y aseguran que la situación sobre el terreno no hace más que ir a peor

Trece grupos armados en Gaza han publicado recientemente un comunicado conjunto advirtiendo que no permitirán que “el enemigo continúe el bloqueo injusto contra nuestro pueblo”, además de reivindicar que la población de la Franja “está en su derecho de expresar su rechazo a este cerco mediante todos los medios apropiados”.

Pero parece improbable que la política de Tel Aviv dé un giro en lo que a este territorio sitiado se refiere. El dominio militar sobre Gaza es un consenso entre Netanyahu y Gantz, especialmente en un ambiente de continua campaña electoral con unas cuartas elecciones consecutivas permanentemente en el horizonte.

Estos días, Gantz ha visitado localidades israelíes cercanas a la Franja de Gaza para recordar que Israel ha respondido “ante todas las amenazas” desde que él ocupa el ministerio de Defensa, incluyendo los bombardeos de estas dos últimas semanas. Por su parte, Netanyahu ha sugerido abiertamente la posibilidad de una guerra con Gaza en caso de que los ataques incendiarios no cesen.

Gantz, que ha logrado posicionarse como una opción centrista en comparación a Netanyahu, lideró el ejército israelí durante cinco años, incluyendo los enfrentamientos de 2014 con Hamás y otros grupos de la Franja de Gaza

Gantz, que ha logrado posicionarse como una opción centrista en comparación a Netanyahu, lideró el ejército israelí durante cinco años, incluyendo los enfrentamientos de 2014 con Hamás y otros grupos de la Franja de Gaza. Aquellas semanas de combate se saldaron con 67 soldados y seis civiles muertos por el lado israelí y con más de 2.000 civiles muertos, 500 de ellos niños, y la destrucción de 160.000 viviendas por el lado palestino. En un acto político celebrado durante la campaña electoral de inicios de 2019, Gantz sacó pecho al recordar su papel como jefe de las fuerzas armadas durante aquellos días, se atribuyó el mérito de que los años posteriores fueran de “tranquilidad” en el territorio ocupado y se vanaglorió de que “partes de la Franja de Gaza volvieran a la Edad de Piedra”.

Cuando Gaza sufre ataques masivos como los de 2008, 2012 o 2014, cuenta Wafa, los palestinos viven con miedo por sus familias y por los más pequeños: “esas agresiones son tan mortíferas que la gente de toda la Franja de Gaza se queda en sus casas”. A pesar de los ataques de estos días, matiza, “los palestinos hacen vida normal”, ya que Israel no lanza misiles durante la jornada. “Por la noche la gente no puede dormir debido a los bombardeos y a las enormes explosiones, y durante el día todo el mundo va al trabajo, al colegio o a lo que tenga que hacer”.

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