Industria farmacéutica
¿Y qué pasa con la farmacia?

Las farmacias son empresas privadas y quieren obtener beneficios, y este hecho abre la puerta al mercadeo, a la mercantilización de la salud y a la denigración de una profesión eminentemente sanitaria en aras de un perfil comercial que aumente la caja de la empresa.

Farmacéutico. Residente de Análisis Clínicos. Co- autor de "De venta en farmacias"

15 oct 2023 07:00

Hace algunos días tuvimos que hacer uso de la asistencia sanitaria pública, por una causa feliz en este caso, pero asistencia sanitaria al fin y al cabo. Médicas, enfermeras, celadoras, TCAEs, etcétera, se esforzaron en que todo saliera bien, y así fue. Esta atención no solo se basó en el trabajo del equipo multidisciplinar sino que, como en casi todas las intervenciones en el ámbito hospitalario, fue acompañada de fármacos. Ya sea para mitigar el dolor, para tratar infecciones o para intervenir en cualquier proceso o situación médica, todos y todas vamos a ser usuarios de algún tipo de fármaco en algún momento de nuestra vida.

Cuando el personal del hospital administró el fármaco pertinente simplemente explicaron qué era, en qué consistía el tratamiento y lo pusieron en el gotero. Ya. No hubo ofrecimiento de un producto para “fortalecer las defensas ahora que viene el otoño”, o para “evitar la caída del cabello”, ni tampoco de una “crema rejuvenecedora que te dejará la piel como cuando tenías dieciocho años”. No hacía falta. Ni la viabilidad del hospital ni el sueldo de las empleadas dependía de hacer caja a costa de vender determinados productos.

Y es que, si nos paramos a pensar sobre algo que vemos tan normal, tan del día a día como es ir a una farmacia a recoger nuestros medicamentos para la tensión, el dolor o el colesterol podríamos llegar a la conclusión de que estos establecimientos son el único eslabón de la cadena asistencial básica que está al 100% en manos privadas. Y esto no lo digo yo, lo dice la Ley 16/1997 de Regulación de Servicios de las Oficinas de Farmacia donde dice que las farmacias son “establecimientos sanitarios privados de interés público”. Y diréis: “Pone de interés público”; sí, sí, pero privados.

Aquí hay que hacer un pequeño ejercicio sobre los fines de lo público respecto a los fines de lo privado, y es que cualquier servicio público busca ofrecer dicho servicio a la ciudadanía

Aquí hay que hacer un pequeño ejercicio sobre los fines de lo público respecto a los fines de lo privado. Y es que cualquier servicio público busca ofrecer dicho servicio a la ciudadanía. Mejor, peor, más o menos eficiente, con muchas o pocas cosas a mejorar, etc., pero ofrece un servicio, al fin y al cabo. Pensemos en ese personal sanitario del que hablaba al principio. O en la educación pública por poner otro de los cada vez más escasos ejemplos de servicios públicos.

Sin embargo, el fin de cualquier empresa privada es la obtención de un beneficio económico ligado a su actividad y, por pura lógica, cuanto mayor beneficio ya sea aumentando ingresos o reduciendo costes, mejor para la empresa. Y la farmacia a la que todo el mundo vamos a recoger nuestros medicamentos no es una excepción.

Podemos hacer una prueba y pasar a casi cualquiera de las poco más de 22.000 farmacias que hay en nuestro país y podremos comprobar que, unas más (sobre todo en grandes núcleos urbanos), otras menos (más hacia el entorno rural), parecen más supermercados o perfumerías que establecimientos sanitarios. En los escaparates podemos encontrar los más variopintos productos para el ¿cuidado? de nuestra salud: crecepelos, cremas rejuvenecedoras de todo tipo, suplementos de colágeno para nuestras maltrechas articulaciones, vitaminas para casi cualquier cosa, pastillas para la memoria…

Las farmacias parecen más supermercados o perfumerías que establecimientos sanitarios; en los escaparates podemos encontrar los más variopintos productos para el ¿cuidado? de nuestra salud

Ya no es tanto (que también) la oferta de este tipo de merchandising sanitario o como muchos de estos productos no sirven absolutamente para nada de lo que prometen (todavía seguimos existiendo los calvos, por ejemplo), lo grave y la clave de todo esto es lo que nombrábamos antes. Es que las farmacias son empresas privadas y quieren obtener un beneficio y este hecho fundamental abre la puerta al mercadeo, a la mercantilización de la salud y, bajo mi punto de vista, a la denigración (en connivencia con los colegios oficiales de farmacéuticos) de una profesión eminentemente sanitaria en aras de un perfil comercial que aumente la caja de la empresa.

¿Son necesarios todos estos productos para la salud de la población? Normalmente no. Pero sí son necesarios para con su venta aumentar el beneficio de una empresa, sean efectivos o no, pongamos el ejemplo de la homeopatía como paradigma de producto totalmente inútil.

¿Por qué en el hospital no encontramos homeopatía, colágenos, o vitaminas para aumentar la fertilidad? Lo hemos comentado de pasada, el hospital no depende de la venta de estos productos para aumentar sus ingresos. La farmacia sí.

La comparación es entonces obvia. Tenemos un servicio de farmacia hospitalaria que surte de medicamentos a todos los enfermos de un hospital y tenemos una farmacia comunitaria que aparte de dispensar los medicamentos pautados por un facultativo, también se convierten en una especie de bazar multiprecio, por lo que la pregunta también es obvia. ¿Ocurriría esto en una oficina de farmacia de titularidad pública?

La respuesta es rotundamente NO. Al separar el beneficio empresarial de la asistencia del profesional farmacéutico y que el sueldo de este no dependa de la viabilidad de una empresa privada eliminaría ciertas praxis que se dan hoy día en las oficinas de farmacia. Unas legales pero poco éticas e inocuas mayoritariamente (el mayor perjuicio es al bolsillo del consumidor) como son la venta de determinados productos sin una clara evidencia científica sobre aquello que dicen hacer y otras prácticas que no son ni éticas ni legales como es la venta de medicamentos sin la obligatoria receta médica y que entrañan un mayor peligro para el paciente por poder provocar un mal uso del medicamento.

Pero es que además sería rentable para el Estado si las oficinas de farmacia fueran de titularidad pública: manteniendo el gasto por receta actual y asumiendo costes de mantenimiento de los locales, el coste de empleados, retorno de los clawback, etc., podría suponer un ahorro a las arcas de entre 500 y 1.200 millones de euros al año según cálculos propios.

En resumen, la farmacia pública sería rentable para el estado y beneficioso para el paciente. Así que cuando hablamos de el concepto Sanidad Pública y Universal deberíamos preguntarnos: ¿y qué pasa con la farmacia?

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Psicoactivos
Salud mental Drogas psicodélicas, una revolución científica del laboratorio al diván
Sustancias psicodélicas extraídas de los hongos o la ayahuasca, o drogas recreativas como la MDMA o el LSD están siendo investigadas para tratar la salud mental o las adicciones.
Justicia
Transparencia Un fallo judicial aporta más intriga a la reelección de Von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea
El TJUE determina que la alta instancia comunitaria no veló por los derechos ciudadanos a la transparencia al ocultar demasiada información sobre los contratos con las farmacéuticas para obtener vacunas contra el covid-19.
Feminismos
Andrea Proenza “Debemos aproximarnos a nuevos horizontes feministas en nuestra forma de amar”
‘Cartografías del deseo amoroso’ es el título de un ensayo intimista sobre chicas que quieren ser Bravo y buscan no solo el amor, sino un buen relato.
Alimentación
Soberanía Alimentaria ¿Cómo hacer más accesible la alimentación sostenible a población en vulnerabilidad?
Existen proyectos en España que están intentado informar, sensibilizar y mostrar buenas prácticas en alimentación sostenible a personas en situación de inseguridad alimentaria, en los barrios o desde la infancia.

Últimas

There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.
1 de mayo
1º de Mayo ‘Contra la guerra y el capitalismo’ en este Primero de Mayo interseccional de Madrid
Decenas de colectivos exigen en la calle acabar con el militarismo creciente, las violencias transversales y un espacio para todos los colectivos en la lucha de clase.
1 de mayo
1º de Mayo Euskadi se moviliza contra la 'patronal explotadora' este 1º de Mayo
Además de los temas laborales, ha habido otras reivindicaciones y recuerdos a favor del Euskera, los presos o el genocidio israelí en Palestina.
Más noticias
El Salto Radio
El Salto Radio 600 señales
Señales de Humo cumple 600 emisiones y hace memoria: propuestas, prioridades y gente que ha ayudado a mantener el sueño de una comunicación transformadora.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.

Recomendadas

Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.
Empresas recuperadas
Natalia Bauni “En este primer año del Gobierno de Javier Milei casi no hubo empresas recuperadas”
Natalia Bauni es coordinadora del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Eléctricas
Sistémica eléctrico Del lobby nuclear a la burbuja de las renovables: comienza la pugna por encontrar al culpable del apagón
Un crecimiento desmedido de las renovables guiado por intereses corporativos y una red eléctrica que no ha sido actualizada a la nueva realidad energética son algunas de las causas señaladas del apagón del 28 de abril.