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¿Todas las drogas producen adicción por igual?
Cocaína y heroína son ejemplos de drogas con gran potencial adictivo. Pero el estatus legal de una droga no guarda relación con su capacidad para generar dependencia. Así, el tabaco o el alcohol son más adictivos que el LSD o la MDMA.

PREGUNTA: ¿Todas las drogas producen adicción por igual? ¿Cuándo podemos decir que una persona es drogodependiente?
Arturo Espinosa. Valencia.
En el lenguaje coloquial, e incluso en círculos supuestamente profesionales, las expresiones “consumo de drogas” y “drogodependencia” se usan en ocasiones como sinónimas. Éste es un error grave, comparable a confundir el uso de alcohol con el alcoholismo. El consumo habitual de ésta y otras drogas psicoactivas puede dar lugar al trastorno conocido como ‘dependencia’. Pero para considerar que existe este problema tienen que darse una serie de características: tolerancia (necesidad de consumir dosis cada vez mayores), síndrome de abstinencia (síntomas desagradables que aparecen al dejar de consumir), falta de control sobre la sustancia (tomarla con mayor frecuencia o cantidad de lo que se desea) o uso a pesar de tener problemas de salud relacionados con el consumo. Todas estas características tienen que darse de una forma mantenida en el tiempo y producir malestar en la persona que las sufre.
Hay drogas que pueden producir dependencia con más facilidad que otras. La heroína y la cocaína son ejemplos de drogas con alto potencial adictivo. Pero el estatus legal de una droga no guarda relación con su capacidad para generar dependencia: el poder de adicción de la LSD o la MDMA (éxtasis) es mucho menor que el del alcohol, el tabaco o las benzodiacepinas (fármacos tipo Valium, Tranxilium, Orfidal...).
Además, la drogodependencia no puede explicarse como la consecuencia inevitable del uso de drogas sin tener en cuenta otros elementos. Mucha gente ha ido alguna vez al bingo o ha echado una moneda en una máquina ‘tragaperras’, pero sólo unas pocas personas desarrollan un problema de ludopatía. Así, la personalidad del individuo es un factor tan importante como las propias sustancias. Como sucede con la comida, el sexo o el juego, existen personas con una fuerte tendencia a desarrollar problemas graves cuando consumen drogas.
Finalmente, hay otro factor muy importante a la hora de valorar una drogodependencia. ¿Podríamos imaginar una farmacia atracada por una banda de cincuentonas de clase media-alta? ¿O a unos abuelitos trapicheando con valiums adulterados a precios astronómicos mientras sus nietos juegan en el parque? Sin duda sería el panorama que encontraríamos si algún día se ilegalizaran las benzodiacepinas, el segundo grupo de fármacos más recetado en España. En este sentido, el contexto en el que se consumen las drogas, el rol del drogodependiente, el estatus legal y el resto de los factores de tipo social son elementos indispensables.
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