Igor Protti, cuando jugaba en el Livorno
Igor Protti, cuando jugaba en el Livorno. Foto cortesía del jugador.

Fútbol a este lado
Livorno: caída y renacimiento de un mito

El descalabro del Livorno, histórico equipo italiano que ahora disputa la quinta división, podría verse como mal de muchos. Desde 2002, en Italia más de 150 clubes han desaparecido o se han refundado, obligados por las deudas.
26 ago 2021 08:30

No ha sido el mejor verano que se recuerda en Livorno. Entre tragos de ponce —algo más que el carajillo local, de café y ron— o quizá en alguna mesa con un elaborado cacciucco, sopa de pescado, el tema de conversación era si la ciudad se iba a quedar este año sin equipo. Sin fútbol. Pensamiento recurrente entre el puerto y la refinería de la petroquímica ENI también debía de serlo entre mordiscos a un 5 e 5, el típico bocadillo de torta de garbanzos. La migración italiana la llevó hasta Argentina y Uruguay, donde se llama fainá y suele acompañar a la pizza. En Livorno ese panino es el 5 e 5 porque antiguamente se pedía así: “Dame cinco liras de pan y cinco de torta de garbanzos”.

Conservar, para una de sus comidas-bandera, un nombre que recuerda cuánto cuesta ganar las cosas no es la única pista para acabar de situarnos en esta ciudad abierta al Mar Tirreno. En la región, Toscana, nunca ha ganado el centro-derecha. Livorno tuvo siempre alcaldes del Partido Comunista hasta 2014 y desde entonces han sido de centro-izquierda. El actual, Luca Salvetti, participó de los actos que este mismo año han homenajeado el centenario del PCI, fundado en la propia ciudad. Desde aquel congreso en el Teatro San Marco con Antonio Gramsci, Amadeo Bordiga, Palmiro Togliatti y compañía, hasta conseguir ser la hoz y martillo más importantes, a nivel institucional y electoral, de Europa Occidental, con un techo del 34% y 12 millones de votos. Pero este verano, además de cómo seguir manteniendo las cuentas de casa, lo que más preocupaba en Livorno era el Livorno.

Dos descensos en dos años seguidos. Suena mal, pero podía ser, y sería, todavía peor de lo que parecía el pasado mayo. El Livorno, que en septiembre de 2019 jugaba la Serie B, había hecho caída libre a la C y de ahí a la D, categoría ya no profesional. Dos temporadas en las que, además, el equipo había sido último sin apenas esperanzas de salvación en todo el año. A principios de julio, el club entra en liquidación. No puede tampoco pagar la inscripción en la Serie D y, sobre todo, tiene deudas con el ayuntamiento que hacen imposible usar el estadio municipal Armando Picchi y con los jugadores y otros trabajadores del Livorno. En agosto, la Lega Nazionale Dilettanti, organizadora de la Serie D, niega la admisión al equipo toscano, que muere deportivamente y de facto desaparece como sociedad. La afición, la ciudad, se fija como objetivo la refundación y, tras varios rumores sobre posibles interesados, comienza a hacerse algo de luz. Un comité de “sabios” y el alcalde Salvetti eligen como mejor oferta la del empresario Paolo Toccafondi. Con la nueva inversión, el club renace con la denominación Unione Sportiva Livorno 1915 y la confirmación de que jugará la temporada 2021-22 en Eccellenza Toscana, quinto escalón, regional, del fútbol italiano.

Atrás queda, de momento, la posibilidad de que el Livorno fuera un club de accionariado popular. Lo ha intentado el colectivo Livorno Popolare, muy crítico con la gestión del anterior presidente Aldo Spinelli. “Su mandato destruyó todo lo bueno que se creó en la década de los dos mil incluso con una participación en la Copa UEFA. Un equipo de fútbol gestionado como un juguete roto con agujeros en las cuentas, gastos desproporcionados y la incapacidad de hacer participar a los aficionados en los procesos decisionales”, explica Livorno Popolare a El Salto.

“Nuestro objetivo es crear un nuevo modelo de participación en el fútbol, alternativo al de los dueños que son amos y señores, con una implicación directa de los seguidores en la gestión de la sociedad”, indican desde la plataforma Livorno Popolare

La iniciativa nació en febrero y, tras recibir 3.000 adhesiones, envió en mayo a la hoy extinta Associazione Sportiva Livorno una oferta de compra por un millón de euros que fue rechazada. “Nuestro objetivo es crear un nuevo modelo de participación en el fútbol, alternativo al de los dueños que son amos y señores, con una implicación directa de los seguidores en la gestión de la sociedad”, indican.

Livorno Popolare se declara, además de antisexista y antirracista, anticlasista. Y citaban la novela Q de Luther Blissett para pedir la colaboración de la afición: “Ayúdame a armar el barco que desafiará a la tempestad”. “El futuro inmediato es el de un nuevo curso en el que una única persona invierte y decide, es un modelo de fútbol ya visto que no compartimos. Nosotros buscaremos otros espacios, en el territorio, en los que experimentar la gestión participada. Deseamos que la nueva sociedad del club pueda volver a llevar a Livorno al fútbol profesional lo antes posible”, señalan.

El descalabro del Livorno podría verse como mal de muchos. No hablamos de los efectos de la pandemia. Casi todo comenzó a 100 kilómetros de la ciudad. La histórica Fiorentina —dos ligas, seis copas, una Recopa y tres finales europeas— vivió su verano oscuro en 2002, solo dos años después de jugar Champions. Ya tras vender a Batistuta, Rui Costa, Toldo, Morfeo o Chiesa, el equipo bajó a Serie B; con 50 millones de deuda fue declarado en quiebra, no pudo participar siquiera en esa categoría y formalmente desapareció. Resurgió como Florentia Viola y después volvió a adquirir los derechos y palmarés de la Fiorentina. A partir de entonces, y hasta 2018, 150 clubes italianos dejaron de hacer pie financiero. Algunos, ilustres. Como la Società Sportiva Calcio Napoli, endeudada hasta los 80 millones de euros y refundada temporalmente como Napoli Soccer el estío de la llegada de Aurelio de Laurentiis al timón societario en 2004. Bari, Cesena, Foggia, Modena, Padova, Palermo, Parma, Perugia, Reggiana, Salernitana, Siena, Torino, Venezia o Vicenza son otros caídos que alguna vez disfrutaron de domingos luminosos.

Es en esos momentos, en esa mezcla de conmoción, incertidumbre y carga de trabajo organizativo por delante, en los que la fidelidad se pone a prueba. Igor Protti es uno de esos delanteros de barrio, uno de esos trabajadores del gol punta de lanza de equipos humildes, a menudo llamados “de provincia”, que poblaron la última edad de oro del fútbol italiano, los años 90. Junto al de Protti, era habitual ver sus nombres en cada marcador: Hübner, Maniero, Flachi, Luiso, Schwoch, Ferrante, Ganz, Branca, Padovano, Tovalieri, Poggi, Silenzi. Protti y Hübner son los únicos jugadores de la historia del calcio que han sido máximos anotadores de las series A, B y C. Para hacernos una idea, es algo parecido a que Iago Aspas, Kike García o José Luis Morales hubieran logrado algo tan bestia en la actualidad. Protti, de la costera y turística Rimini, hizo carrera sobre todo en Messina, Bari y Livorno. Una vida mandando balones a la red junto al mar.

En Livorno, Igor Protti es, además del futbolista que más goles ha hecho nunca para el equipo toscano, un mito absoluto. Con 32 años, rechazó ofertas de primera y bajó a C a jugar sus últimos años

En Livorno es, además del futbolista que más goles ha hecho nunca para el equipo toscano, un mito absoluto. Con 32 años, rechazó ofertas de primera y bajó a C a jugar sus últimos años de amaranto. Son seis temporadas en las que se hinchó a marcar y llevó con sus compañeros a la ciudad de nuevo a la A. Capitán, formó junto a Cristiano Lucarelli una pareja de ataque legendaria y lo dejó en 2005 con el equipo a las puertas de su única participación europea. El club, a su vez, retiró su camiseta número 10, pero él revocó la decisión defendiendo que los jóvenes que vinieran también tenían derecho a llevarla. En los malos momentos, la Curva Nord ha cantado “Queremos once Igor Protti”.

Y bien, Protti está en este nuevo Livorno. Es el nuevo mánager del club, un puesto desde el que tratará de aportar su visión, guiar y contagiar a los nuevos jugadores el amor a la camiseta y la ciudad que a él le sobra. Es su segunda etapa en los despachos. “Nunca habría pensado que volvería como dirigente al Livorno en Eccelenza. Estoy muy unido a todos los equipos donde he jugado porque llevar una camiseta para mí es algo muy importante. Representas esa ciudad, esa afición, esa historia. No me importa la categoría en la que esté, para mí estar en el Livorno en Eccelenza es como estar en la Serie A. Por eso me pongo a su disposición para intentar llevar al club más arriba y sobre todo para traer de vuelta el entusiasmo a una ciudad que últimamente la ha perdido”, declara el exjugador a El Salto.

El objetivo deportivo está muy claro. “No puede ser otro que acabar en primer lugar y subir a la Serie D. En lo extradeportivo, reforzar el sentido de pertenencia. Los jugadores deberán entender qué significa jugar en Livorno y llevar esta camiseta. Estaré todos los días en contacto con ellos y con el entrenador para ayudar a conseguirlo. Quizá es un enfoque un poco de un fútbol de hace unos años, pero a veces para mejorar hay que mirar también hacia atrás. En el deporte tiene que haber corazón”, señala.

Aunque “el mundo cambia”, dice, este club sigue siendo, también en palabras de Protti, “un punto de referencia para la ciudad”. Y para el fútbol italiano, podríamos añadir. Son 29 participaciones al máximo nivel y el puesto 25º en la clasificación histórica de nueve décadas de Serie A. Para situarnos, por encima de clubes como Empoli, Sassuolo, Venezia o Salernitana que juegan este año en primera. Un subcampeonato en 1943. Un desierto de treinta años hasta volver a la B. Un meritorio sexto puesto en 2006 y un inicio de siglo que llevó al equipo de jugar en el campo del Arezzo o la Triestina a ganarle al Glasgow Rangers, el Auxerre o el Partizán de Belgrado en la Copa de la UEFA hasta ser eliminados por el Espanyol. Un banquillo por el que han pasado hombres como Tarcisio Burgnich, Osvaldo Jaconi, Carlo Mazzone o Walter Mazzarri. Una de las más enconadas rivalidades del país, con el Pisa. Todavía en ambas ciudades, la portuaria y la universitaria, se recuerdan las protestas a pie de calle cuando al presidente pisano, Romeo Anconetani, se le ocurrió plantear que los dos clubes deberían fusionarse en uno de nombre Pisorno. Si hablamos de vecinos toscanos, las gradas livornesas tienen más aprecio a las del Empoli y un poco más allá a la Ternana que dirige Cristiano Lucarelli. En el Armando Picchi de Livorno no es raro ver símbolos del AEK de Atenas o del Olympique de Marsella fruto de la red de afinidad entre estas aficiones mayoritariamente antifascistas.

“A los aficionados del Livorno y a los que lo siguen desde fuera de la ciudad e incluso desde fuera de Italia, les digo que continúen haciéndolo más allá de la categoría, que sigan amándolo más allá de la categoría. El fútbol debe también ser romántico”, dice Protti

La película Il sorpasso se llamó en España La escapada. Dino Risi no sabía, no podía saber, que cuando rodaba ese magnético retrato de la Italia del boom económico —el escenario de la pugna entre quienes piensan que las cosas se hacen solas y quienes verdaderamente las hacen— estaba comenzando a la vez la historia que contará medio siglo después Alberto Prunetti en Amianto (Hoja de Lata, 2020). La de su padre Renato. Gassman y Trintignant remontan la costa de la Maremma pasando muy cerca del hierro de Follonica, del acero de Piombino o el mercurio de Rosignano Solvay, que no salen en imagen porque entonces hablaríamos de otra película. Prunetti recoge cómo empieza a aficionarse al fútbol desde muy pequeño, viendo a su padre interesado en leer y escuchar los resultados regionales. “Para nosotros, tenían más valor que la Copa de Europa”, escribe. Livorno era el lugar al que Renato llevaba a su familia muchos domingos, su único día de descanso. Abierto y libre, durante ese momento el lugar más importante del mundo. “A los aficionados del Livorno y a los que lo siguen desde fuera de la ciudad e incluso desde fuera de Italia, les digo que continúen haciéndolo más allá de la categoría, que sigan amándolo más allá de la categoría. El fútbol debe también ser romántico”, agrega Protti.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Bar Nostalgia
¿Sería una desconsideración hacia su yo de infancia no cruzar la puerta? ¿Era posible capturar un tiempo más allá de imágenes, sabores y olores?
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Aquí nadie está solo
El estadio, como la parroquia y el pub, era una casa común. Tres lugares donde buscarle al mundo si no un sentido, sí una narrativa.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Cromos del futuro
En la memoria oficial convenientemente construida a base de melancolía, los cromos juegan un papel importante. El suspiro que se nos escapa pensando en aquellos antiguos es inevitable.
Asanuma
30/8/2021 7:47

El equipo de fútbol de Orihuela también merece nuestro reconocimiento por homenajear a republicanos:
https://www.publico.es/politica/equipo-futbol-orihuela-lanza-camiseta-homenajea-republicanos-nueve-liberaron-paris.html

0
0
luis68720
28/8/2021 14:09

Grande Livorno.

0
0
Hodei Alcantara
Hodei Alcantara
26/8/2021 23:51

Grandísimo ejemplo de lo que es un club de fútbol: Obrero, humilde y cercano a la case trabajadora que copa los asientos cada dos fines de semana! A Lucarelli y Protti les haría una estatua

1
0
RamonA
26/8/2021 11:04

Todo un ejemplo para el fútbol y una parábola politicosocial.

3
0
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”

Últimas

Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.

Recomendadas

Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.