Fútbol a este lado
Alicias

El fútbol que no volverá fue bonito y también una excusa. Un sumidero. Del gallinero al fondo sur. De las pintadas a las palizas.

La era de los vuelos low cost no ha cambiado una cosa. Tendremos más a mano viajar que hace décadas, pero casi nadie llega a una ciudad en la que no ha nacido por simple gusto. No por sus monumentos ni patrimonio artístico, que podemos definir como la capacidad del congelador para almacenar el hielo de las certezas cuando la incertidumbre se inflama. Tampoco por una vida nocturna cada vez más análoga a la de 50 kilómetros más acá o 5.000 más allá. Mucho menos por ningún pretendido “estilo de vida” impuesto políticamente siempre con el marketing violentando los hechos.

No. La mayoría de personas llega a un lugar nuevo por trabajo. Lo siento por los guardianes de las esencias. La vida no se parece a un videojuego en el que eliges personaje, sino a los escenarios predeterminados. Solemos hacer lo que podemos con lo que tenemos.

Los fantasmas también tienen su abono transporte con zonas marcadas. Esas cuyo precio se incrementa, paradójicamente, cuanta más distancia separe tu trabajo de tu casa, tu gente, tu vida. Quizá en eso hasta a los fantasmas se les ha encogido el bolsillo.

La echaron no porque abrazase a otra chica, sino porque la vieron hacerlo. La cosa cambia

Hace dos siglos, por lo visto, recorrían Europa. Que uno se los imagina de Interrail desde Huelva a Constantinopla pasando por Róterdam, de la mina a la lonja y de la loza al latifundio parando para aliviar los tobillos en el Danubio. Algunos fantasmas se quedan en el barrio. Como Alicia. “Una muchacha fabulosa que solía jugar al fútbol en las canchas del barrio con una camiseta del Rayo Vallecano, que se reía haciendo mucho ruido cuando marcaba goles”. Así la describe Alana Portero en su novela La mala costumbre (Seix Barral, 2023).

Alicia, en realidad, no se fue del barrio. La echaron de casa, que a ver qué debería ser sino el barrio ideal de los afectos y el refugio, el lugar donde el único aullido que debería escucharse es el que intimide a quien desde fuera quiera mal a las cachorras. La echaron no porque abrazase a otra chica, sino porque la vieron hacerlo. La cosa cambia. Porque amar como dice la canción que se hace por primera vez, cuando aún no hay costumbres ni cuadrantes ni turnos rotatorios, está mucho más lejos de ser nocivo que el cortocircuito que ese amor provoca en quien tiene la mirada ruin o al menos torpe. Alicia pasó a ser un fantasma que se aparecería a otras Alicias del barrio.

Este juego, no me cansaré de repetirlo, no es un mero deporte. Está mucho más cerca del fenómeno social y cultural que de la mera actividad física

Que el fútbol ha servido durante décadas como azote disciplinador sobre muchas vidas es algo que los aficionados al fútbol no deberíamos negar. No si apreciamos este juego, no si nos asquea la autocondescendencia. Porque aunque en el caso de Alicia no fuera la causa de su destierro, sí fueron la invasión del patio o la burla contra el desertor del balón dos clásicos de esos tiempos que añoran a granel los nostálgicos sin agallas que creen que todo ha empeorado menos ellos mismos. El fútbol que no volverá fue bonito y también una excusa. Un sumidero. Del gallinero al fondo sur. De las pintadas a las palizas. Un puente desde el equipo del cole al mando intermedio de hoy, a las juntas directivas y consejos de administración de las empresas en este mismo momento.

Este juego, no me cansaré de repetirlo, no es un mero deporte. Está mucho más cerca del fenómeno social y cultural que de la mera actividad física. Más emparentado con lo que la música o la gastronomía nos pueden decir de un ecosistema humano en un lugar y tiempo concretos que con el tenis o el balonmano. Nunca fue una opción sin condicionantes previos. Por eso, en gimnasia, deporte libre significaba deporte por defecto. Es tozudo, el fútbol. Cambia más despacio que la sociedad que lo pare. Un partido de hace veinte años y uno actual se parecen mucho más que las canciones y hábitos alimenticios de entonces y ahora.

El fútbol dicta qué te tiene que apasionar, me dijo Alana. Es la razón por la que en la sonora carcajada de Alicia cuando marcaba gol se escuchaba la libertad de lo elegido. Sonrío mientras escribo esto sabiendo que ahí fuera hay diez, cien, mil Alicias regateando el destino. Materializando el deseo.

Archivado en: Fútbol a este lado
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Sol de invierno
Olvidamos que empezamos a descifrar palabras que subrayaban nuestros dedos en papel o cartón riendo, boquiabiertos, con la promesa de aventuras y nuevos mundos por probar y construir.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado El cesto de las chufas
En fútbol, o la industria antes conocida con ese nombre, es cosa de arqueología los casos de jugadores que podían desatascar un partido con tanta probabilidad como perder los nervios.
Fútbol a este lado
Fútbol a este lado Bar Nostalgia
¿Sería una desconsideración hacia su yo de infancia no cruzar la puerta? ¿Era posible capturar un tiempo más allá de imágenes, sabores y olores?
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Opinión
Opinión Provoquemos la próxima interrupción
Lo que nos resta es gobernar el apagón que habrá de venir, ser la causa colectiva de las próximas interrupciones, aquellas que lleven al fin de este mundo desbocado y sin sentido.
Energía
Energía El gran apagón de abril | El suministro de energía se recupera al 99%
Pedro Sánchez explica que se produjo una “pérdida” del 60% de la electricidad a las 12:33h: “15 gigavatios se han perdido súbitamente del sistema en apenas 5 segundos. Aproximadamente el 60% del sistema eléctrico”.
Energía
Energía La ley marca permisos retribuidos para situaciones como el apagón eléctrico
El Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 37.3, protege a la plantilla cuando no es posible llegar a su puesto de trabajo o desarrollar con normalidad su tarea en situaciones como no tener electricidad durante horas.
Electricidad
Apagón ¿Qué le puedo reclamar a la empresa eléctrica y al seguro tras el apagón?
Tras el incidente con la electricidad de este lunes 28 de abril, los consumidores deben conocer qué pueden reclamar a las compañías de la luz o a sus seguros.
El Salto Radio
El Salto Radio Desmantelando E2 I El racismo institucional y sus grietas
Las redes de apoyo mutuo y la actitud de compartir privilegios son herramientas imprescindibles para combatir los impactos del racismo estructural.
Más noticias
València
València La jueza de la dana acorrala al relato político de Mazón
El president viaja a Estados Unidos la semana en la que el PP europeo celebra su congreso en València y no acudirá a la multitudinaria romería de Santa Faz.
Crisis climática
Informe Las diez empresas más contaminantes del país son responsables de un quinto de las emisiones españolas
Repsol mantiene el podio gris de empresa más contaminante que le arrebató a Endesa en 2020. Completan el top 10 de compañías más emisoras energéticas, cementeras y siderúrgicas, que copan entre ellas el 56% de las emisiones del mercado de carbono.
Comunidad de Madrid
Energía El apagón en Madrid, en imágenes
En Madrid, la gran urbe ha permanecido incrédula al pasar de las horas, entre rescates en el Metro, en el Cercanías y en ascensores, donde han quedado atrapadas algunas personas.

Recomendadas

Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.