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Los números no le salen al Gobierno francés. El déficit no se reduce mientras Bruselas no deja de vigilar sus cuentas y pedir explicaciones ante la imposibilidad de estrechar la diferencia entre lo que gasta e ingresa el Estado. Y los mercados tampoco le quitan el ojo a las finanzas públicas del país mientras la confianza en su deuda se reduce. Es decir, sube lo que pagan por ella. En esta semana se consolidaba una tendencia que hasta hace bien poco se consideraba algo insólito: la prima de riesgo de la deuda francesa superaba a la española o, lo que es lo mismo, los mercados confían más en la marcha de la economía española que en la francesa.
La brecha del déficit necesita una cura y desde el Gobierno francés han decidido que sean los que más tienen los que arrimen el hombro con un nuevo paquete de impuestos a las grandes empresas que más han ganado en los últimos años.
Pretenden subir los impuestos actuales o crear nuevas figuras impositivas con la intención de recaudar entre 15.000 y 18.000 millones de euros
Según ha explicado el ministro de Hacienda, Laurent Saint-Martin, en una entrevista recogida en varios medios, pretenden subir los impuestos actuales o crear nuevas figuras impositivas con la intención de recaudar entre 15.000 y 18.000 millones de euros para cuadrar las cuentas y reducir el déficit, que no parece que en este año vaya a bajar del 5%.
Grandes empresas, eléctricas y rentas altas
La Hacienda francesa pretende que la gran mayoría de lo recaudado salga de los bolsillos de las empresas, pero solo de las grandes. La primera medida que han anunciado, aunque está pendiente de aprobación, es el aumento en el Impuestos de Sociedades del 25% al 33,5% para las empresas que facturan más de mil millones de euros al año.
Entre el impuesto a las recompras de acciones y un impuesto extra a las grandes energéticas, tal y como existe en España, Francia pretende recaudar 6.000 millones
Otra de las operaciones que el Gobierno quiere poner en la mira de su nuevo paquete fiscal son las recompras de acciones. Esta estrategia está siendo cada vez más utilizada por las grandes empresas para aumentar el precio en los mercados bursátiles de sus propias acciones. Entre el impuesto a las recompras de acciones y un impuesto extra a las grandes energéticas, tal y como existe en España, Francia pretende recaudar otros 6.000 millones.
Las rentas altas también deberán aportar más. El ministro ha apuntado que subirán los impuestos a los tramos más altos de la renta sin especificar por el momento cuánto y a qué tramos. Lo que sí que se ha molestado en especificar es que las rentas medias y bajas no se verán afectadas por ningún tipo de cambio impositivo en sus rentas. De hecho, el impuesto a las rentas altas afectará a unos 500.000 hogares, tan solo un 0,3% del total, con el que pretenden recaudar 3.000 millones de euros.
Pese al anuncio y los posibles ingresos tributarios, el Gobierno francés no se ve en posición de poder cumplir con la nueva senda de reducción del déficit que le marcó Bruselas tras reactivar las reglas fiscales europeas. Las cuentas francesas deberían reducir su déficit por debajo del 3% para el cierre de 2027 si pretendía cumplir con las exigencias de la Comisión Europea, pero desde el ejecutivo han anunciado que pretenden retrasar dos años, hasta el cierre de 2029, la reducción por debajo del objetivo de las reglas fiscales. Las previsiones para este año y el siguiente anunciaban que dicho déficit no bajaría del 5%, incumpliendo de facto con la ruta fiscal diseñada por Europa.
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