Enfermedades
Duelo permanente: cuando hay que aprender a vivir con la ausencia del presente

Las víctimas por daño cerebral irreversible son muchas más de las que figuran en las estadísticas. Familiares y allegados pasan meses, años e incluso décadas al lado de sus seres queridos en estado vegetativo o de mínima consciencia sin poder cerrar su dolor.

Daño cerebral irreversible
Imagen del Hospital Instituto San José.
16 jun 2019 06:14

En los pasillos del Hospital Instituto San José, en Madrid, el tiempo parece ralentizarse. Mientras en sus jardines los pacientes de otros pabellones disfrutan del buen tiempo, en el interior de San Benito Menni se respira una calma invariable. Fotografías y objetos personales adornan las cabeceras de la docena de camas que alberga una sala común en la parte baja del edificio. Un espacio diáfano para que el personal sanitario pueda controlar en todo momento a los ingresados, pero lejos de parecer una unidad de críticos o postoperatorios, el ambiente que se respira es familiar y hospitalario.

Se trata de la unidad de daño cerebral crónico severo, que actualmente dispone de 56 camas concertadas con la Comunidad de Madrid y que es el destino de muchas personas que, ya sea por un accidente traumático (un golpe o por tráfico), vascular (un ictus, derrame o infarto) o por otras circunstancias (como un ahogamiento o una infección), acaban en una situación de mínima conciencia o directamente en estado vegetativo. Una situación en la que los pacientes ya estabilizados pueden pasar meses, años o incluso décadas.

“En septiembre hará nueve años que estamos aquí”, comenta María, que cuida de su hija a diario. Verónica llegó al Hospital San José después de pasar nueve meses en de Fuenlabrada tras sufrir una complicación en una operación con 28 años. “Ella estaba perfecta. Se le metió en la cabeza que quería hacerse una reducción de estómago, elegimos a los médicos de confianza pero, lo que pasó, no nos lo quieren decir”, explica a El Salto María, quien asegura que siguen luchando por saber la verdad.

Otro caso de daño cerebral severo crónico es el que hizo que la unidad donde cuidan de Verónica sea como es actualmente. Se trata de un niño que el sistema sanitario no supo dónde ubicar en los años 90. “Estaba ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital y llevaba allí muchos años. Una situación así, durante años, no era adecuada para un hospital de agudos, por lo que se propone tratarlo en nuestro centro y se montó un programa específico para ello”, explica Edelio Blanco, médico responsable de la unidad, que actualmente atiende a 45 personas.

Contra lo que pueda parecer, la atención médica a personas con mínima conciencia o con el síndrome de vigilia sin respuesta (vegetativo) no se reduce, ya que, como explica el sanitario, los pacientes en esta circunstancia no demandan atención. “Se les somete a un diagnóstico, a la confirmación de este, la reevaluación periódica, el tratamiento de las dolencias previas o las surgidas a partir del episodio de daño cerebral, la prevención de las dolencias por estar encamados y, en algunos casos, se les somete a medidas farmacológicas que pueden mejorar el estado de conciencia”, resume Blanco.

Aprender a vivir con un ser querido en una situación de duelo ambiguo es complicado, porque hay una muerte social, relacional y de identidad donde las personas deben estar con un extraño conocido

Pero, mientras la parte médica está cubierta, ¿qué pasa con los familiares? “El ingreso es un momento muy crítico y se hace en equipo. Se evalúa tanto al paciente como a la familia, porque es el momento de tomar conciencia de esta nueva realidad”, explica Roberto Álvarez, psicólogo responsable de la unidad de este hospital, especializado en rehabilitación neurológica, traumatológica y referente en cuidados paliativos. Álvarez reconoce que los allegados de la persona con daño cerebral tienen mucha “rabia, angustia” que a veces se proyecta contra el personal sanitario. “Aprender a vivir con un ser querido en una situación de duelo ambiguo es complicado, porque hay una muerte social, relacional y de identidad donde las personas deben estar con un extraño conocido”, explica en referencia a lo que puede llegar a pasar con la enfermedad de Alzhéimer.

Sin ir más lejos, en el Día de la Madre, este psicólogo se encontró una situación que ilustra su función: una hija que le llevó un regalo a su madre ingresada al encontrarse con Álvarez se lo mostró sin entender muy bien por qué lo hacía. “En el acto de regalar tú la haces mamá como identidad, conectas con ese recuerdo”, le explicó. “Como psicólogo intento trabajar qué sentido tiene para ti venir, por qué no te vas, por qué vienes cada día”.

Pero, conscientes de que hay una carga social y esquemas de comportamiento que muchas veces nos impulsan a hacer cosas aunque no sea lo mejor para las personas, el Hospital Instituto San José limita las horas de permanencia en el recinto solo para esta unidad. “Se permite estar solo dos horas por la tarde y dos horas por la mañana”, comenta Víctor, el enfermero de la sala de vegetativos, ya que el motivo es pensar en que los familiares de estas personas sigan viviendo.

“Al principio llevé muy mal lo de no poder estar todo el rato, pero tengo que reconocer que es la manera de que descansemos algo”, comenta María, que continúa diciendo que “en el hospital de Fuenlabrada estuvimos de noche y de día los nueve meses. No la dejábamos sola ni un minuto, nos turnábamos hasta para ir a desayunar”. Con el tiempo, nos comenta la madre de Verónica, los apoyos de familiares y amigos empiezan a descender: “Al principio se quedaban hasta a dormir en el hospital de agudos, pero poco a poco van distanciando las visitas. Ahora mismo solo estamos su padre y yo”.

Una nueva familia se empieza a tejer entre las paredes de la unidad de daño cerebral, ya que las familias que pasan por lo mismo son las que se sienten más capaces de reconfortar a las otras. Como sucede con cada nuevo ingreso. “Te acercas a ellos y les dices que estamos para lo que necesiten. Pero es que impone mucho llegar allí. Yo no sabía que existía eso. Intentas acercarte, animarles, explicarles que allí están bien cuidados, pero se hace muy duro porque te pones en su lugar y piensan en todo lo que se te pasó por la cabeza a ti al llegar”, recuerda María, que resalta que también se viven las cosas buenas, como la boda de su otra hija o el nacimiento de su nieto.

“Es como cuando te mudas y tienes que organizar tus pertenencias”, pone como ejemplo el psicólogo, que explica que el objetivo es “buscar una nueva mirada que me permita, en paralelo, seguir cuidando y amando a ese familiar, pero también fijando la mirada en la propia persona, en los demás allegados y en la vida”.

Menores, adultos o en la vejez, este duelo ambiguo se toma de diferente manera, dejando unas secuelas en la persona que sufre esta pérdida. Por eso el equipo también presta atención a los familiares que no saben qué hacer cuando el hijo ya no quiere ir a ver al padre ingresado, cuando se acercan los cumpleaños o fechas concretas o cuando llega la hora de rehacer la vida con otra pareja.

“Hay una etapa de evitación, otra de aceptación y otra de acomodación”, explica Álvarez, ya que los allegados de los pacientes que proceden de otros hospitales han pasado por el experiencia de la incertidumbre de si la persona sobreviviría, después de saber en qué estado acabaría y, ahora, afrontar que si en dos meses no hay reacción, el estado es permanente. “Tu no controlas lo que ocurre ni lo que va a pasar, pero puedes decidir elegir cómo vivir esa situación”, fija como objetivo el psicólogo, que explica que, pese a la atención personalizada, la terapia y los grupos de apoyo hay personas que cronifican el dolor. “En torno a dos o tres personas de cada diez se quedan ancladas en la tristeza, la amargura y la imposibilidad de mirar al futuro”.

La culpa es algo que complica mucho los duelos. Te preguntas si podría haber hecho algo para evitarlo, qué puedes hacer para que la persona no sufra

Como cuando se afronta un duelo por muerte, las personas que tienen un familiar con daño cerebral irrecuperable pasan por varias fases. Al igual que el Alzhéimer que ‘mata dos veces’, en este caso se pasa de asumir el estado del familiar a tener que lidiar con cambios —que pueden ser esperanzadores o frustrantes— respecto a la situación de los últimos días. Después de años de cotidianidad, de acompañamiento y de cierta rutina salvadora, llegan a tener que enfrentarse a un final que muchas veces ha sido deseado para evitar el sufrimiento de la persona amada, pero que conlleva culpa.

“La culpa es algo que complica mucho los duelos. Te preguntas si podría haber hecho algo para evitarlo, qué puedes hacer para que la persona no sufra, etc.”, comenta Lidia Luna, psicóloga especializada en salud mental y en cuidado de cooperantes en situaciones de emergencias. “Tenemos que elaborar nuestra propia digestión de la muerte”, comenta la colaboradora de Luto en Colores, una iniciativa que tiene como objetivo celebrar la vida y aceptar la pérdida eliminando las pautas sociales impuestas o tener que cumplir con lo esperado por parte de la persona que sufre el dolor de la muerte.

Al igual que en cuidados paliativos, la persona que ve cómo llegan los últimos días de sus familiares tiene que enfrentarse al cierre de una etapa. “Aunque en el caso del daño cerebral la situación del preduelo se alarga mucho en el tiempo, al final las dos situaciones se parecen mucho”, apunta Roberto Álvarez.

Paliativos, eutanasia

Con el debate sobre la mesa sobre si los cuidados paliativos deben ir más allá, de nuevo, la unidad de daño cerebral severo crónico parece permanecer al margen de polémicas. Se trata de salas en las que no aparecen ni respiradores artificiales ni otras máquinas de soporte vital. Como mucho, hay sondas y algunos goteros puntuales para los tratamientos. “La imagen de desconectar un botón y acabar aquí no tiene sentido”, comenta el psicólogo del hospital, que resalta que el paciente que más ha estado en el recinto estuvo veinte años. De esta manera, destaca que, como en otro asuntos, el gasto médico que supone una convalecencia tan larga ha hecho que salten las alertas de algunos economistas, que se plantean el sentido de ese presupuesto prolongado en el tiempo para el sistema de salud.

Edelio Blanco rápidamente reacciona y dice tajante: “Aquí nunca hemos tenido una petición de eutanasia”. Lo que sí destacan como mejorable es el testamento vital o instrucciones previas, ya que muy pocas personas lo hacen. Solo 286.336 lo tienen actualmente y la tasa por comunidad tiene techo en Navarra con el 12% de los mayores de 18 años.

Se trata de los pocos márgenes que tiene el personal médico para actuar de una forma diferente a lo que el protocolo estándar marca, como que no se alargue la vida de forma artificial en casos graves, que se palíe el dolor de la mejor manera, que se donen los órganos una vez fallecido o designar a la persona que tomará esas decisiones en el caso de que el firmante no pueda. Entre las situaciones que se nombran en los formularios para que entre este certificado a funcionar se destaca el daño cerebral severo e irreversible.

Además de reclamar esta mejora en las instrucciones previas, los sanitarios y afectados reclaman que mejoren las unidades destinadas a hospitalizaciones largas. Si cambiamos de comunidad, es fácil contrastar cómo no se cuenta con un centro especializado. Desde la Asociación de Daño Cerebral adquirido A Coruña (Adaceco) destacan que las personas con daño severo o crónico muchas veces se quedan estabilizadas en la UCI o en residencias, algunas de ellas privadas, como La Merced, en Poio, o en otras usadas para casos puntuales.

También el apoyo a los familiares en casos de mínima consciencia o estado vegetativo es muy deficiente. Desde la Asociación de Daño Cerebral Sobrellevado de Madrid (Apanefa), aseguran que no les llegan casos de daño severo y que son un 5% de los registrados. Del resto de casos, tampoco son muchos los que reclaman ayuda o saben a quién dirigirse. “Las familias que llegan lo hacen en situaciones no tan óptimas de aceptación como pensamos ya que el paso del tiempo genera cansancio y en muchas ocasiones acomodaciones o adaptaciones a la situación que no son tan funcionales como cabría esperar. Es como la sensación de vivir en un túnel al que no ven salida y que en unas ocasiones ahoga y en otras respiran”, explica Elena Galian, directora del Centro de Día de Apanefa, donde, además de terapias de recuperación para los pacientes, ofrecen información y apoyo a los allegados de estos.

“Escucho a esas madres que se separan sus hijos y están con una pena...pienso: ‘ojalá mi hija estuviera separada cinco veces y tuviera que ayudarla con sus hijos’, pero claro, cada uno tenemos los problemas que tenemos”. María piensa en voz alta para hacer entender lo inentendible: la situación de dolor estancado que viven quienes tienen un ser querido con daño cerebral irreversible. Ella reconoce que tiene días mejores y otros peores, habla de resignación, de cansancio. “Hay veces que, si no es por mi nieto, al que cuido, o por ir a ver a Verónica, no me levantaba de la cama”, reconoce, aunque también tiene palabras de agradecimiento hacia las auxiliares, las otras familias y los profesionales que las ayudan. “Una nueva familia —dice—. Lo único bueno que sacas son los lazos que se forman. Acaba de morir una niña de la sala y seguiré en contacto con su madre aunque ya no estén allí, con nosotras”.

Archivado en: Enfermedades
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sanidad pública
Sanidad Pública El atasco de muestras en el Hospital La Paz, un síntoma de la privatización de la Sanidad Pública
Profesionales de la sanidad indican que la acumulación de trabajo no se debe a personal no experimentado sino a años de no haber convocado oposiciones, y por tanto, a no hacer contrataciones de personal especial
Salud
Fibromialgia Fibromialgia: romper con el dolor y el silencio
Con la llegada del 12 de mayo, Día Internacional de la Fibromialgia y el síndrome de Fatiga Crónica, repasamos, de la mano de algunas afectadas por la enfermedad, sus dolores, reivindicaciones, dudas y el sentimiento de comunidad que las protege.
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.