Elecciones 10N
Mireia Vehí: “Las naciones sin Estado son las que están desestabilizando al Régimen del 78”
La número uno de las CUP por Barcelona cree que la movilización en Catalunya no se detendrá hasta que se llegue a una solución política basada en la autodeterminación.

Mireia Vehí (Vilafan, Girona, 1985) es la número uno por Barcelona de las Candidaturas d’Unitat Popular en las elecciones generales del próximo domingo. Es la primera vez que las CUP se presentan al Congreso de los Diputados donde, si se cumplen los barómetros, entrarán como el tercer partido independentista catalán. A través de campañas ingeniosas y con un punto macarra, estas candidaturas han pasado por varias fases desde su nacimiento como una plataforma de ámbito municipalista. Para su próximo paso, las CUP han anunciado que su intención es forzar las contradicciones del sistema en el Congreso de los Diputados, usar la institución para la defensa del ejercicio de la autodeterminación y la consecución de una amnistía.
Vehí responde a El Salto pocos días antes de la llegada de Felipe VI en campaña electoral a Barcelona y solo unas horas después de que el coordinador federal de Izquierda Unida Alberto Garzón contestase en una entrevista en TV que la ultraderecha de Vox y las CUP “son dos de los polos que más buscan escalar la violencia discursiva e incluso en algún caso la no discursiva”.
¿Qué es exactamente eso de ir a liarla en el Congreso?
El Congreso de los Diputados forma parte del aparato del Estado español y ese aparato lo entendemos vinculado a la idea del régimen del 78. Con una transición vinculada al atado y bien atado de la dictadura. Vinculada a una monarquía corrupta, vinculada a los intereses de las empresas del Ibex 35 que mandan más que cualquier parlamento, porque Endesa se puede permitir cortar la luz a cualquier familia pasando por encima de cualquier Constitución. En esta lógica, entendemos que, incluso si nos presentáramos en todos los Països Catalans, si sacáramos el máximo de diputados que puede tener Catalunya, que son 88, nosotros no podríamos conseguir un referéndum pactado en el Congreso, porque no dan los números. Por tanto, eso forma parte del régimen y forma parte de ese candado sobre los derechos colectivos que hay sobre la autodeterminación, sobre la vivienda... Podemos listar un sinfín de derechos.
Con este análisis, nosotros vamos ahí directamente a ‘hackear’. Porque entendemos que por salud democrática la propuesta independentista en Catalunya es una aportación a la democracia de todo el Estado español. El Estado español es un problema para todo el mundo, porque es una centrifugadora de derechos. Lo único que se puede ir a hacer allí es a cortocircuitar. Nos planteamos el hackeo desde una lógica de altavoz, de aportar una voz independentista, anticapitalista, feminista, desenfadada. Entendemos que el PSOE es parte del problema y no de la solución. Que la única campaña que ha hecho el PSOE en Catalunya han sido la represión, la violencia y la guindilla del funeral de Estado a Franco. Como el PSOE es parte del problema, entendemos también que lo único que hay que ir a hacer allí es a contribuir a desbordar. Es alzar la voz y es generar alianzas por abajo hacia la izquierda. Esa es la propuesta política de la CUP.
¿Y eso, en qué se plasma?
En esta propuesta nosotros no nos planteamos un programa electoral al uso si no lo que llamamos una propuesta de acción política, que tiene cinco ejes. El primero es la defensa de la autodeterminación y la amnistía entendida como la solución del conflicto en Catalunya —así es como se va a solucionar—, la denuncia de las empresas del Ibex y de la connivencia con la monarquía y con la política pública del Gobierno; la tercera tiene que ver con la puesta encima de la mesa de la crisis climática y la vinculación con la economía de casino y de extractivismo y de turismo; la cuarta tiene que ver con el feminismo entendido como una herramienta para cambiarlo todo. Y la quinta tiene que ver con la denuncia de la corrupción, con levantar todas las alfombras, porque la corrupción es endémica al régimen del 78: así se ha construido la diferencia entre lo público y lo privado, la emergencia de intereses políticos. Esto es lo que va a hacer la CUP en el congreso.
El Estado español es un problema para todo el mundo, porque es una centrifugadora de derechos
Rufián dijo que iba a estar poco tiempo en el Congreso y esta va a ser la cuarta legislatura que comienza ¿Qué idea tenéis vosotras? ¿Es un experimento temporal?
Lo primero es que entendemos que el Estado español no va a ser gobernable hasta que no se resuelva el conflicto en Catalunya. Por tanto, el hackeo no sé cuánto va a durar pero la cuestión no es saber cuánto le va a durar a la CUP, es cuánto va a estar dispuesto el Estado a ser cortocircuitado. En segundo lugar, en relación a ERC y al señor Rufián, nosotros diferimos mucho con su tesis. Esquerra Republicana, cuando le regala la investidura a Pedro Sánchez lo que está diciendo es que espera que la resolución venga por un pacto con el Estado. Y nosotros entendemos que eso no va a pasar: ni con el Partido Socialista ni con el Partido Popular. Porque estos van a blindar al Estado. Nuestra tesis es que la resolución solo va a venir de que la comunidad internacional fuerce, y de un desbordamiento del Estado, institucional y de calle. En ese sentido, nosotros ni compartimos el análisis de ERC ni la praxis política. No es solo la praxis que tienen en el Congreso es también la praxis que tienen en Catalunya. Ellos hablan mucho de autodeterminación y de soberanías, pero en Catalunya están haciendo una gestión del Gobierno —Ley Aragonès como principal hit— que están vendiendo el país a trozos. Están privatizando para las mismas empresas del Ibex 35, por tanto, están apuntalando el régimen.
En el caso de que el PSOE ponga encima de la mesa la posibilidad de una amnistía, ¿darías un voto para la investidura de los socialistas?
Es que eso no va a pasar. El PSOE no va a poner el derecho a la autodeterminación o la amnistía en términos prácticos encima de la mesa. Avanzamos que lo que va a haber después de las elecciones es un pacto de Estado para cerrar por arriba lo que la gente está abriendo por debajo en Catalunya, desde hace muchos años, y que abrió también el 15M. Vamos a recordar el “no nos representan” al Partido Popular y al Partido Socialista Obrero Español. El PSOE es el mismo que hace 40 años que gestiona el Estado contribuyendo a los intereses de los mismos. Nuestra pregunta es qué van a hacer los partidos independentistas en Catalunya para resolver el conflicto. Qué herramientas van a poner para ejercer el derecho a la autodeterminación. Cómo van a defender al pueblo que está en la calle, que no va a parar de estar en la calle, porque esto no se va parar hasta que resuelva democráticamente.
¿Veis arreglo posible para España?
No hay arreglo posible para el aparato de Estado, pero esto no es España. Nosotros diferenciamos mucho. El problema es ese aparato, surgido de una transición con un cordón umbilical con una dictadura, con la monarquía, con la corrupción en el adn, y con el Ibex35 mandando. Para eso no hay solución. La única es el desbordamiento y las soluciones democráticas. Y aquí, las propuestas independentistas de las naciones sin Estado del Estado español son las que está desestabilizando al régimen. Lo que más nos gustaría es que la CUP contribuyera a extender la rebeldía en todo el Estado español.
¿Veis arreglo posible para la izquierda española?
Desde nuestra perspectiva, en Catalunya los Comunes están defendiendo el derecho de autodeterminación pero en abstracto, que no en la práctica, y están haciendo una propuesta de volver al 2010 que es hacer una consulta no sobre la independencia si no sobre algo que pasó ya. Igual que ERC hace un análisis que no sirve, los Comunes hace una propuesta que no sirve. Y la parte de Podemos, Izquierda Unida, la fracción más española... la verdad es que las declaraciones de Alberto Garzón son gravísimas. Lo son porque está equiparando a Vox y la CUP.
¿Esto qué quiere decir? Aparte de hacer el típico relato de que los extremos se tocan para ganar votos —que es algo lamentable— está abriendo la puerta a que el fascismo se normalice. Vox es una formación machista, que está planteando derogar las leyes contra la violencia, Vox es una formación homófoba, es una formación racista, que plantea expulsar a gente. Vox plantea cargarse el Estado de las autonomías. Auténticas barbaridades. Y el señor Alberto Garzón se dedica a comparar a un espacio político anticapitalista, independentista, feminista, ecologista y antirracista con el fascismo. Esto es muy peligroso. Porque lo que está diciendo Garzón a toda la gente que se está rompiendo la cara en la calle para parar al fascismo es que son iguales que los fascistas. Es una falta de respeto. A toda la gente que da la cara ahora, a todos los abuelos que tenemos en las cunetas y a todos sus votantes. No me creo que la gente que está votando a la izquierda española esté de acuerdo con esas declaraciones. La gente que vota a la izquierda española no necesita a alguien que esté apuntalando al régimen para sacar cuatro votos y cuatro sillas porque se ha peleado con el señor Errejón y necesitan competir.
Desde la perspectiva de la Unión Europea, ¿consideras que hay posibilidad de una independencia en un plazo corto de cinco años?
Lo primero es que para nosotros la UE es una institución que es una centrifugadora de derechos y de soberanías de los pueblos y que, por tanto, la mejor contribución a la democratización de Europa es impugnar la UE. Y, sobre si es posible el ejercicio del derecho de autodeterminación, entendemos que vía pacto de Estado no es posible y que, desde la política que están planteando los partidos independentistas, tampoco, porque esperan a un pacto de Estado. Para nosotros, el derecho de autodeterminación va a venir de la desobediencia civil masiva. Y no lo decimos como algo abstracto, lo decimos pocos días después de que se haya ocupado un aeropuerto. Hace una semana que en Catalunya hay miles de personas en la calle a todas horas, esto es lo que nos va a llevar al ejercicio del derecho de autodeterminación: generar tantos “unos de octubre”, tantos “tsunamis” como se puedan. Porque la única forma en la que va a garantizar derechos el Estado es cuando se le desborda.
Esto no va de indepes o no indepes, esto va de que cada vez hay más gente que está dispuesta a movilizarse los días que haga falta para hacer una enmienda a la totalidad al Estado
Y el desborde, en la lógica democrática, es la desobediencia civil. Solo esa lógica va a conseguir que la comunidad internacional fuerce al Estado a hablar de autodeterminación y de amnistía. Porque las estrategias de desobediencia civil siempre acaban con una mesa de diálogo, y eso es lo que hay que provocar. Esa es la vía. ¿Cuánto vamos a tardar? Lo menos posible, pero estamos determinados a ello. E invitamos al resto de pueblos del Estado, invitamos al resto de gente de izquierdas del Estado español a que se levanten: ¡todo el mundo a las plazas!. Vamos a resolver un problema democrático de primer orden.
Los barómetros dicen que los votantes de las CUP son los más ricos entre los partidos catalanes. ¿Mienten esos barómetros o hay que mirar qué pasa con el apoyo de las clases populares a las candidaturas?
Es una pregunta trampa. Hay un intento de ubicar a la izquierda independentista en una lógica de enfants terribles, de niños de clase media desclasados. Hay un intento de caricaturizar a las CUP como los niños pijos que ahora, como son hijos de los convergents de las élites y se han quedado sin pastel quieren ahora la independencia para contribuir al Procés de las élites. Es una trampa porque a la CUP le vota gente muy diferente y muestra solo los resultados electorales autonómicos: para medir los votantes de la CUP deberíamos de medir quién vota y quién no a los 300 concejales que tiene la CUP. Esto no lo dicen los barómetros.
Lo que sí está claro es que una de las tareas pendientes de la CUP, y de la izquierda en general, es poner un proyecto político que seduzca más a las clases populares. Y digo la izquierda en general porque los últimos resultados electorales en relación, por ejemplo, al área metropolitana de Barcelona —y el apoyo a Ciudadanos o al PSC— nos dicen que no tenemos proyectos de izquierdas que estén seduciendo lo suficiente. Esto es un problema. Pero no es algo que diga que las CUP somos una panda de niños pijos que no tenemos nada más que hacer que hackear el Congreso, es mucho más profundo. Estos días en Catalunya que se han visto muchísimos jóvenes en la calle, ese análisis de clase es muy interesante.
Esa es la última pregunta, ¿lo que hemos visto estos días en Catalunya es un desborde por parte de una generación inesperada, que no parecía seducida por la apuesta procesista?
Es que bajo el paraguas de esta idea “procesista” se tapan muchos matices. Aquí, desde el 1 de octubre [de 2017], ha habido un ejercicio de desobediencia civil masiva con una perspectiva de clase bastante interesante. Aquel día salieron dos millones y medio de personas —yo no he visto un país de siete millones con tanta burguesía, es decir, no tiene sentido ese análisis— y la respuesta del Estado fue a hostias. Luego, el encarcelamiento de un Gobierno entero. Y luego, la respuesta de violencia policial a una semana de movilizaciones. En Catalunya hay casi una ruptura emocional con las instituciones del Estado y con los cuerpos y fuerzas de seguridad, sean del Estado, sean catalanes o sean locales. ¿Qué hay aquí? Hay un ‘dejadnos en paz’, hay un las instituciones del Estado, sea cual sea su localización, solo muestran la cara más dura de la violencia. Y la chavalería que ha salido cada noche en toda Catalunya lo que está diciendo es algo mucho más profundo, que es: si nosotros no tenemos un futuro económico porque el mercado laboral está como está, si no tenemos un futuro en términos de reproducción de las comunidades porque no nos vamos a poder pagar ni tener hijos, si no podemos estudiar en la universidad porque cada día es más caro y está lleno de cajeros del Banco Santander, y si encima no podemos tener un futuro democrático porque lo único que nos ofrece el Estado son hostias... Si no hay futuro, no hay presente.
Esto tiene que ver con el proceso que se está viviendo en Catalunya. Esto no va de ‘indepes’ o no indepes o de élites o de pueblos, esto va de que cada vez hay más gente que está dispuesta a movilizarse los días que haga falta para hacer una enmienda a la totalidad al Estado y a la gestión del Gobierno de la Generalitat. Y esto es muy profundo, y abre una brecha que te ubica a la izquierda forzosamente, porque están diciendo ‘dejadnos en paz’ a la monarquía, a los cuerpos y fuerzas de seguridad, se está diciendo a las empresas del Ibex35 ‘dejadnos vivir’. Y esto abre un panorama político y muchas posibilidades. Porque esas enmiendas a la totalidad son el primer paso a la construcción política de un proyecto.
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