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Este año los Oscar celebran su 90ª edición, y en las ochenta y nueve ediciones anteriores sólo una mujer ha sido premiada como mejor directora, y sólo una película dirigida por una mujer ha ganado el máximo galardón de la industria del cine. Dos reconocimientos que tuvieron lugar en 2010, cuando Kathryn Bigelow y En Tierra Hostil se impusieron a James Cameron y a Avatar y sentaron precedente en la historia del cine.
Ocho años después, vuelve a haber una directora nominada, y Greta Gerwig y su ópera prima podrían repetir la hazaña de 2010. Al igual que En Tierra Hostil, Lady Bird es una producción de bajo presupuesto -costó alrededor de 10 millones de dólares-, pero es en lo que difieren donde hay que hacer mayor incidencia: el guión lo ha escrito la propia Gerwig, y el protagonismo de la historia recae en personajes femeninos.
Siendo realistas, que esos dos Oscars vuelvan a darse en una misma noche suena a utopía. El cambio que el cine está experimentando tiene su reflejo en las historias que llegan a la gran pantalla, y en su recibimiento por parte del público y la crítica, pero la industria tiene que dejar de vender la pretensión de sumarse a ese cambio y comenzar a implementarlo. La noche del 4 de marzo sería un momento perfecto para hacerlo, pero mientras ese momento llega, vamos a analizar cuáles son las opciones de Lady Bird en las cinco categorías en las que está presente.
MEJOR GUIÓN ORIGINAL
Esta categoría ha ido bailando en las últimas semanas. Estaba bastante cerrada en torno a Tres anuncios a las afuertas y aunque sigue siendo la apuesta más segura, el ruido de la polémica surgida sobre el personaje de Sam Rockwell ha hecho que se abra y que se piense en la alternativa a Martin McDonagh. Tras los premios del Sindicato de Guionistas, es Jordan Peele (Déjame Salir) quien tiene cierta ventaja sobre Greta Gerwig.
MEJOR ACTRIZ Y ACTRIZ DE REPARTO
Los cuatro premios interpretativos parecen sentenciados. Frances McDormand, Gary Oldman, Allison Janney y Sam Rockwell han ganado todo lo que tenían que ganar para hacerse con la estatuilla, pero las categorías de reparto albergan una posible sorpresa. Ni Saoirse Ronan ni Laurie Metcalf, ganaron el SAG o el BAFTA, y aunque Ronan sí recogió el Globo de Oro, es Metcalf la que a ojo de los expertos estaría más cerca de arrebatarle el Oscar a Allison Janney.
MEJOR DIRECCIÓN
Las posibilidades de Greta Gerwig son mínimas, como la del resto de candidatos que no se llamen Guillermo del Toro. El director mexicano ha ganado el Globo de Oro, el DGA y el BAFTA; tiene el Oscar en la mano. En 2019, seguirá habiendo una única directora con este reconocimiento, esperemos que al menos no haya una única nominada.
MEJOR PELÍCULA
Nadie sabe qué va a pasar aquí porque, como ya se demostró el año pasado, puede pasar de todo. En teoría es Tres anuncios a las afueras la que se alzará con el premio, pero si nos remitimos de nuevo a la polémica que la viene acompañando -por absurda que nos parezca-, sus opciones de cara al sprint final de las votaciones podrían haber mermado.
La estadística dice que desde 1995 ninguna película ha conseguido el Oscar sin que su reparto estuviese nominado antes en los premios del Sindicato de Actores (La La Land no estuvo, Moonlight sí). Es por esto que este año Lady Bird y Déjame Salir son las acompañantes de la cinta de McDonagh con probabilidad real de vencer en la categoría reina.
Así que si hay un Oscar que Lady Bird puede llevarse, es el de mejor película. No es la favorita, pero es una película sin enemigos, y que ha gustado a mucho a la gran mayoría, y eso es algo que puede marcar la diferencia con el sistema de voto preferencial que rige la elección de la ganadora.
Ocho películas nominadas. Sólo una de ellas dirigida por una mujer.
Ojalá.
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Como todos los premios de las academias son propaganda para el cine del país, manifestaciones sociales o políticas más allá de las artísticas, no hay que tomarse los Oscars tan en serio, sólo son un escaparate donde Hollywood se congratula a si mismo.
Si se dieran por la calidad artística de las obras, a mi juicio, El Hilo Invisible debería ganar a mejor película y director, pero me temo que desde la crítica a la Cienciología que Paul Thomas Anderson realizón con The Master le tienen vetado, es el director más estimulante del panaroma norteamericano.
ME parece patética la obsesión con unos premios a la propaganda. Querer recibir la palmadita en la espalda del patriarcado. Lady Bird me gusto mucho.