Energía nuclear
La «edad de oro de la energía nuclear» es solo una fachada

Artículo publicado en Beyond Nuclear International.
A estas alturas, ninguno de los que nos inclinamos por el comentario tenemos necesidad de señalar la absoluta negligencia del Gobierno británico liderado por Sir Keir Starmer. Lo está haciendo perfectamente bien por sí solo. Los pasos en falso han alcanzado tal nivel que casi hemos olvidado los pisos gratuitos y los trajes de lujo regalados.
Mientras los escándalos se suceden en torno a los miembros del cada vez más reducido círculo íntimo de Starmer, continúa la cobarde sumisión a los belicistas. En septiembre, el Gobierno británico logró doblegarse ante dos de ellos en el espacio de una sola semana: primero dio la bienvenida al presidente israelí Isaac Herzog a suelo británico y, a continuación, al presidente estadounidense Donald Trump.
A su llegada, Herzog pudo haber oído el lejano portazo de la viceprimera ministra saliente, Angela Rayner, o quizá se cruzó con el desacreditado exembajador del Reino Unido en Estados Unidos, Peter Mandelson, que regresaba sigilosamente a Gran Bretaña.
A continuación se produjo una nueva agitación en torno a las acusaciones de que el jefe de gabinete de Starmer, Morgan McSweeney, podría haber utilizado un «fondo secreto» no declarado de Labour Together para apoyar la campaña, finalmente exitosa, de Starmer para convertirse en el nuevo líder del partido en 2020. Labour Together fue la entidad utilizada para montar una campaña de desprestigio contra el antiguo líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, acusándolo falsamente de antisemitismo.
A continuación se produjo una nueva agitación en torno a las acusaciones de que el jefe de gabinete de Starmer, Morgan McSweeney, podría haber utilizado un «fondo secreto» no declarado de Labour Together para apoyar la campaña, finalmente exitosa, de Starmer para convertirse en el nuevo líder del partido en 2020.
El libro del periodista de investigación Paul Holden, que se publicará próximamente, titulado The Fraud, Keir Starmer, Morgan McSweeney, and the Crisis of British Democracy (El fraude, Keir Starmer, Morgan McSweeney y la crisis de la democracia británica), probablemente arrojará aún más luz sobre los detalles y será aclamado tanto por la izquierda como por la derecha.
Mientras tanto, el ridículo espectáculo de policías en activo arrestando a jubilados por llevar carteles caseros en contra del genocidio de Gaza y la absurda proscripción del grupo de acción directa no violenta Palestine Action siguen dejando manchas de huevo en las caras de Downing Street.
El columnista del Daily Mail, Dan Hodge, incluso planteó que tal vez «Keir Starmer esperaba que el hedor de la corrupción y el escándalo que envuelve a su administración comenzara a disiparse tras la exitosa visita de Estado de Donald Trump».
Es difícil adivinar qué se puede considerar «exitoso» de la visita de Trump. En al menos un caso, supuso otra gran traición a los trabajadores británicos, en forma del acuerdo «La edad de oro de la energía nuclear» alcanzado entre los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido. El título por sí solo delata su falsa apariencia y su total sumisión a Trump y su camarilla.
Es difícil adivinar qué se puede considerar «exitoso» de la visita de Trump. En al menos un caso, supuso otra gran traición a los trabajadores británicos, en forma del acuerdo «La edad de oro de la energía nuclear» alcanzado entre los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido. El título por sí solo delata su falsa apariencia y su total sumisión a Trump y su camarilla.
Trump, como sabemos, está obsesionado con el oro. En consecuencia, el 23 de mayo, el presidente estadounidense anunció con orgullo una nueva orden ejecutiva: «Restablecimiento de la ciencia del patrón oro». No es de extrañar que, en realidad, desmantele todo lo que huele a ciencia real. Ese mismo día, Trump también «desató» (una de sus palabras favoritas) cuatro órdenes ejecutivas que anunciaban un renacimiento nuclear.
A continuación, Trump promocionó su sistema de defensa antimisiles «Golden Dome for America», de 176 000 millones de dólares, otra fantasía que retoma la malograda Iniciativa de Defensa Estratégica del expresidente estadounidense Ronald Reagan, apodada burlonamente «La guerra de las galaxias», que se suponía que iba a derribar los misiles nucleares entrantes, pero que en su mayoría fallaba en las pruebas.
El anuncio de la Edad de Oro Nuclear, además de ser en el mejor de los casos una aspiración y en el peor un engaño vacío, también delató, en su elección de una retórica imitativa, lo tristemente sumisos que son tanto Starmer como su secretario de Energía, Ed Miliband, al actual régimen estadounidense. Se ven obligados a cantar según el himnario dorado de Trump.
Sigue en la segunda parte.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.
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