Armas nucleares
Un largo camino por la justicia

Artículo publicado originalmente en Beyond Nuclear International.
¿Hasta dónde caminarías por una causa? En el caso del activista antinuclear surcoreano Won-Young Lee, esa distancia no tiene límite.
Lee, de 67 años y director del Korea Land Future Research Institute y del Public Reporting Center for the Dangers of Nuclear Power Plants (PRCDN), llegó a Washington DC en abril, tras haber caminado hasta allí desde la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, viaje que inició en marzo. La distancia es de unos 260 kilómetros.
Esta vez su causa es llamar la atención sobre el vertido continuado al océano Pacífico de aguas residuales altamente radiactivas procedentes de la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi. Esta no es la primera caminata del Sr. Lee, pero eligió las fechas deliberadamente para abarcar el tiempo entre el desastre nuclear de Fukushima de 2011 que comenzó el 11 de marzo y la explosión del reactor de Chornobyl en Ucrania el 26 de abril de 1986.
Esta vez su causa es llamar la atención sobre el vertido continuado al océano Pacífico de aguas residuales altamente radiactivas procedentes de la central nuclear japonesa de Fukushima Daiichi.
Esta última caminata se enmarca en lo que Lee ha titulado la «Nueva Ruta de la Seda por la Vida y Sin Nucleares. Caminando por el planeta Tierra con alegría». Juntas, las caminatas constituyen un maratón que ha llevado a Lee y a otros caminantes por vastas zonas del continente asiático, como Vietnam, Laos, Tailandia, Malasia, India y Nepal, pasando por Uzbekistán, Azerbaiyán y Georgia, y por numerosos países de Europa. El propio Lee ha recorrido 6.125 millas a pie.
Se ha inspirado, dice, en la «Marcha de la Sal» de Gandhi, «que condujo a la independencia de la India», y que también fue iniciada, dice Lee, «por un pequeño número de personas», que fue creciendo en número.
Esa voluntad popular volvió a manifestarse en 2023, durante una caminata de casi 1.000 millas emprendida por ciudadanos surcoreanos y japoneses desde Seúl (Corea del Sur) hasta Tokio (Japón), con paradas que incluyeron una en Hiroshima.
Sigue en la segunda parte.
Traducción de Raúl Sánchez Saura.
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