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Activismo
En recuerdo de Raúl Cézar Toledo
Recuerdo del activista ecologista y antinuclear Raúl Cézar Toledo fallecido el pasado mes de septiembre.
Este 26 de septiembre de 2019 el espíritu de Raúl Cézar Toledo abandonó su cuerpo: la brutal malaria debilitó y fulminó la vida de esta preciosa criatura.
Nos conocimos con los 20 y ya son 30 años compartiendo con él, sé bien lo que digo. Para definirle rápida y concisamente: Raúl luchó por un mundo mejor tal y como vivió: desde el amor y desde la paz, nunca desde la confrontación, nunca desde la crítica personal, sí al sistema injusto y destructivo en el que estamos atrapados.
Su tranquilidad, su suavidad, su dulzura contrastaban abiertamente con mi impulsividad, mi brusquedad y mi dureza que he aprendido a moderar en parte por su influencia, pero pese a nuestras maneras divergentes nuestro ímpetu apuntaba en la misma dirección, el mismo paraíso que construir. Por eso, y por ser colegas solares desde el primer día, nos mantuvimos unidos en diferente intensidad hasta el día que partió a Senegal, a donde estuve a punto de acompañarle si no hubiera sido por los giros que da la vida a última hora. Él había hecho ya varios viajes por diferentes países y quería que esta vez colaborara con él en Sierra Leona, donde instaló un sistema de bombeo solar en una cárcel, en Gambia y en Senegal, donde finalmente expiró y quedó enterrado.
Decía en uno de sus últimos mensajes: "Maravilloso viajar!! te das cuenta que las diferencias están ahí y son buenas.. pero las injusticias las creamos nosotr@s, y nuestras sociedades que sólo buscan intereses personales y economías basadas en el consumismo que sólo crea espejismos de felicidad mientras el planeta se descompone y las 3/4 de la sociedad no disponen de los recursos mínimos para su necesario desarrollo... Buen viaje, y abrazos a Lucía!!".
Raúl luchó por un mundo mejor tal y como vivió: desde el amor y desde la paz, nunca desde la confrontación, nunca desde la crítica personal, sí al sistema injusto y destructivo en el que estamos atrapados.
El sol, libre y limpio, fue su actividad durante más de 30 años, y las abejas y las colmenas, fertilizadoras imprescindibles de la vida sobre la tierra, una de sus pasiones de estos últimos años, a donde nos atrajo a tantas personas.
Como militante, Raúl estuvo en prácticamente todas las luchas ecologistas y de justicia social, comenzando en el antiguo Aedenat y su evolución Ecologistas en Acción, en la px1nme, en las plataformas antinucleares, en centros sociales autogestionados… hasta acabar participando en una acción directa de Extiction Rebellion poco antes de partir a África. “Se apunta a un bombardeo” oí decir en ocasiones. Con su manera discreta, se sumaba arropando con su calor y su suavidad, pero también impulsando el proyecto SAE, SOS Acción Energía, cuyo objetivo era crear cooperativas -con especial atención a la participación de las mujeres- de producción de electricidad solar para autoconsumo en África.
Como persona estaba atento en todo momento a las necesidades de los demás, curiosamente en especial a los que no conocía y veía que podrían requerir ayuda, y tenía detalles de magnificencia. Toño es un hombre tetrapléjico que se defiende con su silla de ruedas eléctrica vendiendo cupones. Un día Toño escribió en algún sitio que buscaba ayuda puntual y allí se presentó Raúl. En aquel tiempo, aún con silla de empujar, Raúl ponía el motor, y lo hizo hasta que Toño pudo adquirir una eléctrica; aun así siguió acompañándole cuando se acordaba de él o le pillaba cerca, o le llamaba Toño. Alguien que le va a llorar hasta deshidratarse es él, me duele saberlo.
“Se apunta a un bombardeo” oí decir en ocasiones.
Raúl era sobrio, generoso, y tenía ese punto de saber tomar lo que necesitaba para sí o para quien necesitara allí donde había. La magia no le fue ajena.
Hace 11 meses escribí en Facebook: "Por alguna razón acabo en las fiestas del pueblo de Raúl Cézar Toled. En mitad de la verbena se juega al bingo y Raul coge una papeleta y me dice: 'ven y toca la papeleta que me vas a traer suerte'. Cuando acierta 2 números parece bromear al decir: 'ya me veo subiendo al escenario'. Tras escaso éxito, de golpe acierta 4 números seguidos, y sigue acertando a goteos hasta que dice: 'solo me quedan 4'. Cuando solo le faltan el 65 y el 73 anuncian el 65, tras lo cual Raúl echa a andar hacia el escenario como hipnotizado por la Existencia. Antes de llegar escuchamos 73: Ya está: bingo ganado, cosecha fructífera tras esa lluvia de magia. Y al cobrar, mejor final aún. Raul, magnifico, cede parte del premio para pacificar disputas entre los premios menores".
Personalmente he perdido un amigo profundo pero he ganado un ángel conmigo, con nosotras. Ya tengo la vivencia de saberlo hace años. Tras haber estado un tiempo dolido con Raúl y una vez asimilado y recuperado el trato normal, una noche soñé con él y al despertar supe que Raúl era un ángel. No recuerdo la historia en sí pero sí que desperté con esa certeza, y en la lucidez del despertar supe con seguridad que así era.
Ya el primer día tras su muerte me llegó la intuición de que Raúl sabía en su fuero interno que su vida sería más corta de lo esperable. Por eso vivía con esa intensidad queriendo estar en todas partes y llegando a todas partes, lógicamente con probabilidad de llegar tarde; por eso no quería ponerse a dormir aún después de toda la noche de actividad, de cerveza, de maría… proponiendo continuamente, como de forma compulsiva, un último cigarro, una última cerveza, un último sitio que visitar, como retrasando el momento de dormir, como si dormir fuera morir.
Como dicen otras personas que como yo conocimos a Raúl, nos ha dejado mucha paz, una fuente generosa que emana profunda paz en nuestra vida. Paz que convive todavía con violentas ráfagas de llanto interior y exterior desgarrador y sanante.
Como dicen otras personas que como yo conocimos a Raúl, nos ha dejado mucha paz, una fuente generosa que emana profunda paz en nuestra vida.
Tengo la seguridad de la actual dicha de Raúl. Siendo él cristiano desde niño -como lo es su amplia familia primera- y habiendo evolucionado a una espiritualidad más integral, Raúl sabía que la muerte es una parte del círculo infinito vida-muerte, que ninguna energía se destruye si no que se transforma y que por tanto, la muerte es un cambio, no una aniquilación definitiva de nada salvo de los pensamientos estériles que tantas veces nos absorben. El cuerpo se reintegra en la tierra, el espíritu que le animaba sube acorde a su menor densidad y se reintegra con lo que le es afín.
No es sólo un pensamiento que consuela, es una certeza del aspecto espiritual que reivindico junto a la certeza de que desde nuestro aspecto material tenemos que actuar social y políticamente para empujar lo que se pueda hacia el bien común, y así, desde los dos frentes, hacer la vida mejor. En esa certeza vivió Raúl Cézar Toledo aquí sobre la Tierra.