Decrecimiento
Covid-19, una invitación a la lentitud

La crisis del coronavirus pone de actualidad planteamientos como los de la “vida sencilla”, el “buen vivir” o la ”slow life”, que hace décadas que proponen modelos de éxito y calidad de vida alternativos al consumismo.

Caracol decrecimiento
El caracol, símbolo del movimiento lento y el decrecimiento. Foto: Manuel M. V.
20 jul 2020 07:00

La covid-19 lleva meses poniendo nuestras vidas patas arriba. Cuando las crisis explotan, normalmente lo hacen destapando nuestras debilidades y ofreciendo también oportunidades para aumentar nuestra resiliencia. O sea, permitiéndonos desarrollar nuevas maneras de prevenir y afrontar las dificultades propias de nuestra existencia, personal y colectiva.

Hace unas semanas publiqué un artículo en Opcions sobre la actual crisis sociosanitaria. Reflexionaba sobre las fragilidades que pone de manifiesto, como el exceso de turismo o la contaminación atmosférica, que han contribuido a aumentar la extensión y la letalidad de la pandemia.

Valoraba también las posibilidades que la nueva situación nos ofrece. Dos ejemplos alentadores recientes son la apuesta de diversas ciudades europeas por cerrar carriles a los vehículos privados para aumentar el espacio para peatones y ciclistas, y el plan de impulso a la bicicleta propuesto por la ministra Teresa Ribera.

Hoy quiero darle vueltas a un asunto que el nuevo coronavirus también destapa, y que nos toca de manera más íntima. Me refiero a la velocidad de nuestro día a día y a nuestra relación con la soledad y la lentitud.

Muchas personas nos hemos visto privadas en los últimos meses de buena parte de nuestras actividades, desplazamientos y relaciones personales habituales. Lo que nos ha dado la oportunidad de encontrarnos, como pocas veces antes, con nosotras mismas. Lo que no es demasiado habitual en una época caracterizada por la velocidad y el exceso de estímulos.

Un “receso espiritual” forzoso

El distanciamiento físico nos enfrenta a un “receso forzoso”. Que en muchos casos, como explicaba Pepe Mújica a Jordi Évole, nos empuja a preguntas sobre el sentido de nuestra existencia: ¿A qué estoy dedicando mi vida y mi tiempo? ¿A aquello que realmente me gusta y me parece importante? Jorge Alemán hacía también un recomendable análisis en una línea semejante.

De hecho “cuarentena” es un término usado tanto para el aislamiento por motivos sanitarios como para los retiros voluntarios que buscan la “purificación espiritual”. El origen del término parece deberse a los 40 días que Jesucristo pasó en el desierto buscando su transformación a través de la soledad y el silencio.

Los objetivos de un “receso espiritual” pueden ser diversos pero, en general, estas bellas palabras de Josefina Aldecoa resumen la esencia de lo que las personas buscamos cuando nos permitimos -o cuando la vida nos “obliga” a- hacer un alto en el camino:

“No hay que tener miedo al cambio, sino buscarlo. Porque cambiar es detenerse en el camino y subirse a un alto para ver lo que va siendo nuestra vida, en qué se parece a lo que nos gustaría que fuese”.

Que nuestra vida se parezca a nuestros valores

Las palabras de Aldecoa coinciden con bastante exactitud con un objetivo central del consumo consciente: acercar nuestra vida, nuestra práctica cotidiana, a nuestros valores y objetivos vitales. Cambiar nuestra manera de consumir sería, pues, un hecho liberador y una fuente de satisfacción, en la medida en que una mayor coherencia entre nuestros valores y nuestra cotidianidad nos hace sentir, en general, más realizadas (siempre que no intentemos llevar la coherencia a un extremo).

Pero tengo la sensación de que los agentes que promovemos el consumo consciente, la sostenibilidad o la economía social a menudo nos centramos en su papel como herramienta de “compromiso social y ambiental”, más que en su potencialidad como propuesta de acercarnos a vidas más “ligeras” y conectadas con nuestros deseos y anhelos profundos.

Puede parecer que sintamos cierta desconfianza sobre lo que puede pasar si damos rienda suelta a nuestros deseos. ¿Nos llevarán nuestros anhelos a prácticas insostenibles como querer tener un coche deportivo o una piscina climatizada privada, o a viajar sin descanso alrededor del mundo mediante constantes viajes en avión?

Y no es extraño que sintamos tal desconfianza, porque si algo hace bien el modelo consumista es generar deseos. El capitalismo es sexy. Es un sistema extraordinariamente bueno prometiéndonos —y a menudo, consiguiendo— vidas, o trocitos de vida, atractivos y seductores. ¿No sientes placer cuando estrenas un Iphone? Y si algo es capaz de generar agregación de voluntades sociales —y electorales— es la ilusión por, simplemente, vivir mejor. 

¿Existen propuestas de calidad de vida alternativas al consumismo?

Como explicaba en mi artículo sobre el “día sin compras”, las propuestas alternativas pecamos demasiado a menudo de hacer propuestas “a la contra”, demasiado moralistas, poco sugerentes... Planteamientos que, excepto para minorías altamente sensibilizadas, no son demasiado atrayentes ¿Qué podemos hacer entonces para mejorar nuestras vidas y atraer hacia nuestras propuestas a sectores menos receptivos?

En esta línea, me parecieron una evolución lemas como “En navidad, libérate del consumismo”, utilizado en una campaña navideña de consumo responsable en Manresa hace más de una década, o el “Menos para vivir mejor” del “2009: año del decrecimiento con equidad”, de Ecologistas en Acción.  

Aunque, si analizamos estos mensajes con más detenimiento, son campañas que, incluso si avanzan hacia un modelo diferente (la liberación, el vivir mejor), siguen partiendo de una oposición y del marco (“consumismo”, carro de la compra, “menos” -consumo-) al que pretenden presentar una alternativa.

Vida sencilla, vida lenta… ¡buen vivir!

Pero también existen propuestas que plantean, de manera netamente positiva, modelos de éxito, felicidad y calidad de vida sostenibles. Conozcámoslas:

  • El “buen vivir” (Sumak Kawsay en lengua quechua) es una propuesta política, cultural y social desarrollada principalmente en Ecuador y Bolivia en la última década del siglo XX, como paradigma alternativo al desarrollo capitalista. Está inspirada en tradiciones, términos y propuestas de diversos pueblos indígenas, que aluden a “vidas en plenitud” sustentadas en valores éticos. Se ha incorporado a las constituciones de Ecuador (2008) y Bolivia (2009). 

  • La vida sencilla, vida simple, simplicidad voluntaria o downshifting es un estilo de vida influenciado por motivaciones espirituales, de salud, ecologistas o de justicia social. También se conoce por otras denominaciones como vida modesta o minimalismo. Se caracteriza por priorizar el valor de la realización, las relaciones personales y el tiempo libre a la acumulación de dinero o bienes materiales.
    Ha sido practicado y promovido en los últimos 4.000 años por diversos grupos y tradiciones religiosas y espirituales (hindúes, abrahámicas, budistas, cristianas, mahometanas…), así como por teorías filosóficas (epicureísmo, estoicismo).
    Como expresiones o tendencias de las últimas décadas podemos citar la “vuelta al campo”, el movimiento de ecoaldeas, las casas pequeñas o Tiny House, el rechazo del trabajo asalariado (uno de los tótems de nuestra cultura) o el downshifting (“reducción de marcha”).
    Carlos Fresneda explicaba en su ensayo “La vida simple” (1998) que se calculaba que en Estados Unidos, país de la fast food y la fast life, 20 millones de “downshifters” habían dejado sus empleos “bien establecidos” en busca de tiempo para cuidarse y cuidar a la gente que quieren, tener más tiempo para hacer lo que les gusta y vivir más cerca de la naturaleza. Hablando de downshifting y de crítica al trabajo asalariado como centro de nuestra existencia, la actual crisis ha provocado el reavivamiento a nivel global del debate sobre la necesidad de una renta básica universal, o al menos una renta mínima -defendida incluso desde posiciones liberales-. Debate que sin duda se acentuará en los próximos años debido a la progresiva sustitución de mano de obra humana debido a la extensión de la robótica. 
  • El movimiento lento es una tendencia cultural que tiene por expresión más conocida la slow food o comida lenta. El término se acuñó en 1986 en Italia en una protesta por la apertura de un McDonalds en la Piazza di Spagna de Roma. En 1989 Slow Food se funda oficialmente como movimiento internacional.
    El movimiento cuenta con otras expresiones como las Cittaslow o ciudades lentas, red fundada en 1999 que cuenta más de 100 municipios adheridos en Alemania, Gran Bretaña, Holanda, Noruega o España

Conclusiones

No es extraño que nuestra velocidad y nuestra relación con el tiempo sean, a menudo, hábitos más difíciles de transformar que otras prácticas de consumo, en los que la alternativa sostenibilista es menos exigente en cuanto a su exigencia de reducir nuestra marcha.

De hecho también en los entornos vinculados a la sostenibilidad o la economía social encontramos a menudo maneras de hacer y ritmos de vida con altas dosis de estrés y productivismo.

Las causas de esta dificultad son múltiples. Factores materiales como la precariedad económica y laboral o los precios de la vivienda juegan un gran papel en muchas ocasiones. Pero creo que no son los únicos elementos a tener en cuenta.

En cuanto a nuestras motivaciones íntimas, creo que, en muchas ocasiones, una de ellas es que la alta velocidad de nuestros ritmos de vida  nos permite no tener que enfrentarnos al miedo que nos produce mirar hacia nuestro interior. Quizás porque no somos conscientes de que, si nos atrevemos a levantar nuestras alfombras y a barrer lo que se ha acumulado debajo, los monstruos suelen convertirse en tesoros. Porque -como nos enseñan la mayoría de tradiciones filosóficas, religiosas y espirituales de todos los tiempos-, si conseguimos amigarnos con la soledad y el recogimiento podemos acercarnos a niveles de gozo y paz interior difícilmente alcanzables a mayor velocidad. Pero los ritmos y estímulos actuales no ayudan.

Por eso este parón forzoso es una oportunidad para acercarnos a la “vida lenta”, la simplicidad… Propuestas que, a pesar de ser ingredientes esenciales en la receta del consumo consciente y la sostenibilidad, a menudo no tenemos tan presentes en nuestro día a día.

La buena noticia es que el debate sobre formas de vida más sencillas se está extendiendo gracias a la actual crisis. No es extraño en las últimas semanas encontrar artículos y reflexiones en este sentido en grandes medios de comunicación, e incluso en la voz de sociólogos y analistas conservadores como Narciso Michavila.

*Este artículo fue publicado anteriormente en catalán en Sostenible.cat.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tribuna
Tribuna Decrecimiento azul: un enfoque necesario para mares al límite
Mientras se celebra la UNOC3 y en el contexto de cambio climático y pérdida de biodiversidad al que nos enfrentamos se necesita —también en el mar— un cambio de paradigma donde el crecimiento y la ausencia de límites dejen de ser la norma.
Decrecimiento
Opinión Cómo crear colectivos resilientes y justos en tiempos de emergencias constantes
Un equipo multidisciplinar ha desarrollado una herramienta web con un doble objetivo: evaluar la resiliencia y el funcionamiento de los colectivos sociales ante la crisis ecosocial en marcha.
Opinión
Opinión Cinco ideas decrecentistas frente al apagón
El autor de ‘La espiral de la energía’ (Libros en Acción, 2014) reflexiona sobre las lecciones que se pueden extraer del corte de suministro eléctrico del pasado 28 de abril.
#65751
21/7/2020 15:29

Excelente visión.

4
0
#65652
20/7/2020 11:45

Gracias por el artículo. Al hilo de lo que se cuenta, es interesante también lo que está pasando con distintas corrientes de entreneamiento, fitness o autoayuda. Es un mundo con pocos vínculos con el activismo o la autogestión, y sin embargo las ideas ecologistas y estoicas van calando. Un buen ejemplo de defensa del estoicismo des de la medicina evolutiva y los hábitos naturales es la web de fitness revolucionario. Lo interesante es que estos posts y blogs llegan a cientos de miles de personas. Otro ejemplo es el movimiento del Real Food.

7
1
#65897
23/7/2020 23:15

Magistral reflexión y análisis.

4
0
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.

Últimas

Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.
Instituciones culturales
Protesta Las editoriales migrantes exigen su lugar en la Feria del Libro de Madrid y en la industria cultural española
Una acción de protesta en la Feria del Libro de Madrid reclama más atención y apoyo a las editoriales impulsadas por personas migrantes y racializadas, que sobreviven pese a los obstáculos que reciben de las administraciones, según denuncian.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.