Coronavirus
Ya no hay muertos, solo estadísticas

Ya no hay personas detrás de esos datos, son solo estadísticas. Y un número es más fácil de asumir que un rostro y un nombre.

Celadores 2
Foto cedida por Plataforma Reconocimiento para el Celador Ya
13 nov 2020 09:47

En 2016, el artista mexicano Eduardo Salles diseñó un mapa sobre la importancia que le damos a las tragedias según la zona. Señalaba lo que nos importan las vidas dependiendo de la distancia con nuestro punto en el mapa. También de la cultura y la religión de las personas que han perecido y, sobre todo, lo poco que nos importan en zonas pobres o donde la violencia es más habitual. Básicamente, en occidente nos duelen las vidas perdidas mientras que, en otros lugares, nos importan un poquito o nada. No solo nos importan poco a nosotros, también generan escaso contenido en prensa, donde suelen resaltar más cualquier otra noticia frívola que una fatalidad en un punto lejano del planeta.

Podríamos poner muchísimos ejemplos a lo largo de los últimos años, pero, sin ir más lejos, en las últimas semanas hemos conocido atentados perpetrados en Viena y en Francia. Durante esos días hemos conocido los posibles motivos de los ataques, hemos visto las fotos de las víctimshasta hayan hablado de sus sueños y aspiraciones. Es algo lógico y celebrable. No dejar como simple estadística a una persona asesinada siempre es buena noticia. Sin embargo, en el mismo periodo de tiempo ha habido más atentados en otros puntos del planeta. Un día antes del de Viena, 22 personas murieron en Kabul. Pocos días antes sufrieron otro ataque en la misma ciudad. De esas víctimas no conocemos nada. Ni nos importan ni nos inquietan. Nos hemos inmunizado.

Tal vez el caso más flagrante de este siglo es el de Irak. Hace ya unos cuantos años nos manifestamos en contra de una guerra injustificada en ese país. Hubo movilizaciones masivas en todo el Estado español y esa contienda bélica estuvo presente en el mapa político español durante varios años. Desde los pies de Aznar en la mesa del despacho de George Bush, pasando por los terribles atentados de Atocha, hasta la llegada al poder de Zapatero y la retirada de las tropas españolas desplazadas a Irak. Años en los que pareció que nos importaban las vidas de la población iraquí. Pero ha pasado muchísimo tiempo, el país sigue inmerso en el caos y las explosiones se suceden. Y esos hechos ya abandonaron la primera plana hace años y pasaron a ser una noticia breve; y de ahí a la nada. El tiempo, la costumbre, la distancia, otras preocupaciones… Muchos factores que hicieron que nos dejaran de importar las vidas de aquellos que dijimos defender.

Ahora nuestro Irak son las residencias de ancianos. Pero aquí no hay guerra, sino un virus y, al igual que asumimos que la población iraquí estaba condenada, que sus muertes eran asumibles e imposibles de detener y decidimos continuar con nuestras vidas sin mayor alteración, hemos interiorizado que los ancianos deben morir por la covid-19, que sus fallecimientos son soportables y que no van a condicionar nuestro modo de vida. Lo mismo que en marzo nos angustiaba y aterraba, hoy nos genera indiferencia. Mostramos una pequeña curiosidad, porque de esa cifra puede depender un nuevo confinamiento o que nos cierren el bar, pero mientras todo siga abierto, no nos altera. Hemos asumido que tienen que haber muertes y, mientras sea de viejitos, no pasa nada. La nueva normalidad traía esa pasividad.

Si la mitad de esas muertes se dieran entre personas de 20 a 55 años, no habría tanta discusión entre salud y economía

Solo la semana pasada se notificaron 1.088 muertes. Cinco atentados y medio como el del 11M. Casi 7 accidentes de avión como el de Spanair en Barajas. Sí, es demagogia, es incomparable y son distintas causas, pero son vidas que estamos sumando al registro sin pestañear. Imagino que ya no nos produce pánico por el rango de edad. Imagino que, si la mitad de esas muertes se dieran entre personas de 20 a 55 años, no habría tanta discusión entre salud y economía.

Es un debate complicado, lo sé. Sin trabajo y sin ingresos no se puede pagar una vivienda y los bienes básicos para sobrevivir. En este sentido, se suma otro factor por el que duelen menos las muertes y los contagios, porque suceden más en “zonas vulnerables por su modo de vida”, que diría Ayuso. Ese modo de vida significa vivir en zonas de mayor densidad de población, tener trabajos donde las medidas de distancia interpersonal no se pueden cumplir (ni se puede teletrabajar) o tener que subir a transportes públicos llenos porque, quienes deciden que la economía está por encima de la salud, han decidido que no hace falta mejorar este servicio. Tampoco todo el mundo puede permitirse comprar mascarillas semanalmente o geles y nuestras reuniones sociales no se pueden hacer en salones grandes donde mantener la distancia, ni tenemos terrazas en casa. Sí, también es más fácil asumir para el sistema las muertes de los pobres.

Mientras antes veíamos las comparecencias de Fernando Simón con incertidumbre y no nos perdíamos ni una palabra suya, ahora escuchamos la cifra de muertos de lejos y ni se nos arquea la ceja levemente

Al igual que hay una serie de factores que hacen que los atentados en zonas recónditas no nos duelan ni nos inquieten, estos meses se han generado otras circunstancias que nos permiten vivir con cierta normalidad que a nuestro alrededor haya más fallecidos de lo habitual. Mientras antes veíamos las comparecencias de Fernando Simón con incertidumbre y no nos perdíamos ni una palabra suya, ahora escuchamos la cifra de muertos de lejos y ni se nos arquea la ceja levemente.

¿En qué momento cambiamos la empatía por la indiferencia? Entiendo perfectamente que tenemos que seguir con nuestras vidas, que no tenemos que vivir presa del pánico porque eso deriva en otras complicaciones personales, pero al menos deberíamos respetar las principales medidas para evitar contagios en la mayor medida posible. Que nos puede doler no poder juntarnos en Navidad, sí, pero deberían dolernos también las altas cifras de fallecimientos. Imagino que a todo se acostumbra uno. Y que escuchar por televisión que ha habido 20 muertos en una residencia de Cuenca nos suene igual que oír que ha habido un atentado en Bagdad. Pobres víctimas, sí. Pero ya no hay personas detrás de esos datos, son solo estadísticas. Y un número es más fácil de asumir que un rostro y un nombre.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Galicia
Redes clientelares La empresa del cuñado de Feijóo obtuvo 200.000 euros en contratos a dedo de la Xunta mientras era presidente
La sociedad de telemarketing, Universal Support, se ha adjudicado 19,2 millones de euros más en licitaciones con la Consellería de Sanidade dedicadas al rastreo de casos de coronavirus durante la pandemia. Algunos de ellos, siendo la oferta más cara.
Opinión
Residencias No tenían por qué morir igual
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso permitió a las personas residentes con seguro privado asistir al hospital y negó la asistencia a las personas que carecían del mismo. Ayuso es el ejemplo de la iniquidad, del desprecio absoluto a los derechos humanos.
Sanidad
Sanidad a la madrileña Madrid supera el millón de pacientes en lista de espera mientras mantiene camas cerradas en hospitales
La planta siete del ala norte en el Hospital Clínico de Madrid lleva cuatro semanas cerrada con 30 camas sin utilizar mientras la comunidad supera el millón de pacientes en espera, más de 90.000 para una intervención quirúrgica.
El Salto Twitch
El Salto TV Los empresarios engordan la inflación y se comen tu salario
En el programa en directo de Economía Cabreada del 16 de abril analizamos los márgenes empresariales de récord, sus efectos sobre la inflación y los salarios con Natalia Arias de CCOO y Dani Yebra de Eldiario.es
Greenwashing
Greenwashing Repsol, denunciada ante Competencia y Consumo por publicidad engañosa
Ecologistas en Acción, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU y Greenpeace denuncian ante la CNMC y ante la Dirección General de Consumo que la petrolera realiza “declaraciones ambientales engañosas” en su comunicación pública.
Violencia sexual
Clara Serra “Legislar el sexo con arreglo al deseo es la vía directa al punitivismo”
En ‘El sentido de consentir’, Clara Serra defiende que el concepto de consentimiento es precario y ambiguo. Pese a su utilidad jurídica para hacer leyes, argumenta, no puede convertirse en la receta mágica.
Opinión
Opinión La guerra cada día más cerca
Se condena y reprocha a Irán el ataque con drones y misiles a Israel, pero no se condena con la misma intensidad el ataque hace dos semanas al consulado de Irán en Damasco, donde murieron dos generales y diversos funcionarios y guardias iraníes.
Genocidio
Mkhaimar Abusada “Israel quiere quedarse en Gaza”
En esta conversación el doctor gazatí de Ciencias Políticas, Mkhaimar Abusada aborda la popularidad de Hamás en Gaza, las probabilidades de éxito israelí en la lucha por extinguir la insurgencia palestina o el futuro político del enclave.
Ecuador
Crisis diplomática El asalto a la Embajada de México, el naufragio diplomático de Ecuador
El país sudamericano queda cercado por la crítica internacional tras la detención por la fuerza del exvicepresidente Jorge Glas, asilado por el Gobierno mexicano en su sede en Quito.

Últimas

Arte
Arte Guerra, crisis migratoria y Unión Europea: el arte crítico de Avelino Sala en la primera Bienal de Malta
El salón español de la Bienal de Arte de Malta está ocupado por cinco creaciones del artista gijonés Avelino Sala en las que representa las similitudes entre las guerras pasadas y presentes, los estallidos sociales o la hipocresía de la ONU.
Sanidad privada
Privatización Defensa adjudica a Quirón el servicio de vigilancia de la salud de su plantilla
Tras el escándalo, el principal cliente del novio de Ayuso gana el concurso para realizar exámenes de salud a la plantilla del Ministerio de Defensa, que hasta 2020 se realizaban en el Hospital público Gómez Ulla.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Desahucios
Desahucios Una persona desahuciada hace nueve meses en Móstoles muere mientras seguía viviendo en la calle
Su fallecimiento lo ha denunciado Stop Desahucios Móstoles, la asamblea de vivienda a la que pertenecía y le acompañaba en el proceso de conseguir una vivienda pública, siendo una persona vulnerable y enferma.
Opinión
Opinión Cuando los jueces se alían con los especuladores: anatomía de un desahucio en Alacant
El papel que juegan los jueces en los procesos de desahucios, que en algunos casos acaba favoreciendo al negocio de la especulación, es un asunto controvertido que no ocupa muchas portadas.
Más noticias
Agroecología
Opinión Contra el desalojo del proyecto agroecológico Otxantegi Herri Lurra en Berango
El jueves 18 de abril pretenden expulsar un proyecto que ha recuperado campos de cultivo para ejecutar un PGOU que acabaría con 40 hectáreas de espacios naturales y suelos fértiles
Sequía
Feria de Abril Arte flamenco para luchar contra la sequía
Una acción de Juventud por el Clima Sevilla en la Feria de Abril se suma con unas sevillanas de denuncia a la Acción Global por el Clima del viernes 19 de abril, convocada por Fridays for Future.
Opinión
Opinión Ni un voto al genocidio contra el pueblo palestino
Conocemos el compromiso del Estado español con el statu quo imperialista, por lo que nuestra ingente tarea es forzar al gobierno español a hacer algo que no quiere hacer.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.

Recomendadas

República del Sudán
Un año de guerra Sudán, la guerra del futuro que aplastó la revolución
La confrontación entre el ejército y las milicias en Sudán implica una guerra contra la población que se levantó por la democracia y ahora lucha por su supervivencia.
Violencia machista
Irantzu Varela “Es mucho más gozoso un espacio sin hombres”
En ‘Lo que quede' (Continta me tienes, 2024) la periodista Irantzu Varela lanza dardos contra todos los hombres que han ejercido violencia contra ella. Contra todos los hombres que han ejercido o ejercen violencia contra las mujeres.