Autopistas sin coches, calles vacías, aeropuertos sin vida, comercios cerrados, restaurantes sin comensales. La declaración del estado de alarma, promulgada por el Gobierno el pasado 13 de marzo, ha convertido nuestras ciudades en estampas dignas de una distopía, con una movilidad de personas reducida al máximo y una población confinada en sus domicilios, en una situación inédita a nivel global en más de un siglo.
El equipo de vídeo de El Salto ha salido a las calles para plasmar una realidad que, apenas unos días antes de la decisión tomada por el Gobierno, casi nadie hubiese creído. Un mundo semivacío, donde los humanos caminan con máscaras en la cara, a la espera de que la amenaza en el ambiente se disipe poco a poco. Una realidad con una extraña belleza en algunas de sus imágenes y, sobre todo, en los sonidos que antes ocultaba la gran ciudad y que ahora han reaparecido.
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