CNT
‘Morala’: “Como las seis de La Suiza, fuimos condenados para dar escarmiento por unos hechos que no cometimos”

Miles de personas saldrán a la calle en Xixón para recordar que ´El sindicalismo no es delito. Tras el mitin de apoyo a las cinco sindicalistas de CNT y una trabajadora, actuarán Nacho Vegas y el Coru Antifascista Al Altu La Lleva.

Su vida cambió el 23 de junio de 2021: el juez Lino Rubio Mayo, conocido por condenar con pruebas falsas a Cándido y Morala, los sindicalistas de Naval Gijón que inspiraron la película Los lunes al sol, condenó a cinco mujeres y un hombre a tres años y medio de cárcel a cada uno y a pagar una indemnización de 150.428 euros —CNT como responsable civil subsidiaria— por los delitos de coacciones y obstrucción a la justicia en una disparatada sentencia de 125 páginas que no se ajustaba ni a los delitos investigados en la instrucción ni a los hechos acontecidos. CNT interpuso recurso. El próximo martes, el juez del Tribunal Supremo Manuel Marchena, quien presidió la sala que firmó la sentencia del procés, que originó las mayores protestas vividas en Catalunya en los últimos años, publicará el fallo de la revisión del caso conocido como La Suiza, uno de los mayores casos de represión sindical de este siglo.

Jurídicamente, el meollo de esta causa se encuentra en que las seis condenadas lo han sido por unos hechos distintos a los que se instruyeron y por acciones que tanto el Juzgado de Instrucción nº5 como la Audiencia Provincial habían considerado que se circunscribían a la normal acción sindical —manifestarse en la calle de forma comunicada, repartir octavillas, usar el megáfono—, motivo por el cual esas causas fueron sobreseidas. 

Represión
Pastelería Suiza “La rabia y la solidaridad pueden más que las condenas de un poder judicial que huele a naftalina”
Jara y Cris son dos de las seis sindicalistas de CNT condenadas a tres años y medio de cárcel por las concentraciones realizadas delante de la Pastelería Suiza de Gijón para señalar un conflicto laboral. El sindicato ha iniciado en septiembre una campaña informativa sobre este caso que rezuma a montaje judicial.

CNT lo lleva avisando desde hace años: “Cualquier persona que se manifieste contra una empresa puede encontrarse en la misma situación. Hacer sindicalismo no es delito”. Su acción sindical se remonta a 2017, cuando una empleada de la pastelería La Suiza de Xixón planteó a CNT un supuesto caso de acoso sexual en el puesto de trabajo. El sindicato interpuso denuncia, que se archivó por falta de pruebas, y trató de buscar una salida para la trabajadora con la gerencia, que no reconoció la interlocución. Al contrario, la empresa empezó a interponer denuncias contra CNT e incluso contra el delegado del Gobierno en Asturias, Gabino de Lorenzo (PP), por no prohibir las concentraciones del sindicato. Mientras tanto, un agente de la Policía Nacional multó a un sindicalista en una pasacalles comunicado “porque cruzó un paso de cebra a un ritmo menor del que le gustaba” al agente. Otro militante de CNT fue multado sin ser identificado; la Policía alegó que no era necesaria la identificación, por ser “de sobra conocido”. 

“La Suiza fue una lucha sindical normal y corriente y la han convertido en un escarmiento aplicando las leyes como les da la gana”, resume ‘Morala’

De Cándido y Morala a las seis de La Suiza

Juan Manuel Martínez Morala, más conocido por su segundo apellido y por ser uno de los dos condenados del caso ‘Cándido y Morala’, relata a El Salto que “los hechos, la condena y lo dictaminado por el juez sobrepasa los límites y se enmarca dentro del sindicalismo y las reivindicaciones que luchamos en la dictadura”.

“La Suiza fue una lucha sindical normal y corriente y la han convertido en un escarmiento aplicando las leyes como les da la gana”, resume. “Lo mismo que nos pasó a nosotros, condenados por unos hechos que no cometimos para dar ejemplo a los trabajadores y que no se acerquen a la lucha obrera. Una serie de personas te pueden estropear la vida, y no les importa”, añade.

Morala advierte sobre el caso de los seis Zaragoza, que han entrado en prisión, y de la Ley Mordaza. “Quién diría que estamos en pleno siglo XXI, estamos retrocediendo en derechos y libertades y en la defensa de la dignidad”, concluye.

Asturias
Asturias Tres años y medio de cárcel para siete sindicalistas de la CNT por concentraciones delante de la Pastelería Suiza de Gijón
El abogado de los sindicalistas, Evaristo Bango, avanza que recurrirán “hasta el final” porque “son inocentes”. A primera hora de la tarde de ayer, se hizo público el fallo del magistrado del Juzgado nº1 de lo Penal, Lino Rubio Mayo.

Por eso, hoy miles de personas saldrán a la calle en Xixón. CNT ha fletado ocho autobuses que vendrán de gran parte de los territorios de la península. La manifestación de apoyo partirá a las 12h desde la Casa Sindical y terminará en la plaza del Ayuntamiento. En el mitin participarán la secretaria general de CNT, Erika Conrado, el representante de CC OO José Manuel Zapico, de UGT comparecerá Javier Fernández Lanero y de CGT, Yanira Hermida. También hablarán representantes de la coordinadora del 8M y las propias afectadas. Luego actuarán el cantante Nacho Vegas y el Coru Antifascista Al Altu La Lleva. 

Entre el público estarán Cándido y Morala, como siempre. Sindicalistas de la Corriente Sindical de Izquierdas (CSI) fueron condenados a más de tres años de cárcel en 2007 por destrozar una cámara de vigilancia que apuntaba a la puerta del astillero de la Naval, en las protestas contra su cierre en 2005. Siempre han dicho que no se encontraban en los incidentes y denunciaron a quien testificó un su contra: un policía infiltrado que era el primero en lanzar ladrillos contra los escaparates de Barcelona en las protestas contra la globalización. “En cambio, nuestra denuncia se archivó”, rememora el sindicalista.

Cándido y Morala entraron en prisión. Pasaron tres semanas ingresados en la cárcel 24 horas, enseguida les concedieron el tercer grado y, luego, el indulto. La protesta social tumbó la justicia de Lino Rubio.

La incertidumbre siete años después 

“Siete años después de que empezase todo esto, seguimos aquí. Resistimos y seguimos peleando. Algunos días con más energía, otros con menos, pero por suerte, cuando nosotras no podemos tenemos detrás a un sindicato, un grupo de apoyo, familia, amigas… que ponen brazos donde hace falta y voz cuando a nosotras no nos queda. Queremos recuperar nuestro calendario, saber si vamos a estar dentro o fuera en el próximo cumpleaños de nuestro hijo, o saber si podremos seguir estudiando, o acudir a ese nuevo puesto de trabajo, o celebrar nuestro aniversario o si podremos comer una ensalada cuando maduren los tomates de nuestro huerto, es decir si podremos vivir libres o si estaremos encerradas por un supuesto delito que no hemos cometido. Han querido que llegáramos con miedo, con silencio, con arrepentimiento”, explica Jara, una de las seis condenadas. 

“Estamos aquí con toda la entereza de la que disponemos. Estamos aquí por ser mujeres que cuidan de mujeres. Por ser apoyo, por sostener, por no callar. Seguimos aquí porque, aun con miedo, no retrocedemos. Pedimos nuestra absolución inmediata porque hacer sindicalismo no es delito, usar las herramientas legítimas de un sindicato no es delito ni puede serlo. Pedimos nuestra absolución inmediata porque, además, esta condena sienta un precedente peliagudo para reprimir y anular la acción directa. Quieren que otras personas se lo piensen dos veces antes de reclamar, quieren que todo se mantenga en su sitio, que nadie se atreva a protestar, quieren amedrentar a quienes se solidarizan y a quienes luchan para defender unos derechos que deberían de ser inquebrantables, pero al final el miedo, ese miedo que pretendían que nos produjese el silencio más absoluto, lo que ha conseguido es justamente todo lo contrario, porque no estamos solas, para nada, somos muchas, somos muchas más de las quemcreíamos ser y sobre todo muchas más de las que quieren que seamos. Así que, pese al agotamiento, al cansancio mental, al miedo y a la incertidumbre, sabemos que seguiremos defendiendo la dignidad de cualquier trabajadora”, concluye.

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