Laforsa
Fotograma del documental.

Cine
Helena Lumbreras, la cineasta que renunció a la voz en off y dio la cámara a los trabajadores

El ciclo de cine ‘Desde el principio’ proyectó dos películas de la cineasta que se propuso rodar los conflictos y los sueños de las clase trabajadora de los últimos años de la dictadura y de la transición, y que revolucionó a los cineastas coetáneos de izquierdas.

¿Quién no agradece ratos de encefalograma plano? Enciendes la tele, el ordenador o el móvil y te dejas llevar por contenidos audiovisuales que no requieren de mucha atención. El algoritmo ayuda. Pero cuando apetece algo de chicha o un momento cultureta y no sabes adónde mirar, una buena opción es sumergirse en el canal de Youtube de la Filmoteca de Catalunya, donde se encuentran maravillas y, entre ellas, las películas que filmó Helena Lumbreras. Una cineasta que hay que conocer. 

El coordinador del Departamento de Investigación de la Escuela de Cine Elías Querejeta, Pablo La Parra, presentó su obra en las salas de cine de los centros culturales Tabakalera (Donostia) y Artium (Gasteiz), donde se proyectaron este mes dos de sus films. Al inicio de su intervención, La Parra destacó que las películas de Lumbreras “nunca recurren a la voz en off, excepto de forma irónica”. En lugar de un narrador externo, “una polifonía de voces que difuminan cualquier punto de autoridad” recorren sus películas. Iguala a profesores universitarios con campesinas. Porque en la clase trabajadora Lumbreras clavaba sus ojos. 

Lumbreras consiguió una beca del Gobierno italiano en 1962 para concluir sus estudios de dirección en Roma. Allí entabló amistad con activistas feministas, como la poeta Sandra Mangini, y conoció las escisiones que nacieron a la izquierda del Partido Comunista Italiano, explicó Pablo La Parra al público que acudió al ciclo de cine Desde el principio, historias del cine feminista. “Cuando en 1968 volvió a España, ya no era la estudiante apolítica, tímida y discretamente católica que había abandonado el país unos años antes”, añadió. Ahora tenía mirada de clase y mirada feminista.

“Lumbreras volvió con una misión concreta: rodar una película clandestina sobre las luchas antifranquistas, titulada Spagna 68: El hoy es malo pero el mañana es mío”, explica el investigador, quien realizó su tesis sobre el cine político de final de la dictadura y de la transición. Le siguieron un compendio de seis piezas rodadas entre 1968 y 1978, algunas en blanco y negro, otras en color; siempre sin voz en off. 


En Tabakalera y Artium proyectaron dos de estas películas: El campo para el hombre (1973-75) y O todos o ninguno, rodada en 1976 y firmada como Colectivo de Cine de Clase. La película fue realizada junto con los obreros de la fábrica Laforsa y sus familias, en Cornellà del Lobregat, y su compañero, Mariano Lisa.

O todos o ninguno, rodada en 1976 y firmada como Colectivo de Cine de Clase, narra la movilizaación de Laforsa, la huelga más larga en el Estado desde la Guerra del 36

La movilización de Laforsa fue la huelga más larga en el Estado desde la Guerra del 36. Empezó el 11 de noviembre de 1975 y terminó el 22 de febrero de 1976, tras 106 días. La secundaron los 250 trabajadores de aquella planta de acero que fabricaba laminados y forjados en pésimas condiciones, con un calor sofocante en verano, con máquinas anticuadas siempre que causaban accidentes laborales. Ni la muerte del dictador Franco interrumpió aquella huelga que empezó con el despido de un trabajador, Simón Ródenas, que puso en pie a una comarca (el Baix Llobregat) y que secundaron por solidaridad durante dos semanas las fábricas del entorno. Laforsa supuso un antes y un después, un hasta aquí después de 40 años de dictadura. Y Lumbreras les dio las cámaras a los trabajadores.

Desconfianza inicial, asambleas de montaje

En las memorias de los trabajadores, La lluita obrera: història d'una vaga, publicadas en 2010, cuentan que la propuesta de la cineasta de hacer una película con ellos, en vez de sobre ellos, “no estuvo exenta de sospechas por nuestra parte, ya que era una cosa tan nueva que nuestras primeras reacciones fueron dubitativas”. “Tenían razón: que una cineasta le propusiera a un grupo de obreros la realización colectiva de una película sin duda era algo inaudito en la Barcelona de mediados de los 70”, añade La Parra a El Salto. Lumbreras, que mamó del cine político italiano de finales de los 60, simplemente, lo llevó a la práctica.

La propia realizadora describió en 1978 al Colectivo de Cine de Clase —que ella fundó en 1970— como un intento de “impulsar un cine colectivo, pues niega la división social del trabajo, considerando igualitariamente a todos los que intervienen”. En las películas de fábrica de Lumbreras, como las llama La Parra, “los obreros no solo operaban la cámara o los magnetófonos, sino que, sobre todo, participaban en una serie de asambleas para discutir el montaje y estructura de la película”.


Los cineastas de izquierdas la criticaron. Ella se defendió: “¡Claro que es peligroso! [dar las cámaras a los obreros] ¡En cuanto se trata de darle a la clase trabajadora una autonomía y de potenciar su cultura se está haciendo algo muy peligroso!”, recogió el investigador las palabras de Lumbreras en su ponencia ante un público expectante.

“¡Claro que es peligroso! [dar las cámaras a los obreros] ¡En cuanto se trata de darle a la clase trabajadora una autonomía y de potenciar su cultura se está haciendo algo muy peligroso!”, Helena Lumbreras

Aquella mujer nacida en 1935 en Cuenca, que se formó y trabajó como maestra rural, que acabó siendo una cineasta de fábrica y que falleció en 1995 en Barcelona dejando un vasto legado, no perdió la mirada feminista aunque no hubiera obreras en Laforsa —había limpiadoras y administrativas—. Rodó una escena de las esposas de los trabajadores mientras escribían una carta para denunciar públicamente la brutalidad policial. En la escena, se coló un niño reclamando la atención de su madre. Y así quedó la secuencia, incluyendo la vida, incluyendo los cuidados.

La Parra añade que una de las seis películas está dedicada a las mujeres ante la cárcel y aborda un grupo de “mujeres preso”, compañeras de militantes encarcelados que relatan su participación en redes de solidaridad y activismo, “pero también sus trabajos domésticos y de cuidados para sostener a sus familias”. 

El campo para el hombre
Fotograma de El campo para el hombre

Una mirada que se observa con claridad en El campo para el hombre, “donde hay una continuidad ininterrumpida entre las tareas que las mujeres asumen en el campo y sus tareas de cuidados y limpieza en sus hogares”, señala el investigador. De esta película rodada en la clandestinidad, en blanco y negro y con a veces falta de sincronía entre sonido e imagen, resalta que en el comienzo es la única vez que Lumbreras usa la voz en off, pero lo hace para satirizar al franquismo. Ver la película encoge un poco el corazón, supone preguntarse si la vida en el campo ha cambiado tanto como pensamos o menos de lo que creemos —la propiedad de las tierras, el sistema de clases, la educación y el pensamiento—. El cine se hizo un cuchicheo ante las palabras de una campesina:

“Los ojos aún se nos quieren cerrar más. Cuanto más cerrados los tengas, mejor. Porque […] con los cuentecitos que ellos cuentan —y lo hacen muy bien porque […] ellos tienen formación y saben poner muy bien el cuento— y como nosotros estamos ignorantes y no tenemos medios de abrirnos los ojos, pues entonces nosotros creemos aquellos cuentecitos que cuentan ellos”.

Justo hoy, en la sede de CGT Catalunya se presenta la campaña de crowfunding para rodar un documental de la huelga que siguió a la de Laforsa, la movilización de La Roca, en 1976, basado en el libro de Jerónimo Casasola Del Pozo, La gran huelga de la Roca. 95 días de lucha. Aquella huelga no fue rodada por Lumbreras y el Ateneu Llibertari de Viladecans quiere impulsar aquella parte de la historia, quizá para avivar el fuego de un presente para soñar con otro futuro. El hoy sigue siendo malo, pero el mañana sigue siendo nuestro.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Educación pública
Michelle Gunderson “Debe entenderse que nuestras condiciones de trabajo son las condiciones de aprendizaje de nuestro alumnado”
Michelle Gunderson, maestra durante 34 años en la escuela pública de Chicago, fue una de las impulsoras de un movimiento que llevo a dos huelgas históricas, en 2012 y 2019, para conseguir nuevos derechos y mejora de las condiciones laborales
Historia
Historia Euskadi, Octubre de 1934
Bizkaia y Gipuzkoa fueron, tras Asturies, Catalunya y las cuencas mineras de León y Palencia, dos de los principales focos de la huelga general revolucionaria de la que se cumplen ahora 90 años.
Represión
Derechos laborales La Fiscalía pide varios años de cárcel a siete trabajadores tres años después de la huelga del metal en Cádiz
Durante la mañana del jueves serán juzgados siete trabajadores en la Audiencia Provincial de Cádiz por su participación en la huelga del metal de 2021. La Fiscalía pide 3 años de cárcel por delitos de desorden público
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Opinión
Opinión Sobrevivir pagando en el Álvaro Cunqueiro
Una de las victorias ideológicas del PP de Feijóo en Galicia ha sido hacernos creer que pagar por servicios esenciales en los hospitales durante el cuidado de nuestros enfermos es lo natural, que no hay otra manera de abordarlo, pero es mentira.

Últimas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Siria
Oriente Próximo Israel impone hechos consumados sobre Siria para condicionar la transición según sus intereses
“Está escrito que el futuro de Jerusalén es expandirse hasta Damasco”, dijo este octubre el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, uno de los exponentes ultras del Ejecutivo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Un tercio de los asesinatos de periodistas en 2024 fueron obra del ejército de Israel
Reporteros Sin Fronteras documenta la muerte de 18 periodistas en Palestina y Líbano este año “asesinados deliberadamente por hacer su trabajo” y habla de una “masacre sin precedentes” de profesionales del periodismo.
Crisis energética
Análisis Los aerogeneradores no son molinos, son gigantes
El megaproyecto eólico del Clúster Maestrazgo, punta de lanza del capitalismo verde, destruirá un área natural de alrededor de 1325 campos de fútbol.
Ecofeminismo
COP29 La brecha de género en las Cumbres del Clima
VV.AA.
Las cumbres del clima no están aisladas del resto de espacios políticos y también están atravesados por las dinámicas patriarcales, pero ¿en qué lo notamos? ¿cómo abordan las negociaciones climáticas las políticas de género?
Más noticias
Galicia
Galicia Activistas de Greenpeace instalan ‘una celulosa’ en la sede de la Xunta en protesta contra Altri
Los ecologistas han realizado una acción en la sede del Gobierno gallego de Alfonso Rueda para animar a gallegos y gallegas a asistir a la manifestación de este domingo en la Praza do Obradoiro, en Santiago de Compostela.
Comunidad de Madrid
Educación pública El Gobierno de Ayuso recula y aplaza hasta junio los despidos masivos en Educación
Integradoras sociales, enfermeras, educadoras, auxiliares y otros perfiles de personal laboral se enfrentaban a la incertidumbre de ser cesados en plenas vacaciones de Navidad.

Recomendadas

Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Galicia
Economía ¿Quién lidera el negocio del eucalipto en Galicia al que Altri quiere sumarse?
El estallido social que ha producido el intento de la multinacional Altri y la Xunta de instalar una nueva celulosa en Galicia abre la necesidad de poner el foco en el sector forestal, donde se encuentran algunas de las mayores fortunas del Estado.
Siria
Rojava El rompecabezas sirio que estalló en Alepo
El nuevo escenario sirio se ha gestado bajo la intervención implacable de Turquía, patrocinadora del Ejercito Nacional Sirio y otros grupos yihadistas que libran la guerra de Erdogan contra el pueblo kurdo.