Cine
Cine de autoría colectiva vs relato social: “Si todos pertenecen a una clase acomodada, nos quedamos igual”

Colectivos audiovisuales como BRBR, Los Hijos, Canódromo Abandonado o Malaguistán ponen en duda la concepción tradicional del director de cine creador en un arte puramente industrial. ¿Es una vía para llegar a un cine que refleje las historias de la clase trabajadora o solo otro mecanismo que puede ser asimilado por el mercado cultural?
Fisahara 2022 - 5
Proyección de una película en la edición de 2022 de Fisahara.

“Te pongo un ejemplo muy básico. Ahora que nos invitan a festivales y nos preguntan quién viaja, nosotros respondemos: BRBR. Y ellos, ¿pero eso qué significa? Queremos hablar con el director. Los tenemos que tranquilizar: da igual quién vaya, todos somos BRBR”, explica el productor Javier Tasio, uno de los responsables de La mala familia, largometraje documental español que acaba de pasar por el Festival Internacional de Cine de Róterdam. La película narra la vida de Andrés, un joven que cumple condena en prisión por una pena menor y que se reúne con sus amigos de un barrio de Madrid aprovechando un permiso penitenciario. “Una firma colectiva no se suele entender en los festivales o en el sistema de ayudas al cine, se tiende a pensar en un autor individual como el director de cine”, añade Tasio.

“No sé si el tópico del autor déspota que crea en solitario y luego dirige a otros es real en el cine más convencional, pero nosotros somos lo más alejado de eso”, dice Nacho A. Villar, de BRBR

Nominalmente y a efectos de los festivales, como el de Róterdam o el de Cine Europeo de Sevilla, donde estrenaron el pasado noviembre, los portavoces de La mala familia suelen ser sus directores, Nacho A. Villar y Luis Rojo, procedentes del cine experimental y el videoclip. “Firmamos como BRBR, como Luis y Nacho, y es un nombre que sirve para esta película y para cualquiera de nuestros trabajos o quien quiera usarlo y sea afín a nosotros y nuestra forma de trabajar”, comenta Villar. “Es un poco la precariedad y las ganas de hacer cine, pero, por ejemplo, en La mala familia el impulso creativo no surge de nosotros dos, sino de que los protagonistas del documental forman parte de nuestro entorno cotidiano. Cuando se produce la situación de que uno o varios de ellos pueden entrar en prisión simplemente por no poder pagar la multa a la que los condenaron por una situación, años atrás, de un momento de su vida que ellos ya habían superado, nos planteamos, desde el grupo, cómo afrontarlo. Una propuesta fue hacer una película, aunque existen funciones, y unos dirigimos y otros se encargan iluminación, fotografía, guión… aunque no todo el mundo hace todo, sí que todo el mundo entiende lo que está haciendo el otro y puede opinar sobre las decisiones. No sé si el tópico del autor déspota que crea en solitario y luego dirige a otros es real en el cine más convencional, pero nosotros somos lo más alejado de eso”.

La mala familia es un documental que sigue a un grupo de jóvenes de un barrio de Madrid, en su mayoría racializados, cuando pasa por los juzgados por una pelea trivial de discoteca y cuando alguno de ellos acaba en prisión simplemente por no tener recursos económicos. Parte de su denuncia es que la cárcel está llena de pobres, pero no lo explicita, simplemente muestra unos pocos días de convivencia entre los amigos y estos comparten entre sí sus experiencias, dando al espectador acceso casi a su intimidad. Un largometraje que, sin mencionar ejemplos, contrasta con el llamado “cine social” más convencional.

Raúl Liarte, guionista del filme junto a los directores y como parte de BRBR, opina que “hacer comparaciones no es la mejor forma de pensar las cosas, pero cuando el cine industrial intenta contar las historias de la gente común, suele no contar con esas mismas personas, porque habitualmente quien accede a hacer cine no procede de esas clases sociales. Cuando cuentas con esas personas, cuando pertenecen a tu comunidad afectiva, la posibilidad de hacer un relato pegado a la verdad es mucho más probable”.

Liarte, natural de Cartagena, participó también en el guión de El año del descubrimiento (2020), el documental que arrasó con todos los premios hace apenas dos años por rememorar las protestas que en 1992, y con motivo de las políticas de reconversión industrial de la época, culminaron con el incendio de la Asamblea de la Región de Murcia. El director era Luis López Carrasco, fundador del colectivo de cine experimental y audiovisual Los Hijos. Su compañero en este proyecto, Javier Fernández Vázquez, suele expresarse en redes sociales de forma activa sobre cine y diferencias de clase. En el mismo 2020 debutó en solitario con el largometraje Anunciaron tormenta, sobre la muerte en extraña circunstancia en 1904 del líder tribal Ësáasi Eweera, opuesto a la colonización española.

Fernández recuerda que López Carrasco, él mismo y la tercera pata de Los Hijos, Natalia Marín Sancho, decidieron fundar el colectivo en 2008 aprovechando el abaratamiento reciente de cámaras digitales y programas de edición y decepcionados por el enfoque “gremial” y por departamentos (fotografía, sonido, arte) de la formación audiovisual. “La experiencia posterior en rodajes —explica— agravó la sensación de que esos procedimientos no eran adecuados para el cine que nos interesaba. La idea de que fuéramos un autor colectivo no tenía, en un principio, una intención, por así decirlo, política. Fue natural”. Partiendo de presupuestos del arte contemporáneo y dedicándose los tres a cada paso del proceso, evolucionaron a un planteamiento a medio camino entre lo que se suele definir como cine social y cine experimental.

El cineasta considera “falseado” el eterno debate sobre ambas formas —un cine social que refleje problemas de clase y uno experimental que desafíe las formas comunes de narración—, “como si hubiera un corte radical. En mi caso soy partidario de la experimentación, pero en la búsqueda de una forma audiovisual adecuada para abordar determinados temas y generar determinadas sensaciones. Puede que el resultado final llegue a menos público porque, al fin y al cabo, hay unas convenciones que acostumbran la mirada a un tipo de narrativas. Pero si se supera esa barrera, el alcance es más profundo. Y eso me parece muy valioso. Llegar a menos gente, pero mejor”.

“Mucha gente de orígenes obreros que conocí cuando era más joven, incluso algunos enormemente creativos y con una evidente habilidad artística, nunca consideraron en serio que eso pudiera ser su oficio”, señala Javier Fernández Vázquez, de Los Hijos

Para que haya posibilidades de un buen cine de denuncia social “hay que facilitar el acceso de las clases obreras a la industria audiovisual, que no sea un pasatiempo de las clases altas. Ahora mismo, es un sistema precario, en el que frecuentemente se trabaja gratis, que explota la vocación y la energía de los jóvenes, que requiere un tiempo y paciencia muy difícil de asumir para quien no tiene un colchón económico familiar o que exige crear y mantener una red de contactos con lo que ello implica de asistencia a eventos o sitios en horario no laboral…”.

“Luego está el propio prejuicio o habitus de clase o los marcos mentales. Mucha gente de orígenes obreros que conocí cuando era más joven, incluso algunos enormemente creativos y con una evidente habilidad artística, nunca consideraron en serio que eso pudiera ser su oficio”, añade.

Por supuesto, el embudo industrial, formativo y del ciclo de festivales es el que es. Los fundadores de Los Hijos se formaron en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid, la célebre ECAM, y los BRBR pasaron con el proyecto de La mala familia por La Incubadora, su programa de becas para nuevos creadores. Por eso Fernández advierte de que no cree que el autor colectivo desafíe al corte de clase en la creación audiovisual “porque la propia noción de autoría ya señala una jerarquía muy anclada de valores burgueses. Que esa autoría sea de una persona, tres, o veinte, sin duda es interesante, porque puede generar lógicas de trabajo diferentes y, potencialmente ensanchar el tipo de cine que se hace. Pero si los tres o los veinte pertenecen a una clase social acomodada, nos quedamos igual”.

En un sentido similar se expresa Julián Génisson, quien en el mismo Festival de Sevilla de 2022 en que los BRBR estrenaban La mala familia presentó Inmotep, una surrealista aventura sobre la competitividad y el artificio ambientada en el negocio inmobiliario que había debutado en Róterdam justo una edición anterior. Génisson era uno de los tres integrantes de Canódromo Abandonado, firma colectiva que agrupaba también a los igualmente cineastas e intérpretes Lorena Iglesias y Aaron Rux. Vía crowdfunding financiaron filmes experimentales como La tumba de Bruce Lee (2013), y Génisson niega una intención política explícita, pero sí una conciencia del cine como producto colectivo que mantienen. “Sé que si viera mis pelis como ‘mías’ se me harían profundamente repelentes; una condición importantísima para que me puedan gustar es que todos los que pasan por ellas aporten algo”.

“No veo por qué el sistema no lo podría asimilar, incluso devorarlo hasta los huesos. Mientras sea rentable no creo que cambie nada que el nombre que viene después de ‘Una película de…’ sea de un solo individuo o de un colectivo”, opina Julián Génisson, de Canódromo Abandonado

Aunque sigue creando desde los márgenes y la precariedad, tiene claro que no fue cuestión del autor colectivo: “No veo por qué el sistema no lo podría asimilar, incluso devorarlo hasta los huesos. Mientras sea rentable no creo que cambie nada que el nombre que viene después de ‘Una película de…’ sea de un solo individuo o de un colectivo. Eso sí, cuando eres más de uno es más difícil conseguir que te inviten a los sitios. Con nuestra primera película, por ejemplo, nos invitaron a un festival en el que, en vez de alojamiento, nos ofrecieron dormir en el cine, durante los maratones de cortos nocturnos”.

Jordi Alberich, investigador de la Universidad de Granada (UGR), es especialista en videoactivismo y autor colectivo y ha estudiado el caso concreto del colectivo Malaguistán, que con sus creaciones ha denunciado la gentrificación y destrucción del tejido social de la capital andaluza. En base a su trabajo, define la ‘sinautoría’ como “un conjunto de prácticas culturales, muchas de ellas audiovisuales, dirigidas a promover y potenciar una cultura colectiva y colaborativa, al margen del individualismo”. Sus implicaciones políticas “van más allá de socavar el sistema cultural industrial, buscan una cultura del bien común”.

Alberich es más optimista (aunque es la única fuente de este reportaje que no se dedica profesionalmente al audiovisual) y cree que las mismas lógicas del activismo de Malaguistán “pueden y deben desarrollarse en los circuitos comerciales habituales”. Se apoya en los estudios de otro investigador de la UGR, Incho Cordero, centrado en los medios de comunicación más que en el cine: “internet y el abaratamiento del acceso a la tecnología en las últimas décadas ha facilitado tanto el uso insurgente de las tecnologías y la contrainformación a manos de los movimientos sociales, como la creación de un ecosistema de medios alternativos capaz de reinterpretar la realidad oficial construida por los grandes medios”.

En este sentido, y retomando la idea del habitus de clase, durante su entrevista colectiva en la que se interrumpían unos a otros para completar las frases, los BRBR recordaron un pase de La mala familia en Sevilla, pero no ante críticos de cine, sino ante 250 alumnos de entre 15 y 16 años de cinco centros de Secundaria del Polígono Sur, uno de los barrios más pobres de España. “Al acabar, le hacían preguntas a Andresito, el protagonista, no creyéndose que estuviese allí ante ellos y reconociéndose en él”, apunta Nacho Villar. Javier Tasio apostilla con otra anécdota, del día que pidieron permiso para grabar la audiencia de Andrés y sus compañeros ante la jueza que debía fijar su multa: “Me preguntó que por qué nos interesa esto, si pasaba todos los días. No respondí, pero luego quise haberle dicho: por eso, por eso nos interesa, porque pasa todos los días”.

Archivado en: Cine
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

O Teleclube
O Teleclube 'O Teleclube' alucina no deserto con Óliver Laxe e 'Sirat'
Laxe leva o seu cuarto premio de Cannes, esta vez en competitición, polo seu novo filme que explosiona na gran pantalla.
Cine
Lucía Delgado y Tábata Cerezo “Las escenas de intimidad van mucho más allá del sexo”
Lucía y Tábata son coordinadoras de intimidad, es decir, se ponen al servicio de una historia audiovisual para acordar, delimitar, construir escenas que pueden suponer situaciones de especial vulnerabilidad a los actores y actrices.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.