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Opinión
Madres y padres, redes sociales, poderosos y países
Empieza el nuevo curso, y, con ello, el resurgimiento de los grupos de WhatsApp de madres y padres de alumnos y alumnas. Se han acumulado cumpleaños, debido al verano, y se multiplican las celebraciones de los mismos en los diversos centros de ocio y en presuntos restaurantes de cadenas de comida rápida.
He venido observando a lo largo de los últimos años que el procedimiento para este tipo de eventos siempre es el mismo. Se crea un grupo de cumpleaños por vía WhatsApp. Se invita a nenes y nenas a un centro de ocio, normalmente situado fuera del casco urbano. Madres y padres realizan un pago por bizum anunciado a bombo y platillo en el grupo de WhatsApp para que la madre compre a la cumpleañera regalos, y, cuando estos llegan o se piden (se suelan comprar a través de internet) se pone la foto en el citado grupo telefónico.
Pues bien, lo que podría ser una revitalización económica y social, no lo es tanto, ni mucho menos.
Así, los regalos no se suelen comprar en el comercio local, los pagos de madres y padres no se hacen en mano, lo que facilitaría una relación entre los diversos familiares del alumnado y, además, el ocio que se ofrece es escasamente creativo y original, con un horario cerrado y bajo techo entre grandes acondicionadores de aire pese a que en la calle haga un tiempo que anima al parque, la pelota y la bicicleta.
Quizá todo esto es una anécdota y una preocupación menor pequeñoburguesa, pero, entra dentro de una lógica global del capitalismo zombi en el que vivimos.
Me explico:
PRIMERO: El uso de los medios electrónicos como redes sociales está sustituyendo el contacto personal, se reaviva lo que se vino a llamar en tiempos de pandemia “la distancia social”. Se puede observar la coincidencia de madres y padres en las entradas de los centros educativos, a veces en animada conversación, pero, ciertos asuntos de carácter escolar se silencian. Por ejemplo, ni un solo comentario acerca de que se invite a cada alumno a que traigan 500 folios en mi colegio público porque la consejería de educación prefiere destinar más fondos a los colegios concertados que a los verdaderamente públicos. Al final, si hay comentarios sobre algo medianamente polémico, padres y madres explotamos en los grupos de WhatsApp generando malentendidos y malos rollos.
Esto es algo que les pasa a los poderosos, que deberían estar condenados a entenderse y a estar en contacto físico constante, pero que prefieren el tuit o la rueda de prensa con medios afines al el diálogo cara a cara y si lo hacen, buscan más la pose que el acuerdo.
SEGUNDO: El comercio. Parece que se ha impuesto que si necesitas o más bien quieres algo, vayas a un buscador en el móvil, antes que a una tienda física, en la que te pueden atender, hablar y hasta comprender tu necesidad o capricho. Que te manden algo vía mensajería es algo que debería circunscribirse a lo excepcional, a lo que no encuentras en tu entorno. Y es que como sigamos con esta forma de consumir, ningún producto va a poder ser comprado en tu localidad, ya que se va cerrando todo y alguien, en un paraíso fiscal va a acumular toda la riqueza mundial.
TERCERO: El ocio enlatado al que estamos sometiendo a nuestra crianza no favorece su creatividad, y estamos muy necesitados de que las nuevas generaciones inventen, creen formas nuevas de convivencia. La creatividad innata a nuestros peques empieza con el aburrimiento, algo necesario y a la vez denostado por las clases particulares, el inglés, los deberes y hasta por las celebraciones cumpleañeras.
CUARTO: Los espacios cerrados. Parece mentira que con el cambio climático, que está provocando que nuestras temporadas de otoño invierno sean más cálidas y secas, no sean al menos aprovechadas para llenar las calles y parque de nenes y nenas jugando y compartiendo.
Lo que pasa en nuestro entorno es un reflejo de lo que quieren que hagamos para convertirnos en seres cada vez más individualistas y con menos humanidad.
Lo que pasa en nuestro entorno es un reflejo de lo que quieren que hagamos para convertirnos en seres cada vez más individualistas y con menos humanidad.
Tenemos asesinatos indiscriminados, pero no reivindicados, usando la tecnología supuestamente creada para mejorar las comunicaciones humanas, perpetrados por la mejor equipada organización terrorista del mundo, el MOSAD.
Tenemos a un señor que ha sido presidente del imperio yankee y, que probablemente lo vuelva a ser, capaz de decir un bulo en el que pone por debajo de la categoría humana a los inmigrantes en EEUU y, sin embargo, el foco de sus palabras se coloca en el bulo y no en conocer la verdadera situación desesperada en la que viven millones de personas que han tenido que huir de sus países.
También tenemos a un presidente de la Junta de Andalucía que viaja acompañando a empresarios para hacer negocios en China, y no hay una crítica de la oposición sobre lo irrespetuoso que es ir a negociar mercancías con una dictadura que desprecia la vida humana. El propio presidente del Estado va a hacer lo mismo que Moreno Bonilla y tampoco es objeto de crítica su visita de negocios al gigante asiático, ni por los que consideran a Maduro un dictador sanguinario, ni por los que defienden su legitimidad.
Si vemos con normalidad que se trate a las personas de forma distinta según su origen y su presupuesto y a los países según su poderío económico, estamos completamente perdidos. Sin embargo, tenemos la solución cerca, nuestra prole, si somos capaces de que desarrollen su creatividad, la tecnología y las relaciones humanas servirán para el hacer un mundo mejor, que sin saberlo, ni falta que les hace, llevan todos los niños y niñas en sus corazones.
Hace falta una Izquierda que no sea equidistante
Que se posicione con el débil, no con el grande
Que no busque parte del pastel a repartir