Accidentes laborales
Las muertes laborales y las “soluciones” del capitalismo… ¡Más Madera!

A las víctimas de la globalización, del capitalismo…
salud laboral valencia
Gabinete de Estudios Confederal de la CGT
22 jul 2022 23:14

Trabajar salarialmente es una necesidad. Más de 20 millones de personas están ocupadas, trabajan, tienen empleo en el Estado español. Se producen bienes, riqueza para la sociedad. Lo que no está incorporado en el contrato laboral no libre sino obligatorio, es que el hecho de trabajar suponga ser enfermado o muerto ante la necesidad de encontrar un salario.

A diario, una media de 4,5 trabajadores ven truncadas sus vidas en las diferentes actividades: la industria, el campo, la construcción, los servicios, como también cientos de miles de personas anualmente, sufren accidentes muy graves, graves y lesiones invalidantes, precisamente por trabajar. Su trabajo, sus tareas, son organizadas y controladas por los empresarios y los directivos y jefaturas en las cuales delegan.

La Ley, el Estatuto de los Trabajadores, Ley de Prevención de Riesgos Laborales, obliga a los empresarios a tutelar la salud y la vida de los millones de personas asalariadas. La garantía de la vida, el derecho a la vida y la salud de las personas asalariadas se burla a diario, al condicionar las mismas a la lógica de la eficacia económica.

La garantía de la vida, el derecho a la vida y la salud de las personas asalariadas se burla a diario, al condicionar las mismas a la lógica de la eficacia económica.

Si la responsabilidad en la organización del trabajo corresponde al empresario y las muertes se producen como consecuencia de trabajar: contratos precarios, contratos vaciados de derechos, destajos, ritmos frenéticos y estresantes, tiempos de desplazamiento cada vez más grandes donde se obliga a la utilización de coches; presiones y violencia (moobing) en la organización del trabajo; autoritarismo y ausencia de democracia laboral, etc., sólo existen unos responsables, LOS EMPRESARIOS y el poder político (ejecutivo y legislativo).

La sociedad acepta la muerte en los “tajos”, como un hecho “normal”, y lamentan dichas muertes desde la hipocresía, sin interrumpir la producción, el trabajo precarizado y la ausencia de condiciones dignas que protejan la vida y la salud de las personas trabajadoras, porque la lógica de la eficacia económica capitalista es sacralizada hasta creerla inmutable y además, inevitable.

Esta conciencia en la sociedad se ve agravada por las campañas institucionales, las cuales señalan en sus eslóganes la escisión existente en la conciencia social: por una parte que el riesgo en el trabajo es evitable, prevenible e inaceptable socialmente y, por otra, que el modelo económico-político que comporta la economía de mercado (capitalismo) sitúa el trabajo y sus consecuencias (accidentabilidad, morbilidad, mala salud, etc.) en el campo de lo inevitable[1].

El Riesgo por el hecho de trabajar y el grado de aceptabilidad de este o su contrario, su rechazo.

Las clases asalariadas, en cuanto trabajadoras por cuenta ajena y cuenta propia y como ciudadanos/as con “derechos” exigen un determinado modelo social y, en consecuencia, productivo y de distribución de mercancías, que les asegure rentas, posibilidades de movilizarse en el entorno en el cual operan y desarrollan su vida y acceder a cuantos más productos mejor y al mejor precio.

El riesgo (por el hecho de trabajar) es un hecho objetivo, medible y cuantificable y además, categorizante (trabajadores jóvenes, precarios, de tal o cual sector, de afectación en determinadas partes del cuerpo, etc.). El riesgo en las sociedades post-industriales, es decir desarrolladas y económicamente dinámicas, traspasa los muros de las fábricas, de las oficinas o de las casas (tele-trabajo) y se convierte en un riesgo social.

Hablar de salud laboral en estas sociedades avanzadas, tiene el pequeño inconveniente de esconder más de tres partes de la realidad, la que corresponde a sociedades condenadas a enfermedades que anulan la vida[2] (carencia de alimentos, hábitat, agua, esquilmación de recursos, carencia de trabajo, guerras, etc.) y por lo tanto, bueno es que partamos de este hecho, pues, parece que un acoso psicológico en el trabajo –aquí y ahora-, fuera el “último invento revolucionario del sindicalismo…”

Lo desagradable, aunque real, es que el personal acepta el riego (por el hecho de trabajar) como habitual y, además, considera el mismo como inevitable. Las respuestas ante la muerte de trabajadores/as en el mundo laboral (accidentes mortales), carecen de conflicto suficiente y fuerte y, se traslada la oposición o negativa ante este hecho tan negativo (terminar con la vida de personas humanas) a meras manifestaciones formales de dolor (minutos de silencio, concentraciones, comunicados).

La lógica dominante que rige es la de la eficacia y, esta requiere de la competitividad como categoría sagrada del proceso de acumulación de capital, cualquier otra lógica, por ejemplo, producir para cubrir necesidades sociales para todos y todas, suele ser una anomalía de unos cuantos “ilustrados” y otros tantos convencidos.

Esta lógica de la economía de mercado (acumular capital, para producir y producir y, así acumular más capital), muy bien “armada” en las sociedades avanzadas, de democracia representativa, nos lleva a la “democratización del riesgo” desplazando el riesgo (por el hecho de trabajar) hacia las zonas más desiguales, menos libres de las relaciones salariales:

Las personas asalariadas con mayores tasas de siniestralidad y accidentabilidad y que asumen mayores riesgos, son quienes trabajan en los sectores de servicios, sobre todo en el transporte por carretera, trabajos al aire “libre”, y quienes no tienen una relación jurídico-formal directa con las empresas principales. Trabajadores/as de contratas que prestan servicios para grandes empresas de cualquier sector.

Las personas asalariadas con mayores tasas de siniestralidad y accidentabilidad y que asumen mayores riesgos, son quienes trabajan en los sectores de servicios, sobre todo en el transporte por carretera, trabajos al aire “libre”, y quienes no tienen una relación jurídico-formal directa con las empresas principales.

Nos encontramos en consecuencia con un planteamiento “democrático”, un aumento del riesgo (por el hecho de trabajar y por el hecho de vivir socialmente) hacia aquellas zonas menos “protegidas” de las relaciones salariales, cuya desprotección laboral y social se encuentra en relación directa con la precariedad contractual y la precariedad de las condiciones de trabajo, en el seno de una “sociedad que cada vez más se aferra más y más, al valor supremo de la seguridad”.[3]

La crisis sistémica agudiza y consolida la democratización del riesgo.

§  Las zonas más protegidas jurídica y sindicalmente del mundo del trabajo disminuyen de manera significativa en los años de “crisis en crisis…hasta la crisis “final”: miles y miles de trabajadores/as, de sectores industriales sindicalizados y contractualmente protegidos, abandonan “voluntaria” o de manera obligada, el mundo laboral.

§  Las personas trabajadoras que quedan en las zonas reestructuradas empeoran “voluntariamente” sus condiciones salariales y sus condiciones de trabajo: menos trabajadores trabajan más horas, cobran menos y flexibilizan su tiempo de trabajo en función de la demanda, sacrificando “voluntariamente” su conciliación con la vida social y familiar.

§  Estas zonas protegidas, desaparecen y son suplantadas por modelos de relaciones laborales, donde el trabajar más tiempo (horas de trabajo), trabajar en cualquier condición (flexibilidad interna), se convierte en la norma y las condiciones de trabajo, así como el riesgo, se desprotegen para instaurar la sobre explotación de las personas. Existe cierta relación entre salud y procesos de reestructuración, tanto en lo que se refiere al propio proceso, como a los efectos posteriores (reestructuración, trabajo temporal, de inferior cualificación, fuera del sector de procedencia, los propios efectos en las condiciones de trabajo de aquellos trabajadores que permanecen en el sector o la empresa…).

§  En cuanto en tanto, la salida a las crisis se hace sobre una mayor precarización de las condiciones de empleo, los costes en términos de salud son elevados y a la vez “escondidos” a la sociedad, pues a ésta solo se le muestra que hay menos “muertos/as”.[4]

§  La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo dice algo tan obvio que resulta angelical... “La crisis financiera puede llevar a las compañías a ignorar o minimizar la importancia de la seguridad y la salud en el trabajo. Se corre el riesgo incluso de que las empresas se planteen recortar las inversiones en seguridad y salud en el trabajo”.

§  La “des-socialización“ que sufren millones de trabajadores/as al perder el empleo (derecho fundamental o categoría central para millones de personas como elemento central de socialización), a la vez que la cada vez menor seguridad jurídica del contrato obliga a una determinada conciencia en la persona asalariada, de hacer depender sus derechos, incluida la salud (derecho fundamental), a la única voluntad que cuenta como elemento de orden social-político, la empresarial.

§  La cadena de consecuencias, tanto por la frágil seguridad jurídica del contrato, como por la absoluta libertad de desprenderse del mismo, no sólo disciplina al trabajador, sino que le crea una conciencia donde el trabajar en cualquier condición (accidentabilidad, ansiedad, disociación, siniestralidad, agresiones a su salud mental social y biológica) considera que lo importante es trabajar y su seguridad física su salud, pasa al plano de la ”causalidad“, a ver si hay suerte y no me toca a mí.

§  Las crisis financiera y económica, climática, provocan una nueva situación social que afecta a las personas trabajadoras. La incertidumbre del entorno hace difícil predecir lo que ocurrirá, incluso la cuestión de si se mantiene o no el puesto de trabajo.

§  La ambigüedad de la situación produce el desequilibrio entre la gran cantidad de información sobre las crisis que aparece en los medios de comunicación que contrasta con habitualmente escasa información y la inminencia de una posible pérdida del puesto y/o condiciones dignas de trabajo:

o   Precarización de las condiciones de trabajo

o   Preocupación / Pánico

§  Cuanto más tiempo se mantenga la situación de crisis -parece muy poco probable que ésta vaya a desaparecer-, provocadora del estrés, mayor será el desgaste para el individuo. Este hecho da lugar a un descenso de la motivación durante la jornada laboral, aumentando el riesgo de problemas psicosociales dentro del entorno laboral. Este tipo de estrés produce enfermedades cardiovasculares y lesiones músculo-esqueléticas.

Mientras no se reevalúe la vida humana frente a la falsa lógica de cualquier sistema de producción, es decir, producir por producir, la muerte en los tajos nos recuerda a diario que la sociedad “ha optado” por la inhumanidad del capital, renunciando a garantizarse la vida y la salud.[5]

Las personas somos sujetos y tenemos que exigir que el trabajo se organice pensando en las personas que trabajamos y defendiendo la vida y la salud.

[1] Andrés Bilbao “El accidente como anomalía”

[2] Cada año mueren en el mundo 2.200.000 trabajadores (OIT) y debiéramos pensar más en nuestro cotidiano hacer que un altísimo porcentaje de dichas muertes se producen como consecuencia de la “externalización del riesgo” que los países ricos, desarrollados, opulentos, realizan. 

“¿Qué otra causa, ni guerras tan siquiera, ocasionan tanto sufrimiento y tanta muerte? (Ángel Cárcoba) Nos encontramos en el mundo de las formas, donde nos quitan salarios suficientes (producto de nuestros trabajos), nos deslocalizan actividades y empleos para explotar (aún más) y matar más fácilmente a trabajadores/as con otras culturas, con otras insuficiencias. Es una de las manifestaciones más brutales humanas de una delincuencia “fría, calculada y aceptada socialmente”, que los italianos los denominan “homicidios blancos”, y los ingleses “asesinatos de corporación”.

[3] Gran parte de los accidentes mortales y graves, se producen en las zonas más precarias de las relaciones contractuales: contratas subcontratas, jóvenes descualificados, inmigrantes, etc.

[4] La menor mortalidad no obedece, como sería de desear, a una mejor prevención o políticas de salud laboral que primen la vida por encima de cualquier otro factor, sino que esta menor mortalidad, sólo responde a la menor actividad o decrecimiento cuantitativo de la misma.

[5] Distintos estudios señalan que las personas trabajadoras son conscientes de los riesgos que conlleva el trabajo y que inclusive pueden no solo enfermar, sino perder la vida, pero a continuación, en respuesta a esta percepción se añade que… “es lo que hay” y tienen que aceptar el riesgo como algo inevitable.

Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Siniestralidad laboral En tu trabajo, defiende tu vida
El accidente de trabajo muestra en toda su crudeza la contradicción básica del capitalismo: la vida humana es subordinada al proceso de acumulación del capital.
Laboral
Laboral Los cambios en el mercado laboral se reflejan en la siniestralidad en el trabajo
Pese a la bajada de contratos temporales, la rotación aumenta en los fijos discontinuos, donde aumentan los accidentes. Las mujeres tienen un 31% más de siniestros in itinere debido a los contratos a tiempo parcial y dedicarse a los cuidados.
Opinión
Víctimas del capitalismo La clase obrera no va al paraíso
(Con perdón de los cristianos), porque el paraíso tiene “numerus clausus” y hace tiempo que solo existen plazas para las gentes del CAPITAL
Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas las entradas
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
PSOE
Crisis de Gobierno “El Gobierno está en la UCI”: los aliados de Sánchez afilan el discurso en clave electoral
A la espera de nuevas pruebas que puedan afectar directamente al presidente del Gobierno o algún indicio de financiación ilegal del PSOE, Podemos radicaliza su crítica al bipartidismo y Sumar habla de “un cambio de 180 grados”.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Opinión
Opinión Amor, alienación y nostalgia en la obra de Wong Kar Wai
El cine de Wong Kar Wai logró captar la avalancha de nostalgia que florecía en el capitalismo tardío frente a la desorientación y la enajenación de los propios sujetos sociales.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.

Últimas

Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Tribuna
Tribuna Almacenamiento energético de Enlight Renewable Energy en Huesca: lavado verde de la imagen de Israel
VV.AA.
La empresa israelí Enlight Renewable Energy tiene intención de construir un parque de baterías para energías renovables en el pirineo oscense. Operación que el Gobierno debería prohibir por la contribución de la compañía a la ocupación ilegal israelí
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Más noticias
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.

Recomendadas

Consumo
David Sánchez “Shein está diseñado para crear adicción a través de patrones muy oscuros”
David Sánchez Carpio es director de la Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), una de las organizaciones que han denunciado al gigante chino de venta de ropa por internet ante la Comisión Europea. “No hay que culpabilizar a los consumidores".
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.