Teletrabajo
El teletrabajo: ¿público o privado?

Cuando se aborda el conflicto de intereses entre lo «público» y lo «privado» desde el activismo político se suele analizar casi exclusivamente en el contexto económico-social. Entonces hablamos de sector público o de sector privado, antagónica considerados. El sector público, administrado por el Estado, sería aquel territorio al que todas las personas pueden optar por el hecho de ser ciudadanos. Aunque en realidad pese más su atribución de contribuyentes, algo que a menudo se olvida. De ahí conceptos como «sanidad pública» o «educación pública», dos de los pilares del llamado Estado de Bienestar o Social, ahora en franca regresión por las carencias de financiación, como pasa con el Estado de Derecho o el Estado Constitucional sobre los que se sustenta normativamente.

4 oct 2020 21:20

Al lado y a menudo enfrente, formando un binomio que constituye la base de la interacción social, se sitúa el sector privado, de titularidad particular y sujeto a un disfrute reservado a cuantos posean suficiente capacidad adquisitiva. En el sistema capitalista dominante, la esfera privada tiende a expandirse a costa de la pública a medida que esta se contrae y pierde influencia por un desequilibro estructural entre ingresos, gastos e inversiones. Es decir, midiendo y tarifando los servicios que debe prestar y su número de usuarios, de un lado, y la cuantía de los recursos para dotarlos, del otro. En la actualidad buena parte del debate político discurre precisamente por esa problemática. La necesidad de mantener unos servicios públicos de calidad de aplicación universal y la creciente dificultad para sufragarlos.

Pero en el ámbito laboral las señas de identidad entre lo público y lo privado adquieren otra consideración y se complejizan. La empresa pública funciona gracias al trabajo de individuos particulares que reciben una remuneración del Estado-patrón, como asimismo ocurre en la empresa privada respecto al Capital como pagador. Lo que sucede es que en la realidad política y económica la dicotomía público versus privado no tiene fronteras estrictas. El Estado, que en principio y a grosso modo es el asidero fundamental de lo público, modifica esta dialéctica por el intervencionismo, facultad que oscila del proteccionismo a la desregulación. Generalmente socializando las pérdidas y privatizando las ganancias con la excusa de servir a la sociedad en su conjunto, prueba palpable de que la visión de lo público como imperativo social cada vez más se condiciona a la eficiencia económica. Algunos ejemplos habituales en este orden de cosas son la ayuda (con dinero de todos) a la escuela concertada privada o, por citar un caso de actualidad, el proceso de privatización de las residencias de mayores, en teoría  insertas jurídicamente dentro del régimen de la Seguridad Social. Por no citar la ley 15/97 que facilitó el camino a la privatización de la gestión del servicio nacional de salud.

Todo lo anterior pretende explicar que los límites habituales entre lo público y lo privado se están desdibujando. Hay una clara transferencia de valor de lo público a lo privado, con la presión del Estado como árbitro. Durante la crisis financiera de 2008 se devaluó lo público mediante ajustes estructurales (modificaciones legales) y recortes (disminución de la cuantía de las prestaciones) al tiempo que se utilizaban sus recursos económicos para rescatar a instituciones del sector privado en horas bajas. Fue especialmente notorio lo que ocurrió con parte del sistema bancario, aunque se repite en el caso del rescate público de líneas aéreas en dificultades o autopistas radiales quebradas. Semejante salvamento (se necesita mantener a flote el gigantismo de lo privado mientras lo público puede desguazarse) indica claramente la prioridad de lo privado sobre lo público en la racionalidad estatal. Todas las contrarreformas legislativas acometidas en dicho periodo en las relaciones laborales y en las pensionen se ejecutaron bajo la presión de esa ideología apropiativa.

Y ahora mismo, en el epicentro de otra crisis si cabe más profunda e incierta, se acaba de implantar otro modelo de deslocalización en el mundo del trabajo que revela la dudosa relevancia del viejo binomio público/privado. Me refiero a la reciente aprobación por decreto-ley del teletrabajo domiciliario como modelo de organización de la producción utilizando las herramientas de las nuevas tecnologías que ha traído en su regazo la «nueva normalidad». Llevarse el trabajo a casa era visto como una patología de quienes reducían su horizonte vital más allá de lo humanamente conveniente para hacer méritos en la empresa. Fuera de esa adicción tóxica, el teletrabajo era cuestión de profesionales que realizaban su misión de manera autónoma e independiente, y normalmente afectaba a personas sin una relación contractual estable. Público y/o privado, solo los asalariados en plantilla, con una horario estipulado, en el marco funcional de la sede corporativa y valiéndose de los medios materiales aportados por la propiedad, eran quienes convencionalmente daban sentido al contencioso entre capital y trabajo. Lo que conllevaba derechos laborales y prácticas sindicales de difícil restricción al no haber segregación espacial entre los empleados, sino el necesario e imprescindible común denominador de afinidad, actividad y participación en el mismo centro de trabajo.

La irrupción de la primera ola de la digitalización laboral modificó ese paradigma. Un cambio experimentado inicialmente en el burocrático ámbito bancario, con el resultado de que en los últimos diez años cerraron la mitad de sus sucursales. Luego el dispositivo se plasmó en los usos y costumbres de la gente con la popularización de los teléfonos inteligentes y demás aparatos tecnológicos de última generación que permitían extender la jornada laboral a las veinticuatro horas del día en tiempo real. Ahora, al mudarse buena parte del trabajo empresarial a las propias residencias particulares, las grandes firmas podrán reducir su costosa red operativa y parasitar el territorio familiar para convertirlo en una terminal de la oficina. Es como si la inviolabilidad del domicilio, reconocida inapelablemente en todas las constituciones que se precien, hubiera encontrado un eximente en la productividad empresarial», previa conformidad del inquilino. Con ese nuevo nicho de negocio en el confinamiento productivo, la categorización que el sociólogo Richard Sennett hace entre lo público como «creación humana» y lo privado como «condición humana» se desvanece y deja de tener su sentido habitual (El declive el hombre público). El caballo de Troya de lo público-empresarial empezó a fidelizar el sancta sanctorum privado de la escena familiar siguiendo la misma lógica economicista que llevó a conciliar lo público-social por la gestión privada-empresarial.

Las consecuencias de esta incursión del algoritmo de la rentabilidad del capital en la intimidad doméstica se dejarán notar a peor en áreas neurálgicas de la convivencia como la cohesión social y la estabilidad democrática.

De momento, al incentivar la regresión del factor trabajo en la colmena familiar se extrema el comportamiento individualista y se levantan barreras para el pleno ejercicio y defensa de los derechos en el entorno laboral.

La «autogestión» del trabajo ajeno no solo refuerza el sentido de la propiedad, la jerarquía, la disciplina y la dirección empresarial. Además, al vaciar de contenido el espacio físico donde los trabajadores interactuaban, perturba la capacidad de análisis, réplica y organización del conjunto de los asalariados. Significa un canto de cisne para el movimiento obrero y los sindicatos, y añade a la actual dualización contractual y salarial del mercado de trabajo, entre fijos y temporales, una nueva categoría, aislacionista, endogámica y virtual, con la institucionalización a escala del teletrabajo soberano.

Los agentes sociales (Estado, patronal y sindicatos) han puesto la primera piedra para que el trabajo del siglo XXI se haga manteniendo la distancia social con enjambres de trabajadores atomizados ejecutando tareas desde sus propios domicilios a modo de economía colaborativa. Pero al contrario de otros progresos en la organización del trabajo (taylorismo, fordismo, etc.), que igualmente supusieron un salto cualitativo de la productividad, esta innovación no ha venido acompañada de contrapartidas favorables para la clase trabajadora. España sigue siendo uno de los países europeos con mayor índice de paro y lidera el desempleo entre los jóvenes del continente. Por eso sorprende la «buena prensa» que la medida parece haber cosechado, enfatizando el supuesto atractivo que entraña la flexibilidad del teletrabajo y la comodidad de no moverse de casa para ganarse la vida. En ese contexto, choca especialmente la ausencia de reflexiones críticas por parte de psicólogos, sociólogos y expertos de todas las ramas del derecho sobre el nuevo modelo de explotación que traslada al hogar del asalariado todo el estrés habitual de la empresa. Porque mientras la productividad se dispara para el Capital, el rendimiento social del factor Trabajo se estanca y su carga opresiva se invisibiliza. A principios del siglo pasado, Keynes pronosticaba que, debido a la vertiginosa mejora de los recursos productivos, en 2013  bastaría con trabajar 15 horas a la semana para cubrir todas las necesidades de la población. El acendrado maniqueísmo aplicado a las nociones de público y privado, uno versión de lo bueno y deseable y el otro de lo desfavorable y negativo, no agota el dilema. Más allá de su prestigio nominalista, público o privado, lo decisivo es que cace ratones.

Archivado en: Laboral Teletrabajo
Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Precariedad laboral
Eyal Press “El trabajo sucio estigmatiza y causa lesiones morales”
El periodista de ‘The New Yorker’ en su libro ‘Trabajo sucio‘ entrevista a empleados de mataderos, petroleras o prisiones para conocer los daños que sufren por haber realizado trabajos que les comprometen moralmente.
Laboral
Laboral Teletrabajo y conciliación: un fenómeno en auge con tareas pendientes
Las mujeres teletrabajadoras experimentan un conflicto entre el trabajo y la familia en el doble de medida que los hombres que optan por esta modalidad.
Política
Hacer y deshacer cuerpos: trabajo y capitalismo avanzado
Partiendo de la distinción entre trabajo y fuerza de trabajo, podemos entender la transformación de nuestros cuerpos en instrumentos adecuados a las necesidades del capitalismo.
Sobre este blog
Alkimia es un espacio de reflexión donde miembros o personas afines al Anarcosindicalismo dan su punto de vista sobre temas de interés general. En una sociedad en la que los medios de desinformación moldean la realidad al antojo de los poderes económicos y políticos, cualquier nueva vía de contrainformación se hace necesaria para lograr que se pueda conocer la realidad de la vida cotidiana de las personas a la vez que pueda servir para su transformación.
Ver todas las entradas
Genocidio
Ayman Qwaider “A la gente se le pide una cantidad excesiva de dinero para poder salir de este campo de exterminio de Gaza”
Profesor especializado en educación en emergencia y educación inclusiva, Ayman Qwaider vive en Australia. Desde allí, intenta ayudar a su familia a salir de Gaza, mientras denuncia la ocupación israelí y la complicidad de la comunidad internacional.
Ocupación israelí
Opinión Las palestinas también existen
La morbilidad femenina, el conjunto de enfermedades, factores de riesgo y motivos de consulta recurrentes en las mujeres que merecen una atención específica, tiene múltiples ejes de discriminación: no es lo mismo en Suecia que en Palestina.
Palestina
Palestina Viaje al fondo del horror
El fotoperiodista Javier Bauluz cubrió la primera Intifada, la primera gran rebelión del pueblo palestino desde la creación del estado israelí.
Economía
En primera persona Instrucciones por si encuentras muerta a tu suegra
Todo el que está en el mundillo sabe que el sector funerario vive casi un duopolio de facto y lo máximo que se está dispuesto a hacer es poner una multa de vez en cuando. Cuando alguien llama a una, ni se imagina al entramado que está llamando.
Educación pública
Iglesia Semana Santa: negocios, procesiones en colegios, inmatriculaciones y fervor
Más allá de la expresión cultural, la Semana Santa tiene una esfera económica que genera millones de euros y otra social que le sirve a la Iglesia Católica para legitimar sus privilegios dentro del Estado español.
Venga, circula
Venga, circula Un paso, luego otro
Llega un día en el que vemos con claridad algo que solíamos observar en los demás pero que nunca —prometíamos— nos sucedería a nosotros.
Sexualidad
Consultorio de sexualidad ¿Qué tengo si me diagnostican Síndrome de Ovario Poliquístico?
Afecta a entre un 7 y un 13% de las mujeres en edad reproductiva, y el 70% están sin diagnosticar. Pero, ¿qué es el SOP y como podemos apaciguar sus síntomas?

Últimas

Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Maternidad
Maternidades Reaprender la espera
El tiempo de gestación es largo y va a un ritmo distinto al que acostumbras: el ritmo natural al que desarrolla una playa, un monte, un océano. Y no estamos ya habituados a darle la mano a la pausa.
Momus Operandi
Momus operandi Todo es una narración
Nos dicen que las mentiras son la única realidad. Que aprendamos a mentirnos, que nos engañemos, que no nos importa la salud, ni los derechos laborales, ni las violencias estructurales.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda La PAH València clama por el derecho a una vivienda digna: “¿Duermen tranquilos?”
Centenares de personas protestan frente al palacio de la Generalitat para exigir que se haga efectivo el derecho a la vivienda ante la insoportable alza de los precios.
Sidecar
Sidecar Crisis intratable en la República Democrática del Congo
Una y otra vez los actores externos han fracasado a la hora de contener la escalada de violencia en la República Democrática del Congo.
Más noticias
Accidentes laborales
Accidentes laborales Detenidos tres empresarios en Galicia tras la muerte de un migrante que trabajaba sin equipo de protección
El joven de 28 años, que estaba empleado con un contrato irregular, falleció el 26 de febrero tras precipitarse desde una carretilla elevadora sin la protección necesaria para esa labor.
Deportes
Rugby femenino +35 Las Milnoh Granada, un club de rugby femenino +35 creado y gestionado por mujeres
32 mujeres nacidas en mil novecientos y pico, federadas en un equipo que les ha dado un espacio propio, sentido de pertenencia, una tribu donde “yo soy porque somos”

Recomendadas

Argentina
Argentina Myriam Bregman: “El de Milei es un típico gobierno neoliberal con recetas ortodoxas clásicas”
Quien fuera candidata de la izquierda a la presidencia en las elecciones en las que Milei salió victorioso, evalúa las consecuencias del gobierno de La Libertad Avanza y las respuestas que están dando los distintos actores políticos.
Ríos
Radiografía fluvial de España La tierra que no amaba sus ríos
Los ríos ibéricos agonizan. Casi la mitad de las masas de agua está en mal estado. Presas, sobreexplotación, contaminación y crisis climática son sus principales amenazas, con la agroindustria como mayor agresora.
Memoria histórica
Marc Solanes “Mi bisabuela luchó en el frente y fue considerada una mala madre, pero lo hizo por sus hijas”
En ‘Las niñas de Elna’ (Pollen, 2024) el periodista reconstruye la historia de las mujeres de su familia resolviendo enigmas para resignificar la imagen de la mujer en la historia.
Euskal Herria
Korrika Correr a favor del euskera cruzando fronteras
La Korrika es el mayor evento de Euskal Herria. En la última edición de esta carrera de más de 2.500 kilómetros ha participado un tercio de la población vasca.