Activismo
Menos activismo, más militancia

La división, tan característica según algunos de la izquierda, nace de la debilidad de una cultura militante que sirva de faro y muro de contención ante las dificultades del devenir político.

Aleix Romero Peña
21 jul 2019 21:18

De entre todas las lecturas que se han hecho respecto del no por parte de Podemos a la investidura de un gobierno socialista en La Rioja, sobre nuestras conversaciones planea una que apenas ha sido citada en público: la falta de un mínimo sentido de organización.

La diputada autonómica ha desoído todas las indicaciones de la dirección estatal de su partido para llegar a un acuerdo. Lo cual entra dentro de lo orgánico, dado que los estatutos de la formación morada garantizan la autonomía de los instrumentos territoriales, aunque estos matizan asimismo que “las Asambleas Ciudadanas Municipales y Autonómicas” son las que tienen el último poder de decisión. De momento, que se sepa, las riendas del partido a nivel regional están en manos de una gestora, que es la que está tomando todas las resoluciones, sin consultas de por medio. Ni tampoco rendición de cuentas.

Hasta aquí hablaríamos de uno de los tantos problemas que desgarran a Podemos, pero entonces su descripción se quedaría corta. Porque en realidad se trata de todo un fenómeno que se aprecia en varias áreas y que está relacionado con un cambio en la política: la paulatina desaparición de la militancia. Los partidos se han ido vaciando de aquellas personas que ayudaban a crear tejido orgánico, deviniendo en maquinarias que únicamente se movilizan en coyunturas puntuales –es decir, electorales– y siempre de cara a la opinión pública. Lo mismo, o algo parecido se observa en agrupaciones no partidistas.

Sería estimulante que los tuiteros que se dedican a perseguir la diferencia, volvieran la vista atrás con la voluntad aprender cómo se afrontaban los conflictos sociales, vertebrados por la lucha de clases

Antes de esta disminución se había producido una agresiva campaña contra lo que se conoce por militancia, especialmente en el ámbito de la izquierda. Aparentando defender las libertades individuales, supuestamente amenazadas por estructuras enormes e informes, se cargó contra lo que constituía una tradición en el movimiento obrero, una cultura, una forma de entender la lucha y también la vida. El denigrado como “militontismo” sustituiría conceptos claves como compromiso, lealtad o disciplina, por un sacrificio abnegado, rayano con el martirio y de tintes claramente cristianos; una obediencia por definición acrítica y sumisa; y la consecuente política represiva, con la inevitable persecución de quienes eran tachados como disidentes, palabra que ha cobrado tal fortuna en las últimas décadas que ha convertido paradójicamente a los heterodoxos en los nuevos ortodoxos. Y ojo que hay quienes no solo se creen la deformación a pies juntillas, sino que también la aplican.

Al mismo tiempo que la caricatura incentivaba la desmovilización, en los movimientos sociales se entronizaba el activismo como nuevo culto: la realización de acciones vistosas, más o menos espontáneas y generalmente efímeras, más cercanas al happening artístico que a la acción directa propiamente dicha. Se enfatiza la idea de diversión, incluso por encima de la reivindicación, animando a una participación individual donde también tiene cabida el desahogo, el “qué hay de lo mío” y el “he venido a hablar de mi libro”.

Entre los defectos del 15-M se encuentra la consagración de esta forma de entender los conflictos sociales, que alcanzó su punto culminante con la irrupción de Podemos y la proliferación de multitud candidatos a algo en cuyas biografías destacaba la palabra de marras. Porque definirte como activista no etiqueta ideológicamente, es mucho más atractivo que decir “he sido militante anarcosindicalista”, o “he ejercido varios años como cuadro comunista” y puede servir también para encubrir un adanismo alarmante.

Quizás sea un poco precipitado eso de que de tales polvos, estos lodos. Pero sí sería estimulante que los autores y tuiteros que actualmente se dedican a perseguir la diferencia, volvieran la vista atrás no con nostalgia, sino con la voluntad de aprender cómo se afrontaban los conflictos sociales, vertebrados por la lucha de clases. Aún estamos a tiempo.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Ayuntamiento del Partido Popular de Logroño desahucia a la PAH
Saltándose los protocolos, sin levantar acta ni expediente, el Gobierno del PP del Ayuntamiento de Logroño arrebata el local a la PAH de La Rioja y se lo concede irregularmente a la asociación de Familias Numerosas.
Residencias de mayores
Residencias de mayores La Rioja no multará a las empresas que gestionan residencias de mayores y no cumplen los pliegos
La Consejería de Salud y Políticas Sociales anuncia que ignorará el incumplimiento de ratios de todo el personal en centros de día y residenciales.
#37582
23/7/2019 23:46

Si la politica de partidos resolvieran problemas en vez de vender ideas, la gente militaria. Si votando a cualquier partido consiguieras la mitad que lo que ha conseguido la PAH, la gente militaria. Si la propia politica necesitara militantes y no consumidores, la gente militaria. Y sí, la gente milita, pero en organizaciones que son útiles en su contexto, en su dia a dia y lo hace cuando tiene una necesidad real, no para sacisfacer sus ganas de sentirse representado... eso lo hacen los pijos o los que aspiran a serlo.

7
2
Gila
30/7/2019 17:11

No sé de nadie ni nada, persona o sigla, (bandera) que no instrumentalice finalmente al que ha acudido a su amparo. Siempre que hay un aporte válido, implica un compromiso que condiciona tu albedrío. La libertad y la verdad no van de la mano, alguien paga por ello.

0
0
Hellen
24/7/2019 16:33

Grave error confundir el clásico término partido (esto es una organización política con programa) a la de una candidatura electoral, así como confundir organización con verticalidad y/o burocracia. Justamente la falta de organización formal fomenta los liderazgos invisibles y los trepas, que son los que terminan en listas electorales para vivir del cuento. Militar significa tener objetivos y reclamaciones claras y guiar tu política (que puede ser o no activista) a través de esto, no seguir a rajatabla las mierdas de una cúpula.

7
1
Extrema derecha
Extrema derecha Estados Unidos declara la guerra contra los pobres con la ley “grande y bella” de Trump
VV.AA.
La norma presupuestaria, que contempla más de un centenar de disposiciones, convierte a ICE en el cuerpo de seguridad del Estado más financiado y es un cheque en blanco para las grandes contaminantes.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Una “victoria moral” da alas a la Plataforma STOP Planta de Biogás en Colmenar y Tres Cantos
La aprobación en el último pleno de una moción para revertir la declaración de utilidad pública del proyecto infunde ánimos a la plataforma, que ya ha denunciado el procedimiento ante los tribunales.

Últimas

Palestina
Palestina Albanese presenta su informe ante la ONU: “Gaza es el escenario de un crimen”
El Consejo de Derechos Humanos atiende al reporte sobre el lucro de empresas y bancos en el actual genocidio de Gaza. The Guardian califica de “posible crimen de guerra” el ataque contra una cafetería en la que murieron 39 personas.
Opinión
Opinión Sirat y las zonas temporalmente autónomas
En la película de Olivier Laxe prevalece el relato sobre la deserción del mundo que una mirada a la propia creación de la comunidad que surge en torno a las raves.
Política
Política Feijóo radicaliza al Partido Popular en medio del terremoto Cerdán con la vista puesta en las elecciones
Miguel Tellado será el nuevo secretario general del partido. Un movimiento con el que Feijóo consigue el control casi absoluto del PP y le come espacio del discurso ultra a Vox, pero que lo aleja de eventuales pactos con PNV y Junts.
Galicia
Galicia Galicia elige el rumbo de la lucha contra Altri en las elecciones a la directiva de la plataforma Ulloa Viva
Vecinos y vecinas de la comarca más afectada presentan dos listas separadas tras no llegar a una propuesta de consenso. Por un lado concurre una candidatura continuista y, por el otro, una alternativa que se acerca más al nacionalismo institucional.
Madrid
Madrid Vecinas de Tribulete 7 presentan demanda colectiva por acoso inmobiliario contra Elix Rental Housing
Es la primera demanda colectiva que se presenta en España contra una socimi. El inquilinato quiere conservar sus hogares e impedir que se desarrolle el plan de pisos turísticos que pretende el propietario.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Cae el techo de la entrada principal del Hospital Isabel Zendal
El hospital de pandemias, inaugurado por Isabel Díaz Ayuso en 2020 y que generó unos sobrecostes del triple de lo presupuestado en su construcción, ha visto cómo se desplomaba el techo de entrada.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Podcast familiar Caleidoscopio, episodio 26: Y... ¡Acción! (Segunda parte)
Los pequeños colaboradores y colaboradoras nos cuentan cómo sería su película ideal, cuánto creen que tardarían en grabarla... y cómo imaginan que sería su estreno.
Tribuna
Regadíos Regar con un agua que no tenemos ni tendremos
Se encona la lucha por el control de un agua de la que somos deficitarios, exponiendo amplios territorios a la desertificación y el abandono.

Recomendadas

En el margen
En el margen Aisetou Kajakeh: “Nosotras no estamos rompiendo techos de cristal, sino sorteando muros”
Esta socióloga española asegura que las asociaciones gambianas en España mantienen un vínculo directo con el lugar de origen, lo que hace que nunca pierdan la conexión con las raíces.
Salud mental
Laura Martín López-Andrade “La psiquiatría es una profesión potencialmente muy peligrosa”
La psiquiatra granadina defiende desde Málaga otro tipo de psiquiatría que huye de los diagnósticos y de la jerarquía y cambia la palabra tratamiento por acompañamiento.
Alquiler
Racismo y alquileres Siete de cada diez migrantes se ve en la necesidad de vivir de alquiler frente al 14% de los hogares españoles
“El precio del prejuicio” es el título del más reciente estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, IDRA, en el que disecciona la relación entre las personas migrantes y su acceso a la vivienda.