Opinión
Si no mueres por un accidente, te mueres de viejo en la obra

Además del trágico derrumbe de hace unos días en Madrid, con cuatro trabajadores sepultados bajo los escombros, solo la semana pasada fallecieron una decena de personas en obras de construcción en todo el país.
Canalejas -obra 2
David F. Sabadell Obras en el complejo de Canalejas, en el centro de Madrid.

Secretario general de CCOO del Hábitat

17 oct 2025 06:00

Caídas en altura, atropellos, electrocuciones, golpes, manipulación de maquinaria pesada, deshidratación, derrumbes… No es el catálogo tenebroso de una serie de true crime sino una breve muestra del largo listado de riesgos laborales del sector de la construcción y muchos otros sectores, un inventario siniestro de desgracias evitables que, demasiadas veces, terminan en tragedia. Recibes una llamada, te informan: otra persona muerta por un accidente laboral. Una cada dos días. 

Los datos son desoladores. Además del trágico derrumbe de hace unos días en Madrid, con cuatro trabajadores sepultados bajo los escombros, solo la semana pasada fallecieron una decena de personas en obras de construcción en todo el país debido a accidentes laborales mortales, personas que no volvieron a sus casas después de ir a ganarse la vida. Y todavía hay quien pone en duda que la construcción sea un sector de riesgo. Pero pongamos algunas cifras más sobre la mesa. Hablamos de un sector que emplea en España a más de un millón y medio de personas trabajadoras y donde 126.000 de ellas superan ya los 60 años, un sector donde más de 17.000 personas son mayores de 65 años. Así, como suena.  

El actual pico de accidentabilidad incluye casos estremecedores, como la muerte de un hombre de 73 años mientras trabajaba en la construcción de unos chalets en Madrid, o la del compañero fallecido en Algaida: muerte por caída en altura con 64 años. No haría falta decir mucho más. Ninguna de estas personas trabajadoras debían estar subidos a un andamio, y son apenas dos de los casos que nutren mes a mes las dramáticas medias estadísticas del sector, unos números que casi parecen de otro tiempo en la era de la digitalización y la tecnología, pero que son, desafortunadamente, muy actuales. Demasiado reales.

Por eso, nos sorprendió tanto que la construcción se quedase fuera del real decreto que, desde el pasado 27 de mayo, regula el procedimiento para anticipar la jubilación en los trabajos “de especial dureza” y las “actividades con mayor siniestralidad y con más enfermedades laborales asociadas”, como afirmó la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Sainz. Se hurtaba a los trabajadores y trabajadoras de la construcción el derecho a obtener unas condiciones de jubilación dignas, equiparables a otros profesionales, excluyendo de los nuevos coeficientes reductores a un sector estratégico que, pese a todo, sigue y seguirá trabajando duro por conseguir condiciones laborales dignas, jubilaciones a tiempo y empleos seguros. 

Las personas de más de 50 años con trabajos de gran exigencia física sufren un número más elevado de bajas laborales. Nadie debería jugarse la vida en un andamio para llegar a fin de mes. Punto.

Demostrado está que, a partir de los 50 años, las capacidades motoras y cognitivas de todas las personas sufren una devaluación significativa, y en un sector donde la falta de medidas preventivas, el descuido o el error pueden costarte la vida, resulta escandaloso que todavía haya en las obras un número tan elevado de personas mayores. Nadie debería jugarse la vida en un andamio para llegar a fin de mes. Punto. Pero para aquellos que, tan cínicamente, solo miran las cuentas de resultados, las matemáticas resultan bastante elocuentes. Las personas de más de 50 años con trabajos de gran exigencia física, como ocurre en muchos de los oficios del sector, sufren un número más elevado de bajas laborales, lo que implica un gasto mayor en seguridad social y sanidad que habría que poner en la balanza frente a los gastos de sobrecotización que, lógicamente, conlleva la aplicación de los coeficientes reductores para anticipar la jubilación. Resulta, en fin, sorprendente que hayamos de añadir algo tan obvio: los coeficientes reductores salvan vidas. Así que no nos hablen de sobrecostes.

Desde CCOO, junto a la UGT, llevamos meses exigiendo a la patronal que no impida que estos coeficientes reductores se hagan realidad, invitándola a ser parte activa de una reivindicación que debería conformar la nueva identidad de un sector que pretende ser moderno y abrirse a la innovación y la juventud. ¿Acaso no llevamos años hablando de que la edad media del sector es muy elevada, de cómo encontrar la forma de que el talento joven, y en particular las mujeres, se acerquen a un sector que no consideran atractivo? Es hora de abrir los ojos y centrar el tiro. Que la gente se pueda jubilar a edades más tempranas fomentaría el imprescindible relevo generacional y trasladaría un mensaje clave a quienes dudan, con razón, si dedicar su vida profesional a un sector con índices de siniestralidad tan elevados. ¿Qué mayor atractivo que tomarse en serio la vida y la seguridad de quienes lo hacen posible? 

Las Administraciones Públicas no pueden ponerse de perfil diga lo que diga o haga lo que haga la patronal. El Gobierno debe decidir si está al lado de las personas trabajadoras.

Por eso el pasado 16 de octubre protestamos contra la siniestrabilidad laboral enfrente de la CEOE, para que dejen de mirar hacia otro lado y se preocupen de una vez por las condiciones de trabajo, las vidas y las jubilaciones de las trabajadoras y trabajadores del sector. 

Aunque, ay, el problema apunta también a otras alturas. Que los accidentes laborales y las enfermedades profesionales sigan pareciendo un problema endémico en la construcción y otros muchos sectores exige que se acometan medidas claras, eficaces y directas. Exige impulso, compromiso y voluntad política. Y en esto, las Administraciones Públicas no pueden ponerse de perfil diga lo que diga o haga lo que haga la patronal. El Gobierno, en fin, debe decidir si está al lado de las personas trabajadoras y de su salud, o de quienes sólo piensan en sus intereses económicos.

Laboral
Los trabajadores de la construcción piden la jubilación anticipada por la alta siniestralidad
CCOO y UGT piden a la Seguridad Social que les apliquen los coeficientes reductores como ya se ha hecho en otros sectores como los bomberos o los mineros. La patronal lo rechaza.
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