protestas contra la guerra a Ucrania  en Rusia 2
Protestas contra la guerra de Ucrania en Rusia. Artem Leshko para Novaya Gazeta.

La semana política
Las voces por debajo

El movimiento pacifista europeo desarrolló en los 80 un intenso trabajo para la reconciliación entre el oriente y el occidente continental. El auge del fascismo ha hecho olvidar sus conquistas, pero no sus palabras.
Pablo Elorduy
5 mar 2022 06:00

La fotografía muestra a un hombre de unos 70 años con el pelo blanco y alborotado por el viento. Lleva un megáfono eléctrico. Edward Palmer Thompson combatió en la II Guerra Mundial y perdió un hermano, que fue ejecutado por los nazis en Bulgaria. Dejó el Partido Comunista pero nunca abandonó la militancia para construir el mundo en el que creía. Las siglas de su nombre todavía son reconocidas en toda Europa, aunque aquel hombre murió en 1993. La foto aparece con un pie genérico: protesta en 1980. No se sabe quién la tomó pero sí que pertenece a una manifestación contra las armas nucleares que tuvo lugar en Oxford. Thompson, quien con su libro de 1963 La formación de la clase obrera en Inglaterra desarrolló lo que se ha llamado la “historia desde abajo”, empleó la última década de su vida en fortalecer el movimiento europeo por la paz. 

El resultado de aquellos esfuerzos fue recogido en un compendio de artículos, Opción Cero, hoy descatalogado, que en España fue publicado por Crítica en 1983. El siguiente párrafo forma parte de un discurso pronunciado en Hyde Park, el 24 de octubre de 1981:

“Hemos de volver a ensamblar Europa, la occidental y la oriental. Esta es la histórica tarea del movimiento pacifista. Esto no puede lograrse con la victoria de un bloque sobre el otro, sino únicamente mediante un movimiento masivo contra los sistemas militares y de seguridad de ambos bloques. Hemos de excavar cien diferentes canales de discusión por debajo de los Estados: doctores, iglesias, universidades, sindicatos, organizaciones feministas. Las ciudades desnuclearizadas existentes en Gran Bretaña deben buscar sus hermanas gemelas en Europa oriental. El movimiento pacifista ha de empezar a cruzar la frontera Este-Oeste”. 

El traductor no especificó si las cursivas, por debajo, eran el énfasis de Thompson o el suyo. En cualquier caso, ese énfasis debe ser hoy el nuestro. 

La tarea que quiso acometer Thompson era aun más ambiciosa de lo que parecía. La paz que se debía construir era también la paz norte-sur, y debía suponer el fin de la visión colonial (racista) del mundo. En lugar de eso, se llegó al escenario de lo que se ha llamado la guerra civil global.  El excedente de violencia de la Europa occidental se dirigió preferentemente a las fronteras o a las llamadas fronteras interiores, esas ciudades ocultas a simple vista en las que el abuso y el racismo es la moneda de cambio. La paz de los centros de las capitales occidentales —el seguro hogar europeo— contrastaba con el aumento de las zonas de sacrificio. Esas zonas fueron y siguen siendo prioritariamente los escenarios de la guerra contra el terror —Afganistán, Iraq, Siria—, los centros de detención de Libia, la fosa común del mar Mediterráneo o la violencia legalizada y cotidiana de las vallas de Melilla y Ceuta.

Pensamiento
Rossana Reguillo “La violencia expresiva no busca un fin último sino que quiere mostrar su poder total”
La pensadora Rossana Reguillo escribe sobre las violencias en su última obra, 'Necromáquina', un ensayo que permite conocer cómo el lenguaje de la muerte se ha adueñado de la escena política mexicana.


En nuestro lado de la valla, la paz que ofrecieron los Estados europeos tenía como condición el expolio y la desigualdad. Era, por tanto, indisociable del concepto de seguridad, un monopolio de los Estados que separaba solo formalmente el departamento de selección de enemigos interiores y la más obsoleta pero también más lucrativa clasificación de amenazas extranjeras. Esa paz estancada iba a acelerar la progresiva pérdida de sentido de las vidas en la Europa oriental y occidental. “Una civilización que decide cerrar los ojos a sus problemas cruciales, es una civilización enferma”, dejó escrito Aimé Césaire.

La invasión del ejército ruso ha puesto esa realidad delante de los pueblos europeos, que habían decidido anestesiar la existencia de esas zonas de sacrificio donde la vida no vale nada

En el caos cultural y político creado a partir de la ruptura de las coordenadas del siglo XX —o a partir del principio del fin de la hegemonía estadounidense— la militarización de la vida cotidiana y las nuevas vías de difusión de los mensajes del odio, han devuelto la vida a un fascismo que agonizaba en los años 80 en Europa, precisamente en los tiempos del pacifismo y la búsqueda quimérica de la “casa común” europea. La razón neoliberal terminó con el sueño de una Europa igualitarista y sin armas nucleares en su territorio.

La disuasión

“¿Nosotros? Sencillamente hemos vuelto a poner en vigor conceptos tan graves como el de ‘enemigo del pueblo’ y colgamos esta etiqueta a todos los que no piensan como la mayoría”. La voz de Anna Politkovskaya aparece aún viva en el prólogo de su libro La deshonra rusa (RBA, 2004), en el que aborda la campaña conocida como la segunda guerra de Chechenia, que dio comienzo en 1999.

Las señales ya estaban escritas, quizá en uno de los papeles que Politkovskaya —jersey rojo, pelo cortado a cepillo— ojea en lo que parece ser un despacho de la redacción de Novaya Gazeta, el periódico en el que trabajaba. “¿Nosotros? Hemos reconocido que una bala en la cabeza es el medio más sencillo y natural de resolver cualquier conflicto, por nimio que sea”.

La globalización violenta reservaba un episodio para transformar definitivamente el siglo XXI. La invasión rusa de Ucrania lo cambia todo. Es algo que han entendido las opiniones públicas europeas con más facilidad que el concepto de la necropolítica. La patética búsqueda de explicaciones por parte de determinados periodistas respecto a por qué esta guerra nos interpela más —porque los afectados son niños rubios y golpea a familias de clase media— reflejan ese aterrizaje forzoso en la única certeza que hoy compartimos pero que poca gente quiere reconocer: no hay seguridad para nadie en un mundo militarizado.

La invasión del ejército ruso ha puesto esa realidad delante de los ojos de los demás europeos, que habían decidido anestesiar la existencia de esas zonas de sacrificio donde la vida no vale nada. 

Pese al golpe inicial para los partidos de extrema derecha que debía suponer que Putin, su aliado ideológico y financiero, haya roto con el marco establecido para Europa, el discurso de la UE ha alimentado la fascinación por la guerra que está en la génesis del fascismo. El envío de armas a Ucrania aprobado esta semana en España como complemento a la autorización de la Unión Europea transmite que Kyiv puede ganar una guerra en la que, sin intervención de un tercero, no tiene ninguna posibilidad. Transmite el peligroso mensaje de que la paz no es una opción inmediata para la Unión Europea, que no está participando en las conversaciones de Bielorrusia y no ha explorado otras vías —China— para evitar que se sigan dando pasos irreversibles.

Putin ha tomado ventaja al detectar que era el momento de hacer explotar la ruptura del sentido de las sociedades europeas. La escalada de la extrema derecha, agazapada durante años en el interior de los sistemas militares europeos, es un reflejo de la escalada de la extrema derecha rusa. Y se complementa con ella hasta el punto de que nos puede dirigir al punto de no retorno. “¿Nosotros? Endurecidos por la guerra, odiamos más de lo que amamos”, suena por última vez la voz de esa periodista rusa. Fue asesinada el 7 de octubre de 2006 en el ascensor de su casa en Moscú.

Europa vive su peor momento desde 1945, pero esta crisis no es una excepción sino una continuación de la política asumida como la única posible en las últimas cuatro décadas.

Es el momento de que la UE encuentre una voz propia, de que las voces por debajo de Europa saboteen la escalada bélica y expandan la no violencia hacia las zonas en las que ésta siempre está presente. 

*

El deseo hoy es que otra generación asuma la tarea histórica que E.P. Thompson, cargando con aquel megáfono, les asignó. Los jóvenes presentes aquel día no lo lograron, pero existieron, y solo ese hecho debe infundir algún tipo de esperanza:

“[...] Mis últimas palabras se dirigen a los jóvenes aquí presentes. Esta tarea es, básicamente, vuestra; se trata de vuestra tarea histórica. A lo largo y ancho de todo nuestro continente los jóvenes están rechazando los negros nubarrones que heredamos hace 35 años. Tal y como antes habían rechazado el racismo, los jóvenes se vuelven ahora de espaldas al exterminismo y a sus bárbaros símbolos de ‘disuasión’. Quienes habéis de inventar los rasgos de una Europa pacífica sois vosotros; superando la guerra fría, habéis de crear los nuevos símbolos y emblemas, los sones e himnos, el teatro viviente de la paz y el nuevo vocabulario del internacionalismo”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Solo para socias
Solo para socias Nueva carta mensual: “Redactor en crisis”, por Pablo Elorduy
Después de La Semana Política, el coordinador de Política de El Salto regresa a un formato periódico.
La semana política
La semana política Lo que pasó, pasó
Hora de algunas despedidas. Ada Colau tiene difícil volver a ser alcaldesa de Barcelona y la izquierda tiene difícil volver a convocar el espíritu de una época en la que pudieron cambiar muchas cosas.
La semana política
La Semana Política La nave del misterio electoral
La compra de votos en Melilla y otros puntos del Estado agita la última semana de campaña y muestra el auge del conspiracionismo.
eloygd
5/3/2022 22:33

Magnífico artículo, muchas gracias!

1
0
Tunigu
5/3/2022 14:39

Seguimos sin querer ver que este conflicto estaba planificado por la OTAN desde hace décadas. Seguimos sin querer ver que el Imperio anglosajòn està muerto pero morirà matando, que el capitalismo globalizado, que la ideologìa liberal en escasos 200 años ha destruido países enteros y el Planeta por codicia, seguimos cayendo en la grosera trampa de la dicotomìa entre el Occidente "civilizado" y el Oriente "salvaje" al que hemos acudido durante décadas en busca de mano de obra esclava y a robar recursos naturales dejando un reguero de horror a su paso ocultado por la propaganda, insensibles a los crìmines salvajes cometidos por los batallones nazis en el Donbass durante ocho años, como el batallòn Azov responsables de quemar civiles y asesinar a màs de 15 personas en dos años y que esta noche ha rodeado un edificio de civiles y lo ha derribado, dejando màs de 200 personas entre los escombros, informaciones todas que estaban disponibles hasta que hoy que las "Democracias liberales", maldito oxímoron, nos han cegado prohibiendo cualquier disidencia, muy probable preámbulo de una intervención nuclear de consecuencias imprevisibles, como teme Lavrov en la ùltima rueda de prensa a la que tampoco tendremos acceso en los medios corporativos y no tanto, seguimos sin querer ver que EEUU sacrificarà esta Europa servil para tratar de seguir adelante con este psicòpata proyecto capitalista...
Es problema es complejo, sì, pero tambièn groseramente evidente.

0
0
Genocidio
Genocidio Los Gobiernos europeos reprimen las muestras de apoyo a Palestina ante la inminente masacre de Rafah
Estados Unidos suspende por el momento la entrega de bombas a Israel ante la perspectiva del arrasamiento de Rafah. La UE organiza un seminario con el ministro de Exteriores y sus gobiernos reprimen las muestras de apoyo a Palestina.
Universidad pública
Acampadas propalestinas “Es nuestro deber señalar la complicidad de nuestras universidades con el genocidio”
Arrancan las acampadas universitarias en Madrid para exigir el fin de las relaciones con Israel y el apoyo a las víctimas del genocidio. Las acciones de protesta están ubicadas en Ciudad Universitaria, centro simbólico de la lucha universitaria.
Opinión
Opinión ¿Por qué lo hacen?
Los estudiantes que ocupan Bolonia y otros lugares no pueden detener el Holocausto. Pero pueden señalar que estamos del lado de los colonizados de todo el mundo y que desertamos de la guerra que los nuevos Hitler nos están imponiendo.
Desempleo
Reforma Podemos apoyará el nuevo decreto de subsidio al no incluir el recorte en la cotización para mayores de 52 años
Este acuerdo desatasca la Componente 23 para la recepción de fondos Next Generation y fue tumbado el pasado enero en el Congreso con los votos en contra de Podemos, PP, UPN y Vox.
Elecciones
Elecciones Aliança Catalana: a las puertas del Parlament de Catalunya atizando la xenofobia y escondiendo la ‘estelada’
El partido liderado por Sílvia Orriols llega con una campaña mediática promovida por los principales medios españolistas del Estado, con el discurso antiinmigración como punta de lanza y con el deseo explícito de hacerse con parte del voto de Vox.
Crisis climática
Nuevo hito climático El pasado mes fue el abril más caluroso jamás registrado
Con una temperatura promedio del aire en la superficie de 15,03ºC, el pasado mes fue 0,67ºC más caluroso que el promedio de dicho mes entre los años 1991-2020 y 0,14ºC más que el anterior récord, el de abril de 2016.
Educación pública
Huelga de profesorado La Marea Verde vuelve a vaciar las aulas para tomar las calles de Madrid
Con un seguimiento que supera el 65% la primera jornada de huelga del profesorado madrileño transcurre entre piquetes y marchas por todos los puntos de la Comunidad de Madrid para exigir que se reviertan los recortes.

Últimas

Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sphera
Libertades civiles La secuela de un infiltrado
Los nuevos movimientos ecologistas llevan tiempo siendo objeto de vigilancia y criminalización por parte de los cuerpos de seguridad del estado y la judicatura.
Energía nuclear
Cerrar Almaraz Una primavera para empezar a cerrar Almaraz
Unas palabras para explicar la urgencia del necesario cierre de la contestada central nuclear de Almaraz y sus argumentos.
Ecología
¿RENOVABLES? La lucha contra los megaproyectos eólicos en Euskal Herria
Dicen querer luchar contra el cambio climático, pero el despliegue renovable no va acompañado por medidas reales para reducir el consumo fósil.
Más noticias
Aborto
"Mi voz, mi decisión" Madrid se llena de estatuas masculinas en favor del aborto
Una acción del colectivo Violetas(N) viste al famoso Oso y el Madroño o al exministro Alonso Martínez con el pañuelo verde en defensa del derecho al aborto, dentro de la campaña “Mi voz, mi decisión” para combatir el auge de la extrema derecha.
Palestina
Opinión Israel deja a la humanidad sin refugio
Otra vez Israel nos demuestra que puede hacer lo que quiera. Sus tentáculos de intereses económicos y sus sofisticadas bombas son capaces de asesinar a la justicia misma.
Sanidad pública
Sanidad Pública Aumenta el gasto en conciertos sanitarios mientras el Ministerio crea un observatorio de la corrupción
Organizaciones como Mareas Blancas piden la derogación de la ley 15/97, al tiempo que esperan el borrador de una nueva ley de gestión pública que el Ministerio de Sanidad estaría ultimando con los diferentes grupos parlamentarios.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Podemos amenaza con romper con el Gobierno si no aprueba una nueva moratoria hipotecaria
La medida vence el próximo 15 de mayo y protege al menos a 30.000 hogares. La PAH defiende que la ley no solo tiene que ser prorrogada sino mejorada para que llegue a las familias que la necesitan.

Recomendadas

Cómic
Julie Doucet “Cada cómic es un experimento, no me gusta ceñirme a categorías asignadas por otros”
Julie Doucet, icono del cómic alternativo y feminista de los años 90, publica ‘El río’, su nueva novela gráfica que constituye un hito editorial, dado que llevaba un cuarto de siglo alejada del medio.
Universidad pública
Protestas contra el genocidio El consejero de Educación de Madrid pide sacar “la política” de la facultad de Políticas
La Comunidad de Madrid reacciona contra una declaración universitaria que exige al Santander, con quien la UCM mantiene un convenio, que deje de financiar proyectos contaminantes y a la industria armamentística corresponsable del genocidio en Gaza.