Opinión
La izquierda ante la crisis de régimen

El momento político que vivimos es más complejo de lo que a priori podría parecer y es muy posible que su resolución marque el devenir del país para la próxima generación.

PSOE 2019
Pedro Sánchez y la plana mayor del PSOE celebran la victoria electoral el 26 de mayo. Álvaro Minguito
9 oct 2019 06:08

Los tiempos corren más que nunca en España. Sumergidos en una vorágine electoral que va camino del lustro y en un mundo global en el que los continuos flujos de información nos noquean hasta nublarnos la vista, cuesta frenar, y mirar en perspectiva para tratar de entender el proceso histórico en el que nos encontramos. En estas semanas, dominadas por el análisis electoral en su sentido más cuantitativo, se echan en falta voces que traten de explicar con un poco de perspectiva el momento histórico que está atravesando el país, más allá del cálculo electoral y de las historias de traición y desamor entre Iglesias y Errejón.

Como decía, echando la vista atrás y observando el transcurso de la última década en España, no es difícil darse cuenta que el momento político que vivimos es bastante más complejo de lo que a priori podría parecer, y que es muy posible que su resolución marque el devenir del país para la próxima generación.

España lleva inmersa desde poco menos de una década en una crisis de régimen en su sentido más gramsciano, como un momento en el que muere lo viejo sin que pueda nacer lo nuevo. Esta crisis vivió su punto álgido en el periodo 2010 a 2015, con una crisis económica que colocó el país al borde del colapso económico y, sobre todo, con una impugnación del orden establecido que hizo temblar los cimientos del estado, incluida la monarquía.

En 2014 la Corona contaba con un respaldo menor del 50% 1 el 15M era un fenómeno que aún inquietaba a las élites y cuyos efectos eran todavía difíciles de predecir, y Podemos recorría las plazas y los platós cargando contra el régimen del 78. Hoy acude a los debates con la Constitución debajo del brazo.

Lo que se decide el 10 de noviembre es quién liderará la nueva restauración monárquica en una España, no tan indignada, pero con un conflicto territorial afilado y dentro de una Unión Europea que cada vez se parece menos al oasis de paz y progreso que compramos en el 86

Mirando cómo han evolucionado los tiempos, parece que la España de hoy, más estable y menos crispada que la de hace cinco años, debería haber superado ya este trance. Sin embargo, al borde de comenzar la tercera década del milenio, España navega aún en ese interregno del que hablaba Gramsci, sin que lo viejo acabe de morir, y, sobre todo, sin que lo nuevo acabe de nacer.

La próxima cita electoral, marcada más que nunca por el hartazgo y la desafección, es mucho más importante de lo que la ciudadanía parece percibir. Lo que se decide no es solo un mero reparto de sillones, sino quién liderará la nueva restauración monárquica en una España, no tan indignada, pero con un conflicto territorial cada vez más afilado y dentro de una Unión Europea que cada vez se parece menos al oasis de paz y progreso que compramos en el 86.

Y la pregunta parece ser si volverá a ser el PSOE el partido que más se parece a su pueblo como ya sucediera en los 80, o si serán las tres derechas las que capitaneen la España de esta segunda transición.

Digo transición, porque el tablero político que nos dejó el 78 ha muerto. No diré que ha muerto el bipartidismo, pues todo indica a que saldrá reforzado en noviembre, pero sí desde luego tal y como lo habíamos conocido; como un sistema en el que dos grandes maquinarias electorales rotaban en el gobierno, siendo sostenidas eventualmente por unos nacionalismos amables, que intercambiaban sillones por concesiones económicas y territoriales. El nuevo rol de los nacionalistas que han virado de agentes estabilizadores a desestabilizadores; la irrupción de la extrema derecha y una nueva concepción de la política que parece haber cambiado contenido por mensaje y relato, ponen de manifiesto que se avecinan nuevos tiempos para el país. Todo ello en un contexto de incertidumbre de una Europa al borde de una nueva recesión y en medio de la guerra comercial entre China y los Estados Unidos.

Manuel Sacristán tuvo la finura de ver a finales de los 70, que además del pacto de la Coordinadora democrática, en España se estaba gestando una recomposición política de las articulaciones de una clase dominante, que comenzaba a percibir la dictadura como algo obsoleto y veía en Europa una salida mucho más provechosa para sus intereses. Hoy, mientras gran parte de la discusión pública se centra en nimiedades, las élites, que ya no necesitan pactos ni rearticulaciones, apuntan lo que sucede en Europa, Estados Unidos y Gran Bretaña, y miran a Sánchez, que sabe qué para ser el nuevo mejor amigo de Macron, le sobra Unidas Podemos.

Evidentemente, el paralelismo con la España de los 70 no es ni mucho menos exacto, pero es innegable que en estos últimos años se ha vivido el mayor periodo de impugnación al orden vigente desde la vuelta de la democracia, y que si bien, la construcción de uno nuevo parece lejana y utópica, una actualización del existente para adaptarse a los tiempos que vienen parece de imperiosa necesidad, tanto para el pueblo como para las élites.

Lo curioso, y este es uno de los pocos paralelismos exactos que se pueden trazar, es que al igual que ocurriera hace cuarenta años, los que lideraron la impugnación del antiguo orden parece que otra vez serán condenados a un papel residual en la refundación del nuevo. Unidas Podemos, que capitalizó el descontento de una generación, se encuentra en caída libre desde hace tiempo, y parece que a estas alturas solo puede aspirar (y cada vez está más en duda) a empujar algo a la izquierda al PSOE, mientras que, de Errejón, aún no sabemos ni el programa electoral.

Estos días, en los el que el discurso gira entre la traición de fulanito y las apelaciones a un “bloque progresista” aún por definir, parece que nadie se pregunta por qué la izquierda a la izquierda del PSOE ha quedado condenada de nuevo a ser una mera comparsa de los socialistas. Incapaz de traducir la indignación ciudadana ante un sistema corrupto y desigual, en un proyecto de país alternativo, y relegada de nuevo a un papel subalterno en la toma de decisiones a nivel nacional.

Manolo Monereo, que a pesar de sus inquietantes simpatías hacia Diego Fusaro, sigue escribiendo reflexiones muy interesantes, se preguntaba la semana pasada en un artículo en Cuarto Poder, si merecía la pena morir por gobernar con el PSOE. ¿Cuáles son las posibilidades de la izquierda a la izquierda del PSOE de imponer una parte de su programa que mejore la situación de las mayorías sociales en un momento, en el que además de luchar contra los límites que marca el contexto económico internacional, tiene un mal llamado aliado, que no solo lo ningunea y desprecia, sino que, además, lo quiere destruir en cuanto sea posible?

La pregunta no es cosa menor, y supone ponernos delante de un espejo y mirar la realidad en su versión más cruda. Asumir los límites de la acción política en el contexto actual y decidir cómo actuar al respecto, para ser capaces de incidir en los problemas de la gente en el corto plazo, y de sentar las bases de una alternativa en el medio/largo. La propuesta de Monereo es no caer en el autoengaño y poner el foco de la campaña en el programa y no en los posibles pactos poselectorales. Renunciar a gobernar con el PSOE y aprovechar este momento para construir vínculos y fortalecer alianzas.

Esta idea, que podría leerse como un paso de la guerra de movimientos a la de posiciones, recuerda a lo que ya advertía Manuel Sacristán al PCE en la Transición española. En un contexto adverso, en el que era imposible imponer la ruptura democrática que propugnaba el partido durante la dictadura, el incurrir en una dinámica de pactos cada vez más contradictorios para obtener objetivos a corto plazo como la legalización, o la integración en el nuevo sistema político, podía conducir no solo a la frustración, sino a la pérdida de vista de los fines a los que toda propuesta transformadora debía aspirar.

Cuarenta años más tarde, este debate continúa flotando en la diáspora de las izquierdas, y en contextos adversos, afloran las disputas entre quienes sostienen que se deben enfrentar estas contradicciones, aunque pueda implicar cierta contención ideológica, y quienes consideran que asumirlas supone una pérdida de identidad irreparable.

El tema no puede ser más reciente, y Unidas Podemos se enfrentará en los próximos meses a esta disyuntiva a la hora de enfocar la campaña; y más a largo plazo, a la gestión de la frustración y a sobrevivir a la guerra de desgaste que supone convivir con las instituciones para quien pretende transformarlas. Frustración, no nos olvidemos, que no se produce únicamente por las renuncias y la pérdida de vista de los fines, sino también por el aislamiento y la irrelevancia política. Como decía Andreotti, el poder desgasta al que no lo tiene

Desde luego morir por gobernar con este PSOE a cualquier precio no merece la pena. Pero del mismo modo que la izquierda no debe dejar que su base caiga en la frustración de ver reducirse a la nada un proyecto que consiguió devolverles la ilusión, también debe ser cauta, y saber que un repliegue en torno a lo ideológico que la lleve a una posición completamente marginal, sin ninguna posibilidad de tocar poder y de ser influyentes puede generar aún más frustración entre quienes les votaron creyendo que se podían cambiar las cosas.

Las contradicciones son peligrosas, y hay que ser conscientes qué tras el escándalo de las cloacas, Villarejo y el informe PISA, la estrategia de algunos poderes para neutralizar a Unidas Podemos ha cambiado, y del acoso y derribo se ha pasado a la desarticulación por medio de la integración, y si no se cree véase el artículo de Cebrián en El País el 9 de septiembre donde pedía un gobierno de coalición. Toda izquierda que pretenda cambiar el estado de cosas actual debe ser consciente de esto, y con astucia y pedagogía, evitar el desencanto y tener presente un horizonte, el de una sociedad política, social y ecológicamente sostenible, que no se pierda por los pasillos del Congreso, ni en los despachos de las empresas o los ayuntamientos.

Archivado en: Opinión
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión La Corte Penal Internacional insta a emitir órdenes para que el mundo se haga antisemita
El régimen de Tel Aviv tiene el privilegio de ser el primer Estado “occidental” cuyos dirigentes quedan reducidos al nivel de parias “tercermundistas” como Gadafi, Omar al Bachir, Kambamba, Gbagbo o Milosevic.
Opinión
Precariedad laboral Les vamos a dar unos datos
Facilitar datos es una buena práctica para que se comprendan mejor los discursos, mucho más dependientes de la fluidez oratoria del político de turno y de sus dotes para hacer grandes frases sin decir nada concreto
Opinión
Geopolítica El efecto mariposa en la geopolítica de nuestro tiempo
El planeta se encuentra inmerso en cuatro encrucijadas, cada una de las cuales por sí misma, tiene la potencia para dislocar el mundo que conocimos.
#40734
9/10/2019 18:51

En mi opinión, no creo que se pueda cerrar una "segunda transición" estando a las puertas de una nueva crisis económica que no parece que vaya a ser suave, y más teniendo en cuenta que España aún no se ha recuperado y por tanto parte con desventaja. Yo creo que el empobrecimiento de la sociedad va a continuar y va a impedir consolidad esa "segunda transición" para una mayoría importante.

2
0
#40731
9/10/2019 17:23

En Apaña la unica izquierda que ha existido alguna vez esta abandonada de manera miserable en las cunetas.

2
4
salto
9/10/2019 15:18

Un poco pesimista sí se te ve. Escribir desde el desamparo no ayuda a estas elecciones. Para cambiar el futuro de la gente es necesario apostar por ello. Sí se puede!!

1
2
Especulación inmobiliaria
Especulación inmobiliaria El PSOE retira la Ley del Suelo ante la oposición de sus socios y del PP
La falta de acuerdo con el PP y el voto contrario de Sumar, Podemos, Junts y ERC lleva al gobierno a retirar una reforma que facilita los pelotazos urbanísticos, según las críticas de sus aliados parlamentarios.
Catalunya
Catalunya PSC, Junts, PP y Vox tumban la regulación de los alquileres de temporada en el Parlament catalán
El decreto que regulaba los precios de alquiler de temporada y habitaciones ha estado en vigor menos de un mes. Ha sido la primera votación tras las elecciones del 12 de mayo en Catalunya.
Educación pública
Recortes La comunidad educativa respalda de forma masiva las manifestaciones por la huelga
Miles de personas secundan las marchas vespertinas y los convocantes de la huelga señalan como éxito el seguimiento en el conjunto del País Valencià.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Instituciones, fondos buitre e inmobiliarias se dan cita en Madrid en plena crisis de vivienda
Decenas de organizaciones sociales suman sus fuerzas contra la feria inmobiliaria SIMA, un evento que reúne desde el martes a fondos de inversión e instituciones públicas para promocionar el uso de la vivienda como activo financiero.

Últimas

Análisis
Análisis AI Act: un reglamento nuevo para afianzar el orden racial y colonial de siempre
La nueva normativa de Inteligencia Artificial establece una “regulación paralela” en función de quienes son las personas afectadas, algo observable en los usos que se prevén en contextos fronterizos y policiales.
Salud
PRECARIEDAD ALIMENTARIA El Gobierno Vasco adjudica medio millón a una empresa sancionada por servir alimentos en mal estado
La empresa sevillana Plataforma Fermar acumula cinco multas por ofrecer comida en mal estado en residencias para mayores y en centros para menores de edad en Madrid, ha recibido tres millones del Gobierno Vasco para las cárceles.
Cine
Obituario Roger Corman, rey de la serie B, administrador de la cultura ‘freak’ (y sus sesgos)
El autor de ‘El péndulo de la muerte’ dirigió un buen número de películas reivindicables y produjo algunas joyas peculiares dentro de sus pequeños imperios del cine ‘low cost’.
Más noticias
Análisis
Análisis Ventajas e inconvenientes de coger la motosierra
Hagamos un ejercicio de imaginación y cojamos esa motosierra y veamos lo que pasa con la economía.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Una demanda colectiva contra CaixaBank intenta anular 16 cláusulas abusivas en contratos de alquiler
El Sindicat de Llogaters lleva a la justicia a esta entidad financiera, a la que acusa de abusos sistemáticos en pisos de protección oficial levantados con subvenciones públicas por la Obra Social de la Caixa.
Palestina
El 28 de mayo España, Irlanda y Noruega anuncian el reconocimiento oficial de Palestina como Estado
El 28 de mayo, Palestina será oficialmente un Estado para España, Noruega e Irlanda. Los tres países han anunciado esa fecha como la del reconocimiento oficial de Palestina como Estado.
Fake news
Investigación Así se financia la desinformación en Murcia: ‘OkDiario’ y ‘EsDiario’, los favoritos de López Miras
El Gobierno murciano ha repartido más de 240.000 euros a medios de desinformación en los dos últimos años. De ellos, Eduardo Inda se ha embolsado casi la mitad y EsDiario 54.355 euros.

Recomendadas

Cine
Cine y vivienda ¿Dónde están los desahucios en las películas españolas?
Con excepciones señaladas como ‘En los márgenes’ o ‘Antidisturbios’, el conflicto de la vivienda sigue ausente de las ficciones que aspiran a retratar nuestro presente.
Genocidio
Genocidio Karim Khan: el tipo duro que ha puesto contra las cuerdas a Netanyahu y de los nervios a Biden
La decisión de la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional de solicitar órdenes de detención contra los jerarcas israelíes responsables de la masacre de Gaza genera división entre los países europeos e indigna al gobierno de Estados Unidos.
Alemania
Extrema derecha “Es imposible confiar en el Estado alemán y su policía en la lucha contra los neonazis”
En Alemania, el movimiento antifascista se enfrenta a una oleada de represión, mientras que las elecciones de septiembre auguran la victoria del partido de extremaderecha Alternativa para Alemania en diferentes estados.