Barrios
Lavapiés: cuando la ayuda llega de quienes no reciben ayuda

En el barrio de Lavapiés asociaciones de migrantes distribuyen comida desde que empezó el confinamiento. Atienden a quien lo necesite sin importar su origen y todo sin el respaldo de las administraciones.

redes solidarias en Lavapiés 1
Reparto de comida en la Asociación de inmigrantes senegaleses Oliver Campo Mateos
16 sep 2020 06:00

Debe ser desolador que tus hijos pasen hambre y no poder darles de comer siempre que lo necesiten. Este es el día a día de Iman (nombre ficticio), que tiene cuatro hijos, todos ellos menores de edad, y un marido. Los seis malviven en un piso de dos habitaciones en el madrileño barrio de Lavapiés. Esta precaria situación la lleva cada día hasta la Asociación de los Inmigrantes Senegaleses en España a pedir comida.

Es viernes, 28 de agosto, esto significa que un camión de Mercamadrid se ha pasado por el local de la asociación y les ha donado frutas y hortalizas frescas que los jóvenes voluntarios colocan en cajas negras junto a la fachada de la agrupación. Iman espera paciente, junto a su carro, su turno en la fila que cuenta con cinco personas. Aziz, el tesorero, sentado en una silla de plástico con las piernas cruzadas, va apuntado en un viejo cuaderno de tapa roja el nombre y el número de dni de cada una de ellas, la mayoría son mujeres. “Ya van más de 2.000 personas en la lista. Vienen hasta de Parla y Móstoles”, asegura mientras escribe.

redes solidarias en Lavapiés 2
Una mujer espera al reparto de comida Oliver Campo Mateos

Llega el turno de Iman. Mamadou, el portavoz, es el encargado de atenderla. En un momento agarra el carro y comienza a meter a puñados pimientos, lechugas, alguna berenjena, varios bricks de leche, yogures y, por último, unas cajas de galletas de chocolate para los niños.

“El único salario que entra en casa es el de mi marido. Él trabaja media jornada en el Carrefour, pero no es suficiente porque tenemos que pagar el alquiler del piso y, además, ahora empieza el colegio y los niños necesitan material”

Iman habla y sonríe con la mirada, los ojos negros son lo único perceptible de su cara, que se esconde bajo la mascarilla. Su cabellera la cubre un velo rojo, que deja escapar varios mechones de pelo castaño, que desciende por su espalda como una cascada. “El único salario que entra en casa es el de mi marido. Él trabaja media jornada en el Carrefour, pero no es suficiente porque tenemos que pagar el alquiler del piso y, además, ahora empieza el colegio y los niños necesitan material”, cuenta con resignación. Ella no trabaja porque no se atreve a dejar a sus hijos con otra persona, “no me atrevo porque son muy pequeños. Prefiero cuidarlos yo”. Su carro ya está repleto de alimentos, lo coge del asa y rápidamente se pierde por las calles de Lavapiés en busca de su hogar.

“dinero de nuestros bolsillos”

Este colectivo de senegaleses se ha convertido en un banco de alimentos imprescindible para el barrio, comenzando a repartir comida en marzo en los días más duros de la pandemia. El presidente de la asociación, Mor Talla, está desempleado como la mayoría de sus compañeros y como ellos dedica la mayor parte de su tiempo a ayudar a otras personas. Talla explica que desde que llegó a España en el año 1985 ha limpiado casas y ha sido vendedor ambulante, entre otras cosas. Reflexiona sobre la situación actual sin separase de su móvil, “desde la asociación ayudamos a todo el mundo, no importa el color de piel. Aquí vienen africanos, dominicanos, españoles... todos. Nosotros ayudamos con el corazón”.
redes solidarias el Lavapiés
Mor Talla, presidente de la Asociación de inmigrantes senegaleses en España Oliver Campo Mateos

Además, se queja de la falta de ayuda de las administraciones: “El ayuntamiento solo nos deja este local, pero no nos ofrece ayuda económica. Los principios fueron muy duros, nosotros pusimos dinero de nuestros bolsillos y con donaciones de los vecinos conseguimos recolectar 8.000 euros. Mucha gente habla, pero nosotros no queremos hacernos ricos. Nosotros queremos ayudar”.

Talla cree que la crisis se va agravar en las próximas semanas, “ahora viene lo peor”.

-¿Ha visto el sufrimiento?

-Sí, mucho.

Desde la asociación no solo reparten comida, también disponen de televisiones, ventiladores en el verano o libros que donan personas del barrio. Hamet y otros voluntarios colocan una televisión en una carretilla para llevársela a una vecina que no puede permitirse comprar una: “Es para una amiga que tiene una hija pequeña”. Hamet tiene 28 años y lleva casi una década en España, “en estos momentos no tengo trabajo y vengo a ayudar aquí cada día. Yo soy albañil, antes de la pandemia estuve trabajando, pero desde entonces llevo varios meses sin empleo”. Recuerda los tiempos de bonanza, esos en los que no le faltaba el trabajo, en los que estuvo reformando el Hotel Avenida de América y vivía en Lavapiés. Hace unas semanas se mudó a un piso compartido en Puente de Vallecas.

Redes solidarias el Lavapies
Hamet, voluntario de la Asociación Senegaleses en España Oliver Campo Mateos

El drama de la emergencia social sigue azotando los barrios más humildes de Madrid. Los últimos datos aportados por el Ayuntamiento de la capital que recoge el informe titulado ‘Estudio sobre el impacto de la situación del confinamiento en la población de la ciudad de Madrid’ apunta que el 38 % de los hogares de la ciudad han visto reducido sus ingresos durante la pandemia. Además, se prevé que el 22 % de la población necesitará la asistencia de los servicios sociales durante los próximos meses.

El reloj marca la una del mediodía y la gente se sigue agolpando en la puerta de este colectivo con una bolsa vacía en sus manos. Una mujer le pide a uno de los voluntarios que si le puede meter una caja de cereales para su hijo. Otra llega con una maleta de viaje que se llevará repleta de alimentos. Una tercera habla con el periodista con la mirada alicaída, “no sé cómo vamos a salir de esta. Yo antes de la pandemia limpiaba casas, pero ahora…encima tengo dos hijos de 7 y 8 años”, explica señalando los yogures que lleva en la bolsa. “Lo único que quiero es volver a trabajar porque nadie quiere pedir comida”, sentencia.

Comida para más de 250 personas

La Asociación de los Inmigrantes Senegaleses convive en la misma calle con la Asociación Valiente Bangla, la comunidad de bangladesíes en Lavapiés. Ambos colectivos aportan su esfuerzo para paliar los estragos que la desigualdad crea en el barrio. Este verano la mayoría de bancos de alimentos han cerrado, pero estas dos despensas han permanecido abiertas. Así lo asegura el presidente de Valiente Bangla, Elahi Mohammad Fazle: “Llevamos abriendo de lunes a domingo desde el mes de marzo. Ya hemos ayudado a más de 6.000 personas y cada semana dejamos comida a más de 250”. Todo ello sin ayuda del ayuntamiento ni de la Comunidad de Madrid.
redes solidarias en Lavapiés, Madrid
Reparto de comida en la asociación Valiente Bangla Oliver Campo Mateos

Mohammad que ha vivido en más de doce países en Europa y sabe de primera mano lo que es ser inmigrante se muestra preocupado por esas personas que no tienen papeles y residen en la calle. “Sobrevivir no es delito. Ningún ser humano es ilegal. Todos tenemos sangre roja y, por esto, todos somos iguales.Yo tengo dolor por los manteros y por toda esa gente que está en la calle sin techo, sin comida y sin recursos y el Gobierno no hace nada por ellos”, critica con vehemencia.

“Hay gente que no los quiere porque no han pasado nunca hambre. Yo sí los quiero porque sé lo que es pasar hambre”, dice una vecina desde su balcón

“Hay gente que no los quiere porque no han pasado nunca hambre. Yo sí los quiero porque sé lo que es pasar hambre”, dice una vecina desde su balcón. A Ella la suben la comida porque sus 93 años de edad no la permiten bajar a la calle. “Empecé a trabajar a los nueve años limpiando casas y así he estado hasta los sesenta para pagarme este piso”, asevera sin titubear. Uno de chicos senegaleses asegura que vive sola.

redes solidarias en Lavapiés
Elahi Mohammad Fazle, presidente de Valiente Bangla Oliver Campo Mateos

Son casi las dos y media y el silencio reina en la calle Provisiones, es la hora de comer y el hambre aprieta en los estómagos de los cinco jóvenes que llevan desde las nueve y media de la mañana sin parar. Mamadou abre un paquete de bizcochos y ofrece a todos los presentes, también al periodista.

-“Hay que compartir”, dice con una sonrisa.

Sanidad pública
Exigen un servicio de intérpretes en sanidad

Una performance frente al Centro de Salud de Lavapiés sirvió para reiterar la grave carencia que implica no contar con intérpretes que faciliten el entendimiento entre el personal sanitario y sus pacientes. El pasado mes de marzo, un ciudadano bangladesí falleció tras no poder entender las indicaciones médicas que se le transmitían en forma telefónica.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto Radio
El Salto Radio Barrios e identidad
Salimos a pasear por los barrios onubenses y palpamos en este recorrido local una verdad universal: que los barrios son siempre escuelas de cooperación y solidaridad.
Infraestructuras
Infraestructuras públicas La Junta y el Gobierno se enfrentan por el mérito del metro de Sevilla borrando el legado de la lucha vecinal
Pedro Sánchez y Juanma Moreno inauguran la nueva infraestructura buscando anotarse el tanto de un proyecto elaborado entre ambas administraciones mientras borran de golpe los años de lucha vecinal para que esta infraestructura se hiciese realidad.
Fútbol
Fútbol Dónde juegan quienes juegan
De mi infancia, casi recuerdo pasar más tiempo en las pistas de “futbito” del barrio que en el salón de mi casa.
Investigación
Investigación Un cargo de Sumar se llevó seis millones para gestionar una residencia pública con una empresa con cinco días de antigüedad
Una de las personas clave de Yolanda Díaz en Galicia, Iván Olmos, recibió de su madre la concesión tras ganar un concurso millonario del Ayuntamiento de Verín (PSOE) al que solo se presentó ella para gestionar un centro de día durante 15 años.
Ocupación israelí
Genocidio en Gaza Israel desobedece a la CIJ y provoca una nueva masacre en un campo de refugiados de Gaza
Tres días después de que la Corte Internacional de Justicia ordenase a Tel Aviv detener los ataques, el ejército de Israel bombardea una “zona humanitaria” y asesina al menos a 50 palestinos.
Genocidio
Lucha contra el genocidio Acampada en la Universidad Complutense: las esporas del 15M que han germinado por Palestina
Estudiantado organizado de manera asamblearia que ya suma 500 tiendas de campaña desafía al consejo de rectores madrileños y promete resistir hasta que se rompan relaciones con Israel.
Tribuna
Tribuna No es suficiente (la CRUE ante el genocidio)
No quedan universidades en Gaza y va quedando menos credibilidad académica en las instituciones que no se atreven a posicionarse más que emitiendo tibios comunicados llenos de ambivalencia y paternalismo.
Fútbol
Bilbao El buen fútbol: el que gana y sana
53.479 aficionadas abarrotaron San Mamés. Lejos quedan los 1.200 aficionados que acudieron a la primera final europea que el equipo jugó o los documentales que prefería emitir la televisión antes que retransmitir un partido del equipo femenino.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Antifascismo
Represión Familiares de los seis de Zaragoza exigen el indulto ante la vicepresidenta Yolanda Díaz
Cuando los cuatro jóvenes antifascistas con condenas de cárcel ya han entrado en prisión, desde la Plataforma Libertad 6 de Zaragoza son recibidos por Díaz y representantes de Sumar, quienes se comprometen a dar visibilidad al caso.
Inteligencia artificial
Inteligencia artificial IA y crisis climática: las grandes tecnológicas escogen España para instalar sus gigantescos centros de datos
El boom de la IA ha disparado las necesidades de computación de los centros de datos y su consumo de agua. Las grandes tecnológicas buscan nuevas regiones para instalarlos. España entre ellos.

Últimas

Extremadura
Aborto El Ayuntamiento de Almendralejo (PSOE) desvía a Provida a más de 500 familias vulnerables
El Ayuntamiento socialista ha dejado en manos de este lobby antiabortista a más de medio centenar de familias en riesgo de exclusión social. Alcalde y Provida justifican esta actuación.
Galicia
Industria papelera El rechazo a la celulosa de la Xunta y Altri desborda el corazón de Galicia
Una manifestación multitudinaria abarrota el ayuntamiento lugués de Palas de Rei, donde se pretende instalar la industria papelera, con la gran ausencia del PSOE y un gran frente amplio de la sociedad civil.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Mucho más que mascotas
Episodio 23 del podcast familiar Caleidoscopio, en el que los pequeños colaboradores y colaboradoras nos cuentan lo mejor de tener animales en casa.
La vida y ya
La vida y ya Perras
Cuando una perra ladra en medio de la noche sucede siempre que despierta a otras perras, de eso no cabe duda.
Genocidio
Tribuna 18 noches en el lado correcto de la historia
VV.AA.
Entre infantilizaciones y denuncias de radicalización, desde la Acampada por Palestina de Madrid reclamamos con voz propia una ruptura de relaciones con Israel.

Recomendadas

Unión Europea
Fronteras La ultraderecha prepara su asalto al Parlamento Europeo capitalizando el discurso antiinmigración
Las encuestan apuntan a una mayor representación en la Eurocámara de los dos espacios políticos de extrema derecha, mientras los países que demandan un endurecimiento del Pacto de Migración y Asilo son mayoría.
Memoria histórica
Eduardo Pérez “Quería recordar a las mejores generaciones que han pasado por España”
El periodista Eduardo Pérez, colaborador habitual de El Salto, firma ‘Contigo empezó todo’ un libro que rescata 30 momentos estelares de la otra historia de España, olvidada, silenciada y vilipendiada por el relato oficial.
Albania
Turistificación La otra cara de la Riviera Albanesa
La apuesta del Gobierno albanés de poner el futuro económico en manos del sector turístico está llevando a una masificación del sector que se traduce en la degradación del medio ambiente y un fuerte encarecimiento de la vivienda.