País Valenciano
Transparencia en la Generalitat Valenciana: pocos medios para tantos fines

El territorio valenciano ha sido tradicionalmente un hervidero de corrupción. La transparencia y la participación ciudadana se presentan como herramientas fundamentales para evitar que la historia se repita o, al menos, para garantizar que no quede impune. Este argumentario ha sido abanderado por el “gobierno del cambio” desde su llegada al poder, pero ¿cómo de real está siendo esta apertura de las administraciones?

Gráfica Valencia 1
7 may 2018 08:08

La RAE define transparente como aquel cuerpo que permite ver los objetos con nitidez a través de él. La transparencia en la Administración pública consiste, por tanto, en que las acciones del poder político puedan verse como a través de un cristal. La propia Ley de Transparencia estatal sentencia que este principio es uno de los ejes fundamentales de toda acción política. Y en el caso de la Generalitat Valenciana parecía que la urgencia por dejarse ver era todavía mayor debido a la herencia recibida; es de sobra conocido que no son pocos los casos de corrupción que se desarrollaron en el territorio.

En mayo de 2015 la formación azul perdía su mayoría en Les Corts, lo que daba paso a un nuevo gobierno de coalición que cambiaría la estructura del Consell. Entre las novedades se encontraba la creación de la Conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, con Manuel Alcaraz a su frente. Este organismo empezaban desde cero, pero ya a su llegada les esperaba lo que Aitana Mas, Directora General de Transparencia (dependiente de la Conselleria), define como “un regalito envenenado”: la Ley 2/2015, de 2 de abril, de Transparencia, Buen Gobierno y Participación Ciudadana de la Comunitat Valenciana.

El texto fue aprobado en el último Pleno de Les Corts de la legislatura del PP y sin el apoyo de ningún otro grupo parlamentario. Ya entonces se apuntaba que la urgencia por sacar esta ley podía deberse a la evidente ausencia de un compromiso con la transparencia en el ámbito valenciano y a la necesidad de trasladar a la opinión pública lo contrario.

En diciembre de 2013 había entrado en vigor la Ley de Transparencia estatal que daba un plazo máximo de dos años a las comunidades autónomas para “adaptarse a las obligaciones” recogidas en el texto, y muchos territorios tenían aprobada, o en proceso, su propia legislación. Tampoco faltó quien tachó la ley autonómica de cortina de humo: la oposición aseguraba que se trataba de una estrategia “para frenar la debacle electoral” y planteada “en el tiempo de descuento de la legislatura” —PSPV— o auguraban —EU— que el PP estaba “preparando las condiciones” para hacer oposición en la siguiente legislatura.

Las dificultades de arrojar luz

En cualquier caso, la Ley de Transparencia valenciana otorgaba un plazo máximo de seis meses desde su publicación hasta su puesta en marcha. Aitana Mas defiende que la situación era “bastante dramática” cuando empezaron a trabajar en julio de 2015: “En pocos meses teníamos que recopilar y subir toda la información que exigía la ley a un portal de transparencia que, aunque existía, era muy deficiente”.

Dicen que no fue tarea fácil. Mientras diseñaban el portal de transparencia GVAOberta, se crearon las Unidades de Transparencia en cada una de las Consellerias. Estas unidades han de actuar como interlocutoras con la Dirección General de Transparencia y están formadas por personas que no tienen dedicación exclusiva a esa labor: a sus funciones se les añadió la responsabilidad de velar por la transparencia de la Conselleria para la que trabajan.

Las Unidades de Transparencia de las Consellerias están formadas por personas que no tienen dedicación exclusiva, lo que hace que no haya recursos humanos suficientes para garantizar una transparencia absoluta

Este ha sido uno de los grandes obstáculos: no hay recursos humanos suficientes para garantizar una verdadera transparencia. Mas lo reconoce: “La gran queja que nos hacen llegar es que están saturados y que, si no cumplen todas las exigencias de la ley no es porque no quieran, es porque no pueden”. En este sentido, la directora señala al Gobierno central explicando que la Ley Montoro dificulta la generación de puestos de trabajo en la Generalitat.

Si el mayor órgano de gobierno de la Comunitat Valenciana tiene serias dificultades para ser transparente, para otros resulta todavía peor. Las empresas públicas han sido un foco de corrupción en los últimos años y publicar su información les requiere mucho tiempo, en algunos casos porque han disminuido sus plantillas y en otros por el descontrol que existía. Según declara Mas, en algunas de estas empresas "ni siquiera se conocían las relaciones de puestos de trabajo”.

Si bien estas empresas están sujetas a las mismas obligaciones que las Consellerias, en el caso de los ayuntamientos la Ley de Transparencia valenciana les remite en materia de publicidad activa —aquella información que debe hacerse pública sin necesidad de que ninguna persona la demande— a la normativa estatal, “mucho menos exigente que la autonómica” según la directora. De hecho, la ley estatal fue criticada por muchos expertos por resultar insuficiente, al no reconocer el derecho de acceso a la información como fundamental y excluir de su alcance a muchas entidades.

Para muchas empresas públicas valencianas resulta difícil cumplir con la transparencia por el descontrol que existía; y para algunos ayuntamientos lo imposibilita la falta de medios o de personal formado.

En cualquier caso, muchos ayuntamientos del territorio valenciano siguen con información desactualizada, poco accesible o sin publicar; a veces por falta de medios o personal formado (sobre todo en el caso de los municipios más pequeños) y otras por exceso de información (como sucede con los grandes). En este sentido, muchos defienden que un fallo del texto estatal es no tener en cuenta el tamaño de los municipios a la hora de definir las exigencias. Sin embargo, en otras ocasiones la falta de transparencia se debe, sencillamente, a las reticencias que provoca dejarse ver. 

Emilia Bolinches es una de las vocales que componen el Consell de Transparència, el órgano que debe velar por que las administraciones valencianas respeten el derecho a la información de la ciudadanía. “A la administración todavía le cuesta facilitar información porque han sido muchos años ocultándola”, argumenta Bolinches, quien, sin embargo, señala que también existen ayuntamientos que se “autoimponen” dar cada vez mayor y mejor información creando sus propios organismos para velar por la transparencia, como es el caso de Barcelona o Valencia.

En este sentido, Neus Fábregas, concejala de Transparencia en el Ayuntamiento de Valencia, explica que una prioridad del nuevo gobierno de la capital fue “abrir el Ayuntamiento a la ciudadanía después de una época muy opaca”. Fábregas proviene de movimientos sociales y cuenta que, cuando llegó a la administración, percibió que se encontraba ante unos procesos y una estructura desconocida: “Me planteé a nivel personal y político si yo, que por estar dentro de una institución empiezo a conocerla, tengo más derecho que el resto a hacerlo”, reflexiona, “y concluí que democratizar la información e implantar la cultura de transparencia es una responsabilidad compartida”.

País Valenciano
El Consell de Transparència pide ser independiente
El órgano encargado de hacer cumplir la Ley de Transparencia se balancea entre su dependencia al Gobierno valenciano y la falta de recursos.

responsabilidad POlítica

Una de las medidas para favorecer esta cultura de transparencia fue el Código de Buen Gobierno (CBG). En vigor desde mayo de 2016, el texto regula aspectos como la información que los gobernantes deben hacer pública: curriculum vitae, declaraciones de actividades, bienes y rentas recibidas... Los altos cargos de la Generalitat y del sector público instrumental tienen diez días desde que son nombrados para firmarlos, pero la adhesión de los ayuntamientos es voluntaria. En GVAOberta sólo constan 14 municipios firmantes —de los 542 que existen en el territorio— aparte de otras entidades, y destaca la prevalencia de firmantes del espectro político de la izquierda en cualquiera de los casos.

Sólo 14 de los 542 municipios del territorio valenciano se han adherido al Código de Buen Gobierno, según los datos de GVAOberta

Pese a lo que pueda parecer, aspectos como éste no eran algo nuevo en la Generalitat. Un decreto de 1995 obligaba a los altos cargos a entregar sus declaraciones: “El problema es que casi nadie lo hacía y muchas llegaban en blanco —explica Mas—. En esas dos décadas se publicaron un par de años”.

También en 2008 muchos ayuntamientos y las tres diputaciones firmaron una Carta de Buenas Prácticas en la Administración Local de la Comunitat Valenciana, una suerte de brindis al sol en la que se recomendaba “transparencia y rendición de cuentas” para que las administraciones pudieran “proporcionar una información más real al ciudadano”. A juzgar por los acontecimientos, no resultó demasiado efectiva: expresidentes de las tres diputaciones (Rus, Ripoll y Fabra) han tenido que declarar recientemente por casos de corrupción.

Parece que si no existe un temor infundado a posibles represalias (económica, política o reputacionalmente hablando), los políticos tienden a actuar con más manga ancha. Por eso fue importante que, aunque con posterioridad, se desarrollara un régimen sancionador para este Código. Ha habido casos sonados, como el de Mónica Cucarella, directora de Internacionalización cesada tras un informe de la Conselleria de Transparencia que alertaba de una posible incompatibilidad con el ejercicio de sus funciones por haber sido apoderada de una gasolinera familiar, condición que no había declarado.

Según el CBG, los altos cargos responden a la veracidad de sus declaraciones de actividades y bienes. Después de algún sonado caso se incorporó al reglamento la Oficina de Control de Intereses, que deberá vigilar la exactitud de estas declaraciones

Y es que, según la norma, “los altos cargos son los que responden a la veracidad y certeza del contenido de sus actividades, bienes y derechos patrimoniales”. En este contexto, en 2017 se incorporó al reglamento de la Conselleria la Oficina de Control de Conflictos de Intereses, un órgano que deberá –no fue hasta hace poco más de un mes que se nombró al director y al jefe de servicio– estudiar las declaraciones de altos cargos durante su mandato, pero también unos años después para evitar el fenómeno de las puertas giratorias.

A la vista de los hechos, lo deseable sería que todos los ayuntamientos suscribieran el Código de Buen Gobierno, pero el texto recoge una cuestión que para muchos municipios resulta un impedimento: la aconfesionalidad. El decreto especifica que quien lo firma queda eximido de presidir un acto religioso. “Puede ir con carácter personal pero no como corporación, y eso ha supuesto un freno para algunas administraciones… Igual que el compromiso con la lengua propia”, explica la directora de transparencia.

Para muchos municipios la aconfesionalidad o el fomento del valenciano suponen un impedimento a la hora de adherirse al Código de Buen Gobierno 

Lo ideal, comenta en este sentido, sería que los municipios en esta situación crearan su propio Código "adaptado a sus necesidades" tomando como base el de la GVA "para que los políticos se adhieran a unos principios y la ciudadanía pueda fiscalizarles en función de éstos".

Un arma arrojadiza

Desde el Gobierno valenciano afirman que, como otras cuestiones de la política, el derecho a la información es utilizado por la oposición como medio para desprestigiar o entorpecer su actividad: “El PP ha jugado bastante sucio enterrándonos entre peticiones de información hasta el punto de que a veces hemos tenido que dejar de lado nuestras funciones para contestar a preguntas parlamentarias”, cuenta Mas: “La oposición ha de fiscalizar, pero llega un momento que lo entiendes como una estrategia de colapso y no como el desarrollo del ejercicio parlamentario, porque incluso piden cosas que ya están en el portal”.

Neus Fábregas lo corrobora: “Con una ley estatal aprobada hacía casi dos años el Partido Popular no había hecho absolutamente nada en materia de transparencia”, reflexiona, “hubo que hacer un trabajo titánico para publicar la información”. Yendo más allá, Fábregas defiende que el acceso a la información es un derecho que “utiliza mucho más la oposición que la ciudadanía” con canales que “ya tenían antes pero que ahora que no ocupan el poder utilizan prácticamente a diario para sus fines políticos”.

Datos abiertos, pero pocos y sin actualizar
En el preámbulo del Decreto 105/2017, que desarrolla la Ley 2/2015 de transparencia, se hace mención a la necesidad que existía de regular “las condiciones de reutilización de la información pública”. Esto quiere decir que no es suficiente con hacer públicas determinadas informaciones financieras, sino que deben ser descargables en formatos que permitan su reutilización (xls, csv, odt, etcétera).
No es algo que cumplan muchas administraciones locales, como ya se ha visto en el desarrollo del texto. Y aunque GVAOberta está mejor en este sentido, su principal debilidad es el desfase de algunos datos, ya que todavía no son procesos automatizados. Entre los ejemplos está que gran parte de las informaciones del apartado Datos Abiertos hacen referencia a estadísticas o conjuntos de años anteriores al 2016, o que el apartado de subvenciones sólo recoge los ejercicios 2014 y 2015, aunque la dirección de transparencia argumenta que en la Base Nacional de Subvenciones sí permanecen actualizadas y garantiza estar trabajando en “una aplicación mucho más potente” en este área.
Por otra parte, algunas especificaciones del reglamento no se cumplen con exactitud. Por ejemplo, el desarrollo de la ley establece que los costes de publicidad institucional deberán publicarse al menos una vez al año y desglosando los medios de comunicación empleados, y en el ejercicio de 2017, subido a mediados de abril, no consta tal desglose. En cualquier caso, hasta 2015 este tipo de informaciones no solían hacerse públicas, tal y como puede comprobarse navegando por el portal. 

Participación y accesibilidad

Otro de los pilares fundamentales de una administración es la Participación Ciudadana, aspecto en el que incide el borrador del anteproyecto de Gobierno Abierto por entender que la gobernanza no es solo algo de la institución, sino también de la ciudadanía activa. En este marco se crea en 2016 la Cátedra de Gobierno Abierto de la Universitat Politècnica de València (UPV), que según José Ignacio Pastor, miembro de la Comisión de esta entidad, “trata de favorecer el empoderamiento de la ciudadanía facilitando conocimientos y herramientas” o con proyectos dirigidos, por ejemplo, a paliar la brecha digital, ya que en muchas ocasiones para solicitar información pública se requieren determinados certificados.

Grafica Valencia 2

Aunque algunos expertos señalan que la sociedad española es poco participativa, los datos demuestran que esta situación va cambiando. Animada por estas medidas o empujada por el descontento político, la ciudadanía empieza a ser menos permisiva con la opacidad en las administraciones.

Lo demuestran las cifras: las visitas al portal de transparencia de la Generalitat aumentan cada año (de algo más de 100.000 visitas en 2015 se superaron las 400.000 en 2017), crecen las peticiones de información pública a las administraciones (la Generalitat recibió 97 en 2016 y 145 en 2017) y cada vez es más gente la que reclama al Consell de Transparència cuando no están de acuerdo con la respuesta.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Palestina
Universidades Estudiantes de la Universidad de Alicante acampan para pedir el final del genocidio
Comienzan la acampada con una jornada en la que han realizado charlas, asambleas y un taller de pancartas en el campus de San Vicent del Raspeig.
Valencià
Literatura Mallorca, el refugio de Vicent Andrés Estellés
El poeta encontró en la isla la serenidad necesaria para enfrentarse al entorno siempre tenso de València, a la vez que publicó allí varios volúmenes y trabó sólidas amistades.
Policía
Espionaje político Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.
Videovigilancia
Derechos y libertades Videovigilancia algorítmica en nombre de la seguridad de los Juegos Olímpicos de París
Aunque las autoridades francesas aseguran que no se utilizará el reconocimiento facial durante los Juegos Olímpicos de París, existe el temor de que el uso de la videovigilancia algorítmica se convierta en permanente.
Opinión
Opinión Infiltrados en la democracia
Un nuevo caso de infiltración policial subraya la permanencia de una serie de prácticas que amenazan derechos fundamentales y tienen potencial delictivo.
Análisis
Análisis Israel nunca tuvo derecho a existir
Sobre Israel hay quienes se sobresaltan al escuchar que no tiene derecho a existir. Inmediatamente le atenazan décadas de falsos axiomas y propaganda de occidente para sostener su colonia en Palestina.
Sanidad
Sanidad Universal El Gobierno aprueba un proyecto de ley para volver a la sanidad universal
La norma, que deberá atravesar el trámite parlamentario para su aprobación, pretende retornar a la situación anterior a 2012, cuando Rajoy eliminó la universalidad en la atención sanitaria.
Industria armamentística
Industria armamentística La Junta de Andalucía reúne en Sevilla a 250 empresas armamentísticas cómplices con el genocidio en Palestina
La Junta de Andalucía organiza la Aerospace and Defense Meetings ADM 2024 en Sevilla que congregará a cientos de empresas armamentísticas en pleno genocidio de Israel contra el pueblo palestino y en un contexto de rearme en la UE
Catalunya
Catalunya El Senado veta la Amnistía y la Audiencia Nacional intenta que los imputados de Tsunami abandonen el exilio
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, les ha llamado a declarar desde Barcelona el 22 de mayo, antes de que se apruebe la ley. Les imputa terrorismo, un delito por el que no podrían ser amnistiados.
Genocidio
Human Rights Watch Israel ha lanzado al menos ocho ataques sin aviso previo contra organizaciones humanitarias
La organización no gubernamental Human Rights Watch acusa a Israel de atacar centros y convoys de ayuda humanitaria y advierte a los países que suministran armas a las FDI que eso contraviene el derecho internacional.

Últimas

Palestina
Movimiento BDS Archivada la denuncia por una acción de boicot a McDonald's
Un juzgado de Madrid considera que en el despliegue de la pancarta “Ahora sí, boicot McDonald's. Llámame McGenocidio” no existió delito.
Sidecar
Sidecar Un régimen de guerra global
Los conflictos armados están atrayendo a algunos de los actores más poderosos de la escena internacional, lo cual invoca el espectro de la escalada nuclear.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Gobierno amplía la moratoria hipotecaria unas horas antes de su vencimiento
Cuando faltaban unas horas para el fin de la moratoria hipotecaria que beneficia a 30.000 familias, el Consejo de Ministros aprueba su prórroga hasta 2028. La PAH anuncia que seguirá luchando por una “solución definitiva”.
Sidecar
Sidecar Problema Trump
Los críticos siempre han tratado a Trump como un desgracia que hay que deplorar, más que como un problema que hay que resolver.
Crisis climática
Industria y crisis climática La transición de la industria del acero choca con los límites del hidrógeno verde
La industria siderúrgica debe reducir en un 93% sus emisiones para que el aumento de la temperatura global se mantenga un 1,5º C por debajo de los niveles preindustriales. Y el hidrógeno verde no es suficiente para transformar la industria del acero.
Más noticias
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Un vídeo muestra las técnicas violentas de las agencias de desocupación
Una grabación realizada con móvil muestra la utilización de técnicas de violencia física por parte de trabajadores de una empresa de desocupación, un sector que ha escapado hasta ahora de la regulación y cuenta con la complicidad de la Policía.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Elecciones
Elecciones catalanas El triunfo de Sánchez e Illa en el embrollo catalán
Los socialistas derrotan con claridad al independentismo, pero lo tendrán complicado para formar gobierno y la derechización de la política catalana no es una buena noticia para el PSOE.

Recomendadas

Genocidio
Movilizaciones Estudiantes por Palestina, el “no en nuestro nombre” global
Las acampadas se extienden por todo el mundo. La represión de algunas de ellas no consiguen limitar el alcance de una forma de protesta que desafía a los Estados y que Israel considera una amenaza que pone en riesgo su impunidad.
Ocupación israelí
Guerra contra Gaza Crece el debate en EE UU por su responsabilidad en la masacre de Gaza
Un informe del Departamento de Estado admite por primera vez que las bombas de 900 kg suministradas por EE UU se han podido utilizar de forma indiscriminada contra civiles.
Salud
Salud perinatal Susana Carmona: “No encuentro nada más feminista que estudiar lo que pasa en nuestros cuerpos”
La psicóloga clínica Susana Carmona recoge en ‘Neuromaternal’ casi todo lo que la neurociencia puede enseñar sobre las madres. Por ejemplo que la maternidad, como la adolescencia, es una época de neuroplasticidad y de adaptación.
Palestina
Noura Erakat “Nuestra lucha por salvarnos como palestinos es también una lucha para salvar el mundo”
La organizadora y abogada defensora de la Campaña en Estados Unidos por el fin de la ocupación israelí Noura Erakat respondió a las preguntas de Olga Rodríguez para la entrevista de la revista trimestral de primavera de El Salto.