We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Argentina
Medio mandato: la encrucijada del peronismo
El 18 de mayo de 2019 la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció a través de sus redes sociales que optaría a la vicepresidencia de la República Argentina. En aquel momento este anuncio causó gran revuelo, ya que se desconocía si el peronismo iba a concurrir unido a los comicios presidenciales y, para más inri, se desconocía quién sería el candidato. CFK fue la encargada de desvelarlo: el candidato —y a la postre, presidente— sería Alberto Fernández. “Le he pedido a Alberto Fernández que encabece la fórmula que integraremos juntos, él como candidato a presidente y yo como candidata a vice”. El artefacto político que nacía contaba con el liderazgo de la vicepresidenta, pero con el concurso necesario del espacio de Alberto, del espacio de Sergio Massa; del llamado peronismo federal. En 2019 los peronistas entendieron que solo con su unidad podrían imponerse en la contienda electoral a la coalición que daba apoyo al presidente Mauricio Macri.
Victoria electoral. Reparto de carteras. El excandidato Massa llegaba a la Presidencia de la Cámara de Diputados. Máximo Kirchner consolidaba su influencia asumiendo el liderazgo de la mayoría oficialista en la Cámara. Y de pronto, llegó la pandemia. La crisis sanitaria ha marcado, sin duda, la primera mitad del Gobierno de Fernández. Argentina pasa por ser el país “con la cuarentena más larga del mundo” —aunque en realidad, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo, ese honor le corresponde a Honduras—. De este modo, el descontento social se centró en el Gobierno y su presidente, teniendo en cuenta el contexto de crisis económica imperante. El 2020 se destruyó un 9,9% del PIB argentino, pero en 2019 ya había descendido un 2,1% mientras que en 2018 el descenso había representado un 2,5%. No debería sorprender a nadie que, en julio de 2021 —habiendo superado lo más complejo de la crisis sanitaria— la aprobación de Alberto Fernández (48,9%) sea casi idéntica a su percepción negativa (47,3%), según un sondeo del Observatorio Social de la Universidad Nacional de la Matanza.
La coalición que da apoyo al gobierno (Frente de Todos) se asomó al abismo de las elecciones de medio término, con un liderazgo desgastado y una gestión cuestionada. El 12 de septiembre se celebraron las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias, las PASO, unos comicios regulares con el único objetivo de escoger candidatos y candidatas para las legislaturas. Pero claro, las PASO arrojan unos resultados preliminares que permiten conocer qué bloque encabeza la contienda, qué territorios cambian de color o qué políticos corren peligro de quedarse sin su banca parlamentaria. Una muestra de ello son los resultados en el feudo kirchnerista de la Provincia de Buenos Aires, gobernada por el exministro de Economía Axel Kicillof, donde la candidatura vencedora fue la de Juntos por el Cambio.
Dicha derrota produjo un terremoto político en el seno del gobierno junto con una crisis interna muy profunda. Es importante recalcar —como avanzábamos anteriormente— que el gobierno peronista está formado por diferentes sensibilidades que en su momento (2019) decidieron unir sus fuerzas para lograr un único objetivo que era expulsar a Mauricio Macri de la casa de gobierno. Esa coalición peronista fue afectada gravemente por los resultados negativos de las PASO, dejando atrás el mensaje de unidad que se había dado dos años atrás. En definitiva, la convivencia en clave de pluralidad entre las diferentes sensibilidades se ha demostrado más difícil de lo esperado.
Esta crisis política se resolvió —por el momento— con un gesto inesperado de la Vicepresidenta Fernández de Kirchner. La mandataria escribió una carta pública dirigida al Presidente en la que directamente señala a funcionarios de la nación que operan dentro del gobierno, en contra de los intereses del mismo. CFK señaló directamente al Secretario de Comunicación y Prensa de la Presidencia, al cual acusó de realizar operaciones en off en contra de ella. Dicho secretario fue inmediatamente sustituido. Los cambios también afectaron al gabinete presidencial, donde se removieron algunos cargos como el propio jefe de Gabinete. Los nuevos miembros de la mesa chica presidencial cuentan, según fuentes del Gobierno, con mucho más volumen político, están más capacitados para tomar decisiones difíciles (o impopulares) en momentos importantes.
Existe un importante descontento ciudadano con la labor del Gobierno Fernández. Muchas de las promesas realizadas durante la campaña electoral se vieron frustradas por la imposibilidad de ser llevadas a cabo en el contexto de la pandemia
Las consecuencias de la estrepitosa derrota electoral, además, no solamente se explican por factores políticos. La crisis sanitaria ha afectado, en multitud de países que han celebrado elecciones, las expectativas electorales de los partidos que ocupaban el Gobierno. En el caso argentino, se suma a la crisis sanitaria del covid-19, un importante descontento ciudadano con la labor del Gobierno Fernández. Este hecho se debe a que muchas de las promesas realizadas durante la campaña electoral —que pretendían superar la etapa de recesión del macrismo— se vieron frustradas por la imposibilidad de ser llevadas a cabo en el contexto de la pandemia.
Si bien es cierto que la pandemia en Argentina no ha dejado imágenes tan extremas como las que lamentablemente hemos visto en Brasil, Perú o Ecuador, los esfuerzos de la administración se dirigieron a la gestión de la misma. La herencia recibida del Gobierno anterior jugó un papel central. Y es que, cuando Alberto Fernández asumió el 10 de diciembre de 2019, se encontró que el Ministerio de Salud había sido reducido a una simple Subsecretaría de Gobierno. El nuevo Gobierno peronista tuvo que volver a poner en marcha el Ministerio a la vez que necesitaba incrementar los recursos dedicados a cuestiones de salud. Cabe recordar, además, que el Gobierno argentino tiene restringido el acceso a los mercados financieros internacionales por su elevada deuda externa —contraída en su mayor parte durante la etapa de Macri en la Casa Rosada—.
Pero es precisamente en este punto, en la política económica, donde la controversia crece entre las diferentes sensibilidades que lideran el gobierno argentino. ¿Qué hacer con la economía? La elevada inflación, los altos índices de desempleo o empleo informal, la tensión cambiaria entre el dólar y el peso, los niveles de desigualdad, la pobreza, y un largo etcétera son los problemas que ocupan la agenda del país. Y como ya sabemos, las recetas ideológicas para afrontarlos difieren en el seno del ejecutivo. Recordemos que el presidente Alberto Fernández proviene de una rama del peronismo mucho más gradualista y en cambio la vicepresidenta Cristina Fernández proviene de sectores más intervencionistas. Esta batalla de ambos sectores rozó su momento más álgido precisamente después de las PASO cuando se especuló seriamente con que dicha coalición pudiese llegar a romperse. La eventual salida de CFK del Gobierno daría más aire a otros sectores del propio albertismo que vienen esperando su momento. Pero, por otro lado, la vicepresidenta negó rotundamente que sea ella la que vaya a romper la institucionalidad de la nación, borrando así, de un plumazo, todas las dudas que sobrevolaban sobre su continuidad.
En conclusión, las elecciones legislativas que se celebrarán este próximo 14 de noviembre serán una nueva prueba de estrés para kirchneristas y peronistas. Este test pasa, en primer lugar, por medirse a los nuevos fenómenos de la oposición (Milei) y a sus antiguos contrincantes (María Eugenia Vidal), pero también por evaluar su capacidad para mantener una cierta unidad interna en el oficialismo. Más allá de la unidad, florece también un debate soterrado sobre el posible relevo de Alberto Fernández al frente de la candidatura peronista en 2023: ¿un albertista como Sergio Massa o un kirchnerista como Máximo? Tendremos más pistas cuando el peronismo atraviese la encrucijada de las elecciones de medio término.