Feminismo poscolonial
¿Qué es la violencia medioambiental de género?

Victor Quinonez

Lindsey Bacigal (@IntiikLindsey) es una indígena Chicakasaw, irlandesa y polaca queer. Defensora de los derechos de los grupos marginados y las mujeres indígenas y activista contra la violencia medioambiental de género y el colonialismo. Anteriormente directora de comunicaciones de Indigenous Climate Action, Lindsey es ahora presentadora y coproductora de podcasts.

6 jul 2021 04:00

Nosotras, las mujeres de los pueblos originarios del mundo, hemos luchado de forma activa para defender nuestro derecho a la autodeterminación y a nuestros territorios, que han sido invadidos y colonizados por intereses y naciones poderosas. Hemos sufrido y seguimos sufriendo múltiples opresiones: como personas indígenas, como ciudadanas de países colonizados y neocoloniales, como mujeres, y como miembros de las clases más desfavorecidas de la sociedad. A pesar de todo esto, hemos seguido y seguimos protegiendo, transmitiendo y desarrollando nuestra cosmovisión indígena: nuestra ciencia y tecnología, nuestras artes y nuestra cultura, y nuestros sistemas económicos y sociopolíticos originales, todos ello en armonía con las leyes naturales de la madre naturaleza. Todavía conservamos los valores éticos y estéticos, el conocimiento y la filosofía, y la espiritualidad que conserva y nutre a la Madre Tierra. Persistimos en nuestra lucha por la autodeterminación y por nuestro derecho a nuestros territorios. Todo esto queda reflejado en nuestra tenacidad, resiliencia y capacidad de sobrevivir a la colonización que ha ocurrido y sigue ocurriendo en nuestras tierras en los últimos 500 años. 
- Foro de ONG, Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de la ONU, 1995

A menudo se dice que lo que le sucede a la tierra le sucede también a las personas. En una sociedad colonial, la degradación de la tierra se considera como algo “normal” y necesario para el crecimiento sostenido de la riqueza, y sus repercusiones sobre la población indígena se contemplan como un “riesgo aceptable”, un sacrificio necesario. Se trata de un sistema que pretende, en última instancia, eliminar a los pueblos indígenas para así hacerse con las tierras y las aguas. Este sistema también apoya la violencia medioambiental, es decir, la explotación capitalista del medioambiente y los estragos que esta acarrea.

Violencia medioambiental

La violencia medioambiental describe las maneras en las que los seres humanos degradan la tierra, el cielo y las aguas: los pesticidas que contaminan las vías fluviales y envenenan a las personas y a los animales, las terribles heridas a la Madre Tierra causadas por las arenas bituminosas, la extracción de uranio y el enterramiento posterior de sus residuos radioactivos, los humos acres de la industria, la quema de basuras, y las operaciones militares que dejan tras de sí minas terrestres y armas químicas mortíferas.

La violencia medioambiental no afecta solo a los pueblos indígenas, pero gran parte de dicha violencia tiene lugar en nuestras tierras y en el entorno de nuestras comunidades. Nuestras vidas se consideran algo desechable y nuestra destrucción se convierte en una necesidad en pos de los beneficios de las corporaciones y del gobierno canadiense. Dado que la violencia medioambiental ocurre muy cerca de nosotros, puede llegar a tener infinidad de efectos perjudiciales como cánceres y otras enfermedades que se ensañan con nuestros cuerpos, además de problemas de salud reproductiva como anomalías de nacimiento e infertilidad. Nuestras formas tradicionales de cuidar los unos de los otros se desmoronan, lo que conlleva un aumento de los índices de violencia, pobreza, consumo de drogas y alcohol, y delincuencia. Y nuestras mentes y espíritus se degradan, lo que a su vez desemboca en traumas, en la pérdida de la cultura y de la autodeterminación y, para muchas personas, en el suicidio.

En una sociedad colonial, la degradación de la tierra se considera como algo “normal” y necesario para el crecimiento sostenido de la riqueza, y sus repercusiones sobre la población indígena se contemplan como un “riesgo aceptable”, un sacrificio necesario.

Estas consecuencias evidencian los vínculos entre la salud y la seguridad del territorio y la salud y la seguridad de los pueblos indígenas en todos los aspectos, no solo física sino también mental, emocional y espiritualmente. Sin embargo, hay una triste ironía en todo esto, ya que los pueblos indígenas se encuentran entre los menos responsables de la degradación medioambiental, pero son los que sufren sus consecuencias con mayor frecuencia.

Violencia medioambiental de género (VMdG)

Hay actitudes en la industria que no han cambiado desde tiempos coloniales, como el hecho de que las mujeres indígenas se consideren indias, salvajes y prostitutas.
—Michèle Audette, ex-comisionada de la Investigación Nacional sobre mujeres y niñas indígenas desaparecidas y asesinadas

Cuando hablamos de violencia medioambiental de género nos referimos a que la población indígena compuesta por personas trans, no binarias y dos espíritus, las mujeres y las niñas se ven aún más afectadas por la violencia medioambiental. Es una consecuencia de la devaluación que el patriarcado impone sobre cualquiera que no sea un hombre cisgénero, pero también nace de los roles tradicionales que estas personas suelen desempeñar y que requieren una conexión estrecha con las tierras y las aguas. A menudo cultivan alimentos y se encargan de prepararlos . Recolectan plantas medicinales. Enseñan nuestras formas tradicionales de ser para con la tierra. Y, para algunas personas, son quienes transmiten todo esto a la siguiente generación.

rorschach eyes

No obstante, si algo nos enseña la epidemia de mujeres, niñas, trans y personas dos espíritus indígenas desaparecidas y asesinadas, cuando se pierde el respeto por la tierra, se pierde el respeto por las personas. Uno de los ejemplos más ilustrativos de todo esto son los “campamentos de hombres” que forman parte de la industria extractiva.

Estos campamentos surgen cuando un gran número de hombres se traslada a territorios indígenas para construir o mantener minas o gasoductos. Suelen estar vinculados  con el aumento de la violencia doméstica o sexual, de las enfermedades de transmisión sexual, del consumo de drogas y alcohol, del tráfico de personas, las desapariciones o los asesinatos.

Las toxinas liberadas por la extracción de recursos contaminan el terreno, el aire y el agua, y pueden acabar en el cuerpo de las personas, acumulándose en la grasa corporal. Esto puede repercutir gravemente en los sistemas reproductivos, las personas embarazadas y los bebés. Un estudio realizado en 2018 en Grassy Narrows (Primera Nación Asubpeeschoseewagong) reveló que los hijos de las madres que consumían regularmente pescado contaminado con mercurio durante sus embarazos tenían cuatro veces más probabilidades de padecer trastornos de aprendizaje o alteraciones del sistema nervioso. Este envenenamiento ha asolado a la Primera Nación durante décadas, ya que la empresa Reed Paper Ltd. ha vertido toneladas de mercurio al sistema fluvial local. 


VMdG, colonización y opresión

«Los asentamientos coloniales son una formación política y social persistente por la que los recién llegados/colonizadores/colonos llegan a un lugar, lo reclaman como propio y hacen lo que sea necesario para erradicar a los pueblos indígenas que allí viven. En el contexto de los asentamientos coloniales, es la explotación del terreno  lo que ofrece el valor supremo. Para que los colonizadores puedan usurpar las tierras y extraer su valor, deben destruir, eliminar y convertir a los pueblos indígenas en fantasmas».
- Maile Arvin, Eve Tuck y Angie Morrill, Decolonizing Feminism: Challenging Connections Between Settler Colonialism and Heteropatriarchy (“Descolonizar el feminismo: Desafiando los vínculos entre los asentamientos coloniales y el heteropatriarcado”)


Los asentamientos coloniales no son un hecho aislado, sino una estructura cuyo objetivo es eliminar los pueblos indígenas. Esta eliminación ha adoptado varias formas en el pasado y en el presente, entre las que se incluyen los internados, la conversión religiosa al cristianismo y la privatización y destrucción de la tierra. Esta violencia estructural se impone tanto a los cuerpos de los pueblos indígenas así como a la propia tierra. De nuevo: lo que le ocurre a la tierra le ocurre a las personas que la habitan.

La propia violencia medioambiental de género es necesaria para la continuidad del colonialismo. Cuando se destruye la tierra, se destruyen los portadores de cultura y conocimiento a las siguientes generaciones de nuestro (propio) pueblo, facilitando así el expolio de nuestras tierras. En varias comunidades indígenas del Ártico los vertederos y el transporte de contaminantes orgánicos persistentes (pesticidas de larga duración y sustancias químicas industriales) se bioacumulan a lo largo de la cadena alimentaria, contaminando las fuentes tradicionales de alimentos, medicinas y agua. El cambio climático aumenta la velocidad a la que estos productos químicos se diseminan por el medio ambiente. Estas toxinas son ingeridas por los pueblos indígenas del Ártico y afectan de forma directa a quienes dan a luz, a los recién nacidos y a los niños, tal y como demuestran los índices desproporcionadamente altos de abortos, muertes neonatales, bajos pesos al nacer, defectos de nacimiento, problemas de salud reproductiva y cáncer. Este envenenamiento comunitario reduce la esperanza de vida y atenta contra las prácticas culturales de los pueblos indígenas del Ártico, forzándoles a elegir entre alimentos tradicionales contaminados con productos químicos o alimentos caros comprados en supermercados que carecen de valor nutritivo. Esta eliminación gradual de la población indígena del Ártico hace que la tierra sea más accesible para  las fuerzas de colonización y extracción medioambiental, que avanzan sin tregua.

Este envenenamiento comunitario reduce la esperanza de vida y atenta contra las prácticas culturales de los pueblos indígenas del Ártico, forzándoles a elegir entre alimentos tradicionales contaminados con productos químicos o alimentos caros comprados en supermercados que carecen de valor nutritivo.

La VMdG también está relacionada con la mentalidad patriarcal cuyo objetivo es controlar a las mujeres indígenas, satisfaciendo el deseo colonial de poder sobre las portadoras de vida de las naciones indígenas y, por ende, de sus tierras. Los responsables de los internados (el Gobierno de Canadá y las iglesias católica, anglicana, metodista, presbiteriana y unida) consolidaron aún más el patriarcado, separando a los hombres de las mujeres y devaluando el “trabajo de las mujeres”. El hecho de que los niños fueran apartados de sus comunidades a las edades en las que suelen aprender sobre responsabilidades y roles tradicionales hacía que se vieran obligados a asimilar también los roles de género patriarcales y eurocéntricos.

Pero a pesar de este legado traumático, el cambio es posible.

greenbriar


Resistencia

Las mujeres indígenas siguen siendo las portadoras del agua vital con la responsabilidad de originar actos de rechazo enraizados en la estirpe, el conocimiento ancestral y el derecho humano a existir de una manera digna.
- Temryss MacLean Lane, The Frontline of Refusal: Indigenous Women Warriors of Standing Rock (“A la vanguardia del rechazo: las guerreras indígenas de Standing Rock”)

La resistencia de las mujeres indígenas, una resistencia arraigada en la comunidad, en las generaciones futuras y en las luchas ancestrales por la tierra y la supervivencia, es una resistencia feminista, pero también esencialmente anticapitalista y antiimperalista, que exige respeto y protección (…) no solo para los cuerpos de las mujeres sino también para la tierra, el agua, la Madre Tierra, la cultura y la comunidad.
- Heather Gies, Facing Violence, Resistance is Survival for Indigenous Women (“La resistencia es supervivencia para las mujeres indígenas frente a la violencia”)


Para imaginar cómo es la resistencia a la VMdG a nivel práctico hablé con Dayna Danger, una artista visual queer dos espíritus de origen métis, Saulteaux y polaco.

Danger me explicó que se siente desplazada hacia los márgenes tanto en  los espacios culturales y ceremoniales indígenas como en los espacios queer dominados por personas blancas. Según Danger, esta realidad suele pasar desapercibida. “El patriarca nos invisibiliza”, me dice. “Ni siquiera existimos. ¿Qué hacemos con las personas que ni siquiera existen?” Recientemente, la falta de espacios abiertos a la población queer indígena ha llevado a Danger y a otras personas a crear campamentos de curtido para personas dos espíritus, mujeres indígenas y población indígena de todo el espectro de identidades queer.

El curtido de la piel es un proceso complejo difícil de llevar a cabo en solitario. Retirar la carne y el pelo de la piel requiere horas de raspado, seguidas de ciclos de remojo (en agua y después en soluciones) y de escurrido de la piel y, finalmente, con su ablandamiento y ahumado. Es un proceso comunitario que reúne a la gente durante varios días. Las personas del campamento cocinan juntas, comparten el lenguaje y las técnicas, y cuentan historias. También es un espacio intergeneracional que ayuda a curar las heridas de la colonización. Danger habla de ancianos que recordaban a sus madres y abuelas mientras participaban en estos campamentos de curtido, y también de cómo las jóvenes aprenden a utilizar todas las partes de un animal. Historias como esta reflejan la belleza y naturaleza polifacética de la educación basada en la tierra. Un campamento de curtiduría no solo supone aprender los múltiples pasos que conlleva el curtido de pieles, sino que es un acto de amor que enseña confianza, paciencia y conexión.

Gran parte de esta resistencia no hace mención a la violencia medioambiental de género de forma específica, pero lucha contra ella de todas formas, ofreciendo alternativas a las industrias extractivas y soluciones al cambio climático.

De la misma forma en que ninguna parte de un animal es desechable, ninguna persona lo es. Las personas dos espíritus son resilientes. Han perdido muchas cosas como consecuencia de la colonización y el patriarcado: sus nombres, sus roles tradicionales y su aceptación, y aún así siguen liderando la creación de espacios seguros e inclusivos para los más marginados de entre nosotros.

La población indígena formada por personas trans, genderqueer y personas dos espíritus, mujeres y niñas suele estar al frente de la resistencia contra la violencia medioambiental, rompiendo con las nociones coloniales de poder, conocimiento y progreso. Gran parte de esta resistencia no hace mención a la violencia medioambiental de género de forma específica, pero lucha contra ella de todas formas, ofreciendo alternativas a las industrias extractivas y soluciones al cambio climático.

Estas soluciones incluyen la creación de una independencia energética indígena mediante micropaneles de energía solar, parques eólicos y centrales hidroeléctricas de pasada a pequeña escala, la práctica de independencia alimentaria e hídrica en oposición a las explotaciones pesqueras comerciales que infringen los derechos indígenas, la caza, la recolección de semillas y la obtención de alimentos tradicionales, plantas medicinales y agua de lluvia, así como la consolidación del conocimiento sobre técnicas de uso de la tierra tales como la quema controlada, y la protección de la biodiversidad.

Lo que le ocurre a la tierra le ocurre a las personas. Si curamos la tierra, también podemos curarnos a nosotros.

Sobre este blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Crisis climática
Industria y crisis climática La transición de la industria del acero choca con los límites del hidrógeno verde
La industria siderúrgica debe reducir en un 93% sus emisiones para que el aumento de la temperatura global se mantenga un 1,5º C por debajo de los niveles preindustriales. Y el hidrógeno verde no es suficiente para transformar la industria del acero.
Crisis climática
Financiación fósil Santander, BBVA y Caixabank, los bancos españoles que más encienden la crisis climática
Mientras a nivel global JP Morgan Chase es el que más fondos facilita a la industria de los combustibles fósiles, en España lidera el Banco Santander.
Crisis climática
Crisis climática El podio en emisiones y el vertido de Perú centran la triple protesta en la junta de accionistas de Repsol
La nula reducción de emisiones por parte de la empresa española que más contribuye a la crisis climática y su escasa respuesta ante el desastre de la refinería peruana de La Pampilla en 2022 han centrado las protestas de las organizaciones sociales.
Sobre este blog

Guerrilla Media Collective es una cooperativa de traducción feminista y orientada al procomún. Somos un grupo internacional de profesionales empeñadas en preservar el arte de la traducción y concebimos la cooperativa como una herramienta de trabajo sostenible, digno y ético para las trabajadoras del sector del conocimiento. Traducimos, corregimos, editamos y diseñamos campañas de comunicación. Nuestro objetivo es ofrecer un resultado final impecable cuidando de las personas que lo hacen posible. Por eso abogamos por el cooperativismo como una alternativa justa y solidaria en un sector cada vez más precarizado.

 
Ver todas las entradas
Policía
Espionaje político Juancar, otro policía infiltrado en los movimientos sociales de Madrid
El Salto desvela la identidad del agente policial Carlos P.M., que pasó dos años infiltrado en movimientos sociales de Madrid bajo la falsa identidad de un joven estudiante.
Opinión
Opinión Infiltrados en la democracia
Un nuevo caso de infiltración policial subraya la permanencia de una serie de prácticas que amenazan derechos fundamentales y tienen potencial delictivo.
Sanidad
Sanidad Universal El Gobierno aprueba un proyecto de ley para volver a la sanidad universal
La norma, que deberá atravesar el trámite parlamentario para su aprobación, pretende retornar a la situación anterior a 2012, cuando Rajoy eliminó la universalidad en la atención sanitaria.
Industria armamentística
Industria armamentística La Junta de Andalucía reúne en Sevilla a 250 empresas armamentísticas cómplices con el genocidio en Palestina
La Junta de Andalucía organiza la Aerospace and Defense Meetings ADM 2024 en Sevilla que congregará a cientos de empresas armamentísticas en pleno genocidio de Israel contra el pueblo palestino y en un contexto de rearme en la UE
Catalunya
Catalunya El Senado veta la Amnistía y la Audiencia Nacional intenta que los imputados de Tsunami abandonen el exilio
El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, les ha llamado a declarar desde Barcelona el 22 de mayo, antes de que se apruebe la ley. Les imputa terrorismo, un delito por el que no podrían ser amnistiados.
Genocidio
Human Rights Watch Israel ha lanzado al menos ocho ataques sin aviso previo contra organizaciones humanitarias
La organización no gubernamental Human Rights Watch acusa a Israel de atacar centros y convoys de ayuda humanitaria y advierte a los países que suministran armas a las FDI que eso contraviene el derecho internacional.
Genocidio
Movilizaciones Estudiantes por Palestina, el “no en nuestro nombre” global
Las acampadas se extienden por todo el mundo. La represión de algunas de ellas no consiguen limitar el alcance de una forma de protesta que desafía a los Estados y que Israel considera una amenaza que pone en riesgo su impunidad.
Sidecar
Sidecar Un régimen de guerra global
Los conflictos armados están atrayendo a algunos de los actores más poderosos de la escena internacional, lo cual invoca el espectro de la escalada nuclear.

Últimas

Palestina
Movimiento BDS Archivada la denuncia por una acción de boicot a McDonald's
Un juzgado de Madrid considera que en el despliegue de la pancarta “Ahora sí, boicot McDonald's. Llámame McGenocidio” no existió delito.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Gobierno amplía la moratoria hipotecaria unas horas antes de su vencimiento
Cuando faltaban unas horas para el fin de la moratoria hipotecaria que beneficia a 30.000 familias, el Consejo de Ministros aprueba su prórroga hasta 2028. La PAH anuncia que seguirá luchando por una “solución definitiva”.
Crisis climática
Industria y crisis climática La transición de la industria del acero choca con los límites del hidrógeno verde
La industria siderúrgica debe reducir en un 93% sus emisiones para que el aumento de la temperatura global se mantenga un 1,5º C por debajo de los niveles preindustriales. Y el hidrógeno verde no es suficiente para transformar la industria del acero.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Un vídeo muestra las técnicas violentas de las agencias de desocupación
Una grabación realizada con móvil muestra la utilización de técnicas de violencia física por parte de trabajadores de una empresa de desocupación, un sector que ha escapado hasta ahora de la regulación y cuenta con la complicidad de la Policía.
Más noticias
Elecciones
Elecciones catalanas El triunfo de Sánchez e Illa en el embrollo catalán
Los socialistas derrotan con claridad al independentismo, pero lo tendrán complicado para formar gobierno y la derechización de la política catalana no es una buena noticia para el PSOE.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Sanidad pública
Privatización sanitaria Una nueva ley para “limitar” la participación de las empresas en la sanidad pública
El Ministerio de Sanidad lanza a consulta un proyecto de ley de gestión del sistema nacional de salud que pretende poner coto a las privatizaciones aunque sin eliminar esta posibilidad de manera explícita.

Recomendadas

Ocupación israelí
Guerra contra Gaza Crece el debate en EE UU por su responsabilidad en la masacre de Gaza
Un informe del Departamento de Estado admite por primera vez que las bombas de 900 kg suministradas por EE UU se han podido utilizar de forma indiscriminada contra civiles.
Salud
Salud perinatal Susana Carmona: “No encuentro nada más feminista que estudiar lo que pasa en nuestros cuerpos”
La psicóloga clínica Susana Carmona recoge en ‘Neuromaternal’ casi todo lo que la neurociencia puede enseñar sobre las madres. Por ejemplo que la maternidad, como la adolescencia, es una época de neuroplasticidad y de adaptación.
Palestina
Noura Erakat “Nuestra lucha por salvarnos como palestinos es también una lucha para salvar el mundo”
La organizadora y abogada defensora de la Campaña en Estados Unidos por el fin de la ocupación israelí Noura Erakat respondió a las preguntas de Olga Rodríguez para la entrevista de la revista trimestral de primavera de El Salto.
Barcelona
Barcelona El Lokal se queda en el Raval
En un giro inesperado de su historia, el mítico espacio libertario El Lokal, de Barcelona, ha tenido que decidir si mudarse o firmar un contrato de compra-venta para preservar su espíritu, a ras del Raval.