Carta desde Europa
La Europa flexible

Durante el verano, las negociaciones entre la Unión Europea y Gran Bretaña sobre el Brexit han continuado  a puerta cerrada.

Brexit, manifestación en Londres pro EU
Manifestación en Londres pro EU
Wolfgang Streeck

Director emérito del Max Planck Institute for the Study of Societies de Colonia.

Todos sus artículos en El Salto.

12 sep 2017 11:13

Durante el verano, las negociaciones entre la Unión Europea y Gran Bretaña sobre los términos del Brexit continuaron, fundamentalmente a puerta cerrada, sin que ello pareciera importarle a casi nadie. La gente estaba atareada disfrutando de sus vacaciones, mientras los asuntos sobre la mesa de negociación parecían complicados y de carácter técnico, hallándose muy alejados de la experiencia de la vida cotidiana. No prestar atención a esas negociaciones es, sin embargo, un error, porque la discusión entre Londres y Bruselas versa, nada más y nada menos, sobre la naturaleza de la Unión Europea del futuro: o bien una plataforma para la cooperación entre Estados soberanos o bien, alternativamente, un gobierno supranacional que dicte a los Estados miembros sus políticas domésticas y su política exterior.

Esto último es lo que quieren los eurofanáticos paneuropeos. Su miedo es que de las negociaciones sobre el Brexit surja un nuevo tipo de asociación flexible entre Gran Bretaña y "Europa" –lo cual ha sido denunciado por el comisariado de Bruselas como una "licencia para elegir sólo lo que a uno le conviene"–, que pronto sería atractiva también para otros países miembros de la UE. Se acabaría entonces la "unión cada vez más estrecha entre los pueblos europeos", para dar paso a una cooperación libremente elegida, caso por caso, que prescindiría de las directivas vinculantes aplicables a todo el mundo y diseñadas desde arriba. 

Un gobierno europeo supranacional no sería, en principio, un problema, pero ésta no es la intención de las élites europeas: ni lo es ahora ni lo será en un futuro predecible

¿Por qué es este asunto tan importante? Un gobierno europeo supranacional no sería, en principio, un problema, si fuera y pudiera ser un gobierno democrático. Pero ésta no es la intención de las élites europeas: ni lo es ahora ni lo será en un futuro predecible. La Unión Europea es una autoridad tecno-burocrática, que se combina de forma incierta con un Consejo de jefes de Estado y de Gobierno nacionales y, crucialmente, con un banco central. Los tres actores operan principalmente en secreto y no existe un Parlamento digno de tal nombre que pueda hacerles rendir cuentas ante un electorado europeo. Y no hay perspectiva de que esto vaya a cambiar. Los Estados miembros de la Unión, todos ellos, están completamente en contra de renunciar a su soberanía, pero no se muestran tan celosos en cuanto a su democracia. Necesitan "Europa" para poner en práctica la crítica tecnocrática del mandato democrático, el cual siempre resulta demasiado "populista", no lo suficientemente "complejo", demasiado lento para seguir los movimientos de los mercados, demasiado impredecible para favorecer la inversión. "Europa" está ahí para que esas élites nacionales puedan lidiar con sus respectivos electorados y con sus representantes y para asegurarles que, pase lo que pase, sus países se ceñirán al credo de la internacionalización y la "globalización": mercados libres, comercio libre, libre movimiento, competencia libre, imposibilidad de las "ayudas públicas", privatización, moneda sólida, etcétera. "Europa" es el instrumento elegido para que los votantes se enteren de que "no hay alternativa" al capitalismo neoliberal. 

Aquí es donde entra el Brexit. Con independencia de las razones que pueden explicar el resultado del referéndum de 2016, en este se expresaba un fuerte deseo, especialmente entre los excluidos de la prosperidad del "sector servicios" londinense, de restaurar la soberanía popular a través del gobierno nacional, el cual debía asumir de nuevo sus responsabilidades ante el pueblo británico y, en concreto, ante las mayorías de las olvidadas zonas interiores del país. Las principales políticas que un hipotético gobierno presidido por Corbyn tendría que adoptar para cumplir con su mandato electoral probablemente se toparían con los tratados europeos. Para cerrar la brecha cada vez mayor existente entre los estratos superior e inferior de la sociedad británica, el laborismo necesitaría mucho más espacio político de maniobra que el permitido por las reglas de la Unión Europea. Por ello no cesan los esfuerzos para revertir el resultado del referéndum. En Gran Bretaña, el viejo Nuevo Laborismo, liderado por Tony Blair y David Miliband, está pidiendo otra votación, de acuerdo con el modelo de Bruselas: el pueblo debe votar hasta que obtengamos el resultado deseado. Cuentan con el apoyo, en absoluto despreciable, de las clases medias altas, en concreto de banqueros y académicos. En el lado conservador, las empresas británicas temen tener que trabajar con un gobierno británico responsable ante los votantes británicos, sin la invisible, pero poderosa presencia, de los funcionarios de Bruselas.

Bruselas, y también Berlín, están haciendo todo lo posible para que los británicos renuncien al Brexit, formalmente o de facto, y vuelvan al rebaño europeo 
Bruselas, y también Berlín, están haciendo todo lo posible para que los británicos renuncien al Brexit, formalmente o de facto, y vuelvan al rebaño europeo. Cada día salen a la luz nuevos informes que predicen pérdidas económicas gigantescas si Gran Bretaña, al final, abandona la Unión Europea, cuyo objetivo es asustar a los ciudadanos británicos y empujarles a seguir las tentaciones del Nuevo Laborismo y el viejo modus operandi. Mientras tanto, la burocracia de Bruselas inventa nuevas formas, procedimentales y sustantivas, para humillar al Gobierno británico. La esperanza es disminuir su base de apoyo doméstica y, mejor todavía, desencadenar un putsch entre los parlamentarios conservadores, que logre destituir a May, cuyo discurso sobre la democracia industrial, las políticas industriales, la necesidad de una mejor educación, la reducción de la desigualdad, etcétera, encuentran irremediablemente sospechoso, y sustituirla por los legítimos defensores del mundo empresarial. Ya es hora de que los otros europeos, los europeos del mundo real, tomen partido por Gran Bretaña y exijan la reforma de la Unión Europea para que esta sea más democrática y se halle dotada de un mayor contenido social y para que devuelva la soberanía política allí donde reside la democracia política, a la política y a los parlamentos nacionales.
Archivado en: Carta desde Europa
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Carta desde Europa
Carta desde Europa De la integración a la cooperación: menos Europa para más Europa
Las clases políticas nacionales se aferran a la Unión Europea porque han aprendido a utilizarla como escenario para la prosecución de sus intereses nacionales.
Carta desde Europa
Carta desde Europa Los peligros de la lealtad inquebrantable a Estados Unidos
La vía para que Alemania se asegure la paz en lugar de la guerra es liberarse del control geoestratégico de Estados Unidos.
Carta desde Europa
Carta desde Europa La Unión Europea, la OTAN y el próximo nuevo orden mundial
La invasión rusa de Ucrania parece haber respondido a la cuestión del orden europeo posneoliberal resucitando el modelo de la Guerra Fría, considerado obsoleto desde hace mucho tiempo: una Europa unida liderada por Estados Unidos.
Genocidio
Genocidio Los Gobiernos europeos reprimen las muestras de apoyo a Palestina ante la inminente masacre de Rafah
Estados Unidos suspende por el momento la entrega de bombas a Israel ante la perspectiva del arrasamiento de Rafah. La UE organiza un seminario con el ministro de Exteriores y sus gobiernos reprimen las muestras de apoyo a Palestina.
Universidad pública
Acampadas propalestinas “Es nuestro deber señalar la complicidad de nuestras universidades con el genocidio”
Arrancan las acampadas universitarias en Madrid para exigir el fin de las relaciones con Israel y el apoyo a las víctimas del genocidio. Las acciones de protesta están ubicadas en Ciudad Universitaria, centro simbólico de la lucha universitaria.
Opinión
Opinión ¿Por qué lo hacen?
Los estudiantes que ocupan Bolonia y otros lugares no pueden detener el Holocausto. Pero pueden señalar que estamos del lado de los colonizados de todo el mundo y que desertamos de la guerra que los nuevos Hitler nos están imponiendo.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Israel ataca Rafah y se hace con el paso fronterizo con Egipto
Tel Aviv da la espalda a las negociaciones internacionales que piden un alto el fuego e invade Rafah, el último refugio de los palestinos de la Franja expulsados por la ofensiva israelí.
Elecciones
Elecciones Aliança Catalana: a las puertas del Parlament de Catalunya atizando la xenofobia y escondiendo la ‘estelada’
El partido liderado por Sílvia Orriols llega con una campaña mediática promovida por los principales medios españolistas del Estado, con el discurso antiinmigración como punta de lanza y con el deseo explícito de hacerse con parte del voto de Vox.
Sphera
Libertades civiles La secuela de un infiltrado
Los nuevos movimientos ecologistas llevan tiempo siendo objeto de vigilancia y criminalización por parte de los cuerpos de seguridad del estado y la judicatura.
Crisis climática
Nuevo hito climático El pasado mes fue el abril más caluroso jamás registrado
Con una temperatura promedio del aire en la superficie de 15,03ºC, el pasado mes fue 0,67ºC más caluroso que el promedio de dicho mes entre los años 1991-2020 y 0,14ºC más que el anterior récord, el de abril de 2016.

Últimas

Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Ecología
¿RENOVABLES? La lucha contra los megaproyectos eólicos en Euskal Herria
Dicen querer luchar contra el cambio climático, pero el despliegue renovable no va acompañado por medidas reales para reducir el consumo fósil.
Aborto
"Mi voz, mi decisión" Madrid se llena de estatuas masculinas en favor del aborto
Una acción del colectivo Violetas(N) viste al famoso Oso y el Madroño o al exministro Alonso Martínez con el pañuelo verde en defensa del derecho al aborto, dentro de la campaña “Mi voz, mi decisión” para combatir el auge de la extrema derecha.
Palestina
Opinión Israel deja a la humanidad sin refugio
Otra vez Israel nos demuestra que puede hacer lo que quiera. Sus tentáculos de intereses económicos y sus sofisticadas bombas son capaces de asesinar a la justicia misma.
Más noticias
Sanidad pública
Sanidad Pública Aumenta el gasto en conciertos sanitarios mientras el Ministerio crea un observatorio de la corrupción
Organizaciones como Mareas Blancas piden la derogación de la ley 15/97, al tiempo que esperan el borrador de una nueva ley de gestión pública que el Ministerio de Sanidad estaría ultimando con los diferentes grupos parlamentarios.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Podemos amenaza con romper con el Gobierno si no aprueba una nueva moratoria hipotecaria
La medida vence el próximo 15 de mayo y protege al menos a 30.000 hogares. La PAH defiende que la ley no solo tiene que ser prorrogada sino mejorada para que llegue a las familias que la necesitan.
Contaminación
Contaminación Los entornos escolares suspenden en calidad del aire
Un informe analiza 114 entornos escolares de cinco provincias y los resultados son alarmantes: ninguno cumple las recomendaciones de la OMS. Solo una quincena de municipios de los 149 obligados a ello ha implantado su zona de bajas emisiones.

Recomendadas

Cómic
Julie Doucet “Cada cómic es un experimento, no me gusta ceñirme a categorías asignadas por otros”
Julie Doucet, icono del cómic alternativo y feminista de los años 90, publica ‘El río’, su nueva novela gráfica que constituye un hito editorial, dado que llevaba un cuarto de siglo alejada del medio.
Universidad pública
Protestas contra el genocidio El consejero de Educación de Madrid pide sacar “la política” de la facultad de Políticas
La Comunidad de Madrid reacciona contra una declaración universitaria que exige al Santander, con quien la UCM mantiene un convenio, que deje de financiar proyectos contaminantes y a la industria armamentística corresponsable del genocidio en Gaza.