Ocupación israelí
Del ‘pinkwashing’ de Israel al homonacionalismo en Madrid

La participación de la cantante israelí Netta Barzilai en un evento privado durante el Orgullo en Madrid abre la reflexión sobre el papel de los intereses económicos y empresariales en estos actos; la responsabilidad de las administraciones públicas; las posiciones políticas de personas erigidas en pregoneras o representantes; y también el racismo y el clasismo dentro del movimiento LGTBI.

Eurovisión Israel
Netta Barzilai celebra la victoria en Eurovisión tras la bandera de Israel.

Antropólogo y activista queer, trabaja como investigador y profesor en la Universitat de Barcelona. Es autor de varios libros y artículos de estudios queer y turísticos, incluyendo Bifobia: Etnografía de la bisexualidad en el activismo LGTB y Se vende diversidad: Orgullo, promoción y negocio en el World Pride.

26 jun 2018 13:00

El pasado 12 de mayo, por casi 100 puntos sobre su rival inmediata, Netta Barzilai ganó el Festival de la Canción de Eurovisión 2018 para Israel. Su canción, “Toy”, se alzó con la victoria hablando del acoso y del empoderamiento, mediante una coreografía y una puesta en escena llenas de color y de movimiento.

Pocos minutos después de saberse el resultado, Benjamin Netanyahu le felicitó en Twitter, multiplicándose las publicaciones en esta red social que leyeron la victoria como parte de un estudiado lavado de cara para el Estado israelí. Cuando pocos días después se fotografiaron juntos la cantante y el presidente, compartiendo el ya icónico baile de “Toy”, la reciente masacre de varias decenas de personas palestinas planeaba como una ineludible sombra, rompiendo el idilio de Europa con la cantante y la imagen desenfadada del Estado israelí. Sombra que ya salió a relucir en la parodia en un programa de televisión neerlandés.

Opinión
Israel somos nosotros
En un ejemplo más de cómo Israel pone el dispositivo perfecto para que traguemos lo inaceptable, el año que viene Eurovisión avalará a un estado criminal tras ganar Netta Barzilai el concurso este año.

El ciclo habitual de noticias sobre Eurovisión hacía esperar pocas novedades sobre 2019 hasta que este verano se revelase la ubicación del próximo festival: la obcecación del Estado israelí sobre la celebración en Jerusalén, en contra de las recomendaciones de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), provocó tempranas críticas hacia el carácter político del evento. Aun habiéndose celebrado ya en dos ocasiones en Jerusalén, el contexto actual no tiene precedentes no solo en las frecuentes muertes palestinas a manos de las Fuerzas de Defensa Israelí sino también en la consciencia sobre la gravedad del conflicto entre movimientos sociales y actores políticos clave.

Tal y como recogía un periódico israelí, diferentes miembros del Sinn Féin irlandés pidieron explícitamente el boicot a Eurovisión 2019, mientras la UER mostró su negativa a que el Estado israelí invitase a Arabia Saudí a participar, tomándoselo el ente europeo como un desafío o imposición. El conflicto político internacional sobre la ubicación podía obligar a la UER a celebrar el evento en Chipre o en Austria —siguiendo los resultados finales del certamen en 2018—, en función de las expectativas de seguridad y de cumplimiento de sus requisitos.

Desconociéndose todavía la ubicación o el desarrollo final del festival europeo de la canción, Netta Barzilai volvió a las noticias madrileñas y españolas: el 12 de junio se hacía pública su participación en una fiesta, el Tanga! Pride Festival. Del 6 al 7 de julio, en pleno fin de semana del Orgullo madrileño, Netta compartirá cartel con otras dos artistas europeas, Inna y Eleni Foureira, la representante chipriota que quedó en segundo lugar en 2018.

Uno de los primeros medios en hacerse eco de la noticia habló explícitamente de la participación de Barzilai en el Orgullo, dando pie a críticas que no se hicieron esperar. Desde el Orgullo Crítico de Madrid se pronunciaron mostrando su firme rechazo a la participación de la cantante en el MADO (Madrid Orgullo), la programación oficial elaborada desde las organizaciones activistas FELGTB y COGAM y la asociación empresarial AEGAL.


Aludían a las muertes a manos del ejército israelí, pocos días después del último festival de Eurovisión. La expresidenta de la FELGTB y diputada madrileña Beatriz Gimeno se mostró igual de contundente, condenando la presencia de la cantante como parte de una campaña de lavado de imagen del Estado israelí, diciendo “no a la limpieza del estado genocida”.


FELGTB, COGAM y AEGAL tardaron poco en consensuar una postura, publicada como comunicado de prensa en las redes sociales del MADO. Aclararon que la cantante israelí participa en una fiesta privada, y en ningún caso en escenario oficial del evento, eximiéndose así de cualquier posible responsabilidad. Recordaban que diferentes agentes privados, completamente al margen de la organización oficial, aprovechan las mismas fechas para programar sus propias actividades. Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, consultada al respecto, respondían en esta línea. Destacan que “FELGTB, COGAM y AEGAL hemos cerrado filas oponiéndonos a que Netta o cualquier otro representante de Israel participe en el Orgullo como lavado rosa”.

El pinkwashing estuvo presente en sus explicaciones, aun reconociendo que al ser una fiesta privada ninguna de estas organizaciones activistas puede hacer nada: en palabras del responsable de prensa de la Federación, “nuestro poder de influencia llega hasta donde llega, y lo que no podemos hacer es cerrarle las fronteras”.

Si bien no es el Ayuntamiento de Madrid quien organiza los escenarios ni el resto de los aspectos lúdicos del Orgullo —sí aporta infraestructuras necesarias—, la posición del consistorio es clara al respecto, negando la participación de Barzilai en la programación oficial.

Berta Cao, comisionada del Ayuntamiento de Madrid para el Orgullo, secunda la versión del MADO sobre las noticias de Netta y Madrid: “Es absolutamente falso que Netta estuviera programada en el Orgullo de Madrid”. El evento privado no casa, en todo caso, con la perspectiva sobre el Orgullo de la persona responsable de la coordinación del World Pride 2017, quien espera “que las fiestas y actividades en los espacios públicos, organizadas por el tejido social, sigan representando el sentir mayoritario de las personas LGTB y de la ciudadanía madrileña”. Este choque con un evento privado llega tras años de buena relación entre el ayuntamiento madrileño y el Estado israelí, destacando el papel de Alberto Ruiz-Gallardón y, de forma tangible, la Casa Sefarad-Israel, como centro cultural.

Ocupación israelí
La injusticia más larga en la historia moderna
Mientras Israel celebra su 70 aniversario, el pueblo palestino seguimos llorando nuestra catástrofe (Nakba), el principio del fin.

La coincidencia del evento con una gran campaña de rebranding por parte del Estado israelí en 2005 llamó la atención de analistas, tanto desde el periodismo como desde la academia. Destacó desde un primer momento la profesora y activista Jasbir Puar, quien en 2010 hablaba del marco de una campaña masiva de Israel por mejorar sus malos resultados en rankings de percepción de países. Esta autora desarrolló como nadie los conceptos de pinkwashing y homonacionalismo, hablando del primero como “un método potente a través del que los términos de la ocupación de Palestina son reiterados: Israel es civilizado, los palestinos son bárbaros”.

La escritora y activista Sarah Schulman difundió aún más este concepto, el del lavado rosa, a través de un frecuentemente citado artículo en el New York Times. Habló del pinkwashing como “una estrategia deliberada para esconder las continuadas violaciones de derechos humanos de los palestinos tras una imagen de modernidad significada por la vida gay israelí”.

Al igual que Puar, Schulman argumentó en clave binaria, transmitiendo que el pinkwashing busca hacer elegir entre un país que se vende como moderno y respetuoso con la diversidad y otro que es producido como retrógrado, al margen de que en ambos haya diferentes formas de opresión así como organizaciones activistas. Argumentó Schulman que “el legado emocional de la homofobia”, el peso que la opresión vivida ha tenido en las personas LGTBI occidentales, hace que el pinkwashing cale fácilmente.

Las críticas a estas estrategias desde círculos activistas occidentales, no obstante, dieron pronto lugar a iniciativas como el pinkwatching: el control de las prácticas gubernamentales y corporativas en busca de lavado rosa o de instrumentalización de la diversidad sexual y de género.

La propia gran autora del desarrollo conceptual, Jasbir Puar, escribió en 2012 un artículo con Maya Mikdashi alertando de los problemas de esta observación crítica. Reconocieron que, pese a las intenciones, las prácticas de pinkwatching reproducen —a veces incluso de forma intencionada— los mismos discursos que el pinkwashing: el marco más amplio del homonacionalismo. Las autoras sostienen que “los críticos del pinkwashing, que asumen una camaradería queer internacional, repiten un argumento central del homonacionalismo: las y los homosexuales deberían solidarizarse y empatizar los unos con los otros porque son homosexuales”.

Destacaron cómo, en la agitada vida conceptual y política del pinkwashing, esta idea desarrollada desde una perspectiva crítica había acabado hablando “el idioma del homonacionalsimo”, haciéndolo “uno en nombre de Israel, el otro en el nombre de Palestina”.

Siguiendo la misma línea, el académico Jason Ritchie ahondó en esta polémica dualidad de la crítica al pinkwashing. Relató una crisis en torno al New York City’s LGBT Community Center, donde se enfrentaron —primero con vetos, después como un debate— activistas LGTBI favorables y críticas con el Estado israelí y su marketing como país LGTBI-friendly.

Rastreando la vida teórica de los conceptos enfrentados, Ritchie llegó a la conclusión de que las discusiones tenían que ver más con la distinción entre unas y otras formas de activismo en Nueva York —y en el resto de “capitales gais”, en sus términos— que con la realidad de Israel-Palestina. En otras palabras: fue una negociación entre diferentes formas de entender el activismo LGTBI, así de diferentes capitales sociales y simbólicos. El hecho de que tanto el pinkwashing como el pinkwatching sean tan fácilmente aplicables, concluyó Ritchie, hace que no solo sean términos populares y extendidos sino también que sus fronteras sean porosas y las trincheras complejas.

Ambos conceptos, tanto el lavado rosa como la crítica u observación rosa, comparten por lo tanto un marco, el del homonacionalismo, que según Jasbir Puar, “puede ser resistido y resignificado, pero no abandonado: estamos todas condicionadas por él y a través de él”. La autora defiende que, tras tantos viajes y adaptaciones, su concepto lleva años aplicándose de forma limitada, siendo el ejemplo más conocido la promoción de la Israel moderna como opuesta al bárbaro contexto a civilizar.

Puar defiende ir más allá, y no usar el término “como una acusación, una identidad o mala política”, sino como una parte ineludible de la modernidad y de los estados-nación contemporáneos, en conjunción con el neoliberalismo. Defiende que es “una faceta de la modernidad y un cambio histórico marcado por la entrada de (algunos) cuerpos homosexuales como merecedores de protección por estados-nación”. Defiende por lo tanto distinguir entre el pinkwashing, como práctica estatal y corporativa concreta, y el marco del homonacionalismo que hace posible tanto al lavado rosa como al pinkwatching.

En el estudio crítico de la ocupación de Palestina y en la operación de lavado de cara que practica Israel desde hace años, Puar defiende cuestionar las prácticas de este Estado, pero adentrándonos en todos los actores cómplices en la historia de la ocupación y en todos los intereses cruzados: destaca no solo el papel de los poderes coloniales pasados y actuales sino también de la islamofobia en Occidente y del capitalismo como producción de niches y de solidaridades limitadas. Plantea, dicho de otra forma, que miremos hacia todas las fuerzas que hacen que la comunidad internacional no consiga cambiar nada de la ofensiva israelí, y que no nos fijemos solo en ese Estado cuando hablemos de pinkwashing.

Movimiento BDS
"Israel se lava la cara y continúa la masacre"
Entrevistamos a Mireia Biosca, activista del movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) del País Valencià.

Hablan desde el medio sobre la incoherencia de criticar la presencia de Netta en Madrid —aunque no sea en la programación oficial del Orgullo— con el silencio sobre las actuaciones en diferentes años de personas que, como Leticia Sabater, Marta Sánchez o Alaska y Mario Vaquerizo, son cercanas a políticos y a medios con posturas claramente contrarios a los derechos de las personas LGTBI.

Siguiendo la lógica de Puar, puede que la práctica del pinkwatching, al ahondar en la crítica a la participación israelí en un movimiento reivindicativo como es el Orgullo, sirva para contribuir —consciente o inconscientemente— a que otras formas y fuentes de opresión queden invisibilizadas y asumidas. En palabras del periodista Marcos Bartolomé, el ejemplo de diferentes expresiones del homonacionalismo supone “el desmarque del colectivo gay de otras minorías sexuales y de luchas que buscan el fin del racismo, el clasismo, la islamofobia o el sexismo”.

El pinkwashing puede ser hoy, tal y como escribió Jasbir Puar en 2010, “una estrategia agotada que en última instancia desvela la desesperación del Estado israelí”. Eso no obsta para que, con el marco homonacionalista en mente, la participación de Netta Barzilai pueda o deba hacernos reflexionar sobre más fenómenos: el papel de los intereses económicos y empresariales en los Orgullos, las fronteras entre una imagen de evento público y la realidad de programaciones privadas paralelas —aliadas o no con la oficial del MADO—, la responsabilidad de las administraciones públicas, las posiciones políticas de personas erigidas en pregoneras o representantes, el racismo y el clasismo dentro del movimiento LGTBI, y un largo etcétera. En definitiva, sobre todas las formas de opresión, de control, pero también de resistencia y de emancipación entre las que nos movemos.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Represión
Represión policial Andalucía con Palestina señala como “atropello antidemocrático” la actitud policial en una manifestación
Durante la manifestación el sábado 18 de mayo en Sevilla en apoyo a Palestina y por el 76 aniversario de la Nakba, los agentes policiales denunciaron por desobediencia al activista Isidoro Moreno e identificaron y multaron a varias participantes.
La vida y ya
La vida y ya Acampadas
Alguien anuncia el comienzo del taller y se acerca un montón de gente. Practican cómo resistir de forma activa y no violenta ante la policía.
Palestina
Opinión Israel y la victimización del posfascismo
A Israel lo único que le queda de cara a la galería internacional es apelar al antisemitismo para justificar 35.000 muertos.
#19458
27/6/2018 18:20

“Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres. Esto es totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen”.
General Queipo de Llano 1936"
"Punch a nazi" no es una frase hecha. Si no lo haces pasan cosas.

5
1
#19429
26/6/2018 17:11

http://www.izquierdadiario.es/Recuperemos-Stonewall-Por-un-Orgullo-LGBTI-anticapitalista-y-antipatriarcal?id_rubrique=2653

10
0
#19422
26/6/2018 15:41

Espero que con hechos como este los movimientos sociales se vayan dando cuenta de que la ultraderecha está metida desde hace tiempo como caballo de troya en estos movimientos. Antes metían a policías de paisano infiltrados, ahora el descaro es absoluto: desde "feministas" que escriben artículos de odio dañando de forma irreversible el feminismo que trata de dilapidar la equidad justa sin discriminación, pasando por casos evidentes como este que están dividiendo a las distintas sensibilidades LGTBIQ+. Es posible que si no se ven todos los frentes que tienen abiertos para destruir los movimientos sociales, sea demasiado tarde.

3
13
#19423
26/6/2018 16:08

Hay una izquierda, falsa, hermanada con esa derecha de la que me hablas. Un ejemplo, poner a una jueza prevaricadora que encubre el robo de bebes, Margarita Robles. De nada.

16
0
#19438
26/6/2018 20:16

Así es el capitalismo, el dinero todo lo une. Ya lo dice El Salto: quien paga, manda. La línea de los artículos es un reflejo de la sociedad, que quizás no es tan igualitaria como quisiéramos. Y quien controla el capital controlará los artículos, porque de sus inversores se alimentan, sean personas físicas o jurídicas. El dinero no entiende de ideologías.

4
8
#19426
26/6/2018 16:15

Yo agregaría que ahora está la ultraizquirda que se asemeja ideologicamente a la ultraderecha. Los extremos se tocan

4
17
#19420
26/6/2018 15:36

Alabo la celebración del orgullo gay, es el acontecimiento democrático por excelencia, lo aplaudo y lo celebro, pero respecto de las personas judías algunos españoles no pueden despegarse mentalmente de la inquisición que rigió desde 1492, antisemitismo que lo manifiestan por su odio a Israel

2
22
#19424
26/6/2018 16:09

Nazitrol. El respeto que te mereces es un puñetazo. Con el fascismo genocida no se dialoga.

17
3
#19430
26/6/2018 17:19

Bueno en algo hemos avanzado.Durante la inquisición se los tiraba a la hoguera. Ahora nos arreglamos con un puñetazo. Muy democrático lo tuyo. Lo dice todo

3
16
#19440
26/6/2018 20:31

Nazi. No nos cuentes tu patética vida.

12
1
#19616
30/6/2018 12:38

El antisemitismo no tiene que ver con el odio a Israel. El genocidio del sionismo es indiscutible.

3
0
#20585
17/7/2018 17:35

Jaja ni tu te crees lo que dices. Odio a Israel es antisemitismo. Judeofobia en su máxima expresión. Silencio ensordecedor sobre la matanza y persecución de las personas gays en los países árabes y musulmanes

0
3
#19417
26/6/2018 15:27

Orgullo genocigay. Ahora Genocidas.

7
1
Irán
Irán La muerte del presidente de Irán sacude un escenario internacional convulso
Teherán comunica la muerte de su jefe de Gobierno, Ebrahim Raisi, y su ministro de exteriores, Hossein Amirabdollahian, después de que su helicóptero se estrellara en la tarde del domingo.
Industria
Transición ecosocial El sindicato ELA se prepara para demandar a la multinacional Stellantis por el cierre de la fábrica Mecaner
Considera que Stellantis ha podido vulnerar derechos básicos como la tutela judicial efectiva y la libertad sindical al empujar a los trabajadores a elegir una indemnización que triplica el mínimo y que implica renunciar a una demanda colectiva.
Crisis climática
Overshoot Day España entra en déficit ecológico
Este 20 de mayo se cumple el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra en España, lo que significa que el país ya ha consumido el límite de recursos naturales por año que permitiría al planeta regenerarse.
Fascismo
Visita de Milei Javier Milei y Santiago Abascal: amor al odio y fascismo de mercado
Las ultraderechas son el experimento aún inacabado de la fórmula orgánica mediante la cual el capital concentrado aplicará su programa tras el progresivo agotamiento de la fórmula neoliberal.
Unión Europea
Unión Europea Derechos humanos frente a militarización: 600 entidades interpelan a los partidos ante las elecciones europeas
A tres semanas de las elecciones para el Parlamento de Europa, seiscientas organizaciones no gubernamentales se han unido para exigir una Europa que blinde los derechos humanos ante la escalada en las políticas belicistas.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
Europa del Este
Cáucaso Marta Ter: “Chechenia pasó de ser la piedra en el zapato del Kremlin a su principal aliado”
Marta Ter Ferrer, especialista en el Cáucaso Norte relata en su libro ‘La Chechenia de Kadírov’ las duras condiciones de vida que sufre la población chechena bajo el régimen de Ramzán Kadírov.

Últimas

Green European Journal
Green European Journal Agricultores indignados y olas de calor: elecciones en la India
En el contexto de las elecciones de la India, las cuestiones económicas y sociales se entremezclan con las crecientes temperaturas y el declive de las cosechas. Aunque las personas que se dedican a la agricultura son las más afectadas, la trayectoria climática del país más densamente poblado del mundo y tercero en emisiones de carbono nos concierne a todos, y la UE podría ayudar de diversas maneras.
Educación
Recortes Clamor en las escuelas de idiomas del País Valencià contra los recortes
Los recortes de la Conselleria de Educación cara al próximo curso han desatado indignación ante lo que la comunidad educativa considera un ataque a la educación pública.
Memoria histórica
Memoria histórica El Archivo Histórico de Movimientos Sociales toma cuerpo en Alcalá de Henares
Tres años después de su aprobación, a partir de septiembre cualquier persona podrá consultar archivos que, en muchos casos, fueron generados durante la clandestinidad o en el exilio por diferentes organizaciones política y sociales.
Movimiento BDS
Palestina La Universidad Autónoma de Barcelona y la ciencia europea al servicio de Israel
Una investigación destapa los lazos entre la universidad catalana y el entramado universitario israelí, así como sus vínculos con tecnologías armamentísticas.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Más noticias
Represión
Represión policial Andalucía con Palestina señala como “atropello antidemocrático” la actitud policial en una manifestación
Durante la manifestación el sábado 18 de mayo en Sevilla en apoyo a Palestina y por el 76 aniversario de la Nakba, los agentes policiales denunciaron por desobediencia al activista Isidoro Moreno e identificaron y multaron a varias participantes.
Deportes
Deportes Ilegales de Vallecas: rugby de barrio y deporte feminista
Este sábado 18 de mayo tuvo lugar el I Torneo Ilegales en Vallecas, una propuesta para fomentar el tejido social y los lazos entre mujeres de diversas generaciones.
La vida y ya
La vida y ya Acampadas
Alguien anuncia el comienzo del taller y se acerca un montón de gente. Practican cómo resistir de forma activa y no violenta ante la policía.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sumar pisa el acelerador y se anima al choque con Sánchez
En el grupo parlamentario están decididos a aprovechar la crisis de los “días de reflexión” para marcar perfil propio y recobrar iniciativa con medidas de agenda “social y democratizadora”.

Recomendadas

Migración
Migraciones Patera vacía: navegando en la necropolítica migratoria
Seguimos a un grupo de gente que se resiste a aceptar el designio de la suerte y del azar que hace que haya víctimas o supervivientes de manera injustamente aleatoria.
Periodismo
Jesús Cintora “Nunca había estado tanto tiempo fuera de la televisión o la radio... no sé por qué será”
El expresentador de Las mañanas de Cuatro publica ‘El precio de la verdad’ (Editorial B, 2024), un ensayo sobre el estado actual del periodismo español.
Migración
Migración y Asilo La Europa Fortaleza ya está en marcha en Líbano
Líbano devuelve 200 refugiados a Siria en el primer retorno supuestamente voluntario desde que Von der Leyen anunciara el pacto anti-inmigración con Beirut.
Entrevista La Poderío
Cristina Consuegra “La cultura es aquello que te posiciona contra la barbarie”
A Cristina Consuegra es difícil encajarla en una cosa. Consuegra es un torbellino de colores que lo lleva to' palante. Lo mismo organiza un festival de cine de índole nacional en los barrios, que la escuchas en la radio, por citar algo. Consuegra es mucha Cristina y Cristina es demasiada Consuegra.