Hemeroteca Diagonal
Los amos de Galicia: el narco y el PP

El 20 de febrero de 2018 un juez de Collado Villalba ordenó el secuestro de Fariña, un libro que explora los vínculos entre la política y el contrabando y el narcotráfico de las Rías Baixas. Recuperamos un reportaje publicado por Diagonal con motivo de la salida del libro.

Pazo Baiona
En el pazo de Baión, el colectivo de madres contra la droga realizó un 'escrache' al que era su propietario, el capo Laureano Oubiña. Archivo Diagonal
Artículo publicado en el Periódico Diagonal el 12 de noviembre de 2015.
12 nov 2015 09:04

Algo pasaba con sus hijos, pero por entonces no sabían mucho más. Eran los 80 en las Rías Baixas y la fariña estaba por todos lados. “Al principio pensamos que eran cosas de adolescentes, pero pronto vimos que había mucho más detrás”, cuenta a Diagonal Carmen Avendaño, una de las madres que supo entender que los problemas de adicción de dos de sus hijos no los podría solucionar ella sola. Carmen, que venía del mundo asociativo, interpelaba a otras madres: “Olvidaos de vuestro caso concreto, de vuestro hijo, tenemos que pensar en la sociedad, por qué llega la droga, quién la trae”.

Hace 30 años, en 1985, las denominadas madres contra la droga crea­ban la Fundación Érguete, “levántate” en gallego. En la presentación, entregaron una lista de 33 bares de Vigo donde se traficaba con droga. Tirando del hilo, no tardaron en descubrir que las complicidades llegaban mucho más arriba: tres años después entregaban a los principales partidos gallegos de la época –Alianza Popular, Partido Socialista y Bloque Nacionalista Galego– una lista negra con los nombres de militantes y cargos de estos tres partidos vinculados con el narcotráfico. En la segunda mitad de los años 80, no sólo la política y la policía “miraban hacia otro lado”. Los grandes capos gallegos eran “invulnerables”. Se ha­bían convertido en los “reyes de Galicia”, explica a Diagonal el periodista Nacho Carretero, autor de Fariña (Libros del K.O., 2015), en el que explora la connivencia del narco con altos cargos del PP gallego.

Los reyes de Galicia

“El narcotráfico estuvo muy cerca de convertirse en un contrapoder, Galicia se podría haber convertido en Sicilia”, pero no se llegó tan lejos. Para el autor de esta introducción al narcotráfico gallego, el trabajo de los grupos de familiares contra el narco tuvo mucho que ver con esto. Su labor fue fundamental para dar a conocer el reciclaje de los contrabandistas en capos de la droga.

La Galicia de la posguerra y los primeros años de la Transición –especialmente las Rías Baixas y la Costa da Morte– era un campo abonado para el tráfico de todo tipo de mercancías, una zona fronteriza con Portugal abandonada por el Estado, con una “orografía ezquizofrénica”, imposible de vigilar, necesitada de todo tipo de productos y azotada en los años 80 por la reconversión de la pesca, que dejó a una parte de la flota gallega en tierra y a cientos de armadores endeudados.

“Cuando Galicia ya no necesitó elementos tan básicos como alimentos o medicinas se empezó a buscar lo rentable, y lo rentable era el tabaco”, cuenta Carretero. De este modo aparecieron estas primeras figuras, los llamados “señores do fume”, que siempre fueron “muy bien vistos porque generaban empleo para una juventud sin trabajo, traían riqueza y daban oportunidades que no daba el Estado”.

Así surgieron personajes como Celso Lorenzo, presidente del Celta de Vigo, o Vicente Otero ‘Terito’, amigo personal de Manuel Fraga, condecorado con la medalla de oro y brillantes de Alianza Popular (AP). También era el caso de José Ramón ‘Nené’ Barral, alcalde de Ribadumia por AP, o de Ma­nuel ­Díaz González, alias Ligero, alcalde de A Guarda, también de AP, que se ganó su apodo por lo rápido que cruzaba la frontera con Portugal.

“En realidad –explica Carretero–, en la época del contrabando ni siquiera era una connivencia, era una red tan tupida que era difícil distinguir quién era alcalde o quién era contrabandista. Ese entramado aprobado socialmente se heredó con el narcotráfico”.

La historia del capo Sito Miñanco es la del narcotráfico gallego. Al igual que otro de los grandes, Laurea­no Oubiña, había nacido en Cambados, en las Rías Baixas, en una familia humilde de pescadores. A principios de los 80 se introdujo en las redes de contrabando de tabaco, un negocio interrumpido en 1983 por un breve paso por la cárcel de Carabanchel, en Madrid, donde coincidió con uno de los miembros del cártel de Medellín, Jorge Luis Ochoa. “Se suele decir que el narcotráfico gallego nació en Carabanchel, pero ésta es una visión un tanto romántica”, dice este periodista. Para Carretero, esta alianza internacional surgió en realidad en Suiza, en los canales de lavado de dinero, y en Panamá, donde los cárteles colombianos tenían sus tapaderas

“En España, el contrabando de tabaco y el tráfico de drogas tenían el mismo castigo, el mismo riesgo con un margen de beneficio mucho mayor. Y en cuanto ven que funciona se convierte en una puerta de entrada casi monopólica para la cocaína en Europa”, cuenta.

“Antes de la operación Nécora, los capos gallegos eran los amos”, dice Carretero, autor de ‘Fariña’

Las fotos de otro de los grandes capos, Marcial Dorado, de veraneo en 1995 con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, revelan no sólo las estrechas relaciones entre política y narco, sino también la visión favorable que pervive del contrabando, dice Carretero: “Una de las explicaciones que dio Feijóo era que entonces Dorado sólo era contrabandista. Ah, bueno, entonces nada”.

El periodista Perfecto Conde narraba una escena en el parador de Cambados en la que el debate entre la nueva y vieja guardia sobre cuánto dinero debían aportar a la campaña de los populares terminó a tiros. Pero no bastaba con financiar a AP. También había que estar dentro. Era el caso de Pedro Vioque, “el narcotraficante más peligroso que ha conocido Galicia”, abogado de Miñanco y Oubiña, presidente de la cámara de comercio de Vilagarcía y miembro de AP. O el caso de José Alfredo Bea Gondar, alcalde de O Grove, que no pudo asumir su segundo mandato en 1991 porque estaba en Alcalá Meco condenado por narcotráfico.

Hasta tal punto llegaba el control de los clanes sobre el aparato judicial y policial gallego que una de las órdenes del juez Baltasar Garzón antes de lanzar en 1990 la operación Nécora, el primer gran golpe al narcotráfico, fue “ni una palabra a Galicia”, cuenta Carretero.

La mayor connivencia se dio con AP, pero no por una cuestión ideológica, sostiene Carmen Avendaño, sino porque eran los que gobernaban. “Cuando no se tienen escrúpulos y se tiene dinero, el dinero lo que busca es poder”, sentencia. Los contrabandistas –y luego los narcos– lo que buscaban era información, pero sobre todo “impunidad”, dice Carretero. “Los narcotraficantes hasta la operación Nécora campaban a sus anchas por Galicia. No es normal que Sito Miñanco fuera en un Chevrolet descapotable por las Rías Baixas o que Laureano Oubiña viviese en el pazo de Baión”, en referencia a la lujosa finca de 275 hectáreas.

“No hay un sólo partido en Galicia que no haya sido financiado por el narcotráfico”, le confesaba a Carretero un juez que prefirió mantener el anonimato. El mismo Laureano Oubi­ña recordaba a sus antiguos colegas: “Desde aquí les recuerdo a los políticos que soy el mismo que pagó sus campañas electorales”.

Favores y compromisos

Era la época dorada de los clanes. Sito Miñanco compró el club de fútbol de Cambados y en su intento de llevarlo a primera división pagaba a sus jugadores más que el Deportivo o el Celta, relata Carretero. “Miñanco tenía el perfil más de capo, tal como lo entendemos ahora, iba con sus camisas, con sus mujeres, con sus cadenas de oro”, cuenta. “Eran mini Pablo Escobares, presidían clubes de fútbol, financiaban las fiestas, pagaban a la Iglesia, eran más importantes que el alcalde, y en los desfiles de la Virgen del Carmen, el primer barco era el del narco, no el del alcalde, eran los amos”, cuenta.
En la época del contrabando ni siquiera era una connivencia, era una red tan tupida que era difícil distinguir quién era alcalde o quién era contrabandista

El negocio del narcotráfico pervive en Galicia, aupado en los últimos años, dice Carretero, por los recortes en personal y medios en la lucha contra las redes de tráfico de drogas. Lo que ha cambiado es la percepción de la sociedad gallega. En esa tarea, para el autor de Fariña, los grupos de familiares fueron fundamentales. “Le echaron mucho valor, porque se enfrentaron a los narcos cara a cara en un momento en el que hacer eso era jugarse la vida. Esa sensación, esa rabia de ver que la vida de tu hijo está destrozada, y tu vecino sale en Mercedes, fue la que levantó a estas madres. Ellas no acabaron con el narcotráfico, pero fueron parte de un sector de la sociedad gallega que hizo reaccionar al Estado e hizo que por fin se hiciera algo, donde hasta entonces nadie había hecho nada”.

Carretero duda que Fraga pudiera ignorar la metamorfosis de los contrabandistas en narcotraficantes. “Tarde o temprano saldrán cosas muy gordas, hay jueces con información y, sobre todo, narcotraficantes con información que si un día tiran de la manta en Galicia se sabrán cosas espectaculares”, dice Carretero.

Pero la pregunta más importante sigue en el aire: hasta dónde llegaba la complicidad de los altos cargos del Partido Popular. Carmen Avendaño detalla su encuentro con Manuel Fraga, donde, según relata, el expresidente de la Xunta terminó llorando. “Era muy emotivo. Creo que todos lo vimos llorar en algún momento. Él se puso la mano en la frente y yo hablé, hablé, no sé cuánto tiempo estuve hablando, desde luego mucho, y miraba para él y yo pensaba: ‘Bueno, este señor se quedó dormido’. Pues cuando terminé levantó la cabeza y sí, le caían las lágrimas”. “¿De verdad está pasando todo esto?”, preguntó.

Al mismo tiempo perviven clanes gallegos “a la vieja usanza”, como Los Pasteleros o Los Burros, pero que “no son comparables a esos grandes grupos mafiosos”. Sin embargo, el negocio continúa, con íntimas relaciones con las autoridades. En 2012, era detenido el excomandante del puesto de la Guardia Civil de Corcubión José Álvarez-Otero Lorenzo, como presunto jefe de una red que pretendía desembarcar 3,2 toneladas de cocaína y que tenía controlada “a toda la Guardia Civil en la Costa da Morte”, una institución con un “desastroso currículum en cuanto a contrabando y narcotrafico”, señala Carretero. Y en 2013, fueron detenidos dos guardias civiles de Pontevedra, Diego Fontán y Javier Ló­pez, que vendían información a las bandas arousanas.

De hecho, es en los 90 y en los primeros años del siglo XXI cuando el negocio alcanza su mayores cotas. Según el testimonio de otro juez que prefiere no dar su nombre, entre 2001 y 2003 entraron por Galicia 150.000 kilos de cocaína, cerca del 85% del total consumido en Europa. Y a finales de los 90 y principios de siglo, con la caída de los capos históricos, se produce una nueva transformación: se abandonan las grandes organizaciones y los clanes se especializan en el transporte. “Ya en el siglo XXI cuando se convierten en narcotransportistas, se reducen a clanes más pequeños cuya función es más concreta. Los cárteles colombianos los subcontratan para meter la cocaína en tierra”.

A partir de la operación Nécora, poco a poco van cambiando de estilo, “se esconden, son discretos, intentan pasar desapercibidos, aunque el negocio sigue siendo el mismo”.

La red de intereses del primer PP
En 1984 se produjo la primera gran operación para acabar con el contrabando, liderada por el juez José Luis Seoane Spiegelberg y el gobernador de Pontevedra, Virginio Fuentes. Pero una filtración permitió a los principales capos huir a Portugal. Poco después, el entonces presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor, se encontró con los capos exiliados en el país vecino. “No digo que fuese por esa reunión, pero poco tiempo después los contrabandistas volvieron a Galicia, les pusieron unas multas muy salvables y quedaron libres”. No hay pruebas de que sean hechos relacionados, insiste Nacho Carretero, pero poco después este juez fue trasladado a Santander y el gobernador a Albacete.

 



Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.
#8856
21/2/2018 13:56

Nadie persigue indignado a Feijoo. Quien es mas peligroso él o Oubiña? Sen Feixoo non hai Oubiña.

23
2
Ocupación israelí
Ocupación israelí Una investigación independiente confirma que Israel acusó a la UNRWA sin pruebas
Un comité de Naciones Unidas apoyado por tres ONG nórdicas de derechos humanos desestima las acusaciones vertidas por Tel Aviv contra la agencia de refugiados en Palestina.
Melilla
Fronteras Denuncian expulsiones sin respaldo legal en el CETI de Melilla
La organización Solidary Wheels cuestiona las expulsiones recurrentes de solicitantes de asilo del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes en la ciudad autónoma.
Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Sanidad pública
Sanidad a la madrileña Muere un hombre tras esperar 20 minutos a la ambulancia en un municipio de Madrid sin urgencias medicalizadas
La familia del fallecido habría contactado con el 112 después de que manifestara un dolor en el pecho y la ambulancia tardó 20 minutos en acudir. En este municipio llevan cuatro años sin urgencias medicalizadas.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Opinión
Opinión ¿Sirve de algo la condena internacional del genocidio?
Somos nosotros, países testigos de cuanto ocurre, los que somos juzgados con cada vida humana a la que negamos la justicia.
Más noticias
PNV
Apuestas Una alto cargo del Gobierno Vasco acumula 140.000 euros en acciones de la promotora de apuestas Kirolbet
La Inspección General de Justicia de Argentina recabó que la Directora de Euskera en la Consejería de Cultura y Política Lingüística, Estíbaliz Alkorta, tiene participaciones en Tele Apostuak.
Gasto militar
Gasto militar El gasto militar mundial batió un nuevo récord en 2023 al aumentar un 6,8%
Crece en todas las regiones y alcanza la cifra de 2,44 billones, según el último informe del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI).
Elecciones
Análisis 21A País Vasco, donde gobiernan los hombres de la derecha vasca desde el nacionalismo español
El soberanismo es mayoría absoluta, también lo son los votos de izquierdas. La política vasca sigue anclada a viejos acuerdos de gobernabilidad, y alejada de unas calles feministas.
Elecciones
Elecciones Euskadi Sumar araña un escaño, pero la izquierda confederal se hunde en Euskadi
Elkarrekin Podemos desaparece del Parlamento Vasco tras perder seis escaños y casi 50.000 votos que Sumar no recoge al completo, pero que le permiten acceder a un acta de diputado por Araba.

Recomendadas

Pensamiento
Kristen Ghodsee “Necesitamos soluciones que podamos llevar a cabo sin la ayuda del Estado”
Esta escritora y etnógrafa estadounidense explora experiencias utópicas del pasado y del presente en su último libro ‘Utopías cotidianas’ (Capitán Swing, 2024).
Catalunya
Antirracismo Las muchas voces de Catalunya: identidades diversas, segregación y más de 300 idiomas
En las últimas décadas la sociedad catalana se ha transformado con la llegada de personas migrantes, que ya suponen un 21% de la población. Aunque la exclusión y el racismo siguen ahí, en el día a día lenguas, experiencias e identidades se mezclan.
Ocupación israelí
Ocupación israelí Acusan a una agencia pública catalana de complicidad con el apartheid y el genocidio en Palestina
Un reciente informe denuncia a ACCIÓ, la agencia gubernamental para la competitividad de las empresas catalanas, por impulsar relaciones económicas con Israel a pesar del “riesgo plausible de complicidad con genocidio y crímenes contra la humanidad”.