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Desigualdad
Los ricos piden austeridad a los pobres
El Fondo Monetario Internacional (FMI) que tan poco (o nada) suele decir de la corrupción, la explotación infantil o la precariedad laboral tiene una extraña fijación contra las pensiones y los modestos salarios de los trabajadores. Y es que a pesar de que la cuantía de tales retribuciones lleven años de congelaciones y recortes, los máximos dirigentes del FMI aprovechan cualquier aparición pública para cargar contra las jubilaciones y recomendar el abandono del sistema público como requisito, casi exclusivo, para superar las cíclicas crisis del modelo económico vigente.
La alarmante pérdida de independencia y espíritu crítico por parte de la mayoría del gremio periodístico no es una tendencia exclusiva en los medios privados y públicos españoles, pero sí que nos sitúa muy por delante del resto de países de nuestro entorno. De no ser así no se entendería que se dé protagonismo y credibilidad a estas rutinarias mentiras de los portavoces del capitalismo internacional; supuestos expertos cuyos sueldos son, como mínimo, unas doce veces superiores al salario o pensión medios en España. La misma unanimidad se produce cuando la orden es silenciar las voces discrepantes o ignorar las luchas de organizaciones y colectivos desafectos al régimen.
El más reciente de estos sermones neoliberales lo ha pronunciado la responsable de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter, que ha advertido de lo peligroso que puede ser el acuerdo para subir el 0´9% las pensiones y los sueldos de los empleados públicos de nuestro país. Al mismo tiempo ha aprovechado la receptividad de autoridades y medios para incidir en la necesidad de apoyos públicos a las empresas privadas y para reiterar la conveniencia de liberalizar el sistema de pensiones.
Salvo para autónomos y pymes no parece que la situación de la patronal sea tan delicada como la de ese tercio de familias españolas que ya están inmersas o seriamente amenazadas por la pobreza, puesto que en estas mismas fechas en que la señora Schaechter nos avisaba del riesgo de incrementar los ingresos de los trabajadores, activos o jubilados, la Bolsa española experimentaba una subida semanal del 13´52 %, el incremento más elevado de los últimos 22 años.
Tal movimiento alcista en el parqué se debe, según las opiniones recogidas en los suplementos color sepia, al anuncio de una próxima vacuna contra la covid-19 realizado por la farmacéutica Pfizer.
Al parecer los inversores ven en esta vacuna una buena ocasión de negocio antes que la posibilidad de acabar con una pandemia que, como es habitual, está atacando con más letalidad a los pobres que a los ricos.
No sería justo adjudicar a los mandatarios internacionales todo el mérito de las campañas a favor de la moderación en el gasto social, ya que en la casta dirigente autóctona también tenemos figuras relevantes que no se privan de manifestar lo que piensan. Sin ir más lejos Antonio Garamendi, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresarias (CEOE) cuyo sueldo anda por encima de los 300.000 eurazos anuales ha criticado esa subida de funcionarios y pensionistas del 0´9 %. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, también se ha manifestado en contra de este aumento salarial de los empleados públicos, alegando que el IPC interanual es inferior a ese porcentaje. Además de no ir al mercado y ver cómo suben los precios Hernández de Cos parece olvidar que los funcionarios –al igual que otros muchos trabajadores- han sufrido años de congelaciones y recortes. En este caso el insulto es mucho mayor porque el sueldo adjudicado a dicho cargo (186.000 euros en 2017) sale de las arcas públicas.
Y para acabar, nada mejor que recordar algunas de las declaraciones de los empresarios modélicos de este país: Juan Roig (dueño de Mercadona) no se corta un duro y pide que pensemos más en clave de “pico y pala” y menos en la vacuna; Ignacio Goirigolzarri (presidente de Bankia) tampoco se esconde y dice que tenemos que preocuparnos tanto de la economía como de la salud. En cuanto a Amancio Ortega (nº 1 de los ricos nacionales) no ha dudado, a pesar de su creciente fortuna, en acogerse a los ERTE y a la reducción de plantilla para “modernizar” el negocio de Inditex. Por su parte Ana Botín, la presidenta del Banco Santander que ahora presume de feminista, ha anunciado que se carga otros 4.000 empleos y aplica 1.000 traslados para así cerrar un tercio de sus sucursales bancarias.
Pese a las evidencias de que el dinero no está en las cartillas de los pensionistas, los que mandan no cesan en su empeño de precarizar y empobrecer a los ya pobres.
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Lo que hay que entender es que estos fondos europeos no son una ayuda al país ni a la población. Van dirigidos a 3 puntos exclusivamente: La digitalización de las empresas (con la excusa de la reactivación de la economía), incluida la digitalización de las PYMES, que será su ruina, sobre todo de los pequeños negocios; la digitalización de la administración y los servisios públicos (con la excusa de ser una ayuda para la sanidad y la educación) y la digitalización de la vida de las personas (con la excusa de la comodidad y la seguridad). Son unos fondos para hacer posible los planes del capital internacional (de los mega ricos o la élite por hablar en cristiano), y que perjudicarán enormemente a la población (pobreza, precariedad, arruinar negocios pequeños, devaluar la calidad de los servicios públicos, es decir, sanidad y educación a distancia; individualización, control social). No hay manera de venderlo a la gente, aunque desde luego sus publicistas hacen maravillas. Lo mejor es que los fondos europeos (todos no solo estos) que parecen que caen del cielo proceden de... nuestro bolsillo! no son otra cosa que nuestros impuestos! (lo dice el artículo: provienen de los países o del fondo común, creado también con el dinero de nuestros impuestos). Sorpresa, la única riqueza viene de los trabajadores, los capitalistas la administran. Realizado este truco de magia, esta inversión de la realidad mediante el lenguaje (o neolengua) esperamos entusiasmados un dinero que no es para nosotros, sino que nos están quitando: Esperamos que consumen el robo. Porque ¿a dónde va NUESTRO dinero mediante el truco de los fondos europeos? Concretamente a 11 sitios: Repsol, Ferrovial, Grupo Agbar, Cepsa, iberdrola, Inditex, Telefónica, Endesa, El corte inglés, ACS, y Acciona. Es decir, los fondos no es dinero que nos da la UE a los españoles, es dinero que las empresas nos quitan para financiar su proyecto de digitalización de la sociedad... que va en nuestra contra.
Pero el robo no viene solo, a cambio de él, la UE (que no se quien es) exige al menos dos cosas: eliminación (progresiva) de las pensiones públicas y más explotación laboral y menos derechos (reforma laboral). El impedir las libertades no lo mencionan, pero bueno, ya lo estamos viviendo. No quieren que el Estado español "desperdicie" dinero, pues al fin y al cabo el Estado será finalmente suyo. El dinero debe servir para financiar al ejército. Han destruido 68.000 pequeñas empresas en este país en los últimos meses y ahora les obligan a cerrar por "el covid" mientras permiten que Mercadona esté abierto y abarrotado y Amazon se frota las manos! "Buena parte de la izquierda está esperanzada, cuando no, esperando que el apreciado maná también le caiga a ella". Pues eso, que son cómplices y a la vez presas del engaño.