Anarquismo
Propuestas anarcofeministas en 'La Conquista del Pan' de Pedro Kropotkin

Kropotkin escribe desde una mirada androcéntrica. En sus textos, encontramos un autor que mira el mundo desde los ojos y la posición de un hombre blanco hetero. Con todo, Kropotkin ofrece análisis fundamentales que conectan con las propuestas actuales de algunas ramas del feminismo.
Kropotkin 100 aniversario  - 2
Sofía Anániev y Piotr Kropotkin, en su domicilio.
Militante anarcofeminista. Doctora en Historia por la Universitat de Barcelona.
5 nov 2021 08:00

La conquista del Pan es uno de los más afamados textos anarquistas, traducido a diversos idiomas y publicado en las más recónditas regiones de la Tierra; esta obra inspiró diversos procesos revolucionarios, como el de la Ucrania de Majnó y el de la España de 1936. Como muchos autores destacados, Kropotkin escribe desde una mirada androcéntrica. Es decir, en su texto queda claro que lo que tenemos delante es la palabra de un autor que mira al mundo desde los ojos y la posición de un hombre blanco hetero.

La persistencia de la mirada patriarcal en el texto de Kropotkin se centra, por un lado, en la invisibilización de referentes femeninos (Olympe de Gouges, Flora Tristán, Louise Michel, etc.), trasmitiéndonos por tanto una mirada sesgada, parcial y androcentrada de la experiencia revolucionaria, manteniendo estereotipos sexistas y roles de género en algunas partes de su análisis socio-económico. Por otro lado, en sus propuestas libertarias es tan escueto a la hora de hablar sobre la situación de la infancia, que no cuestiona ni plantea otro modo de cuidar de la infancia que no sea a través de los cuidados maternos, dando por supuesto que son las madres las que deben abandonar el trabajo colectivo para pasar al cuidado de las y los menores. Por lo que podemos afirmar que, pese a su valor revolucionario en otros aspectos de la vida social, La Conquista del Pan establece un silencio en torno a otras cuestiones de opresión para las mujeres como el matrimonio y la familia tradicional. Cuestiones que sí preocuparían a Bakunin.

Kropotkin no vio el valor económico de la sexualidad humana, lo que se refleja en su obra. Un ejemplo es su célebre libro La Conquista del Pan. Y esto no sólo fue porque no viera que era importante sino porque, de hecho, creyó que no lo era. Podemos afirmar esto gracias a un pasaje de E. Goldman, en su biografía Viviendo mi vida. En esta, relata cómo en uno de sus encuentros londinenses con Kropotkin tuvieron una discusión cuando el geógrafo le recriminó que, en su labor propagandística, Goldman dedicaba demasiado espacio a la cuestión sexual. Mientras relata la escena, Emma Goldman destaca cómo Sofía Anániev, compañera de Kropotkin de la que podemos destacar su formación científica como bióloga y que a día de hoy permanece a la sombra de su marido, los acompaña en silencio mientras cosía un vestido para la hija de ambos (Goldman, 1996: 286).

Anarquismo
La sociedad actual y la pandemia, vistas desde algunas reflexiones de Kropotkin
El análisis sobre la sociedad que encontramos en los ensayos de Pedro Kropotkin nos da elementos para comprender mejor nuestro mundo, así como los efectos derivados de la pandemia.

Aportaciones para la emancipación de las mujeres en La Conquista del Pan

A pesar de estas limitaciones, en el texto de Kropotkin encontramos análisis fundamentales que conectan con las propuestas actuales de algunas ramas del feminismo, como pueden ser los planteamientos de algunas economistas feministas o de algunos movimientos revolucionarios como el zapatista y el kurdo.

Uno de los aspectos más llamativos es que Kropotkin detecta y plantea problemáticas laborales que tenían que ver con la existencia de las mujeres de su época, denunciando de esta forma la opresión patriarcal desde el ámbito laboral y económico. Es importante observar cómo empieza a destacar en algunas partes las aportaciones de las mujeres en lo económico, dotándolas de entidad propia como trabajadoras y productoras. Por ejemplo, al hablar de la manera de obtener más alimentos poniendo en cultivo las tierras destinadas a parques y jardines de París, alude a las aportaciones de hombres y mujeres.

De gran importancia es otro aspecto que Kropotkin incluye en su libro: los efectos específicos sobre la salud de las mujeres que tienen ciertos trabajos fabriles, tal y como denuncia por las malas condiciones de algunas fábricas de Inglaterra.

Aunque sin duda la mayor aportación en materia feminista de esta obra de Kropotkin es la revalorización del ámbito reproductivo dentro de su concepto de Economía. Kropotkin deja claro en esta obra que comprende la relevancia productiva del ámbito de la reproducción, dinamitando la idea de esferas separadas de la economía capitalista y liberal de su época. En La Conquista del Pan, Kropotkin se desmarca de esos posicionamientos y parte de la premisa que reconoce y da valor económico a las tareas de cuidado y reproducción. Además, defiende que las necesidades básicas de todo ser humano deben satisfacerse y garantizarse de manera gratuita; lograrlo debe ser el objetivo último, no sólo del proceso revolucionario, sino de la ciencia económica tal y cómo él la concibe.

Kropotkin comprende la relevancia productiva del ámbito de la reproducción, dinamitando la idea de esferas separadas de la economía capitalista y liberal de su época

En esta obra, establece la formulación de una propuesta teórica de reparto de las tareas de cuidado y reproducción, junto a su denuncia de la opresión patriarcal de las mujeres. En el capítulo titulado “El trabajo agradable”, Kropotkin profundiza en su propuesta sobre el reparto del trabajo doméstico. Debemos señalar aquí que su propuesta va precedida de una denuncia explícita al sistema de opresión y dominio del patriarcado sobre las mujeres: “Lo mismo será para el trabajo doméstico, que hoy la sociedad descarga sobre el chivo expiatorio de la humanidad, la mujer” (KROPOTKIN, 2005: 123).

En La Conquista del pan, el pensador ruso realiza un reconocimiento explícito a la lucha de emancipación de las mujeres de su época, poniendo el ejemplo de las feministas norteamericanas que empezaban a reclamar el reconocimiento a sus derechos civiles y legales y al movimiento de mujeres que comenzaba a cuestionar la opresión a que eran sometidas al ser las responsables de las labores y cuidados de la reproducción de la vida.

La propuesta de liberación de Kropotkin para las labores de cuidado y reproducción de la especie se basa en el progreso tecnológico y en el avance científico, pero de manera radicalmente opuesta a como lo ha concebido el capitalismo y como lo vivimos en nuestra sociedad neoliberal. Él no aboga por entender las máquinas lavavajillas como un bien de consumo individual que deban existir en todos los hogares del mundo con el impacto y deterioro medioambiental que sabemos que eso conlleva, sino que invita a pensar en soluciones comunitarias que permitan realizar las labores reproductivas aprovechando los avances tecnológicos. De esta forma, se liberaría de esa opresión a las mujeres, por ejemplo, a partir de la constitución de una zona vecinal de lavado de vajilla y útiles de cocina, donde estas máquinas y un par de personas trabajando en ellas realizaran esa labor para el conjunto de un barrio. Además, en esta propuesta de trabajo reproductivo, Kropotkin deja patente que se deberá realizar de manera comunitaria, sin hacer siquiera mención a un reparto sexual de las actividades laborales que llevan aparejadas. El autor aclara que es una obligación del conjunto de la sociedad que, como ha señalado, no debe recaer sólo en las mujeres.

En torno a estas cuestiones, es digno de mención cómo en determinado momento Kropotkin se plantea el sesgo de género en el desarrollo tecnológico de su época, al comprender que no se introducen máquinas para las labores del hogar ya que se hacen de manera física a través del trabajo desinteresado, gratuito y obligatorio de cuerpos femeninos: “¡Lavar la vajilla! ¿Dónde habrá un ama de casa que no tenga horror a ese trabajo? Tarea larga y sucia a la vez, y que se hace todavía mayormente a mano, únicamente porque el trabajo de la esclava doméstica no cuenta” (KROPOTKIN, 2005: 125-126).

En este texto es muy interesante constatar cómo Kropotkin llega a una conclusión idéntica a la que nos propone la revolución kurda: poner la vida en el centro. Lo que, entre otras cosas, implica ser coherente con que no puede triunfar la revolución social si no se derroca al patriarcado y con él a los privilegios de los hombres, incluso en cuestiones tan alejadas de la “gran política” como lo son la organización y la limpieza del hogar: “Sepamos que una revolución que se embriague con las bellas palabras de Libertad, Igualdad y Solidaridad, manteniendo la esclavitud del hogar, no será la revolución. La mitad de la humanidad, sufriendo la esclavitud de la hornalla de cocina, tendría aún que rebelarse contra la otra mitad” (KROPOTKIN, 2005: 128).

También quiero destacar una aportación interesante que, de manera sencilla y muy intuitiva, Kropotkin hace sobre el aprovechamiento de la educación patriarcal que reciben las mujeres en la sociedad tradicional, al responsabilizarnos del cuidado y de la protección de otros seres. Algo que observa como fundamental puesto al servicio de la revolución. En la actualidad, encontramos argumentaciones similares sobre la articulación de los saberes ancestrales de las mujeres en el cuidado del medio ambiente, en las reflexiones feministas que nos llegan desde la Jineoloji kurda y del movimiento revolucionario de Rojava, para revalorizar aquellos conocimientos tradicionalmente femeninos en torno al cuidado de la naturaleza y del medio ambiente (AYBOGA, 2017: 24-25).

Kropotkin llega a una conclusión idéntica a la que nos propone la revolución kurda: “poner la vida en el centro”. Lo que implica que no puede triunfar la revolución social si no se derroca al patriarcado y con él a los privilegios de los hombres

En este libro encontramos numerosos pasajes en los que Kropotkin habla igualitariamente de mujeres y hombres. Así lo hace a la hora de resaltar el heroísmo altruista del pueblo, que reconoce en actos anónimos de valor de mujeres y hombres, o su alusión a las dificultades que la inteligencia femenina encontraba en la cultura misógina que lo rodeaba.

Al hacer una crítica de los privilegios de clase a la hora de recibir un salario, incluye una crítica a los privilegios patriarcales de los obreros, hablando de las diferencias salariales según el sexo. En su exposición sobre “El Salariado colectivista”, argumenta que toda labor productiva debe entenderse como equivalente sin jerarquizar entre trabajos simples y complejos, etc. Las categorías profesionales, que se crean con el objetivo de dar diferentes retribuciones salariales, son un elemento del sistema capitalista que no se verá reproducido en la comuna anarquista, puesto que considera todos los trabajos necesarios para producir las condiciones de bienestar social y comunitario dentro de su planteamiento con 5 horas diarias de cada persona, quedando horas libres para el ocio y las actividades científicas y/o artísticas que cada quien quisiera desarrollar.

A pesar de que mantiene los estereotipos de género en gran parte del texto y no los cuestiona, en este punto de su libro reflexionó sobre la injusticia que se esconde tras la retribución diferenciada que merecen los trabajos de los médicos y las enfermeras, al argumentar que no se puede jerarquizar el valor real de su trabajo, entre aquellos hombres que hicieron de la ciencia su coto privado y las enfermeras, casi la única categoría laboral a la que en ese momento podían acceder de manera mayoritaria las mujeres que querían dedicarse al ámbito de la medicina y la salud: “¿Quién de nosotros puede reclamar una retribución más cuantiosa por sus obras? ¿El médico que ha adivinado la enfermedad, o la enfermera que asegura la curación con sus cuidados higiénicos?” (KROPOTKIN, 2005: 172).

Conclusiones

A modo de conclusión, me gustaría remarcar todas estas apreciaciones y olvidos que revelan la mirada masculina en algunas partes del texto, sin quitar tampoco la importancia de algunos grandes silencios sobre cuestiones importantes de las opresiones patriarcales que mantienen y perpetúan las desigualdades entre mujeres y hombres, como lo son el matrimonio, la crianza de las y los menores, la prostitución y la sexualidad femenina, la violencia contra las mujeres, etc. Problemáticas que traspasan la vida de toda mujer en cualquier época, que sí serían amplia y profundamente planteadas y teorizadas por compañeras libertarias como Louise Michel, María Lacerda de Moura, Emma Goldman, Lucía Sánchez Saornil, Amparo Poch y Gascón… y tantas otras.

Pero, a pesar de todo esto, el libro La Conquista del Pan de Pedro Kropotkin resulta fundamental en los tiempos que corren. Son realmente valiosas sus reflexiones y propuestas en torno a la manera de organización social basada en la cooperación, el apoyo mutuo, el respeto a los tiempos y ritmos de la naturaleza, tanto en el cuidado y aprovechamiento del medio ambiente como en el cuidado de las necesidades vitales de los seres humanos. Nos son tan valiosas hoy en día porque necesitamos convencernos ahora, quizás incluso más que en tiempos pasados, de que es posible una alternativa al capitalismo neoliberal, heterocispatriarcal y colonial, con todos los apellidos que lleva este sistema en el que estamos insertas. El neoliberalismo que se implanta en todos los ámbitos de nuestra vida que vamos respirando nos niega la posibilidad de conocer y soñar con otros mundos y otras sociedades, pero las palabras de Kropotkin nos llegan desde el pasado con fuerza, sensatez y coherencia para enseñarnos que realmente es posible. Gracias a él sabemos que se puede hacer de otra manera porque a nuestro alrededor, y en nuestro día a día, hacemos pequeños ensayos de esa comunidad humana basada realmente en las ideas de igualdad, libertad y solidaridad para el conjunto de la Humanidad.

Referencias bibliográficas

AYBOGA, Ercan; FLACH, Anja y KNAPP, Michael (2017). Revolución en Rojava. Liberación de la mujer y comunalismo entre la guerra y el embargo. Barcelona: Descontrol Editorial.

BAKUNIN, Mijail (1970). “Catecismo revolucionario. 1864-1867” En BERNARD, Thomas. Ni Dios ni amo: cita de los anarquistas. Ciudad de México: Editorial Extemporáneos.

GOLDMAN, Emma (1996). Viviendo mi vida (Tomo I) FAL: 286.

KROPOTKIN, Piotr (2005). La conquista del pan. Buenos Aires: Libros de Anarres.

Memoria histórica
El entierro de Kropotkin, según Emma Goldman

La procesión del funeral, de una milla de largo, fue una demostración de homenaje póstumo nunca vista en ningún otro país, según Goldman.



Sobre este blog
La filosofía se sitúa en un contexto en el que el poder ha buscado imponerse incluso en los elementos más básicos de nuestro pensamiento, de nuestras subjetividades, expulsando así de nuestro campo de visión propuestas teóricas y prácticas diversas que no son peores ni menos interesantes sino ajenas o directamente contrarias a los intereses del sistema dominante.

En este blog trataremos de entender los acontecimientos del presente surcando –en ocasiones a contracorriente– la historia de la filosofía, con el objetivo de poner al descubierto los mecanismos que utiliza el poder para evitar cualquier tipo de cambio o de alternativa en la sociedad. Pero también de producir lo que Deleuze llamó líneas de fuga, movimientos concretos tanto del presente como del pasado que, escapando del espacio de influencia del poder, trazan caminos hacia otros mundos posibles.
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