Ley Montoro
La asfixia de la universidad española: signo de un problema estructural

¿Por qué a la hora de la verdad no suben los salarios de la manera que exige el estatuto? La respuesta está en la reforma del artículo 135.

Aula universidad
Aula de una Universidad a la caída de la tarde. Foto de Juan Gallo.

Investigador postdoctoral en el ISC-CNR, Roma.

Investigador predoctoral en la Universidad de Granada.

23 jul 2019 13:54

En los últimos dos años, algo ha comenzado a cambiar en todas las universidades del país: los y las predoctorales exigen y luchan por unas condiciones dignas de trabajo. Esto se ha materializado en la consecución del Estatuto del personal investigador en formación (EPIF), que regula gran parte de sus condiciones laborales.

Todo parecía casi resuelto, con un estatuto acordado que, si bien deja algunas lagunas, establece unas condiciones laborales mínimas para los y las predoctorales, es decir, aquellos y aquellas con condiciones más precarias y que además sustentan la base de la investigación en la I+D+i española. Pero ya advertía Richard Feynman que, una vez resuelto el problema, es el tiempo de preocuparse. En los últimos tres meses, tras la aprobación del EPIF el 16 de marzo, no se les ha pagado la subida salarial que les corresponde. Nuevas protestas, en conjunción entre colectivos y sindicatos, recorren las universidades y el conflicto ha sido recogido en El Diario y El País.

Entonces, ¿por qué a la hora de la verdad no suben los salarios de la manera que exige el estatuto? Podemos señalar a diversos responsables a diferentes niveles. Las universidades son las más claras, ya que como empleadoras deben materializar el aumento del salario. La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) también generó una incertidumbre inicial que propició dudas y confusiones. Tampoco debemos olvidar, como argumentan las dos primeras con razón, que el gobierno subió los salarios sin aumentar el presupuesto de las universidades.

En consecuencia, debemos señalar cuál es el punto fundamental, la raíz, que lo acaba determinando todo. Como apunta de forma acertada en El País José Carlos Gómez Villamandos, presidente de la CRUE, en España tenemos en vigor una estricta Ley de Estabilidad Presupuestaria (LOEPSF) que impide que las Administraciones Públicas, y entre ellas, las universidades, puedan incurrir en déficit. Sonados son los casos en los que esta ley ha constreñido y provocado dificultades en diversos ayuntamientos, que han propiciado ceses —pese a una excelente gestión con superávit— como el de Carlos Sánchez Mato.

En todo esto, la I+D+i española no es una excepción. Esta Ley de Estabilidad Presupuestaria viene derivada del artículo 135 de la Constitución, que supone limitaciones importantes a las cuentas públicas y a la capacidad del Estado para impulsar políticas económicas y desarrollar el Estado social. Dicho artículo establece que el pago de los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones goza de prioridad absoluta frente a la inversión en políticas sociales, infraestructuras, justicia, sanidad, educación o directamente la I+D+i. Todos son servicios esenciales para el desarrollo económico del país, pero pasan a un segundo plano frente al pago de los intereses de la deuda.

A la primera conclusión que nos empuja esta restricción sobre la capacidad de déficit es que el 135 no se trata de un artículo técnico de “equilibrio presupuestario”, como se defiende desde ciertas posiciones, sino que es un artículo profundamente ideológico que marca prioridades, deja unos claros beneficiarios y unos claros perjudicados, garantizando un trasvase de rentas públicas a rentas privadas. Es decir, este artículo de la Constitución blinda la política económica neoliberal, al margen de la fuerza política que acceda al gobierno.

Este problema estructural que nos deja encorsetados como país para desarrollar cualquier política mínimamente ambiciosa fue consecuencia de la reforma de la Constitución que llevaron a cabo el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español durante agosto de 2011 por mandato de la Unión Europea, reforma que se hizo de forma extraordinariamente rápida y sin ningún tipo de discusión ni debate en el seno de la sociedad.

Expuesto lo anterior, se nos plantea el inconveniente que supone esta barrera presupuestaria a la hora de elaborar soluciones a corto y largo plazo. Porque la ironía del artículo 135 y la Ley de Estabilidad Presupuestaria es que, al contrario de lo que su nombre indica, no sirve para “estabilizar los presupuestos”. Al limitar la política económica a desarrollar y la capacidad para hacer inversiones, se acaban comprometiendo los ingresos futuros del propio Estado y, por tanto, la propia estabilidad presupuestaria que se “pretende” garantizar.

Cualquier proyecto de país sensato debe cuidarse de no generar un impedimento a largo plazo en la planificación de la economía, de la que la I+D+i es pieza clave, que hipoteque a las generaciones futuras. Para prevenir esto es necesario trabajar en la reversión de los recortes, la reforma laboral y la continua precarización llevada a cabo en los últimos años. Los sindicatos mayoritarios de clase, y entre ellos CC OO ya han apuntado en esta dirección con sus propuestas para el giro social (donde también señalan la necesidad de derogar el artículo 135 de la Carta Magna). En lo inmediato, unos presupuestos expansivos acompañados de un aumento del techo de gasto conllevarían una mejor redistribución de la riqueza que permitiría dotar de oxígeno a las maltrechas administraciones públicas.

En concreto, algunas de las adversidades más inmediatas de la universidad atañen tanto a unas condiciones de trabajo dignas para sus trabajadores y trabajadoras (incluyendo a la parte más joven, que parece ahora mismo olvidada), como también a un relevo generacional nulo o prácticamente inexistente. En la universidad española hay una ausencia casi total de investigadores e investigadoras jóvenes de entre 27 y 35 años, que en su mayoría han debido moverse a grupos extranjeros en busca de un salario para ejercer su profesión, y que no tienen garantías de retorno.

La situación de carga docente tampoco es halagüeña: muchos y muchas profesoras tienen que impartir una cantidad de horas lectivas que dificultan conciliar la labor investigadora y la docente, sin hablar de la conciliación familiar, constantemente puesta en entredicho y considerada como un obstáculo para la carrera investigadora. La labor de transferencia de los conocimientos a la sociedad termina siendo por completo inviable. La mayoría de estos problemas están relacionados con la organización del trabajo en la universidad (jornadas laborales, conciliación, salarios de las plantillas, contratación de más personal para repartir mejor la docencia, etc.) y por tanto se debe abordar necesariamente desde un aumento de la inversión en las universidades, que nos permita revertir los grandes recortes sufridos durante la crisis. Las centrales sindicales de clase apuntan en esta dirección al servicio de la mayoría; por su parte, el Congreso, con su configuración actual, puede y debe seguir la misma dirección.

Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sobre este blog
Un espacio de encuentro y debate para personas que participan o están en los alrededores de ese difuso cuerpo conocido como Movimientos Sociales.
Ver todas las entradas
Derecho a la vivienda
Elecciones catalanas El futuro de la regulación de los alquileres en Catalunya se juega el 12M
El decreto que regula los alquileres de temporada que lanzó el Govern era la pieza que faltaba para que funcionen los topes de los precios. Pero la norma debe ser revalidada con los votos socialistas y convergentes, que se han opuesto a la medida
1 de mayo
1 de mayo “Nuestro mundo, en el que cabemos todas, es la única alternativa”, reivindican desde el 1M Interseccional
Por cuarto año consecutivo marchan, de manera festiva y sin incidentes, colectivos del sindicalismo social de toda la región madrileña en el Día Internacional de las y los trabajadores.
1 de mayo
1 de mayo La transición ecosocial y frenar el genocidio de Palestina, ejes de la clase trabajadora de Bilbao
En una ciudad acostumbrada a buscar consensos y apartar las siglas abrazando un eslogan común y caminar detrás de una sola pancarta, hoy es el día de sacar pulso, ondear bandera propia y tomar la Gran Vía, el Arenal y la plaza Santiago.
Opinión
Opinión El debate europeo… contaminado
Hoy más que nunca necesitamos abrir un debate europeo que supere los lugares comunes y el regate corto porque es mucho lo que nos jugamos.
En el margen
Francisco Godoy Vega “El ojo del blanco es como el ojo de Dios: es abstracto, es superior y puede verlo todo”
Doctor en Historia del Arte, Francisco Godoy Vega forma parte del colectivo de arte colaborativo Ayllu. Este activista antirracista aborda las consecuencias del supremacismo blanco. En 2023 publicó el libro ‘Usos y costumbres de los blancos’.
Reducción de jornada
Laboral Los convenios colectivos del País Vasco tienen la jornada anual más baja y los de Canarias, la más alta
La jornada anual varía muy lentamente desde que el Ministerio de Trabajo tiene una serie histórica, apenas 22 horas desde 2001. El País Vasco aventaja en 49 horas a esa media estatal en los convenios colectivos firmados.
Laboral
Laboral Xavier Minguez: “Ni la rabia contra la empresa ni el orgullo de éxito de una huelga son solo tuyos”
Xavier Minguez es profesor de psicología social y análisis de resolución de conflictos en la UPV/EHU y ha realizado para el sindicato ELA la investigación ‘Un acercamiento psicosocial a la huelga’.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Tribuna
Tribuna Se trata de recuperar nuestra vida
Pese haberse demostrado que la productividad aumenta con la disminución de la jornada, seguimos teniendo la misma jornada laboral.
1 de mayo
1 de mayo Un centenar de sindicalistas de CGT ocupan el edificio de la patronal catalana en Barcelona
“Ahora que la tecnología, la digitalización y los medios de producción han avanzado, es el momento de poner encima de la mesa la reducción de la jornada laboral sin recorte salarial en todos los centros de trabajo”, han reclamado.
Más noticias
Opinión
OPINIÓN Snt from my ihpone
Sobre la serie de Richard Gadd se han dicho muchas cosas desde que se estrenó hace apenas tres semanas, ya ha recibido elogios, pero sobre todo críticas. Muchas con ánimo de cancelación.
Crisis climática
Crisis climática ¿Cómo abordar transiciones ecosindicales?
Con aun mucho que recorrer en este camino, queremos compartir algunas de las reflexiones que extraemos de este proceso de construcción ecosindical.
El Salto Radio
El Salto Radio Barrios e identidad
Salimos a pasear por los barrios onubenses y palpamos en este recorrido local una verdad universal: que los barrios son siempre escuelas de cooperación y solidaridad.
Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Reducción de jornada
Resultado consulta a socias A nuestras socias les parece bien que trabajemos 32 horas a la semana, nosotras dudamos
Una encuesta lanzada a las socias de El Salto refleja una alta simpatía hacia la reducción de jornada laboral a 32 horas a la semana, tanto como apuesta política en general como medida a aplicar en nuestro medio.